Cada año se producen en el mundo casi 300 millones de toneladas de plástico. Y la fabricación global de este material crece sin parar. Lo que es a priori un material bueno para el desarrollo de nuestra civilización, se está tornando en una amenaza para la biodiversidad. Porque el plástico mata a muchos animales.
Principalmente en forma de envases un ciudadano del primer mundo consume una media de 100 kg al año, lo que nos lleva a que la producción de plásticos de lo que llevamos de siglo supere a la de todo el siglo XX.
Los animales que ingieren plástico suelen morir de hambre debido a la acumulación de contaminantes dentro de su cuerpo. La agonía les lleva a sufrir desnutrición e incluso asfixia debida a los trozos de plástico que se atascan en sus tráqueas.
En Europa únicamente se recicla entre el 20 y el 30% del plástico consumido.
El plástico que no se recicla acaba en el mar, en vertederos o se incinera. La solución pasa por dejar de lado nuestra adicción a consumir objetos de plástico, muchos de ellos de un solo uso y cambiar nuestro estilo de vida. Esto sin duda incidirá en un cambio en el sistema de producción que nos inunda de productos de plástico de bajo costo.
Y es una contaminación que ha llegado para quedarse entre nosotros durante mucho tiempo. Las estimaciones de la degradación de algunos de los plásticos más habituales van desde los centenares a los miles de años.
Se estima que al menos unas 270 especies diferentes de animales han ingerido grandes cantidades de plásticos, lo que amenaza su existencia y les provoca cambios fisiológicos y de comportamiento.
Unos 100,000 mamíferos marinos y 1 millón de aves acuáticas mueren como consecuencia de esta contaminación. Las actividades pesqueras llevan a arrojar redes y aperos de plástico que terminan ahogando a miles de focas, leones marinos, delfines y tortugas.
Según publicó la revista Science, entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de residuos plásticos llegan a los mares cada año. Las especies marinas son vulnerables a los fragmentos de plástico, tanto a los trozos grandes como a los pequeños y se está estudiando cómo afectan al desarrollo de las larvas de peces.
Las larvas ingieren partículas de plástico de menos de cinco milímetros, que proceden sobre todo de las microesferas de plástico que se usan en la fabricación de productos cosméticos y de aseo. Esta ingestión les causa problemas reproductivos y amenaza su supervivencia. En los experimentos, las larvas de peces expuestas a micropartículas de plástico durante su desarrollo experimentaban cambios en su comportamiento y crecían menos, lo que se traduce en un aumento de su tasa de mortalidad….
Fuente: http://www.ecointeligencia.com/2016/06/plastico-mata-animales/