Estudios similares han demostrado que el plástico está en todos lados (incluso en lo que comes), en la sal marina y también en la cerveza.
Por: Ecoosfera
Lo sabemos: el plástico está en todos lados. Tan es así que para el año 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Este material del que prácticamente está hecho todo lo que nos rodea se ha encontrado incluso en el agua embotellada que consumimos. Otros estudios han hallado plástico en tamaño microscópico en nuestros estómagos. Sin duda se trata de un problema mucho más grande de lo que la cotidianidad nos deja pensar.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature Geoscience ha demostrado que el microplástico también es volátil. De acuerdo con el reporte, regiones muy alejadas de los mares y las ciudades también se ven afectadas por la contaminación por plástico, ya que este en partículas muy pequeñas puede ser transportado por el viento, incluso hasta áreas muy remotas.
El grupo de científicos que lideran la investigación encontró un promedio de 365 muestras de residuos (entre partículas de plástico y fibras) por metro cuadrado en los Montes Pirineos, en Francia.
En zonas urbanas, donde la contaminación es más fuerte, desgraciadamente es normal encontrar concentraciones similares de residuos; pero en lugares tan alejados de la acción humana, es “impresionante y preocupante”, según afirma Steve Allen de EcoLab, el centro de investigación responsable del estudio.
Los microplásticos más comunes son el poliestireno y el polietileno, materiales utilizados en bolsas o material para empacar que generalmente se utilizan una sola vez.
Al ser ingeridos por animales, los microplásticos crean una falsa sensación de saciedad, que afecta el funcionamiento de los organismos; en humanos afecta de manera similar, y al ser hallados en ocasiones en tejido pulmonar humano, se cree que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
Los Pirineos franceses se encuentran a seis kilómetros del pueblo más cercano, y a 120 kilómetros de la ciudad más cercana. Las muestras fueron recolectadas en invierno, por lo que los investigadores creen que en verano, cuando el clima seco permite a las partículas viajar más fácilmente por el aire, este número podría ser mayor.
Estudios similares han demostrado que el plástico está en todos lados (incluso en lo que comes), en la sal marina y también en la cerveza. Por ello es necesario cambiar de hábitos a nivel mundial para evitar que este contaminante silencioso siga entrando en la cadena alimenticia, tanto de humanos como de animales.
Fuente: www.ecoosfera.com