Para Dulce y Olga Álvarez, el reciclaje es el negocio familiar. Sin embargo, ellas trajeron nueva tecnología y nuevas ideas a la fábrica de su padre Manuel. Así fue como esta familia de microempresarios mexicanos inventó un impermeabilizante hecho de llantas usadas.
Las llantas usadas son recolectadas por toda la CDMX y el Estado de México. Luego de que los camiones las dejan en la fábrica, ubicada en Ecatepec, comienza el proceso de limpieza y triturado. Una máquina refinadora retira los alambres con un imán y otra más separa el polvo, al cual se le aplica una fórmula para sellar. Al final del proceso, el producto se envasa en botes de 19 litros.
Además, las hermanas Álvarez actualizaron todos los procedimientos de la fábrica para hacer posible el uso, exclusivamente, de energía limpia. También eliminaron por completo la quema de las llantas, la cual es perjudicial para la salud de los trabajadores.
La Empresa ha recibido reconocimientos por el trabajo que están realizando, ya que el desperdicio que representan las llantas usadas y el daño que genera su combustión son problemas graves en México, en donde se estima que unas 50 llantas se desechan cada minuto -cada una tarda entre 300 y 500 años en degradarse.
La labor de Granutec va más allá del cuidado del medio ambiente. También apoyan a sus trabajadores más jóvenes para que terminen sus estudios y a aquello que cuentan con un poco más de experiencia, se les brindan capacitaciones para ayudarlos a que comiencen sus propios negocios.
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