Se ideó un inédito método que convierte el contaminante lactosuero en ácido láctico, que a su vez puede transformarse en plástico biodegradable
Por: Ecoosfera
Es curioso, pero muchos de los desechos orgánicos pueden emplearse para fabricar productos sintéticos. Ahora que el plástico derivado de hidrocarburos ha inundado nuestra vida cotidiana y con ello contaminado nuestros mares, ríos y entorno en general (sobre todo por su larga vida), poco a poco van emergiendo nuevas fórmulas gracias a alternativas para generar plástico biodegradable. ¿Quién dijo que todo lo desechable habría de ser contaminante?
Un grupo de mexicanos de la empresa de biorefinería Xeiba Nutraingredients ha ideado una forma inédita para generar plástico biodegradable, entre muchos otros productos. El aliciente es inesperado: se trata del lactosuero, un desecho contaminante de la industria quesera que, como su nombre alude, proviene de la leche. 90% del total de la leche usada por la industria quesera en México es eliminado en forma de lactosuero, el cual retiene cerca de 55% del total de ingredientes de la leche como la lactosa, proteínas solubles, lípidos y sales minerales; por ello, también es una fuente rica de nutrientes que sirven para elaborar suplementos alimenticios.
Aunque se trata de un desecho orgánico el lactosuero es altamente contaminante, pues altera las propiedades del suelo y contamina el agua, disminuyendo las posibilidades de vida en ella. En México cada año son eliminadas, sin tratamiento alguno, 6 mil toneladas de lactosuero. Por esta problemática la empresa de biorefinería Xeiba Nutraingredients descubrió este año, para un concurso de empresas verdes, cómo transformar el lactosuero en ácido láctico, el cual, además de servir para usos como fabricación de ropa (funciona como el nylon), cubiertos, productos con aplicaciones médicas como prótesis, tornillos y agujas, así como prototipos en 3D, también es útil para suplementos alimenticios, barras energéticas, probióticos, conservadores naturales y plástico biodegradable (PLA).
Sobre todo la última alternativa, el plástico biodegradable (PLA), ha resultado en una opción que suena atractiva no sólo para la industria, sino vívidamente positiva para el medio ambiente. Antes de este invento el ácido láctico se extraía del almidón de maíz, de la yuca o de la caña de azúcar, pero ahora se ha encontrado una manera de evitar dos tipos inminentes de contaminación: el derivado del lactosuero y el del plástico tal como lo conocemos.
La aplicación efectiva de la iniciativa ‘Cielo Único Europeo’ y una mejora de la arquitectura del espacio aéreo europeo contribuiría a reducir al menos en un 10% de las emisiones de CO2, según el ‘lobby’ aéreo A4E (Airlines for Europe), lo que permitiría que el transporte aéreo fuera “aún más sostenible en el futuro”, por ello la industria reclama su puesta en marcha, al tiempo que pide “políticas inteligentes” e iniciativas para mayores progresos en la investigación de combustibles sostenibles, entre otras alternativas.
La asociación A4E, que engloba a las cinco grandes compañías europeas –Lufthansa, Ryanair, IAG, Air France-KLM y la británica easyJet– entre otras aerolíneas, ha celebrado hoy en Bruselas su tercera cumbre anual en la que se han comprometido a fijar metas de sostenibilidad para apoyar los objetivos de la Unión Europea (UE). La A4E, junto con la industria del transporte aéreo de la UE, se encargará de elaborar una hoja de ruta para definir la manera en que “una combinación de medidas y políticas adecuadas” podrían ayudar al sector aéreo a cumplir dichos objetivos.
La industria aérea ya cuenta con soluciones para reducir el impacto climático de la aviación en los próximos 10 a 15 años, como una “mayor utilización de carburantes sostenibles y la modernización de la flota, que según la A4E, deben acompañarse de la resolución urgente de los actuales problemas de ineficiencia del espacio aéreo para “sacar un mayor partido” a las medidas que ya vienen aplicando las compañías aéreas. “Estamos convencidos de que las compañías aéreas en la UE, y Europa en general, pueden ir más lejos para dirigir el desarrollo de una hoja de ruta para una aviación sostenible”, ha afirmado hoy el director general de Airlines for Europe, Thomas Reynaert.
Iniciativas a la investigación.
Así, considera que aunque los niveles de eficiencia del combustible de aviación han mejorado en un 2% al año en Europa, se “podrían realizar más progresos significativos de este tipo si actuales iniciativas de investigación y desarrollo, como las tecnologías de motores eléctricos e híbridos y los combustibles sostenibles alternativos estuvieran mejor financiadas y si se tomaran las decisión políticas apropiadas para eliminar los obstáculos existentes”.
Las compañías aéreas europeas han ahorrado 20 millones de toneladas de emisiones de CO2 desde el año 2014, lo que equivale a 1,6 millones de vuelos dentro del Espacio Económico Europeo (EEE) o a cien días de vuelo, según se desprende de un nuevo estudio, publicado por SEO Economics en febrero de este año, sobre el impacto medioambiental de las interrupciones al tráfico e ineficiencias en el espacio aéreo europeo.
La A4E, junto con la industria del transporte aéreo de la UE, se encargará de elaborar una hoja de ruta para definir la manera en que “una combinación de medidas y políticas adecuadas” podrían ayudar al sector aéreo a cumplir dichos objetivos.
Desde la A4E se considera que las perturbaciones del tráfico aéreo y un sistema ineficiente está socavando los esfuerzos actuales y representan “obstáculos” para los futuros objetivos de la sostenibilidad de las compañías aéreas de la UE, que “deben ser resueltos urgentemente”. “Los gobiernos comparten la responsabilidad y deben permitir que se establezcan nuevos conceptos operativos más eficientes. La industria necesita más apoyo en cuanto a los esfuerzos realizados para reducir la dependencia a los combustibles fósiles”, ha concluido Reynaert.
La reforestación para aliviar al planeta… Estos drones utilizarán inteligencia artificial para determinar la profundidad a la cual deben disparar una semilla germinada según las condiciones del suelo.
Por: Ecoosfera
La tierra pierde cerca de 15 mil millones de árboles cada año a causa de la deforestación. Este proceso ha sido necesario para desarrollar el pastoreo y los sembradíos, pero en la escala actual, la deforestación es un tema político, que incluso ha generado polémicas consecuencias a nivel social.
Dicho de otra forma, el cambio climático se ha convertido en una preocupación suficientemente urgente como para que la ciencia esté buscando cómo hacer frente a sus avances, a diferencia de los políticos profesionales, que se han convertido en meros guardianes de los intereses del capital financiero global. La explotación de minas a cielo abierto, el fracking, y por supuesto, la deforestación, juegan un papel vital en el desarrollo de la producción a gran escala.
Esto, a su vez, está presentando consecuencias imprevisibles a largo plazo, como el aumento de la temperatura de los mares en el hemisferio sur, la destrucción de la gran barrera de coral, y una de las primaveras más calurosas que se recuerden en Australia.
¿La reforestación para enfriar el planeta?
Existe una legislación internacional que certifica científicamente ciertos pasos que los países deben tomar para aminorar los efectos previsibles de este cambio geológico a escala humana. Algunas de sus recomendaciones sonla “inversión del 2.5% del PIB mundial durante 2 décadas, para mitigar el cambio climático” y “que una extensión de tierra del tamaño de Australia se dedique a la producción de energías limpias.”
En lugares como la India se han ensayado campañas de voluntarios para plantar millones de árboles, pero a pesar de las cifras esperanzadoras, muchas naciones están lejos de alcanzar sus metas de reforestación para el nuevo milenio.
Bajo esta consigna, la doctora australiana Susan Graham ha contribuido a diseñar un dron que permite sembrar 9 millones de árboles al año. Sin embargo, no han sido suficientes.
¿Cómo escalar la capacidad de reforestación? A la fecha, Graham trabaja en el desarrollo de una nueva tecnología capaz de disparar una semilla germinada por segundo desde las alturas. Los drones son capaces de calibrar de manera no supervisada la profundidad y condiciones del terreno ideales para plantar una semilla. Con 60 flotillas de este tipo, se pretende llegar a una capacidad de reforestación de 100 mil árboles diarios.
Reforestar el mundo desde el cielo
Por ahora, su equipo trabaja únicamente en Australia, pero la doctora Graham pretende que sus acciones se repliquen en el resto del mundo. Utilizando sus prototipos, se podrían llegar a sembrar hasta mil millones de árboles en un solo año. Las consecuencias positivas para el planeta serían contundentes.
Además, la tecnología desarrollada por BioCarbon Engineering, la empresa que financia el proyecto de la Dra. Graham, permitirá llegar a los terrenos más remotos y escarpados, donde la reforestación manual sería imposible, e incluso podría ser útil para rehabilitar los terrenos arrasados por la minería.
Una investigación examinó los cuerpos de 50 animales mamíferos marinos y encontró muestras de microplásticos en cada uno de ellos.
Por: Ecoosfera
El microplástico es cualquier resto de plástico menor a cinco milímetros de longitud (el tamaño de una semilla de mostaza). Pero la necesidad y necedad humanas por utilizar plástico en ropa, botellas, empaques y redes de pesca está llenando los océanos de microplástico. De hecho, el microplástico está tan presente que ya se encuentra en el cuerpo de prácticamente cualquiera de los animales que habitan en el mar.
Y es que una muestra de 50 animales marinos distintos, entre las que se cuentan diez especies de delfines, focas y ballenas, tenían un promedio de 5.5 partículas de microplástico en sus cuerpos al morir.
El equipo multidisciplinario de la Universidad de Exeter, el Plymouth Marine Laboratory y los Greenpeace Research Laboratories, todos en el Reino Unido, aclaró que los mamíferos marinos fallecieron por diferentes causas previas al estudio.
A pesar de que la cantidad de microplástico en sus cuerpos no sugiere que los animales fallecieran al ingerirlo, el efecto de estos materiales en la vida marina no se conoce a ciencia cierta. Los investigadores destacan que es un hecho que los mamíferos marinos entran en contacto con microplásticos a través de su comida, por lo que toda la cadena alimenticia estaría expuesta a la contaminación por plástico.
Además, el hecho de haber encontrado desechos plásticos en cada uno de los animales debería poner a la comunidad internacional en alerta, según la directora de Greenpeace en el Reino Unido, Louise Edge:
“Es vergonzoso que cada mamífero marino analizado tuviera microplásticos en su sistema digestivo, y muestra la escala de la contaminación por plástico en nuestros mares.” Y añade: “Esto es una evidencia más de que los gobiernos y las grandes empresas necesitan dirigir sus esfuerzos en reducir drásticamente el uso y desecho de plásticos, en detener el flujo de contaminación por plástico hacia nuestros ríos y océanos y hacia las bocas de la vida marina salvaje.”
La trampa del reciclaje individual
El World Economic Forum ya había advertido hace unos años que para 2050, la cantidad de plástico en los océanos superaría la cantidad de peces. Otros estudios han encontrado que el plástico está presente incluso en la sal marina y en muchos otros productos de consumo humano. La Agencia Europea del Medio Ambiente estima que 100,000 mamíferos marinos y 1 millón de aves mueren cada año por causas relacionadas con los 10 millones de toneladas de residuos plásticos que terminan en el mar durante el mismo periodo.
En realidad, el macabro hallazgo de plástico en el cuerpo de delfines, focas, marsopas y ballenas no es una novedad, sino la triste constatación de que mundialmente no estamos haciendo lo suficiente por preservar la vida marina.
Greenpeace alertó desde hace tiempo que un estimado de 16 millones de botellas de plástico son usadas a diario en el mundo, y no todas pasan por un proceso de reciclaje luego de usarse. Muchas de estas terminan en el océano, y finalmente llegan a los cuerpos de sus habitantes:
Los plásticos contaminan la tierra y el agua. Los desechos se agrupan en islas y llegan a los animales. Pero además de indignarnos es necesario entender que la solución no proviene (solamente) de disminuir nuestro consumo personal de plástico, sino en presionar a los gobiernos y empresas para que utilicen menos plástico en sus empaques, o bien para que promuevan estrategias de reciclaje efectivo que ayuden a aliviar la contaminación de los mares.
Cambiar nuestros hábitos de consumo de plástico es muy bueno, pero necesitamos entender que los cambios individuales deben servir para impulsar cambios sistémicos, no solo a nivel personal. Por desgracia, evitar utilizar recipientes plásticos y no pedir tu bebida favorita con popote no alivia mucho la contaminación marina, pero si los consumidores adoptan un papel activo y crítico con respecto a las marcas que consumen, estas podrían favorecer opciones de empaque más sensibles con el medio ambiente si ven mermadas sus ganancias.
Sí, las bolsas de tela y los popotes de bambú son muy lindos, pero en el gran esquema de la contaminación humana de los mares, solamente son un paliativo de concienciapara no abordar el problema de fondo. Participar en campañas de reciclaje y promover activamente el consumo de productos sustentables son algunas opciones para cambiar en lo inmediato nuestra relación con el plástico.
El 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, ésta es importante porque contribuye a la sustentabilidad, la productividad, la competitividad, a reducir la contaminación y a mejorar la salud pública, a una mayor prosperidad y la reducción de la huella de carbono (GEI emitidos por individuos, empresas, transporte, etc., medidos en CO2).
Por: Secretaría de energía
Aprovechar sustentablemente la energía a través de la eficiencia energética requiere un cambio de comportamiento para mejorar la calidad de vida en los hogares, en las empresas, en los edificios fomentando el uso de nuevas tecnologías. Actualmente, el Gobierno de la República trabaja en las siguientes acciones:
a. Sustitución de focos por lámparas flourescentes compactas en zonas rurales.
b. Promoción de uso de electrodomésticos con estándares de eficiencia energética a través de las Normas Oficiales Mexicanas.
c. Implementación de sistemas de gestión de la energía, para generar ahorros en edificios de la Administración Pública Federal, empresas, hospitales, hoteles, grandes usuarios de energía, sector residencial, así como pequeñas y medianas empresas.
d. La obligatoriedad para que se construyan viviendas con envolventes adecuadas, aislamientos térmicos, ventanas, así como otros sistemas que reduzcan los costos del uso de acondicionadores o calentadores, evitando el subsecuente aumento en las tarifas de luz, a través de la promoción de estándares de eficiencia energética a través de las Normas Oficiales Mexicanas
e. Sustitución de tecnologías ineficientes en materia de iluminación y acondicionamiento de espacios en las pequeñas y medianas empresas
f. Generación de capacidades y sustitución de tecnologías ineficientes de alumbrado público, bombeo de agua y acondicionamiento de edificios en ciudades.
Todas estas acciones nos permiten reducir nuestro consumo energético y enfrentar los efectos del cambio climático y contribuimos para tener un planeta más seguro y limpio.
Producir una camisa de algodón implica consumir lo suficiente para cubrir las necesidades de hidratación de una persona durante dos años y medio, reportan Elizabeth Reichart y Deborah Drew.
Por: Ecoosfera
Piensa en todas las prendas de vestir, como suéteres y bufandas, que fueron regaladas durante la temporada navideña pasada. ¿Cuántas veces serán usadas antes de ser desechadas?
Probablemente menos veces de las que crees. ¡Tan sólo lo equivalente a un autobús lleno de ropa es incendiado o depositado en algún vertedero cada segundo! El consumidor de ropa promedio compró 60 por ciento más prendas en 2014 que en el año 2000, y además conservó cada pieza menos de la mitad del tiempo que 14 años atrás.
Lejos están los días en los que las personas adquirían una camisa y la utilizaban durante varios años. En un mundo con una acelerada demanda de ropa, los consumidores pueden, cada vez más, permitirse adquirir ropa nueva después de haber usado otras prendas unas cuantas veces. Hay modelos de negocio enteros cimentados bajo la premisa de la “moda rápida”, que abastecen al mercado de ropa barata y rápida para que los consumidores la usen durante cortas y efímeras temporadas.
Este modelo lineal de comprar, usar y desechar rápidamente la ropa, afecta negativamente a las personas y a los recursos del planeta. Presentamos aquí un vistazo a algunos de los impactos económicos, sociales y ambientales de la moda rápida.
Impactos económicos
De acuerdo con la Fundación Ellen McArthur, la producción de ropa se ha multiplicado al doble durante los últimos 15 años, impulsada por el crecimiento de la población de clase media en todo el mundo y el aumento de las ventas per cápita en los países desarrollados. Se estima que para 2050, el Producto Interno Bruto global aumentará un 400 por ciento, lo que significará una mayor demanda de ropa.
Sin embargo, esto podría ser también una oportunidad para mejorar. Un reporte informa que, si se abordaran los problemas ambientales y sociales creados por la industria textil, habría beneficios económicos globales de hasta 192 mil millones de dólares para el año 2030. El valor anual de la ropa desechada prematuramente es de más de 400 mil millones de dólares.
¿Qué podemos hacer?
¿Cómo es una industria de ropa más sostenible y cómo llegamos a ella? Estamos empezando a ver algunos signos tempranos de una transición en la industria. Los modelos de negocio enfocados en extender el ciclo de vida de la ropa, como Rent the Runway y Gwynnie Bee, son los inicios de una industria que busca promover la reutilización en lugar del consumo rápido e irresponsable. Al igual que Netflix reinventó los servicios tradicionales de alquiler de películas y Lyft fue disruptivo en el sector del transporte, estamos empezando a ver opciones para que los consumidores arrenden la ropa en lugar de comprarla y guardarla en sus armarios. Idealmente, una especie de “fin de la propiedad” de la ropa podría ser implementada, si se consideran los impactos de esta inmensa industria en los empleos, las comunidades y el medio ambiente.
Las opciones actualmente disponibles que van en contra de la moda rápida, son sólo el comienzo del cambio radical que el mundo requiere. Pronto, las cadenas dedicadas a la industria textil deberán encarar este inmenso problema y separar su crecimiento financiero del uso excesivo de los recursos mundiales.
Para satisfacer de manera innovadora la demanda de ropa del mañana, las empresas deberán hacer lo que nunca antes han hecho: diseñar, probar e invertir en modelos de negocios que reutilicen la ropa y maximicen su vida útil. Para las compañías de ropa, ha llegado la hora de ser disruptivos.
Caño Cristales, famoso por sus llamativos colores, es una corriente natural de agua que cambia de color debido a una planta, la ‘macarenia clavigera’.
Por: BBC NEWS
Apenas tiene 100 kilómetros de longitud y no sobrepasa los 20 metros de anchura. En su recorrido se puede apreciar tonalidades de azul, amarillo, naranja, verde y rojo, de ahí la denominación de “arco iris líquido” o “arco iris derretido”.
El mejor momento para apreciar este espectáculo de la naturaleza es en otoño, pues las precipitaciones ayudan a que los colores se aviven.
La ONG y el modelo y actor bilbaíno han unido fuerzas para una campaña de concienciación sobre el efecto de los microplásticos en el mar y los animales que lo habitan.
Por: eitb.eus
La ONG Greenpeace, en colaboración con el modelo y actor bilbaíno Jon Kortajarena, ha llamado a participar en una recogida de plásticos que ha organizado para el próximo domingo 10 de marzo en la playa de Ereaga (Getxo, Bizkaia), dentro de una iniciativa que planean extender a más playas del Estado español.
El objetivo, además de la propia limpieza del arenal, será la concienciación sobre el efecto de los microplásticos en el mar y en los animales marinos. Para ello, están previstos talleres y diversas actividades durante la jornada, en horario de 11:00 horas hasta las 15:00 horas. Greenpeace reclama una reducción en la producción de plásticos a nivel mundial, y una legislación más restrictiva para aquellas empresas que contaminan.
Además de prestar su imagen para difundir la iniciativa a través de las redes sociales, Kortajarena ha anunciado que él mismo estará ese domingo en Ereaga. Asimismo, diversas entidades políticas y sociales han mostrado su apoyo a la iniciativa, entre otras, el Ayuntamiento de Getxo, Ekologistak Martxan, Surfrider y Ondarroa12 Milia.
Los microplásticos y su impacto en el entorno marino son una preocupación creciente. Nunca se degradan del todo, los peces se los tragan y acaban en la cadena alimentaria humana a través de la pesca. Ya hace dos años expertos internacionales contabilizaron 40 toneladas de plásticos en el Mar Ártico, alrededor del Polo Norte.
“Lágrimas de sirena” puede sonar adorable, pero en verdad son una enorme amenaza para el medioambiente marino.
Por: Claire Gwinnett The Conversation
También conocidos como “nurdles” en inglés, estas pequeñas bolitas son materia prima en la industria del plástico.
En lugar de convertirse en artículos para el hogar, muchos de estos gránulos de plástico terminan en el océano, donde van capturando toxinas y siendo consumidos por la fauna marina.
No son tan adorables ahora, ¿verdad?
Los nurdles son los ladrillos con los que se construyen la mayoría de artículos de plástico, desde botellas de agua hasta televisores.
Estas bolitas —que normalmente miden entre 1 y 5 mm— son un tipo de microplástico creado así de pequeño a propósito, tal como sucede con las microperlas usadas en productos cosméticos.
Es decir, son distintos a los microplásticos que se desprenden en los océanos de aquellos residuos plásticos más grandes.
El tamaño de los nurdles los hace fáciles de transportar como materia prima, que luego las fábricas funden y moldean en todo tipo de productos plásticos.
Desafortunadamente, la mala gestión de estos pequeños gránulos durante el transporte y procesamiento hace que miles de millones se liberen involuntariamente en los ríos y océanos a través de tuberías de efluentes, que se vuelen de los contenedores o se expandan por medio de derrames industriales.
Un océano de lágrimas de sirena
El mote de “lágrimas de sirena” es apropiado cuando consideramos su daño potencial para la vida marina.
Su tamaño pequeño, su forma redonda y su variedad de colores los convierten en alimentos atractivos, que se confunden fácilmente con huevos de peces y presas pequeñas.
Este “alimento” tiene un problema adicional: incluye sustancias químicas nocivas.
El hecho de que los nurdles tengan una gran área de superficie en relación a su tamaño y estén compuestos de polímeros permiten que los contaminantes orgánicos persistentes (COP) en el agua de mar se acumulen en sus exteriores.
Estas toxinas luego se transfieren a los tejidos de los organismos que los comen.
El problema está descrito en el propio nombre: los COP son “persistentes”, lo que significa que no desaparecen fácilmente y pueden permanecer en la superficie de los nurdles durante años.
También pueden ser colonizados por microbios que son peligrosos para los seres humanos.
Un estudio que investigó los nurdles en cinco playas habilitadas para baños en East Lothian, Escocia, encontró que todas tenían estas bolitas y que las mismas estaban cubiertas con E. coli, la bacteria responsable de la intoxicación alimentaria.
Los nurdles pueden ser tan nocivos que se aconseja a las personas que limpian playas o a los que los manipulan en estudios científicos que no los toquen sin protección, lo que hace que tomar sol en muchas playas se convierta en una idea poco atractiva.
Pero ¿cuántos nurdles hay en los océanos y en las costas?
Se estima que solo en Reino Unido la industria del plásticolibera hasta 53.000millones de nurdles anuales. Esa es la misma cantidad que se necesitaría para hacer 88 millones de botellas de plástico.
Entonces ¿por qué los nurdles rara vez se discuten en el debate sobre la contaminación plástica?
Cacería de nurdles
Afortunadamente, hay organizaciones que crean conciencia sobre las nurdles y su prevalencia en la contaminación marina.
Por ejemplo, la iniciativa Gran Cacería Global de Nurdles iniciada por Fidra (una organización benéfica con sede en Escocia que aborda problemas ambientales) y la Sociedad de Conservación Marina de Reino Unido alientan a las personas a convertirse en científicos ciudadanos y recopilar datos sobre qué tan comunes son estas bolitas en las playas de todo el mundo.
La recopilación de datos ayuda a identificar a las principales fuentes decontaminación, lo que luego puede utilizarse para mejorar la gestión del problema.
Y como hay tantos nurdles presentes en el medio ambiente, se necesita de un ejército de personas para recopilar información sobre ellos. La caza tiene lugar durante diez días en febrero de cada año.
Los científicos ciudadanos registran sus hallazgos en un mapa global que muestra el alcance de la contaminación en todo el mundo y cómo ha cambiado con el tiempo.
Desde 2012, el número de playas alcanzadas ha llegado a 1.610 en 18 países de los seis continentes, con más de 60 organizaciones involucradas.
Este año, el Grupo de Investigación de Fibras Microplásticas y Forenses de la Universidad de Staffordshire, Reino Unido, participó en los esfuerzos para estimar la concentración de nurdles en la playa de Hightown en Liverpool, Inglaterra.
Se encontraron un promedio de 139,8 nurdles por metro cuadrado. Eso es alrededor de 140.000 a lo largo de 1 km de línea costera.
Las pajillas para beber y las bolsas de polietileno pueden ser las más afectadas por las nuevas alternativas, pero el verdadero flagelo de los plásticos desechables es nuestra absoluta confianza en ellos.
Desde el transporte hasta la fabricación y los servicios de alimentos, el plástico está en todas partes, y combatir esta “contaminación blanca” requerirá un cambio radical del material en sí mismo.
Afortunadamente, los científicos, los ingenieros y los diseñadores están transformando su enfoque hacia alternativas ecológicamente amigables que sean capaces de crear ecosistemas circulares, de pocos residuos.
Estamos hablando de alternativas como la madera líquida, el aislamiento de algas y los sustitutos de polímeros hechos de almidón de plantas fermentadas como el maíz o las papas, por ejemplo.
Su utilidad va más allá de detener la creciente presencia de desperdicio plástico.
Garantizar viviendas seguras para una población en crecimiento, reducir las emisiones de carbono y devolver nutrientes a la tierra podrían ser metas alcanzables con estas nuevas tecnologías.
Lana mineral
Para transformar uno de los recursos más abundantes en el mundo en algo con utilidad y sostenibilidad, se necesita un tipo especial de alquimia.
La lana mineral proviene de la roca ígnea natural (la que se forma después de que la lava se enfría) y de un subproducto de fabricación del acero llamado escoria de soldadura.
Estas sustancias se funden y se convierten en fibras muy similares a las del algodón de azúcar.
A diferencia de las fibras de vidrio aislante (obtenidas a partir de vidrio reciclado) o la espuma plástica (el material conductor que se usa a menudo para bloquear la transferencia de calor en los áticos, techos y entresuelos), la lana mineral es capaz de ofrecer propiedades únicas como la resistencia al fuego, la capacidad acústica y térmica, la repelencia al agua y la durabilidad en condiciones climáticas extremas.
En los últimos años, este material ha ganado popularidad entre arquitectos y diseñadores respetuosos con el medio ambiente. Es el resultado de una búsqueda de materiales de construcción más sostenibles, pero sin perder los criterios de rentabilidad y estética.
The Rockwool Group es uno de los principales fabricantes y tiene instalaciones de producción en Europa, América del Norte y Asia.
La compañía ha empleado este material en edificios comerciales e industriales en todo el mundo, incluyendo el O2 Arena de Londres y el aeropuerto de Hong Kong.
A medida que los incendios forestales y las inundaciones aumentan en frecuencia y gravedad, la lana mineral brinda a las personas una medida adicional de seguridad en caso de desastres naturales.
Micotectura
Los hongos no son solo un sabroso ingrediente para los raviolis y la pasta ragu.
En poco tiempo estos organismos que crecen sobre los árboles o en el suelo del bosque podrían reemplazar materiales como el poliestireno, los empaques de protección, los materiales aislantes, los muebles, los materiales acuáticos e incluso los artículos de cuero.
MycoWorks, un equipo de ingenieros creativos, diseñadores y científicos, está trabajando para extraer los tejidos vegetativos de los hongos y solidificarlos en nuevas estructuras, trabajando los hongos de la misma manera que otros materiales orgánicos como el caucho o el corcho.
Evocative Design, otra compañía con sede en Nueva York, utiliza el micelio como agente de unión para mantener pegados los paneles de madera, así como para el embalaje ignífugo.
Los hongos están conformados por una red de filamentos llamados hifas. Cuando las condiciones de crecimiento son adecuadas, los cuerpos fructíferos (las estructuras especializadas para la producción de esporas) a menudo aparecen de repente.
De esta manera, es fácil lograr que los llamados productos miceliales germinen y crezcan. El micelio se puede cultivar en casi cualquier tipo de desperdicio agrícola, por ejemplo el aserrín y cáscaras de pistacho.
Los hongos crecen juntos dentro de estos ambientes y se les puede dar la forma deseada para formar polímeros naturales, que se adhieren como el más fuerte de los pegamentos.
Al hornear los hongos a temperaturas precisas, estos se vuelven inertes, lo que garantiza que el hongo no brote repentinamente durante una tormenta.
Si bien los rebozuelos, el shiitaki y el portobello pueden mezclar mejor con la pizza que en una masa de pegamento, una cosa está clara: el futuro son los hongos.
Ladrillos de orina
El cemento, el ingrediente principal del concreto, representa aproximadamente el 5% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo.
Por eso, investigadores e ingenieros están trabajando para desarrollar alternativas que consuman menos energía.
Entre ellas se encuentran los ladrillos hechos con los granos sobrantes de la industria cervecera, el concreto modelado a partir de antiguos diques romanos (los romanos fabricaban concreto mezclando cal y roca volcánica para formar un material altamente estable) y ladrillos hechos de…, bueno, orina.
Como parte de su proyecto de tesis, el estudiante del Edinburgh College of Art, Peter Trimble, estaba trabajando en una exhibición que se suponía que contaría con un módulo sobre sostenibilidad.
Casi por accidente, el estudiante creó “Biostone”: una mezcla de arena (por cierto, uno de los recursos más abundantes en la Tierra), nutrientes y urea, una sustancia química que se encuentra en la orina humana.
Al bombear una solución bacteriana en un molde relleno de arena, Trimble ideó cientos de experimentos en el transcurso de un año hasta que modificó la receta.
Los microbios eventualmente metabolizaron la mezcla de arena, urea y cloruro de calcio, creando un pegamento que unía fuertemente las moléculas de arena.
El diseño de Trimble ofrece una alternativa a los métodos de uso intensivo de energía con un proceso biológico de baja producción de microbios.
Biostone no produce gases de efecto invernadero y utiliza una materia prima ampliamente disponible.
Si bien el material de Trimble requeriría que el refuerzo fuera tan fuerte como el concreto, podría convertirse en una forma económica de construir estructuras temporales o mobiliario urbano.
Como mínimo, Biostone ha generado una discusión sobre las formas de hacer más sostenible la fabricación industrial, en particular en el África subsahariana y otros países en desarrollo donde la arena está fácilmente disponible.
Sin embargo, estos ladrillos biológicos tienen un inconveniente ambiental: el mismo metabolismo bacteriano que los solidifica también convierte la urea en amoníaco, que puede contaminar las aguas subterráneas si llega a estar en contacto con el medio ambiente.
Tablones de partículas más ecológicos
A pesar de su sofisticado nombre, los tablones de partículas (esos paneles rígidos hechos de astillas de madera comprimidas y resina, utilizados en muebles y gabinetes de cocina en todo el mundo) no aportan nada a la construcción ecológica.
Esto se debe a que el pegamento que une las fibras de su madera contiene tradicionalmente formaldehído: un químico incoloro, inflamable, de olor fuerte y conocido por irritar las vías respiratorias y causar cáncer.
Eso significa que tu estante de Ikea que imita madera está “desgasificando” toxinas hacia el aire, silenciosamente.
La compañía U Green creó un material hecho 100% de fibra de madera reciclada, llamado “Uniboard”.
Uniboard salva árboles y evita los vertederos, a la vez que genera muchos menos gases de efecto invernadero que los tablones de partículas tradicionales. Y no contiene toxinas.
Esto se debe a que el producto ha sido pionero en el uso de fibras renovables como tallos y lúpulos de maíz, y resina sin formaldehídos en lugar de pegamento.
No es ningún secreto que la extracción de petróleo, que se requiere para producir plástico, tiene consecuencias ambientales devastadoras.
Peor aún es deshacerse del plástico: los químicos tóxicos contenidos en este material a menudo se filtran hacia los alimentos, las bebidas y el agua subterránea.
Para sorpresa de muchos, el reciclaje simplemente ralentiza el viaje de los plásticos a los vertederos u océanos, donde el material simplemente se fragmenta en trozos cada vez más pequeños que nunca se biodegradan por completo.
Algunos informes predicen que, para 2030, 111 millones de toneladas métricas de plástico terminarán en vertederos y océanos.
El reciclaje es un paso en la dirección correcta.
Sin embargo, para revertir verdaderamente los efectos negativos del plástico, debemos buscar alternativas en otros recursos renovables que puedan ser garantes de un futuro sostenible.