Por: Jaime Ripa
100 x 100 madera ha dado otra vuelta de tuerca a la arquitectura verde. Hace cuatro años acuñaron la construcción biopasiva, un concepto que combina la máxima eficiencia energética con el uso de materiales respetuosos con el medio. “Utilizamos madera de bosques con certificados de sosteniblidad, papel reciclado, lino, lana de oveja, cáñamo, pinturas minerales. E intentamos que sean materiales de proximidad”, desarrolla Ander Echevarría, director técnico-comercial de la empresa. Prueba de ello es su misma oficina, situada en Guadalix de la Sierra, el edificio que menos consume de Madrid (unos 600 euros al año por los 4.800 de media de las viviendas de la zona) y la primera certificada Passivhaus de la comunidad. O la casa de madera más grande de España, de unos 650 metros cuadrados y ubicada en Torrelodones, biopasiva, desionizada (para evitar el estrés) y que calienta el agua y a si misma con aerotermia. Al mes, menos de 150 euros.
¿De dónde sale el ahorro? “Son casas que no necesitan calefacción o aire acondicionado. En invierno, el aire nuevo recupera las calorías del aire viciado que extraemos de la vivienda con un intercambiador térmico, ayudando a mantener la temperatura interior”, detalla el director. “Y en verano el aire nuevo que entra ese enfría gracias al aire viciado que extraemos, mezclándose en ese mismo dispositivo”.
“La gente está harta de pagar dinerales en calefacción y aire, de ver casos de pobreza energética”, opina Echevarría, que dice haber duplicado su negocio respecto al año anterior. “Lo que más nos están pidiendo ahora son comunidades de vecinos que tienen un gasto excesivo y quieren rehabilitarlos energéticamente. Es mucho más fácil vender este producto hoy en día que vender lo que se ha venido construyendo en los últimos cuarenta años”.
Fuente: www.elpais.com