Pero para ello debemos comenzar ya la transición de energías fósiles a energías renovables (¿o esperaremos a que se acabe el petróleo?).
Por: Ecoosfera
Quizá nunca habíamos estado tan cerca de una catástrofe planetaria. El colapso se antoja inevitable y, en lo que seguimos imaginando las nuevas narrativas del siguiente episodio de nuestra historia, parece que un elemento clave –y eso si queremos formar parte de ese nuevo episodio– es que transitemos hacia otros modelos energéticos. Porque, de todas formas, el petróleo ya no es una opción, ya que desde 2005 alcanzamos el pico de petróleo a nivel mundial.
Energías renovables para todos
Según un artículo publicado en Popular Science y que rastrea algunas investigaciones y reportes elaborados recientemente, 139 países podrían obtener el total de su energía de fuentes renovables. Esto significa que dichos países podrían dejar las energías fósiles para el año 2030 –una fecha que muchos expertos han marcado como el límite de nuestro predicamento–, sin que este cambio en el modelo energético implique desventajas económicas ni sociales de ningún tipo.
De hecho, las ventajas son muchas…
A partir del análisis de las condiciones naturales de cada país –esto es, su disponibilidad de luz solar, aire y energía geotérmica– se llegó a la conclusión de que para 2030, 139 países podrían generar toda su energía a partir de fuentes renovables, mientras que para el año 2050 esta cifra podría llegar hasta el 100%.
Esto traería un cúmulo de ventajas, entre ellas una mayor autonomía para cada país, surgida de una mayor soberanía energética. Además se usarían menos tierras en promedio, y se evitaría la minería y otras actividades similares que son necesarias para la obtención de materias primas fósiles. Esto no sólo ayudaría a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, sino que reduciría drásticamente la contaminación atmosférica, misma que, sólo en México, cobra la vida de 17,000 personas cada año.
¿Es realista este diagnóstico?
Según el artículo mencionado, algunos países requerirían de mayor esfuerzo que otros para completar la tarea de volverse energéticamente sustentables. No obstante, y si todos aportamos a esta transición, esto realmente puede suceder. Porque la generación de energías limpias es mucho más flexible que la de energías fósiles, pues incluso las azoteas o –como en la India– los techos de camiones y de trenes, pueden ser espacios donde colocar paneles solares.
De hecho, pensar esta transición en términos comunitarios también será esencial. Si no se crean redes de generación energética autónomas –de las cuales ya tenemos incipientes ejemplos en México–, será difícil alcanzar el objetivo deseado. Y es que las energías renovables pueden ser un negocio y, como tal, no ser puestas al servicio de la gente, sino de intereses económicos.
Así que debemos ser guardianes de este proceso, así como actores activos en esta transición. Y no debemos olvidar que, más allá de cómo generemos nuestra energía, lo más importante está en pensar nuevas maneras para organizar la vida en colectividad. Sólo así superaremos nuestra consumista dependencia energética y tendremos una mejor relación con la naturaleza.
Fuente: www.ecoosfera.com