Lecciones aprendidas tras un año sin ducharme
Hoy ha pasado un año desde mi última ducha. Sí, sé que suena loco y por supuesto que hace un año habría estado de acuerdo con usted. Yo era un chico que se duchaba regularmente los primeros 26 años de mi vida. Bueno, tal vez no todos los días, pero casi.
Una historia de superación, convicción y respeto al medio ambiente como la de Lauren Singer, que ha estado 2 años sin generar basura. También nos viene a la cabeza aquella historia de Mark Boyle, que consiguió vivir dos años sin dinero.
Así que se preguntaran ¿cómo termina un tipo normal sin ducharse 365 días?
Todo comenzó con un largo paseo en bicicleta a través de América para promover la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Me obligué a cumplir un montón de reglas para dar ejemplo. La norma era que el agua solo podía ser obtenida a partir de fuentes naturales, como lagos, ríos, la lluvia o de fuentes alternativas como grifos que gotean. Y seguí la regla estrictamente, con el objetivo de mostrar lo poco que necesitamos para vivir.
En 100 días de ruta en bicicleta no tome ninguna ducha, lo que supuso un gran esfuerzo. Pero todo había salido tan bien que decidí continuar sin ducharme. Me puse una nueva meta, 6 meses, y cuando pasó ese tiempo me di cuenta de que también podría estar un año completo sin una ducha.
Así que aquí estoy ahora, un año después, para contar la historia de mi año sin una ducha.
Me imagino que todos están pensando que doy asco, ¿verdad? Que huelo como el monstruo de la ciénaga o algo así…
Aprendí que al vivir respetando la naturaleza, no necesitaba productos cosméticos. Solo con utilizar un poco de jabón, pasta de dientes, y aceites esenciales, con esto tenía cubiertas mis necesidades. No necesitaba usar colonias, desodorantes, champú, lociones o cualquier otro producto lleno de productos químicos . Y ¿adivinen qué? No me faltaban amigos!…
Fuente: http://ecoinventos.com/lecciones-aprendidas-tras-un-ano-sin-ducharme/