Este descubrimiento podría ayudar a eliminar el plástico en sitios como el océano y otras áreas terrenales.
Por: Ecoosfera
De acuerdo con el sitio web de Phys.org, los científicos descubrieron que una de las orugas más comunes, la Galleria mellonella, se ha estado alimentado de polietileno, un tipo de plástico que es usado principalmente en las bolsas desechables. Sin embargo, ¿qué implica este evento para la conservación del medio ambiente?
Las orugas de cera son consideradas una peste para la población de las abejas y algunas plantas. Por esta razón, hay quienes usan bolsas de plástico para prevenir su proliferación en jardines y cercanías. Fue así que Bertocchini, la líder de la investigación, se dio cuenta que las bolsas de plástico que había dejado para prevenir a las orugas comenzaban a tener pequeños hoyos; y después de una inspección más cercana, notó que las bolsas estaban siendo consumidas por las orugas para tratar de alcanzar su libertad.
Al realizar la investigación, Bertocchini y sus colegas, encontraron que las bolsas de plástico se estaban degradando más rápido de lo normal, y esto se debe a que las orugas producen una especie de enzimas que rompe el plástico hasta su desaparición. Gracias a ello, los científicos han considerado un método biodegradable para limpiar al medio ambiente de la contaminación de plástico.
En palabras del primer autor del estudio, Paolo Bombelli, “Si una sola enzima es responsable de este proceso químico, su reproducción a larga escala con métodos biotecnológicos podrá ser viable. Este descubrimiento podría ayudar a eliminar el plástico en sitios como el océano y otras áreas terrenales.” Además, “la oruga produce algo que rompe el vínculo químico, quizá en sus glándulas salibales o una bacteria simbiótica en su estómago. El próximo paso es tratar de identificar el proceso molecular en su reacción e insolar la enxima responsable.”
Dicen que la Naturaleza es sabia, y encuentra siempre la manera de surgir resiliente y victoriosa. Las personas alrededor del mundo desperdician alrededor de miles de millones de bolsas de plástico cada año, las cuales tienden a degradarse en un periodo de un siglo o más y tienen importantes consecuencias en el medio ambiente.
Los vencejos comunes (Apus apus) se han adaptado de manera extrema a la vida aérea. Hasta ahora, los zoólogos habían supuesto que en realidad estos pájaros comen y duermen mientras vuelan. Solo la nidificación está reservada a la tierra firme. “Comen y duermen mientras están en el aire. Esto es algo que los investigadores han creído desde la década de 1950, y ahora podemos demostrar que es cierto”, dice Anders Hedenström, profesor del departamento de Biología de la Universidad de Lund, en Suecia.
Hace tres años, un equipo de la universidad sueca observó que entre los vencejos comunes había individuos que vivían en el aire al menos diez meses consecutivos sin posarse, batiendo un récord mundial de permanencia de vuelo. Otros científicos demostraron, además, que el vencejo alpino podía vivir gran parte del tiempo en el aire.
En un estudio, publicado ahora en la revista Journal of Avian Biology, Hedenström y sus colegas suecos e italianos estudiaron cuatro individuos de otra especie, el vencejo pálido (Apus pallidus), un ave del sur de Europa, Oriente Medio y África con rasgos muy similares al vencejo común. Los resultados muestran que las aves están en el aire sin posarse entre dos y tres meses y medio, dependiendo del ejemplar.
Gracias al uso de registradores de microdatos atados a los pájaros, los investigadores midieron el movimiento de las alas al batir. Los dispositivos registraron la actividad cada cinco minutos, así como la ubicación del individuo una vez al mes.
Con este método, los biólogos determinaron que las aves viven durante meses en el aire en invierno, el período del año que pasan en África occidental después de la temporada de reproducción en Italia. “Se posan cuando se reproducen debajo de una teja o en un agujero; el resto del tiempo viven en el aire. Comen insectos mientras vuelan, y cuando alcanzan una gran altitud y comienzan a planear, en realidad duermen durante cortos períodos de tiempo”, explica Hedenström.
Un equipo de la universidad sueca observó que entre los vencejos comunes había individuos que vivían en el aire al menos diez meses consecutivos sin posarse, batiendo un récord mundial de permanencia de vuelo.
La época de cría dicta los tiempos
La temporada de reproducción determina por qué los vencejos pálidos no pueden volar durante tantos meses seguidos lo hace el vencejo común. Los vencejos pálidos tienen dos puestas por temporada, mientras que el común solo una. “Sin embargo, en realidad no importa si una especie pasa tres o diez meses en el aire. Ambas están adaptadas para vivir en ese elemento, están diseñadas para volar con la máxima eficiencia energética, independientemente de si están aleteando o planeando”, recalca el investigador.
Aunque volar es la actividad que más energía demanda en las aves, Hedenström revela que, aun viviendo en el aire menos tiempo, un ruiseñor, por ejemplo, gasta tanta energía como un vencejo pálido, que está en el aire todo el tiempo.
Por otra parte, el estudio indica que los vencejos tienen una alta tasa de supervivencia en comparación con muchas otras aves. La explicación puede estar en el hecho de que estos pájaros dediquen tanto tiempo de sus vidas a permanecer en el aire, donde los depredadores no pueden capturarlos del mismo modo que en el suelo o en el nido. Además, cuando están volando, los parásitos no afectan a estas aves de la misma manera que si se posaran más.
Un error de percepción salvó la vida de este can indómito.
Por: Ecoosfera
Los lobos son animales de naturaleza noble y comunitaria. Y son los ancestros y parientes de nuestros mejores amigos, quienes han heredado estos rasgos. Pero contrario a los perros, los lobos son salvajes, y pueden dejarse llevar por primigenios instintos de ferocidad al entrar en contacto con los seres humanos. De ahí nuestro miedo y respeto hacia estos animales.
Antes de acercarse a uno de estos canes agrestes cualquiera lo pensaría dos veces.Pero para este lobo, fue una fortuna que lo confundieran con perro.
En Estonia, tres hombres se encontraban trabajando en la presa de Sindi, en el gélido río Parnu, cuando vieron algo totalmente fuera de lugar: un animal nadando en el agua helada.
Por su forma y pelaje, creyeron que se trataba de un perro.
A sabiendas de que el can no sobreviviría por mucho tiempo, los hombres se organizaron para rescatarlo. Ahí donde el hielo era demasiado espeso para que nadara el animal, los tres hombres (Rando Kartsepp, Robin Sillamäe y Erki Väli) trituraron el hielo de la orilla y pudieron nadar más cerca y poner al animal a salvo.
Al sacarlo de entre los hielos, los hombres descubrieron que se trataba de un lobo.
Tras la sorpresa, los hombres llevaron al animal –que sufría de un shock hipotérmico– a un refugio, donde pudo recuperarse para ser liberado a los pocos días, colocándosele antes un collar con GPS integrado para monitorear su ubicación,según informaron diversos medios.
Y es que en Estonia el lobo gris fue nombrado el animal nacional en 2018, entre otras cosas para promover la protección y cuidado de estos canes, de los cuáles hay 200 en este país báltico, y que están en peligro de extinción en otros países, como México.
Así que lo que hicieron estos hombres contribuyó a la conservación de este precioso ser. Y seguramente lo habrían hecho aunque supiesen que se trataba de un animal potencialmente peligroso. Porque, después de todo, Estonia lleva 150 años sin registrar ataques de lobos a personas, y ya se ha comprobado que el lobo también puede ser amigo de los hombres.
Incluso han sido los lobos quienes han rescatado humanos, como en el caso del español Marcos Rodríguez Pantoja, quien fue criado por lobos. Historias como estas nos dejan valiosas reflexiones sobre respeto y solidaridad entre humanos y animales, o animales y humanos.
Una investigación examinó los cuerpos de 50 animales mamíferos marinos y encontró muestras de microplásticos en cada uno de ellos.
Por: Ecoosfera
El microplástico es cualquier resto de plástico menor a cinco milímetros de longitud (el tamaño de una semilla de mostaza). Pero la necesidad y necedad humanas por utilizar plástico en ropa, botellas, empaques y redes de pesca está llenando los océanos de microplástico. De hecho, el microplástico está tan presente que ya se encuentra en el cuerpo de prácticamente cualquiera de los animales que habitan en el mar.
Y es que una muestra de 50 animales marinos distintos, entre las que se cuentan diez especies de delfines, focas y ballenas, tenían un promedio de 5.5 partículas de microplástico en sus cuerpos al morir.
El equipo multidisciplinario de la Universidad de Exeter, el Plymouth Marine Laboratory y los Greenpeace Research Laboratories, todos en el Reino Unido, aclaró que los mamíferos marinos fallecieron por diferentes causas previas al estudio.
A pesar de que la cantidad de microplástico en sus cuerpos no sugiere que los animales fallecieran al ingerirlo, el efecto de estos materiales en la vida marina no se conoce a ciencia cierta. Los investigadores destacan que es un hecho que los mamíferos marinos entran en contacto con microplásticos a través de su comida, por lo que toda la cadena alimenticia estaría expuesta a la contaminación por plástico.
Además, el hecho de haber encontrado desechos plásticos en cada uno de los animales debería poner a la comunidad internacional en alerta, según la directora de Greenpeace en el Reino Unido, Louise Edge:
“Es vergonzoso que cada mamífero marino analizado tuviera microplásticos en su sistema digestivo, y muestra la escala de la contaminación por plástico en nuestros mares.” Y añade: “Esto es una evidencia más de que los gobiernos y las grandes empresas necesitan dirigir sus esfuerzos en reducir drásticamente el uso y desecho de plásticos, en detener el flujo de contaminación por plástico hacia nuestros ríos y océanos y hacia las bocas de la vida marina salvaje.”
La trampa del reciclaje individual
El World Economic Forum ya había advertido hace unos años que para 2050, la cantidad de plástico en los océanos superaría la cantidad de peces. Otros estudios han encontrado que el plástico está presente incluso en la sal marina y en muchos otros productos de consumo humano. La Agencia Europea del Medio Ambiente estima que 100,000 mamíferos marinos y 1 millón de aves mueren cada año por causas relacionadas con los 10 millones de toneladas de residuos plásticos que terminan en el mar durante el mismo periodo.
En realidad, el macabro hallazgo de plástico en el cuerpo de delfines, focas, marsopas y ballenas no es una novedad, sino la triste constatación de que mundialmente no estamos haciendo lo suficiente por preservar la vida marina.
Greenpeace alertó desde hace tiempo que un estimado de 16 millones de botellas de plástico son usadas a diario en el mundo, y no todas pasan por un proceso de reciclaje luego de usarse. Muchas de estas terminan en el océano, y finalmente llegan a los cuerpos de sus habitantes:
Los plásticos contaminan la tierra y el agua. Los desechos se agrupan en islas y llegan a los animales. Pero además de indignarnos es necesario entender que la solución no proviene (solamente) de disminuir nuestro consumo personal de plástico, sino en presionar a los gobiernos y empresas para que utilicen menos plástico en sus empaques, o bien para que promuevan estrategias de reciclaje efectivo que ayuden a aliviar la contaminación de los mares.
Cambiar nuestros hábitos de consumo de plástico es muy bueno, pero necesitamos entender que los cambios individuales deben servir para impulsar cambios sistémicos, no solo a nivel personal. Por desgracia, evitar utilizar recipientes plásticos y no pedir tu bebida favorita con popote no alivia mucho la contaminación marina, pero si los consumidores adoptan un papel activo y crítico con respecto a las marcas que consumen, estas podrían favorecer opciones de empaque más sensibles con el medio ambiente si ven mermadas sus ganancias.
Sí, las bolsas de tela y los popotes de bambú son muy lindos, pero en el gran esquema de la contaminación humana de los mares, solamente son un paliativo de concienciapara no abordar el problema de fondo. Participar en campañas de reciclaje y promover activamente el consumo de productos sustentables son algunas opciones para cambiar en lo inmediato nuestra relación con el plástico.
Una nueva hipótesis es capaz de explicar por qué algunos icebergs antárticos están teñidos de verde esmeralda en lugar del azul normal, lo que potencialmente resuelve un misterio científico de décadas.
El hielo puro es azul porque el hielo absorbe más luz roja que luz azul. Pero desde principios del siglo XX, los exploradores y navegantes informaron haber visto peculiares icebergs verdesalrededor de ciertas partes de la Antártida. Los icebergs verdes han sido una curiosidad para los científicos durante décadas, pero ahora los glaciólogos informan en un nuevo estudio que sospechan que los óxidos de hierro en el polvo de roca de la parte continental de la Antártida están volviendo verdes algunos icebergs.
Formularon la nueva teoría después de que investigadores australianos descubrieran grandes cantidades de hierro en la plataforma de hielo Amery de la Antártida oriental. El hierro es un nutriente clave para el fitoplancton, las plantas microscópicas que forman la base de la red alimentaria marina. Pero el hierro escasea en muchas zonas del océano.
Si los experimentos demuestran que la nueva teoría es correcta, esto significaría que los icebergs verdes están transportando hierro precioso desde el continente de la Antártida al mar abierto cuando se rompen, proporcionando este nutriente clave a los organismos que sustentan a casi toda la vida marina.
El hielo puro es azul porque el hielo absorbe más luz roja que luz azul. Pero desde principios del siglo XX, los exploradores y navegantes informaron haber visto peculiares icebergs verdes alrededor de ciertas partes de la Antártida.
Caño Cristales, famoso por sus llamativos colores, es una corriente natural de agua que cambia de color debido a una planta, la ‘macarenia clavigera’.
Por: BBC NEWS
Apenas tiene 100 kilómetros de longitud y no sobrepasa los 20 metros de anchura. En su recorrido se puede apreciar tonalidades de azul, amarillo, naranja, verde y rojo, de ahí la denominación de “arco iris líquido” o “arco iris derretido”.
El mejor momento para apreciar este espectáculo de la naturaleza es en otoño, pues las precipitaciones ayudan a que los colores se aviven.
La ONG y el modelo y actor bilbaíno han unido fuerzas para una campaña de concienciación sobre el efecto de los microplásticos en el mar y los animales que lo habitan.
Por: eitb.eus
La ONG Greenpeace, en colaboración con el modelo y actor bilbaíno Jon Kortajarena, ha llamado a participar en una recogida de plásticos que ha organizado para el próximo domingo 10 de marzo en la playa de Ereaga (Getxo, Bizkaia), dentro de una iniciativa que planean extender a más playas del Estado español.
El objetivo, además de la propia limpieza del arenal, será la concienciación sobre el efecto de los microplásticos en el mar y en los animales marinos. Para ello, están previstos talleres y diversas actividades durante la jornada, en horario de 11:00 horas hasta las 15:00 horas. Greenpeace reclama una reducción en la producción de plásticos a nivel mundial, y una legislación más restrictiva para aquellas empresas que contaminan.
Además de prestar su imagen para difundir la iniciativa a través de las redes sociales, Kortajarena ha anunciado que él mismo estará ese domingo en Ereaga. Asimismo, diversas entidades políticas y sociales han mostrado su apoyo a la iniciativa, entre otras, el Ayuntamiento de Getxo, Ekologistak Martxan, Surfrider y Ondarroa12 Milia.
Los microplásticos y su impacto en el entorno marino son una preocupación creciente. Nunca se degradan del todo, los peces se los tragan y acaban en la cadena alimentaria humana a través de la pesca. Ya hace dos años expertos internacionales contabilizaron 40 toneladas de plásticos en el Mar Ártico, alrededor del Polo Norte.
Las pajillas para beber y las bolsas de polietileno pueden ser las más afectadas por las nuevas alternativas, pero el verdadero flagelo de los plásticos desechables es nuestra absoluta confianza en ellos.
Desde el transporte hasta la fabricación y los servicios de alimentos, el plástico está en todas partes, y combatir esta “contaminación blanca” requerirá un cambio radical del material en sí mismo.
Afortunadamente, los científicos, los ingenieros y los diseñadores están transformando su enfoque hacia alternativas ecológicamente amigables que sean capaces de crear ecosistemas circulares, de pocos residuos.
Estamos hablando de alternativas como la madera líquida, el aislamiento de algas y los sustitutos de polímeros hechos de almidón de plantas fermentadas como el maíz o las papas, por ejemplo.
Su utilidad va más allá de detener la creciente presencia de desperdicio plástico.
Garantizar viviendas seguras para una población en crecimiento, reducir las emisiones de carbono y devolver nutrientes a la tierra podrían ser metas alcanzables con estas nuevas tecnologías.
Lana mineral
Para transformar uno de los recursos más abundantes en el mundo en algo con utilidad y sostenibilidad, se necesita un tipo especial de alquimia.
La lana mineral proviene de la roca ígnea natural (la que se forma después de que la lava se enfría) y de un subproducto de fabricación del acero llamado escoria de soldadura.
Estas sustancias se funden y se convierten en fibras muy similares a las del algodón de azúcar.
A diferencia de las fibras de vidrio aislante (obtenidas a partir de vidrio reciclado) o la espuma plástica (el material conductor que se usa a menudo para bloquear la transferencia de calor en los áticos, techos y entresuelos), la lana mineral es capaz de ofrecer propiedades únicas como la resistencia al fuego, la capacidad acústica y térmica, la repelencia al agua y la durabilidad en condiciones climáticas extremas.
En los últimos años, este material ha ganado popularidad entre arquitectos y diseñadores respetuosos con el medio ambiente. Es el resultado de una búsqueda de materiales de construcción más sostenibles, pero sin perder los criterios de rentabilidad y estética.
The Rockwool Group es uno de los principales fabricantes y tiene instalaciones de producción en Europa, América del Norte y Asia.
La compañía ha empleado este material en edificios comerciales e industriales en todo el mundo, incluyendo el O2 Arena de Londres y el aeropuerto de Hong Kong.
A medida que los incendios forestales y las inundaciones aumentan en frecuencia y gravedad, la lana mineral brinda a las personas una medida adicional de seguridad en caso de desastres naturales.
Micotectura
Los hongos no son solo un sabroso ingrediente para los raviolis y la pasta ragu.
En poco tiempo estos organismos que crecen sobre los árboles o en el suelo del bosque podrían reemplazar materiales como el poliestireno, los empaques de protección, los materiales aislantes, los muebles, los materiales acuáticos e incluso los artículos de cuero.
MycoWorks, un equipo de ingenieros creativos, diseñadores y científicos, está trabajando para extraer los tejidos vegetativos de los hongos y solidificarlos en nuevas estructuras, trabajando los hongos de la misma manera que otros materiales orgánicos como el caucho o el corcho.
Evocative Design, otra compañía con sede en Nueva York, utiliza el micelio como agente de unión para mantener pegados los paneles de madera, así como para el embalaje ignífugo.
Los hongos están conformados por una red de filamentos llamados hifas. Cuando las condiciones de crecimiento son adecuadas, los cuerpos fructíferos (las estructuras especializadas para la producción de esporas) a menudo aparecen de repente.
De esta manera, es fácil lograr que los llamados productos miceliales germinen y crezcan. El micelio se puede cultivar en casi cualquier tipo de desperdicio agrícola, por ejemplo el aserrín y cáscaras de pistacho.
Los hongos crecen juntos dentro de estos ambientes y se les puede dar la forma deseada para formar polímeros naturales, que se adhieren como el más fuerte de los pegamentos.
Al hornear los hongos a temperaturas precisas, estos se vuelven inertes, lo que garantiza que el hongo no brote repentinamente durante una tormenta.
Si bien los rebozuelos, el shiitaki y el portobello pueden mezclar mejor con la pizza que en una masa de pegamento, una cosa está clara: el futuro son los hongos.
Ladrillos de orina
El cemento, el ingrediente principal del concreto, representa aproximadamente el 5% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo.
Por eso, investigadores e ingenieros están trabajando para desarrollar alternativas que consuman menos energía.
Entre ellas se encuentran los ladrillos hechos con los granos sobrantes de la industria cervecera, el concreto modelado a partir de antiguos diques romanos (los romanos fabricaban concreto mezclando cal y roca volcánica para formar un material altamente estable) y ladrillos hechos de…, bueno, orina.
Como parte de su proyecto de tesis, el estudiante del Edinburgh College of Art, Peter Trimble, estaba trabajando en una exhibición que se suponía que contaría con un módulo sobre sostenibilidad.
Casi por accidente, el estudiante creó “Biostone”: una mezcla de arena (por cierto, uno de los recursos más abundantes en la Tierra), nutrientes y urea, una sustancia química que se encuentra en la orina humana.
Al bombear una solución bacteriana en un molde relleno de arena, Trimble ideó cientos de experimentos en el transcurso de un año hasta que modificó la receta.
Los microbios eventualmente metabolizaron la mezcla de arena, urea y cloruro de calcio, creando un pegamento que unía fuertemente las moléculas de arena.
El diseño de Trimble ofrece una alternativa a los métodos de uso intensivo de energía con un proceso biológico de baja producción de microbios.
Biostone no produce gases de efecto invernadero y utiliza una materia prima ampliamente disponible.
Si bien el material de Trimble requeriría que el refuerzo fuera tan fuerte como el concreto, podría convertirse en una forma económica de construir estructuras temporales o mobiliario urbano.
Como mínimo, Biostone ha generado una discusión sobre las formas de hacer más sostenible la fabricación industrial, en particular en el África subsahariana y otros países en desarrollo donde la arena está fácilmente disponible.
Sin embargo, estos ladrillos biológicos tienen un inconveniente ambiental: el mismo metabolismo bacteriano que los solidifica también convierte la urea en amoníaco, que puede contaminar las aguas subterráneas si llega a estar en contacto con el medio ambiente.
Tablones de partículas más ecológicos
A pesar de su sofisticado nombre, los tablones de partículas (esos paneles rígidos hechos de astillas de madera comprimidas y resina, utilizados en muebles y gabinetes de cocina en todo el mundo) no aportan nada a la construcción ecológica.
Esto se debe a que el pegamento que une las fibras de su madera contiene tradicionalmente formaldehído: un químico incoloro, inflamable, de olor fuerte y conocido por irritar las vías respiratorias y causar cáncer.
Eso significa que tu estante de Ikea que imita madera está “desgasificando” toxinas hacia el aire, silenciosamente.
La compañía U Green creó un material hecho 100% de fibra de madera reciclada, llamado “Uniboard”.
Uniboard salva árboles y evita los vertederos, a la vez que genera muchos menos gases de efecto invernadero que los tablones de partículas tradicionales. Y no contiene toxinas.
Esto se debe a que el producto ha sido pionero en el uso de fibras renovables como tallos y lúpulos de maíz, y resina sin formaldehídos en lugar de pegamento.
No es ningún secreto que la extracción de petróleo, que se requiere para producir plástico, tiene consecuencias ambientales devastadoras.
Peor aún es deshacerse del plástico: los químicos tóxicos contenidos en este material a menudo se filtran hacia los alimentos, las bebidas y el agua subterránea.
Para sorpresa de muchos, el reciclaje simplemente ralentiza el viaje de los plásticos a los vertederos u océanos, donde el material simplemente se fragmenta en trozos cada vez más pequeños que nunca se biodegradan por completo.
Algunos informes predicen que, para 2030, 111 millones de toneladas métricas de plástico terminarán en vertederos y océanos.
El reciclaje es un paso en la dirección correcta.
Sin embargo, para revertir verdaderamente los efectos negativos del plástico, debemos buscar alternativas en otros recursos renovables que puedan ser garantes de un futuro sostenible.
Un análisis de una cohorte de nacimientos con 51 recién nacidos seguidos desde la infancia hasta los primeros 3 años de vida ha relacionado las mutaciones en los anticuerpos con un mayor riesgo de enfermedades alérgicas como el eccema. Los resultados ofrecen una visión detallada de cómo las variables ambientales determinan el desarrollo de las células B en los niños, abordando una pregunta de larga duración en el campo de la investigación de alergias.
Las poblaciones de células B humanas (productoras de anticuerpos protectores del cuerpo) contienen un repertorio diverso de receptores de células B (BCR), que se someten a un proceso de maduración conocido como hipermutación somática (SHM, por sus siglas en inglés) durante la exposición continua a las moléculas que activan el sistema inmunológico o los antígenos.
Los científicos sospechan que la exposición a patógenos y factores ambientales pueden determinar la forma en que se desarrollan las BCR y las variantes de anticuerpos (o isotipos) en bebés y niños pequeños, lo que a su vez influye en el riesgo de desarrollar afecciones alérgicas. Sin embargo, siguen sin estar claras las relaciones exactas entre la exposición ambiental, la maduración de anticuerpos y la alergia.
Más infecciones respiratorias y eccema
La investigadora Sandra Nielsen y sus colegas de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, examinaron varios tipos de anticuerpos y la composición de BCR en niños pequeños criados en diferentes entornos domésticos. Siguieron a 51 niños desde el nacimiento hasta los 3 años de edad, recolectando muestras de sangre de los sujetos en uno o varios puntos temporales anuales.
La secuenciación genética reveló que los niños con mayores frecuencias de SHM en dos isotipos de anticuerpos (IgD e IgM) mostraron tasas más altas de infecciones respiratorias, y los niños con eccema o alergias mostraron frecuencias elevadas de SHM en el isotipo de IgE, fundamental para las reacciones alérgicas.
Los científicos sospechan que la exposición a patógenos y factores ambientales pueden determinar la forma en que se desarrollan las BCR y las variantes de anticuerpos (o isotipos) en bebés y niños pequeños.
Curiosamente, los niños que crecen en hogares con productos de limpieza que contienen los químicos triclosán y triclocarban presentaban frecuencias más altas de SHM en los anticuerpos IgE, IgD e IgG. Nielsen y sus colegas dicen que se deben realizar estudios adicionales con grupos de pacientes más grandes para confirmar sus hallazgos y discernir otras influencias potenciales en el desarrollo de las células B.
Hoy celebramos el Día Internacional del Oso Polar, una fecha especial para concienciar sobre el impacto del cambio climático en las poblaciones de osos polares. Estas fotos de nuestro archivo muestran la belleza del que es el carnívoro más grande que habita en la Tierra, así como las amenazas a las que se enfrenta.
Algunos curiosidades sobre los osos polares que podrían interesarte son:
Los osos polares pasan la mayor parte del tiempo en el mar (su nombre científico es Ursus maritimus).
Tienen un gran sentido del olfato y unos 10 cm de capa de grasa para mantenerlos calientes.
Los machos suelen pesar entre 351 y 544 kg.
Cazan focas desde plataformas de hielo.
El pelaje de estos animales es transparente para que la luz solar atraviese su capa de pelo y la piel pueda absorber la mayor cantidad de calor posible.
Un oso polar descansa en las gélidas aguas de Svalbard en 2016.
Osos polares vistos desde la cubierta del Arctic Sunrise, mientras estaba amarrado a un témpano de hielo en el estrecho de Fram, en los límites del océano Ártico en 2011.
Osos polares vistos desde la cubierta del Arctic Sunrise, mientras estaba amarrado a un témpano de hielo en el estrecho de Fram, en los límites del océano Ártico en 2011.
Una madre oso polar y su cría sobre el hielo marino, al norte de Svalbard en 2013.
Una madre oso polar atrapada en tierra junto a sus dos crías en Kaktovik, Alaska, en 2011. A medida que se pierde el hielo marino del Ártico, a más de mil kilómetros de la costa, los osos polares tienen que dirigirse hacia el norte o nadar hacia el sur para llegar a tierra firme, ya que el hielo se derrite y rompe, disminuyendo la cantidad de tiempo que pueden pasar buscando alimento en el hielo marino.
Un hombre vigila cómo un oso polar llega a la costa, a las afueras de la aldea de Kaktovik, en la isla Barter, Alaska.
Científicos y científicas están utilizando el ADN de las muestras de pelo recogidas para determinar qué osos polares aparecen y durante cuánto tiempo. Esta información puede ayudar a minimizar los conflictos entre humanos y osos, y entender cómo es la situación actual de estos animales. El cambio climático reduce la cantidad de tiempo que pueden pasar en el mar cazando su presa favorita, las focas, y este análisis permitirá también saber si están cambiando su comportamiento para adaptarse a la pérdida de hielo marino.
De hecho hace 15 días, en el archipiélago ruso de Nueva Zembla, se declaró el estado de emergencia por una invasión masiva de osos polares. Unas imágenes de decenas de osos buscando comida en el basurero del pueblo que dieron la vuelta al mundo.
Una madre oso polar y sus dos crías cruzan las islas de Kaktovik al atardecer para alimentarse de un cadáver de ballena cazada por los inuit.
Tres osos polares sobre el hielo en la Bahía de Hudson en 2008.
Osos polares vagan sobre la nieve. Cabo Churchill, Bahía de Hudson, Canadá en 2008.
Dos osos polares se enfrentan en el hielo en la Bahía de Hudson en 2008.
Un oso polar sobre un bloque de hielo marino a la deriva en la cuenca Kane, en 2009. Los osos polares no pueden sobrevivir sin hielo marino, es necesario para alimentar a sus crías, para viajar y como plataforma para cazar focas, su principal fuente de alimento. Este oso parecía estar en condiciones saludables, sin embargo, la especie está en peligro de extinción debido a que el cambio climático está causando que su hábitat se derrita a gran velocidad. En los últimos 45 años, su población se ha reducido en al menos un 30%.
Un oso polar adulto que se acercó al Arctic Sunrise es fotografiado en el hielo al oeste de Svalbard en 2011. Los osos polares son cada vez más curiosos y, a menudo, se acercan a los barcos rompehielos. Este oso pertenece a la población del mar de Barents, que está en condiciones relativamente buenas (aunque otras poblaciones de osos polares en el Ártico se están viendo gravemente afectadas por la pérdida de hielo marino).
Un oso polar vaga en el hielo en la bahía de Hudson en 2008.
En 2009, un oso polar vaga por el hielo marino a la deriva en la Cuenca de Kane.