Además, en China esta flor tiene un significado completamente distinto al que tiene en Japón.
Por: Ecoosfera
Todos asociamos los cerezos con Japón. Pero en China pueden observarse algunos de los más poéticos parajes primaverales, gracias al delicado florecimiento del cerezo en regiones del centro del gigante asiático, así como en algunos de sus parques y espacios públicos, que se pintan de rosa durante la primavera.
En Shanghái se realiza el Shanghai Cherry Blossom Festival en el parque Gucun, en el cual se exhiben mas de 10,000 árboles de cerezo y hasta 82 variedades de esta flor. Pero la vista más hermosa la ofrece la provincia de Guizhou.
Aunque los cerezos se dan naturalmente en China, como en otras partes del este asiático, esta flor también es un recordatorio de la invasión japonesa que ocurrió en la primera mitad del siglo XX. Muchos de los árboles de cerezo llegaron en aquel entonces a los parques de las ciudades, aunque otros cerezos fueron regalos que simbolizaban la amistad entre ambos países. Una curiosa dialéctica, sin duda.
En China, como en Japón, el cerezo posee un fuerte simbolismo.
Pero es muy distinto.
Para los japoneses, el cerezo o sakura –que, por cierto, es un nombre propio también– está ligado a las virtudes de una vida corta, como lo es la de sus propias flores. Esto se encuentra asociado a los ideales budistas sobre los ciclos de la vida y la muerte, así como a la existencia de los samuráis, para quienes la esperanza de vida solía ser corta.
En cambio, en China el cerezo se asocia a la belleza femenina, así como a su poder y fortaleza. Además, en la medicina tradicional se cree que puede potenciar el amor y la pasión, y cuando se regala un cerezo éste simboliza la vida, no en forma cíclica, sino quizá más como un tributo a la vida presente.
Fuente: www.ecoosfera.com