Las diferentes opciones de transporte que están proliferando en las grandes ciudades proponen diversas soluciones a la movilidad de las personas, desde dispositivos eléctricos hasta vehículos compartidos. Reducir la contaminación por el tráfico rodado es uno de los grandes retos urbanos del siglo XXI.
Por: Pablo Ramos Delgado
Luis se levanta temprano cada mañana para ir a trabajar. Es primera hora y el ritmo es frenético en las calles de la ciudad. Pero Luis no se altera, desde hace unos meses ha decidido ir a su trabajo en vehículo compartido y eléctrico. En contra de lo que pueda parecer, esta decisión le ha permitido ganar unos minutos al día al evitarse la pesada búsqueda de aparcamiento y contribuye a reducir la contaminación al trasladarse en un vehículo de cero emisiones.
Estos vehículos llevan en las calles de las grandes ciudades varios años pero no son el único elemento que quiere cambiar la movilidad de las personas. Servicios de alquiler de bicicletas o patinetes eléctricos son algunas de las últimas alternativas de transporte compartido que han proliferado en localidades como Valencia, Zaragoza o Madrid y ahora México para cubrir la demanda de unos vecinos cada vez más concienciados con la contaminación y la calidad del aire.
Estos nuevos modelos de transporte en las grandes ciudades se están desarrollando por entidades tanto públicas como privadas que tienen como objetivos reducir la contaminación y mejorar la calidad de vida de los vecinos. “La movilidad urbana basada en el vehículo privado genera, entre otros, problemas ambientales -fundamentalmente reducción de la calidad del aire y ruido, de consumo energético- , derroche de horas por congestión del tráfico, accidentabilidad urbana y costes económicos y socialesasociados a los anteriores problemas”, enumeran desde FEMP. Según la Unión Europea, el tráfico rodado es el culpable del 20% de las emisiones totales de dióxido de carbono, uno de los gases principales vinculados al cambio climático.
“Cuando la sociedad tiene conocimientos suficientes, pone a prueba las propuestas y ve si funcionan y, en consecuencia, demanda más actuaciones para lograr una ciudad a escala humana, más calmada y amable”, detalla Pilar Vega, Profesora del Departamento de Geografía de la Universidad Complutense de Madrid.
Movilidad compartida en dos ruedas
Un coche compartido reemplaza a unos 10-15 vehículos privados y reduce hasta siete veces los desplazamientos
Otra de estas opciones de transporte con automóviles compartido, es la propuesta de ACCIONA Mobility para Madrid, una flota de más de 1.000 scooter eléctricas y 100% renovables de 125 cc que alcanzan hasta los 80 km/h. “La combinación del transporte público con el mix de vehículos sostenibles y compartidos que mejor se adapte a las necesidades de cada usuario en cada momento, garantiza el éxito de la movilidad en una ciudad”, apuntan desde ACCIONA.
“El futuro de la movilidad en las grandes ciudades es conectado, eléctrico, autónomo y compartido”
Este es solo un primer paso hacia el futuro de la movilidad que nace en la capital pero que se implementará en otras ciudades. “El proyecto arranca en Madrid, dado que es, a nivel mundial, referente de la movilidad compartida, pero una vez que nos implantemos se irá desarrollando un plan de expansión que abarcará otras ciudades en España y fuera de ella”, apuntan desde ACCIONA sobre sus objetivos en materia de movilidad urbana.
El tráfico rodado es el culpable del 20% de las emisiones totales de dióxido de carbono
“La sintonía de la ciudadanía con el entorno urbano está más por el medio ambiente que las generaciones anteriores en reciclaje de residuos, conservación de espacios protegidos y naturales y transporte”, detallan desde la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Diseño acorde a los vecinos
Pero para mejorar la calidad de vida en las ciudades y reducir la contaminación no solo se consigue con una evolución en el modelo de transporte también existen otras alternativas. “Es necesario llevar a cabo un verdadero cambio en la cultura de la movilidad, una transformación que abarque a toda la sociedad y afecte a todos los ámbitos de la vida diaria”, apunta Vega. Estas propuestas van encaminadas a un diseño de ciudad en el que edificios como las escuelas o los centros de negocio sean accesibles andando, con medios de transporte compartido o público. “Son muchas las soluciones, pero para ponerlas en marcha hace falta voluntad política”, desgrana Vega.
“Una movilidad urbana sostenible e inteligente se fundamenta en el desplazamiento a pie, en bicicleta, en transporte público y sólo en vehículo privado cuando no sea posible utilizar un modo de transporte sostenible”, destaca la federación de municipios sobre el camino marcado hacia el futuro en la mejora del transporte para que las ciudades sean más sostenibles y más cómodas para sus habitantes.