Por: Laura F. Zarza
Cada 22 de marzo Naciones Unidas celebra el Día Mundial del Agua y, con ellos, el resto del mundo. Tras 26 años poniendo en valor la esencialidad del agua en nuestras vidas (se declaró en diciembre de 1992 y se celebró por primera vez un año después) con temas como “Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?” o “La naturaleza al servicio del agua”, ha llegado la hora de mirar hacia el futuro sin dejar a nadie atrás. Porque, al contrario de lo que muchos puedan pensar, el agua no es infinita y, los cada vez más escasos recursos hídricos del planeta merman con:
- La sobreexplotación de acuíferos: para 2025, las extracciones de agua habrán aumentado en un 50 %, principalmente en países de bajos ingresos o en países y regiones con escasez absoluta de agua (Global Water Institute, 2013).
- El crecimiento de la población: la tendencia sugiere que para el año 2050 la población aumentará a 10.000.000.000 de personas (Libro Blanco de la Economía del Agua).
- El cambio climático: según ACNUR solo en 2016 más de 22 millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares a consecuencia de los desastres naturales ocurridos en 118 países y territorios de todo el mundo (iAgua Magazine 18).
- Los conflictos bélicos y políticos: numerosos conflictos en diversas regiones del mundo están teniendo al agua como protagonista, acercándonos cada vez más a la Gran Guerra Mundial por el Agua.
Según la ONU, el uso del agua ha aumentado en todo el mundo en aproximadamente un 1 % por año desde la década de 1980, impulsado por una combinación de crecimiento de la población, desarrollo socioeconómico y cambios en los patrones de consumo.
Conocer y concienciar sobre las razones por las que tantas personas se quedan sin acceso al agua segura es la prioridad de este año.
No dejar a nadie atrás
“Leaving No One Behind” o “No dejar a nadie atrás” es el lema escogido este año por Naciones Unidas para recordar que el agua es un derecho humano y que, hoy en día, miles de millones de personas siguen viviendo sin acceso a agua segura o, lo que es lo mismo, sin un servicio de agua potable administrado de manera segura. Y lo hace poniendo en foco en los grupos marginados como mujeres, niños, refugiados o pueblos indígenas, que habitualmente se pasan por alto y que, a menudo, se enfrentan a la discriminación cuando tratan de acceder y administrar el agua potable que necesitan.
En 2010, la ONU reconoció “el derecho al agua potable limpia y segura y al saneamiento como un derecho humano que es esencial para el pleno disfrute de la vida y todos los derechos humanos”, y esto implica a todos, sin discriminación, porque tanto el acceso al agua potable como a las instalaciones sanitarias son factores clave para impulsar el desarrollo. De hecho, una de las metas del Objetivo 6 de Desarrollo Sostenible (ODS 6) consiste en garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos de aquí a 2030 y, por definición, eso significa no dejar a nadie atrás.
Ilustraciones para el material promocional de la campaña 2019 del Día del Agua. De izquierda a derecha: Agua para todas las personas de edad, Agua para todos los refugiados, Agua para toda la población rural (Imágenes ONU Agua).
Ilustraciones para el material promocional de la campaña 2019 del Día del Agua. De izquierda a derecha: Agua para todos los pueblos indígenas, Agua para todos los estudiantes, Agua para todos los trabajadores (Imágenes ONU Agua).
Pero son muchas las personas que se quedan sin agua segura y las razones no son pocas: el género, la raza, la etnia, la religión, la discapacidad o el estatus económico y social, son algunas de las causas que se unen a los ya mencionados con anterioridad, que afectan de forma desmedida a los grupos marginados a través de los impactos en el agua. Esto hace que cerca de un tercio de la población mundial no utiliza servicios de agua potable gestionados de forma segura y solo dos quintos tienen acceso a servicios de saneamiento fiables. Pero las cifras son aún más vertiginosas:
- Un total de 2.100 millones de personas viven sin agua potable en sus hogares.
- Una de cada cuatro escuelas primarias en todo el mundo carece de abastecimiento de agua potable, y los alumnos consumen agua de fuentes no protegidas o pasan sed.
- Más de 700 niños menores de cinco años mueren todos los días de diarrea causada por agua insalubre o un saneamiento deficiente.
- A nivel mundial, el 80 % de las personas que tiene que usar fuentes de agua no seguras o no protegidas vive en las zonas rurales.
- Las mujeres y las niñas son las encargadas de recoger el agua en ocho de cada diez hogares que carecen de agua en la vivienda.
- Más de 800 mujeres mueren todos los días debido a complicaciones en el embarazo o en el parto.
- Para los 68,5 millones de personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares, el acceso al abastecimiento de agua potable es muy problemático.
- Aproximadamente 159 millones de personas recogen el agua potable de fuentes de agua superficial, como los estanques y arroyos.
- Alrededor de 4.000 millones de personas —casi dos tercios de la población mundial— padecen una escasez grave de agua durante al menos un mes al año.
- Un total de 700 millones de personas en todo el mundo podrían verse desplazadas por la intensa penuria de agua de aquí a 2030.
Según el Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo mundial del agua 2019, una mejor gestión de los recursos hídricos y el acceso a agua potable y saneamiento para todos es esencial para erradicar la pobreza, construir sociedades pacíficas y prósperas y asegurar que “nadie se quede atrás” en el camino hacia el desarrollo sostenible.
Las consecuencias de la falta de acceso a un agua segura
La relación entre los recursos hídricos mundiales disponibles y la densidad demográfica mundial está irregularmente repartida en las diferentes regiones del mundo, siendo un factor condicionante de las desigualdades que existen en la actualidad.
Esta desigualdad ha llevado a que alrededor de 844 millones de personas aún carezcan de un servicio básico de agua potable. Además, los datos que relacionan la riqueza de los hogares con el acceso al agua indican que existen aún disparidades enormes entre los países ricos y pobres a la hora de tener un acceso fácil y eficaz al agua, una realidad que se ve enormemente influida con el hecho de que, según la ONU, los países más ricos suelen recibir servicios de agua, saneamiento e higiene de calidad a un coste (a menudo muy) bajo, mientras que los pobres pagan un precio mucho más alto por un servicio de igual o menor calidad.
El acceso al agua limpia, el saneamiento y la higiene deben considerarse elementos fundamentales para la salud, la educación, la nutrición y la igualdad de género. Sin éstos, las consecuencias pueden ser devastadoras para aquellos que lo padecen.
¿Por qué es importante?
La importancia del ODS 6 radica, según la Directora General de la UNESCO, en que “el agua y el saneamiento pueden contribuir considerablemente al logro del amplio conjunto de objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que van desde la seguridad alimentaria y energética hasta el desarrollo económico o la sostenibilidad ambiental”.
Los desafíos del agua pasan por gestionar y utilizar el recurso de una manera sostenible para que las generaciones futuras no tengan que pagar el precio de no hacer frente a lo que hoy está en nuestras manos.
Este 22 de marzo vuelve a ser una oportunidad más para denunciar los problemas relacionados con el agua y tomar medidas para cambiar la situación. Vuelve a ser una oportunidad más para conocer y concienciar sobre las razones por las que tantas personas se quedan sin acceso al agua segura es la prioridad de este año. Y vuelve a ser una oportunidad más para aprender que ya no nos queda margen para el error; que no podemos dejar nadie atrás. ¿Aprenderemos la lección?
Fuente: www.iagua.es