Convertirse en árbol: la nueva experiencia en realidad virtual

¿Qué se siente ser un árbol? Esta experiencia en realidad virtual te permitirá saberlo

Por: Ecoosfera

a realidad virtual ha abierto las puertas a nuestras capacidades cognitivas para experimentar otros mundos, y hasta otros cuerpos. Así, la tecnología puede ser una mediación entre nosotros y el mundo que potencie nuestra empatía –en lugar de aletargarnos y escindirnos del mundo–.

Mediante la realidad virtual podemos ser testigos de la muerte de una estrella, o incluso tecnologizar nuestra conciencia para experimentar un desdoblamiento corporal.

Ahora, el proyecto “Tree” te permitirá saber qué se siente ser un árbol.

Los artistas neoyorkinos Milica Zec y Winslow Porter crearon una plataforma inmersiva en 3D. Con ella buscan expandir la empatía y revelar los impactos del cambio climático sobre los bosques, desde la más primordial empatía.

Con “Tree”, estos artistas visuales esperan despertar algunas conciencias, a través de la experiencia personal y lo que ésta llegue a perturbar en las emociones de los jugadores.

Y es que no cabe duda que el cambio climático tiene también sus repercusiones emocionales. A raíz de esta reflexión, el filósofo Glenn Albrecht inventó un término para el dolor psíquico que experimentamos debido al cambio climático. “Solstagia” es un término que conjuga palabras en griego y latín cuyo significado combina las emociones de la desolación y el sufrimiento. Según Albrecht, la “solstagia” es el resultado de una erosión de nuestro sentimiento de pertenencia, y de nuestro desarraigo de la naturaleza.

Así, el dolor psíquico que nos puede ocasionar el cambio climático puede ser nombrado como “solstagia”

El proyecto inmersivo “Tree” hará sentir a los usuarios la solstagia mediante la tecnología, colocando el índice en lo personal que se vuelve el problema de la deforestación.

En “Tree” empiezas siendo una semilla y terminas siendo un frondoso árbol. 
Pero en algún punto tendrás que enfrentarte a los leñadores industriales.

Con ayuda del Lab Media del MIT, los artistas pudieron llevar su realidad virtual un paso más allá. Y es que “Tree” no sólo provee de estímulos visuales y auditivos, sino que incorpora también efectos de viento, vibraciones, temperaturas y aromas.

Gracias a estos efectos, los jugadores experimentar con todos los sentidos el ciclo de vida de uno de los seres más majestuosos que pueblan la tierra: el árbol kapok.

Durante los últimos momentos de la experiencia, variosjugadores lloraron o se quitaron el equipo, e incluso más individuos nos dijeron que la pieza les hizo sentir el cambio climático como algo personal por primera vez.

“Tree” estará disponible para su descarga esta semana, y será compatible con VIVE, VIVE Pro y Oculus Rift

Fuente: www.ecoosfera.com

Ir de compras sin usar plástico es posible (y muy fácil)

Además, es menos tóxico para ti y para el planeta.

Por: Ecoosfera

Dependemos del plástico. O eso creemos, porque estamos tan repletos de este material tóxico que ya no podemos imaginarnos una vida sin él –aunque nuestros padres y abuelos vivían perfectamente sin plástico–.

Afortunadamente cada vez más iniciativas globales, gubernamentales, comunales e individuales promueven una vida sin plástico, y demuestran que no dependemos de las bolsas y empaques hechos de este material. El estilo de vida zero waste (cero desperdicio) va todavía más allá, proponiendo una cotidianidad en la cual nada se desperdicie, sino que todo se transforme.

Pero vayamos paso por paso…

¿Cómo podemos empezar a no usar plástico al comprar y guardar?

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Algunas ideas del zero waste pueden ayudar, aunque quizá no quieras llevar a un punto tan radical tu iniciativa personal para combatir la contaminación. La clave para irradiar la conciencia contemporánea y ser un agente de cambio contra la crisis climática está en ir paso por paso.

Primero debemos dejar de ser dependientes del plástico. El secreto para ello está en utilizar tela, papel y materiales orgánicos al comprar y guardar tu comida.

A la hora de comprar…

Carga con bolsas reutilizables de todos tamaños

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  • Bolsas grandes de tela con asa

Estas pueden servir para transportar la compra total.

  • Bolsas de tela más pequeñas con cordones, o de malla
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Si vas a comprar frutas y verduras, procura no guardarlas en bolsa si no es necesario –si sólo llevas un par de cada fruta o verdura, o si tomas un manojo de espinaca, no es necesaria una bolsa–. Pero si vas a comprar una cantidad considerable y necesitas bolsa, usa bolsas reutilizables. Las puedes encontrar en tiendas en línea, y son elaboradas a partir de distintos materiales.

Aunque en ocasiones estas bolsas sean de materiales sintéticos –como las de malla–, por lo menos sabrás que puedes utilizarlas hasta que acabe su vida útil, la cual puede ser de años.

Además, estas bolsas también pueden servir para comprar a granel, lo cual es mejor porque se trata de alimentos más frescos, y porque te estarás ahorrando el envase en el que suelen venir las semillas, los cereales y otros productos semejantes.

  • Como última opción, utiliza bolsas de papel
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No son reutilizables, pero se degradan en 1 año, mientras que las bolsas de plástico tardan hasta más de 100 años. Aunque su producción y transporte es muy contaminante, por eso no te recomendamos usarlas.

¿Y las carnes?

Bolsas herméticas de silicón

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Puedes utilizarlas tanto para transportar –pidiéndole al carnicero que empaque ahí tu pedido– como para almacenar porciones. Lo mejor es que son reutilizables y muy resistentes. Puedes usarlas también para jamón y queso a granel.

A la hora de guardar…

Papel de cera de abeja

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Lo encuentras en línea, y es ideal para guardar todo tipo de alimentos: desde frutas y verduras hasta carnes, pan o comida preparada, como sándwiches. Está elaborada con algodón orgánico, cera de abeja, aceite de jojoba orgánico y resina de árbol. ¿Lo mejor? Es reutilizable y compostable –por si le quieres entrar a la fácil tarea de hacer composta casera–. Puedes conseguirla en línea buscándola como “bees wrap”.

Hojas de plátano

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Si vives en Latinoamérica, seguro estás familiarizado con las hojas en las cuales se envuelven algunos platillos tradicionales, como en México los tamales. Esta hoja la puedes encontrar en los mercados, y es una gran opción para almacenar todo tipo de alimentos. La puedes utilizar también para transportar carne o como recipiente para comer. Y lo mejor es que, al ser 100% orgánica, es 100% biodegradable.

Celofán

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No es tan buena opción como el papel de cera o las hojas de plátano, porque es difícil garantizar su procedencia. Pero es biodegradable, ya que es un polímero natural derivado de celulosa de fibras de madera y algodón. Además es a prueba de agua, permeable al vapor y está disponible en forma elástica.

Frascos de vidrio

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Éstos sirven para productos a granel, como semillas, cereales, nueces, azúcar, sal, especias y otros productos en polvo. También puedes almacenar pasta, arroz o frijol.

Tela

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También es una opción. Sobre todo si es de algodón y lo bastante delgada para que la verdura y la fruta puedan oxigenarse.

Guarda tus frutas y verduras con orden

Cuida de no apelmazar las frutas y verduras una con otras. Sepáralas según sean de hoja verde, coles, tubérculos o frutos. Algunas, como las de hoja verde, pueden guardarse envueltas en un poco de papel de cera. Esto también aplica para las frutas y verduras que puedan oxidarse, como el aguacate. También puedes ponerlas sobre una cama de papel de cera para que se absorba la humedad, sobre todo a las que sean más pequeñas, como los chícharos.

Otras verduras necesitan que perfores un poco su envoltura para poder respirar, como las coles y las judías.

Los ajos y las cebollas puedes conservarlos fuera del refrigerador, en una canasta de mimbre. Sólo envuélvelos con papel de cera si los cortaste y entonces sí, guárdalos en el refrigerador.

La clave…

Evita a toda costa comprar frutas, verduras, semillas, especias o carnes que ya vengan empacadas, porque no es necesario. Mejor apoya la economía local y asiste a mercados que vendan todo a granel.

Fuente: www.ecoosfera.com

ESTOS SON LOS ALIMENTOS DEL FUTURO, SEGÚN KNORR Y WWF

Knorr y WWF quieren diversificar el consumo alimenticio del ser humano, además de frenar el impacto ambiental

Por: Edna Odette González

PARIS, Francia.- En busca de promover una alimentación más diversa y saludable, la marca de alimentos Knorr, en alianza con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y expertos en nutrición, agricultura y sustentabilidad lanzaron el informe Los 50 Alimentos del Futuro, una serie de cultivos seleccionados debido a su valor nutrimental, accesibilidad, sabor y bajo impacto ambiental.

Actualmente, el 75% del consumo humano proviene solamente de 12 plantas y cinco especies animales, situación que tiene un fuerte impacto ambiental.

En México tenemos Jícama, nopales y amaranto

La jícama, el amaranto, los nopales, la linaza, el ajonjolí, destacan entre 17 de los 50 cultivos en México. Esta iniciativa busca fomentar en las personas el consumo de alimentos que beneficien su salud y al planeta y propone una preparación de platillos basándose en cuatro principios:

Más vegetales, más color, menos desperdicios y más de lo bueno, es decir menos sal, azúcar y grasas dañinas.

Aquí te compartimos la lista completa de los 50 alimentos del futuro

Alga:

  1. Alga marina de Laver
  2. Alga Wakame

Cactus:

  • Nopales

Hortalizas de frutas:

  • Flor de calabaza
  •  Okra
  • Tomates anaranjados

Setas:

  • Setas Enoki
  • Setas Maitake
  • Níscalos

Raíces:

  1. Salsifí negro
  2. Raíz de perejil
  3. Rábano de carámbano blanco

Tubérculos:

  1. Raíz de loto
  2. UBE
  3. Jícama
  4. Camote

Frijoles y legumbres:

  1. Frijoles negros
  2. Adzuki
  3. Marama
  4. Mung
  5. De soja
  6. Habas
  7. Lentejas
  8. Vigna subterránea
  9. Vigna unguiculata.

Cereales y granos:

  • Amaranto
  • Quinoa
  • Arroz integral
  • Trigo sarraceno
  • Trigo Khorasan
  • Trigo espelta
  • Mijo africano
  • Mijo Fonio
  • Teff

Hojas verdes:

  • Hojas de remolacha
  • Grelo
  • Col verde
  • Moringa
  • Pak-choi
  • Hojas de calabaza
  • Col morada
  • Espinacas
  • Berros

Nueces y semillas:

  • Linaza
  • Semillas de cáñamo
  • Ajonjolí  
  • Junglans

Fuente: www.m.mundoejecutivo.com.mx

Al trabajo en bicicleta, por tu bien y el de tu ciudad

Nos encanta movernos en coche. Así lo refleja un sondeo de la Fundación PONS sobre los españoles ante la nueva movilidad de 2018, en la que el 71 % de los encuestados escogió el automóvil como su principal modo de transporte para acudir al trabajo y el 52 % lo nombró como alternativa favorita a su medio de movilidad habitual.

Por: ecoticias

Aunque se empiezan a observar nuevas tendencias como el ‘carsharing’, el uso de la bicicleta o los vehículos de movilidad personal, el vehículo privado motorizado, continúa encabezando la lista de medios usados en España para trasladarse de la vivienda a la oficina. Como indican los datos del Observatorio de Movilidad Metropolitana (OMM), más de 60 % de los trabajadores de 22 áreas españolas decide subirse al coche y moto cada mañana. Esta pasión por el motor ha hecho de nuestras ciudades grandes paisajes de asfalto congestionados por un tráfico constante.

Al trabajo en bicicleta, por tu bien y el de tu ciudad

Tanto la OMS como la Comisión Europea consideran ya que el transporte urbano y su impacto en la salud suponen un problema de primer orden mundial. Nuestro país ha sido señalado en numerosas ocasiones por seguir vulnerando los límites de contaminación durante los últimos años, pero se nos ha dado una última oportunidad para tomar las decisiones adecuadas y sufragar el daño causado por las emisiones.

Durante el último año, nos hemos dado por aludidos y algunas de nuestras ciudades han puesto en marcha ordenanzas algo más restrictivas para limitar el tráfico y gestionar los picos de contaminación. Sin embargo, resulta contradictorio que, mientras se comienzan a implementar estas nuevas políticas, no haya síntomas de de que la ciudadanía quiera superar la dependencia diaria del coche.

Teniendo a disposición alternativas más recomendadas como el transporte público o la bicicleta, ¿por qué nos seguimos aferrando al uso del automóvil a la hora de ir a trabajar?

Tanto la OMS como la Comisión Europea consideran ya que el transporte urbano y su impacto en la salud suponen un problema de primer orden mundial.

Una mala costumbre

“Cada día se compran más coches y quien compra uno no asume los costes reales que tiene su uso, por lo que, ya que lo tiene, se va a trabajar en él”, comenta a Sinc Carlos Cristóbal-Pinto, experto de la Asociación Profesional de Técnicos en Movilidad Urbana Sostenible. Efectivamente, pese a haber estado inmersos en una profunda crisis económica, las matriculaciones no han parado de subir desde 2013, según la DGT.

A su vez, la venta de alternativas eléctricas también se ha disparado. El Observatorio Europeo de Energías Alternativas revela que la flota total de turismos de combustible eléctrico incrementó en un 30 % solo entre 2017 y 2018. Aun así, los datos no son comparables a los obtenidos anualmente por el combustible, pues el coche eléctrico supone todavía una opción insatisfactoria para muchos y resulta inalcanzable para una parte importante de la población. Menor autonomía, precios más altos y falta de puntos de carga son algunas desventajas, según las respuestas recogidas por la Fundación PONS.

Ahora bien, priorizar el transporte eléctrico en las ciudades sin duda conseguiría mejorar la calidad del aire, pero “no debemos ignorar que la contaminación generada por las baterías, el ruido y el rozamiento de los neumáticos, al igual que las congestiones, la ocupación del espacio público y los accidentes seguirían existiendo”, matiza Cristóbal-Pinto.

Del mismo modo, el protagonismo del transporte público aún está lejos de alcanzar los índices de popularidad del coche. Como indica el OMM, únicamente el 14 % de los trabajadores utiliza estos medios cada día para ir al trabajo. Según una encuesta del IDAE sobre hábitos y actitudes de los no usuarios habituales hacia el transporte público colectivo, tres millones de personas rechazan ir en metro o autobús por el bajo número de frecuencias, la lentitud del desplazamiento y el precio elevado del abono.

La mayoría de las distancias recorridas son de menos de cinco kilómetros, por lo que muchos de estos trayectos podrían hacerse a pie o en bicicleta. Así lo demostraron expertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de su centro de Investigación del Transporte (TRANSyT), quienes determinaron en 2018 que entre un 30 y un 40 % de los viajes en automóvil podrían hacerse en bicicleta. ¿Y por qué esto no sucede? Seguridad personal, falta de aparcamientos adaptados y de carriles bici, así como la propia condición física fueron las respuestas que recibieron en las encuestas.

A pesar de la lista de argumentos que empujan a los trabajadores hacia el coche, Cristóbal-Pinto muestra una opinión contraria: “Cada día hay un transporte público de mayor calidad, de uso más fácil y con vehículos más accesibles” señala el experto, y añade que, en cuanto al ciudadano, “falta concienciación de los efectos negativos del coche y de los efectos positivos en su salud de moverse a pie o en bicicleta”.

Ciudades que asfixian

La evidencia ha demostrado que la contaminación atmosférica nos afecta incluso antes de nacer. “Se sabe que las embarazadas más expuestas tienen mayor probabilidad de un parto prematuro y de dar a luz a niños con bajo peso”, explica a Sinc la Bénédicte Jacquemin, que investiga los efectos de la polución en la salud en el ISGlobal. Acorde con Jacquemin, su compañera Natalie Mueller señala que “las personas más susceptibles de sufrir las consecuencias del aire contaminado son las de mayor y menor edad”.

Niños y ancianos padecen más enfermedades cardiovasculares y respiratorias, déficit en el desarrollo cognitivo y cánceres por culpa de los picos de contaminación y con mayor intensidad por culpa de una mala calidad del aire constante. El efecto es devastador y se refleja en la cifra de fallecimientos atribuidos, que asciende a un total de 44.154 muertes al año en España en 2015, según el último informe de calidad del aire en Europa.

Algo parecido ocurre con el ruido del tráfico. “Los niveles constantes de contaminación acústica se asocian con estrés, molestias, trastornos del sueño, alteraciones cognitivas y enfermedades cardiovasculares”, constata María Foraster, especialista en ruido y salud del ISGlobal. Según las estimaciones de su instituto, el ruido en las urbes es culpable de unas 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras anuales en Europa.

Las tres investigadoras insisten en que gran parte de estos problemas se ven, además, agravados por la ausencia de espacios naturales y la falta de actividad física, ambos factores beneficiosos para la salud mental y física. “La cantidad de infraestructuras que precisa el tráfico –añade Mueller– no deja lugar a zonas verdes y azules (lagos, ríos y costas)”. Según la experta, la carga de enfermedad en las ciudades se debe principalmente a la relación que tenemos con el transporte y el trabajo, que ha dado lugar a un estilo de vida sedentario.

Naciones Unidas, ante la situación de alarma, comunicó hace unos meses el estado de alerta por alta contaminación en diversos centros urbanos. Advirtió de que se prevé que las ciudades sigan creciendo y, con ellas, las consecuencias de un sistema urbano y de transporte deficitarios. En definitiva, según resume a Sinc Isabel Marín, presidenta de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, “si lo que queremos es un futuro con ciudades más saludables, ha llegado el momento de tomar medidas efectivas para la reducción del tráfico”.

Salvemos las distancias

¿Quién debe hacerse responsable de dirigir al trabajador hacia un medio de transporte más sostenible: administraciones, empresas o individuos? Marín cree que “la decisión última recae sobre el ciudadano”. Sin embargo, varios de los expertos consultados coinciden en que, por desgracia, la buena voluntad individual no siempre se ve apoyada por el entorno. Un gran defecto de las recientes políticas ha sido separar los lugares de residencia de los parques empresariales, creando áreas dónde el espacio de tránsito del peatón se ha reducido al mínimo.

Cerca del 40 % de los centros profesionales se encuentran en un municipio distinto al de la vivienda de sus empleados, un porcentaje que es aún más alto para los habitantes de las áreas metropolitanas, según los datos de la última encuesta Movilia del Ministerio de Fomento.

Isabelle Anguelovski, investigadora en justicia ambiental urbana de la Universidad Autónoma de Barcelona, insiste en que se deberían tener más en cuenta fenómenos como la gentrificación. “Familias enteras –explica– no pueden acceder financieramente a la vivienda y se ven obligadas a vivir en el extrarradio, alejadas de los núcleos de trabajo”. La experta culpa de este problema a malas políticas y sugiere que estas áreas deberían estar apoyadas por un sistema de transporte público más denso.

La experta en urbanismo de la Escuela Superior de Arquitectura de la UPM Sonia De Gregorio coincide con Anguelovski en que se debería incentivar más el uso del transporte común y la bicicleta. Sin embargo, considera que “el camino hacia la sostenibilidad urbana es una ciudad de proximidad que localice a distancias razonables la residencia de los servicios”.

“El protagonismo que ha tenido el coche en las últimas décadas –añade– tanto en la planificación de la movilidad como su presencia en el espacio público, está siendo revisado en la mayor parte de las ciudades”.

Por ello, se han puesto en marcha iniciativas como el Plan A de la Ciudad de Madrid que priorizan la peatonalización de los centros urbanos e impone regulaciones más restrictivas al aparcamiento y protocolos frente a los picos de contaminación. El problema es que aun habiendo llevado a cabo estas medidas, pocas han resultado de gran calado en la tendencia del uso del automóvil para ir a trabajar.

El responsable de transportes del IDAE, Ángel Cediel, considera que esta falta de implicación se debe a que “no existe obligatoriedad ni alicientes para hacerlo en las empresas”. Sencillamente, se recomienda a las compañías tener un plan de movilidad al trabajo y un coordinador que gestione este eje a partir de los 400 empleados. El experto insiste en que parte de la responsabilidad recae sobre estas entidades, quienes no están dando el suficiente apoyo a los empleados para escoger el medio de transporte más sostenible a la hora de acudir a la oficina.

Aunque se empiezan a tener en cuenta propuestas como el teletrabajo, el incentivo al uso de la bicicleta y el coche compartido, esta realidad se reduce a una minoría. “Es un problema de desconocimiento”, señala Cristóbal-Pinto. “Ahora, son las administraciones las que tienen que liderar y, con el paso del tiempo, las empresas deberán integrar este aspecto en su responsabilidad social”.

El dilema de los patinetes eléctricos. ¿Por acera o asfalto?

La llegada de los patinetes eléctricos ha supuesto un desafío emergente en muchas ciudades, que no están adaptadas para su circulación. Según responde a Sinc Samir Awad Núñez, doctor ingeniero de caminos de la Universidad Europea, “la falta de espacios para el estacionamiento de este vehículo de tan reciente eclosión ha supuesto que invadieran las aceras, resultando una incomodidad para los peatones, especialmente para los más vulnerables como los invidentes y personas con movilidad reducida”. Este riesgo ha sido el motivo de su retirada en ciudades como Valencia y Madrid.

Ante la falta de regulación, lo suyo sería asimilar estos vehículos a los peatones cuando sean patinetes convencionales y a los ciclos cuando sean eléctricos. Esto se debe a que un patinete normal no es mucho más rápido que un peatón, pero uno eléctrico puede llegar a los 20 o 25 kilómetros por hora. Además, “circular a esa velocidad por la acera es también peligroso, pues el ángulo de visión en los cruces es peor que si circularan por la calzada”, explica.

Para el ingeniero, el patinete supone una ventaja si este hace cambiar a algún conductor su decisión de usar únicamente el coche. “Sin embargo, no sería tan sostenible si este captase trabajadores que antes realizaban el trayecto caminando o en bicicleta”, concluye.

Fuente: www.ecoticias.com

Combatir el calentamiento global recuperando espacios naturales

Por: Ecoticias

La restauración de las tierras y humedales costeros podría tener un papel mucho más importante en la reducción del calentamiento global de lo que se pensaba. Es el resultado de una exhaustiva evaluación en Estados Unidos de cómo se pueden reducir y almacenar las emisiones de gases de efecto invernadero en bosques, tierras de cultivo, pastizales y humedales.

El estudio revisado por pares en ‘Science Advances’ de ‘The Nature Conservancy’ y 21 socios institucionales encontró que la contribución de la naturaleza podría ser igual al 21 por ciento de las emisiones netas anuales actuales de la nación, al ajustar 21 prácticas de gestión natural para aumentar el almacenamiento de carbono y evitar las emisiones de efecto invernadero. El estudio incluye los beneficios climáticos de los humedales costeros y los pastizales en una combinación integral junto con los bosques y la agricultura.

Combatir el calentamiento global recuperando espacios naturales

En octubre, el informe especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático solicitó una acción global para limitar el calentamiento a 1.5 grados centígrados para evitar los impactos más perjudiciales del cambio climático. Este nuevo estudio destaca cómo, y cuáles, las soluciones naturales en Estados Unidos ofrecen la mayor promesa de ayudar a limitar las temperaturas por debajo del 1.5 grados objetivo. El director de Ciencia de ‘The Nature Conservancy’, Joe Fargione, autor principal del estudio, apunta que “uno de los activos más importantes de Estados Unidos es su tierra”.

“A través de los cambios en la gestión, junto con la protección y restauración de las tierras naturales, demostramos que podemos reducir la contaminación de carbono y filtrar el agua, mejorar el hábitat de los peces y la vida silvestre, y tener un suelo más saludable para cultivar nuestros alimentos, todo al mismo tiempo –explica–. La naturaleza nos ofrece una forma simple y económica de ayudar a combatir el calentamiento global. En combinación con la transición a la producción de energía sin carbono, las soluciones climáticas naturales pueden ayudar a proteger nuestro clima para las generaciones futuras”.

La directora de Asuntos Externos de ‘The Nature Conservancy’ y exsecretaria adjunta del Departamento del Interior, Lynn Scarlett, destaca los elementos prácticos de los hallazgos del estudio. “Una onza de prevención vale una libra de cura, por lo que debemos reducir la contaminación por carbono donde podemos. Pero también tenemos que poner a funcionar las soluciones naturales como una herramienta para aislarnos del calentamiento global. Este estudio proporciona una buena noticia de que hacer inversiones en la naturaleza marcará una gran diferencia, al tiempo que ofrece el potencial de nuevos ingresos para los agricultores y ganaderos y silvicultores y comunidades costeras al mismo tiempo”, subraya.

El director de Ciencia de ‘The Nature Conservancy’, Joe Fargione, autor principal del estudio, apunta que “uno de los activos más importantes de Estados Unidos es su tierra”.

La reforestación, el mayor medio para almacenar carbono

De las 21 soluciones naturales analizadas, el aumento de la reforestación (la plantación de árboles) surgió como el medio más grande para lograr un mayor almacenamiento de carbono, equivalente a eliminar las emisiones de 65 millones de automóviles. Otras soluciones forestales de alto rendimiento incluyen permitir periodos más largos entre la extracción de madera para aumentar el almacenamiento de carbono; el aumento de las quemaduras controladas y el adelgazamiento estratégico en los bosques para reducir el riesgo de mega-incendios; y evitar la pérdida de bosques por la expansión urbana.

El estudio identificó un máximo de 156 millones de acres que podrían reforestarse, 304 millones de acres donde podrían extenderse las rotaciones de la cosecha forestal y al menos 42 millones de acres adicionales de bosques que se beneficiarían de los tratamientos de reducción del riesgo de incendios. Además, casi un millón de acres de bosque se están convirtiendo en un hábitat no forestal al año, en gran parte debido a la expansión suburbana y urbana, que podría abordarse a través de una mejor planificación del uso de la tierra. El estudio también encuentra que la reforestación urbana puede agregar importantes beneficios de almacenamiento de carbono.

“Plantar árboles y mejorar la salud de los bosques existentes será un factor decisivo para que podamos superar la curva climática”, dice en un comunicado Jad Daley, director ejecutivo de ‘American Forests’. “Este análisis innovador aclara las acciones de mayor impacto para mantener a nuestros bosques como un sumidero de carbono creciente y resistente y la escala potencial de beneficios climáticos”, agrega.

Los pastizales son subestimados en cuanto su oportunidad de almacenamiento de carbono, además de que se están perdiendo a una tasa de más de un millón de acres por año. Cuando los pastizales se convierten en tierras de cultivo, aproximadamente el 28 por ciento del carbono en el metro superior del suelo se libera a la atmósfera. Esta tendencia podría revertirse volviendo a inscribir 13 millones de acres de tierras de cultivo marginales en programas de conservación y restaurándolos para proporcionar hábitat y almacenamiento de carbono en el suelo.

Las tierras de cultivo existentes tienen un papel importante que desempeñar. Los agricultores pueden optimizar su aplicación de nutrientes, ahorrando dinero y evitando las emisiones de óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero. Los agricultores también pueden plantar cultivos de cobertura, que extraen el carbono de la atmósfera y lo devuelven al suelo en épocas del año en que los campos normalmente estarían vacíos.

Fuente: www.ecoticias.com

LOS RESIDUOS QUE EL PLANETA NO PUEDE DIGERIR: CUÁNTO DURA LA BASURA

Los residuos que abandonamos en la naturaleza, sin su correcta gestión, representan uno de los problemas de contaminación más importantes a los que se enfrenta el planeta.

Por: Sostenibilidad para todos

Según un informe del Banco Mundial, en los países desarrollados se estima que una sola persona genera de media 1 kg de basura al día: latas, plásticos, vidrio, electrodomésticos… Un problema medioambiental que se complica aún más si, además de producirla, la deja tirada en cualquier sitio de manera irresponsable. Desgraciadamente no hablamos de comportamientos esporádicos, porque esta conducta que ensucia campos, ríos y océanos tiene ya un término para referirse a ella: el littering o, lo que es lo mismo, abandono de residuos. 

¿Cuánto tiempo dura la basura?

Una colilla tirada en la playa porque la papelera estaba muy lejos de la toalla o una botella de plástico olvidada en el campo que un despiste del dueño destinó ahí por años son solo algunos ejemplos de toda esa basura que puebla la naturaleza y que se ha convertido ya en uno de los grandes problemas para la conservación de la biodiversidad.

De hecho, el 80 % de la basura que provoca la contaminación del mar procede precisamente de los residuos que tiramos, ya sea en las costas o tierra adentro, desde donde viaja a través de los ríos y acaba desembocando en el mar.

Sin la intervención del ser humano, en la naturaleza no existiría la basura. Todos los elementos cumplen una función y son reutilizados de alguna manera para su aprovechamiento en distintas etapas y de forma cíclica. Un chicle o una lata, sin embargo, no pueden participar de este ciclo cuando quedan abandonados en el campo y permanecen ahí por años e incluso, en algunos casos, hasta por siglos.

Pero exactamente, ¿de cuánto tiempo hablamos? En la siguiente infografía te explicamos cuánto tarda en degradarse la basura una vez que es arrojada a la naturaleza, desde un simple trozo de papel hasta una lata de aluminio:

Toda esta basura, sin su correcta gestión de residuos, representan uno de los problemas de contaminación más importantes ante los que se enfrenta el planeta. En el peor de los casos, pueden introducirse en la cadena alimentaria de aves o peces y de la que los humanos formamos parte.

Los datos, tremendamente alarmantes, hablan por sí solos: 4,8 millones de toneladas de plástico tiradas en tierra terminan en el mar cada año; como consecuencia, al menos 267 especies han sufrido enredos en desechos plásticos o los han tragado, según Naciones Unidas, y se estima que en 2050 el 99 % de las aves marinas habrán ingerido algún tipo de basura tóxica. Por esta razón, es importante que la sociedad apueste por reutilizar o reciclar el plástico que se utiliza. Vamos a ver cómo afectan algunos de estos deshechos abandonados en la naturaleza:

Colillas: 10 años

Que no nos engañe su tamaño, cada colilla abandonada en la playa o en el campo es un residuo dañino que contamina el medioambiente de múltiples formas y que dura hasta 10 años. Según la ONG SEO/Birdlife, una sola colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua. Pero eso no es todo, porque además podría terminar en el estómago de algún animal, que no será capaz de digerirlo…

Latas: hasta 100 años

Las latas de refrescos o de conservas están fabricadas de aluminio, un material que puede tardar entre 10 y 100 años en degradarse, dependiendo de su espesor, y que genera óxido de hierro, por lo que es importante su reciclaje. Además, especies como las tortugas marinas o numerosas aves pueden ver amenazada su supervivencia cuando quedan enganchadas a las anillas de estos envases.

Plásticos: hasta 1.000 años

En esta categoría podemos encontrar múltiples formatos y variantes invadiendo campos y océanos del planeta, lo que ya se conoce como islas de basura. Las botellas de agua, por ejemplo, se llevan la palma en lo que a longevidad se refiere, ya que numerosos estudios sugieren que pueden tardar hasta 1.000 años en degradarse. Durante todo este tiempo el sol es capaz de agrietar y romperlas en fragmentos, convirtiendo cada envase en una acumulación de microplásticos que tanto aves como peces terminan en muchas ocasiones ingiriendo. Los chicles, por su parte, están compuestos por un 80 % de plástico. A pesar de lo insignificantes que parecen, se estima que necesitan alrededor de 5 años para desaparecer y de nuevo se trata de uno de los residuos que con más frecuencia las especies confunden con comida.

Vidrio: hasta 4.000 años

4.000, esta es la friolera de años que tarda una botella de vidrio en descomponerse en la naturaleza. Cada vez que dejamos un recipiente de este material tirado en el campo ponemos en riego el entorno y su ecosistema. Como ocurre con muchos de los elementos anteriores, los animales pueden cortarse o ingerirlo haciendo imposible su digestión. Además, es uno de los factores de riesgo de incendio más peligrosos. Paradójicamente, siendo uno de los residuos más contaminantes y difíciles de degradar por la naturaleza, el vidrio es íntegramente reciclable, no genera residuos en el proceso y deviene en un producto de las mismas características sin perder sus propiedades, de ahí la importancia de destinar cada envase que utilizamos al reciclaje.

Una solución inspirada en la naturaleza

Pero, ¿qué podemos hacer para reducir el problema? Una de las soluciones determinantes la encontramos copiando a la naturaleza. Ya hemos visto que ella no tira, sino que es capaz de aprovechar sus elementos y reutilizarlos. Este modelo cíclico es la inspiración para la economía circular, una de las armas más tangibles para luchar contra la contaminación de la basura. La filosofía de la economía circular es la de reducir la producción y apostar por la reutilización de los elementos que por sus propiedades no pueden volver al medioambiente, convertir el residuo en recurso.

Que cada ciudadano sienta la responsabilidad del reciclaje es otra de las claves, ya que residuos como el aluminio, el vidrio, el papel o el cartón tienen la oportunidad de una nueva vida a partir de la transformación. Pero además, existen iniciativas públicas y también privadas de empresas como Terracycle que recogen residuos difíciles de reciclar como colillas o cápsulas de café para darles una nueva utilidad.

Los residuos abandonados en la naturaleza ponen en riesgo el equilibrio del ecosistema y la vida de más de 15.000 especies animales. ¿Crees que podemos hacer algo para remediarlo?

Fuente: www.sostenibilidad.com

Toluca por el cuidado del medio ambiente

Toluca se convertirá en el segundo municipio del Estado de México en prohibir los popotes, vasos y bolsas desechables en sus establecimientos.

Por: Crónica ambiental

El Valle de Toluca, Estado de México, se suma a los esfuerzos del combate y disminución de residuos de plástico, prohibiendo el otorgamiento gratuito de popotes y bolsas en el comercio, informó el alcalde, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, durante la ceremonia de promulgación realizada en el Palacio de Gobierno Municipal.

Toluca se convertirá en el segundo municipio del Estado de México en prohibir los popotes, vasos y bolsas desechables en sus establecimientos.

La medida entró en vigor el pasado 5 de febrero; así, los comercios, centros comerciales y restaurantes de la localidad están obligados a ya no brindar dichos adicionales a sus clientes. Para llevar a cabo estas acciones, el ayuntamiento realizará visitas de verificación en establecimientos, entre los cuales se encuentran centros comerciales, restaurantes y cadenas de comida rápida.

Los establecimientos que aún regalen estos materiales, serán acreedores a una multa administrativa o arresto; el monto fijado será por un juez calificador, dependiendo del rango de cada establecimiento, la cual puede ir hasta las 100 unidades de medida y actualización, es decir, ocho mil 499 pesos.

Fuente: www.cronicaambiental.com.mx

¿Qué medidas se están tomando para reducir el uso del plástico?

Por: Ecoticias

El 90.5 por ciento del plástico producido jamás ha sido reciclado, según un estudio de la Universidad de California publicado en ‘Science Advance’ en 2017. Para tratar de reducir el volumen de residuos provenientes del plástico, hay varias iniciativas en marcha a nivel empresarial y a nivel gubernamental.

A nivel gubernamental

La Unión Europea (UE) llegó a un acuerdo en enero para prohibir a partir de 2021 algunos de los artículos de plástico de usar y tirar más populares (como cubiertos, platos, pajitas, botellas, tapones, envases, colillas, toallitas, compresas, etc.). Según cálculos de la UE, productos como platos y cubiertos de plásticos suponen casi el 70 por ciento de los residuos plásticos que contaminan las aguas y las playas del territorio comunitario.

¿Qué medidas se están tomando para reducir el uso del plástico?

Las autoridades comunitarias prevén que los estados miembros tomen las medidas necesarias para que en 2030 el 30 por ciento de los materiales de sus botellas sean reciclables. A su vez, quieren promover otras medidas, como por ejemplo la reducción del IVA de los productos reciclados. En España es obligatorio desde el 1 de julio de 2018 cobrar por las bolsas de plástico usadas, por ejemplo, en supermercados. En 2021, las autoridades prohibirán la dispensación de bolsas de plástico ligeras, a menos que se trate de bolsas hechas con plástico compostable (es decir, que pueden ser convertidas tras su uso en abono orgánico).

A nivel empresarial

Las dos últimas compañías españolas que han aplicado medidas para reducir o eliminar el uso de plástico en sus establecimientos son Mercadona y Lidl. Mercadona sustituirá las bolsas de plástico por bolsas de papel, rafia y reutilizables en abril, mientras que Lidl suprimirá a lo largo del 2019 todos los artículos de plástico de un solo uso de sus establecimientos. A nivel internacional, una de las últimas en ser presentadas ha sido Loop, un proyecto en el que colaboran marcas como Nestlé, PepsiCo y Danone y que tiene como objetivo promover la reutilización de recursos y el reciclaje. Fue presentada en el Foro Económico de Davos el pasado enero.

Loop pondrá en marcha una web al estilo de Amazon a través de la cuál los clientes podrán adquirir más de 300 productos, según explicó a finales de enero su creador, el director de la empresa de reciclaje TerraClyde, Tom Szaky, a CNN. Estos detergentes, geles, helados, etc. serán envasados en paquetes reciclables, que puedan ser utilizados en varias ocasiones. Después de acabar el contenido, el cliente dejará los envases vacíos en una bolsay una empresa de mensajería los recogerá. Entonces, Loop los limpiará y los pondrá de nuevo a disposición de nuevos clientes.

Las autoridades comunitarias prevén que los estados miembros tomen las medidas necesarias para que en 2030 el 30 por ciento de los materiales de sus botellas sean reciclables.

Los paquetes están diseñados por las propias compañías colaboradoras y algunos, como los del desodorante Dove, están preparados para durar hasta ocho años, según aclara el ‘Wall Street Journal’. Otras empresas, como Carrefour, comenzarán a trabajar con Loop con productos que ya vienen habitualmente en envases de cristal, tal y como informó ‘Le Parisien’. CNN apunta a que la compra a través de Loop incluirá gastos de envío y una fianza, por si el cliente rompe o no devuelve los paquetes (aunque sólo en las primeras compras). El proyecto quiere comenzar a funcionar en París, Nueva York, Pennsylvania y Nueva Jersey en mayo.

Loop no es el único proyecto que pretende conseguir que algunas de las empresas más importantes del mundo trabajen juntas para reducir el gasto en plástico. Otra es la Alianza para Acabar con los Residuos Plásticos (AEPW, por sus siglas en inglés), en la que una treintena de multinacionales destinarán 877 millones de euros a eliminar plásticos en el medio ambiente. Entre otras iniciativas, esta Alianza quiere invertir a través de la red de incubadoras de ‘Circulate Capital’ en el desarrollo y la promoción de tecnologías, modelos de negocios y emprendedores prevengan los residuos plásticos en el océano y mejoren la gestión de residuos y reciclaje.

Fuente: www.ecoticias.com

Una iniciativa te invita a observar aves donde quiera que te encuentres

Aquí te decimos cómo ser parte del Great Backyard Bird Count mundial de 2019: ¡es extra fácil!

Por: Ecoosfera

Observar aves es un arte, y una forma de alimentar nuestra empatía y nuestra conciencia. Además, la observación de pájaros es una forma de ayudar a la conservación de las más de diez mil especies de aves que existen.

Si tú también eres amante de esta noble actividad, o te gustaría aprender a hacerlo, es tu oportunidad. Como cada año, el Bird Count llama a los observadores de aves a ser parte de su Great Backyard Bird Count, al cual se reclutaron, en 2018, a personas de más de 100 países, quienes subieron 180 mil datos.

El Great Backyard Bird Count de 2019 tendrá lugar del 15 al 18 de febrero, tiempo en que los observadores de aves tendrán tiempo de hacer sus observaciones y hacer una lista con ellas.PUBLICIDAD

Durante estos días, puedes contar y observar a los distintos tipos de aves por sólo 15 minutos cada día, o más tiempo si así lo deseas. Luego, debes pasar a digital tu reporte –en caso de haberlo hecho en una libreta– y subirlo en birdcont.org.

Cómo participar en el Great Backyard Bird Count 2019, del 15 al 18 de febrero:

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  1. Regístrate con tu nombre en el sitio web del evento –aquí el enlace–.
  2. Elige un lugar dónde llevar a cabo tu conteo. Puede ser hasta a en tu patio, o en algún parque cercano a tu barrio o colonia. Registra la hora de inicio y finalización, la ubicación, el número y los tipos de aves que veas. Si te desplazas a otra zona, asegúrate de registrarlo.
  3. Sube tu lista al sitio web del evento.

Si nunca has observado pájaros, y te preocupa no identificarlos, no te preocupes. Puedes simplemente tomar nota de todas sus características: tamaño, forma, color, tipo de pico y marcas inusuales. Y también puedes tomar una foto. Además puedes apoyarte con las distintas apps para identificar aves que existen, como Merlin Bird ID.

En el portal de Bird Count también podrás ver el mapa en vivo que muestra los puntos en los distintos lugares donde las personas han subido una lista de verificación. Es decir, una gráfica en tiempo real de otras personas en el mundo que están sincronizadas en esta noble labor.

No dejes de participar, y ayuda a la ciencia en la conservación de las aves: esos delicados y a la vez indómitos seres que no dejan de sorprendernos.

Fuente: www.ecoosfera.com

¿CÓMO ERA EL PLANETA HACE UNA DÉCADA?

EL #10YEARSCHALLENGE DE LA TIERRA

¿Qué pasaría si la Tierra pudiera unirse a este reto viral que inunda las redes? ¿Qué vería?

Por: SOSTENIBILIDAD Para todos

El último reto viral que inunda las redes sociales desde mediados de enero se llama #10yearschallenge. La gente sube fotos de sí misma de hace 10 años para mostrar qué ha hecho el tiempo con su estado físico durante esa década. Y se ve de todo, como en botica: los que no han cambiado nada y los que lo han cambiado todo. Pero ¿qué pasaría si la Tierra pudiera unirse al reto? ¿Qué pensaría sobre sí misma? ¿Qué vería? Vamos a hacerlo nosotros por ella.

Es de valientes realizar este ejercicio, porque lo que veremos no es esperanzador; y de necios no tomar el resultado muy en cuenta, porque se trata de otro aviso del planeta de los efectos devastadores que el cambio climático está produciendo sobre él. Veamos.

#10yearschallenge dióxido de carbono en la atmósfera

En los últimos 26 años las emisiones mundiales de dióxido de carbono han aumentado casi un 50 %, y solo en la década de 2000 a 2010 crecieron más que en las tres décadas anteriores. Se trata de uno de los gases responsables de la contaminación en las ciudades que pone en riesgo la salud de sus habitantes y, sobre todo, uno de los mayores causantes del calentamiento global del planeta y del cambio climático.

La imagen que vemos es devastadora. Muestra la variación en la concentración de dióxido de carbono que se ha producido en la troposfera de 2006 a 2016, y el paso radical del color ocre al rojo nos indica los altísimos y peligrosos niveles en los que nos movemos. 

#10yearschallenge temperatura global

Teniendo en cuenta la temperatura promedio del planeta entre los años 1951-1980, la imagen muestra la variación que se ha producido en la última década, indicando el color azul las áreas que son ahora más frías que el promedio, y el rojo oscuro las áreas más cálidas que el promedio. 

Y es que, si el aumento en la cantidad de dióxido de carbono incrementa a su vez la temperatura del planeta, en esta imagen tenemos el terrible #10yearschallenge del calentamiento global. Precisamente, el último informe IPCC viene a alertarnos del peligro de que la temperatura siga aumentando y de que si no se cumplen los máximos establecidos en el Acuerdo de París, las consecuencias para el planeta serán letales. 

#10yearschallenge hielo del ártico

Una de las consecuencias más palmarias del calentamiento del planeta es el deshielo de los polos, ya que también la temperatura del mar asciende y derrite el casquete de hielo en el Ártico y en el Antártico. Si nos fijamos en la foto, vemos cómo se ha reducido el área blanca que representa el Ártico. Según los datos, la pérdida anual de masa de los glaciares de los dos polos equivale a 268 millones de piscinas olímpicas y solo la superficie helada del Polo Norte disminuye a una velocidad de un 12,8 % por década.

#10yearschallenge desnivel del mar

La disminución de los glaciares lleva asociado una catarata de problemas para el planeta, el más evidente es el aumento del nivel del mar. En este gráfico podemos ver cómo no solo no ha parado de subir en la última década, sino que, además, lo hace de manera exponencial. El promedio del nivel del mar en la media global es de 3.1 (± 0.3 mm) por año, con una aceleración de 0.1 mm anual durante el período de 25 años.

Los efectos del aumento del nivel del mar para el planeta los notamos desde hace ya unos años. El agua invade cada vez más las zonas costeras, provocando la erosión del terreno y amenazando zonas de viviendas o de cultivos. Además, provoca temporales, desata tormentas de gran intensidad y otros fenómenos atmosféricos de mayor envergadura que pueden ser una verdadera amenaza para las poblaciones que se encuentren a su paso. 

#10yearschallenge desertificación

La desertificación es uno de los mayores retos medioambientales a los que se enfrenta el planeta, ese proceso por el que la tierra que que era fértil poco a poco se va convirtiendo en improductiva a causa de la tala indiscriminada, la sobreexplotación de la tierra y, cómo no, de nuevo, del calentamiento global. Según Naciones Unidas, más de 24 billones de toneladas de suelo fértil desaparecen cada año y dos tercios de la Tierra se encuentran en proceso de desertificación. #10yearschallenge, en este caso #14yearschannel, la imagen muestra la degradación del mar de Aral, en Asia Central. La UICN ya ha catalogado este ecosistema como irrecuperable, y es que ha pasado de ser el cuarto lago más grande del mundo a no estar ni siquiera entre los veinte primeros.

Fuente: www.sostenibilidad.com