Los globos no van al cielo. Van al mar.
Organizaciones ambientales buscan frenar una práctica cada vez más habitual en nuestro país que provoca graves impactos en el ambiente natural: la suelta de globos.
En su lugar proponen acciones con menor riesgo para la fauna autóctona y coherentes con la protección de la naturaleza.
Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Aves Argentinas, Vida Silvestre, Fundación de Historia Natural, Fundación Patagonia Natural, Prictma, Fundación Inalafquen y Fundación Cabure-í manifiestan su preocupación por las liberaciones de globos, e invitan a la reflexión sobre las implicancias nocivas para el ambiente, convocando al gobierno nacional a prohibir estas actividades en el territorio nacional.
Este tipo de eventos está asociado a causas nobles o de bien común: celebraciones patrias, conmemoraciones de personas fallecidas, concientización sobre enfermedades, festejos, actos políticos, entre otros motivos. Sin embargo se desconoce de los efectos e impacto sobre la fauna y el ambiente general.
Un globo con helio, en determinadas condiciones meteorológicas puede llegar a ascender hasta 10 km de altura, desplazarse durante 24 horas y recorrer hasta 3000 km de distancia. Por lo tanto, los globos tienen un radio de dispersión muy amplio que hace impredecible su destino final. Considerando que cerca del 70% de la superficie del planeta está cubierta por agua, la probabilidad de que los globos terminen en cuerpos de agua como lagunas, lagos, ríos o en el mar es muy alta, aunque se suelten en una ciudad. Por la misma razón pueden cruzar sin problemas los límites de municipios, provincias e incluso llegar a un país limítrofe.
En definitiva, el fugaz momento de regocijo visual generado por una suelta de globos, trae aparejado un aporte a la acumulación de residuos, que pueden ser una molestia para otros ciudadanos o una patología para un animal silvestre….
Fuente: http://noticiasambientales.com.ar/index.php?leng=es&nombremodulo=Noticias+Ambientales&id=7901