UN BICHO RARO

Un bicho raro

Por: Rogelio Segoviano y Elizabeth Palacios

“Soy una mujer sin instructivo… así como las fotografías que hago, que tampoco tienen un instructivo para poder apreciarlas o entenderlas”. Con estas palabras define su personalidad y su trabajo Silvia Andrade, la joven artista yucateca que actualmente destaca en todo el mundo gracias a las singulares y muy espectaculares imágenes de “monstruos invisibles” que desde hace algunos años captura e interviene con ayuda de su cámara fotográfica, un microscopio electrónico de barrido y el programa Photoshop.

Ingeniera química de profesión, Silvia Andrade (“Silvana, para los amigos”) es una de las máximas representantes de nuestro país en el terreno de la fotografía científica, con una importante colección de reconocimientos nacionales e internacionales, que incluyen desde el prestigiado Sony World Photography Award y el Premio Latinoamericano de Fotografía, hasta el Concurso Internacional de la Imagen FINI y el Premio Nacional de Fotografía Científica que otorga en México el Conacyt.

Sin falsa modestia, Andrade –quien desde el 17 de octubre exhibe algunas de sus imágenes en el Centro Cultural España, al lado del también fotógrafo de ciencia Luis Monge–, piensa que en el planeta no hay más de 20 personas que realicen un trabajo similar al suyo, pues además de talento, pasión y dedicación a la cámara, también se requiere una serie de elementos externos, como conocimientos de biología, química, botánica y, sobre todo, habilidad en el manejo del microscopio electrónico de barrido, un “juguete” científico de alta tecnología que no se consigue en la tienda de la esquina.

AMOR E INSPIRACIÓN

Hija de un inmunólogo y una química que dirigían un laboratorio en Mérida y tenían fascinación por los jardines botánicos, desde pequeña Silvia se vio inmersa en el mundo de las bacterias, los insectos y las flores. Recuerda que sus padres, para entretenerla en el laboratorio, la ponían a clasificar y organizar todo tipo de cosas, desde libros, hasta escarabajos y mariposas.

Aunque llegó a considerar dedicarse al estudio de las matemáticas, no resultó extraño que la risueña e inquieta joven terminara por titularse como ingeniera química y entrara a trabajar en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy), en donde la enviaron a tomar unos cursos para operar el microscopio electrónico de barrido que había en el lugar. Casi al mismo tiempo, un exnovio la convenció para estudiar fotografía en los Talleres de Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Yucatán. Los astros comenzaban a alinearse en la vida de Silvia Andrade.

El ex novio, un físico apasionado de la fotografía, no solo animó a Silvia a que se profesionalizara y experimentara con los retratos a esos diminutos seres que descubría tras el microscopio electrónico, sino a inscribir sus trabajos resultantes en diferentes certámenes. Al tiempo que ella comenzaba a mejorar en su trabajo con la cámara, su relación sentimental se venía a la deriva. Incluso, cuando ambos participaron en la séptima edición de la Bienal de Artes Visuales de Puebla y ella resultó ganadora con su serie de imágenes en blanco y negro titulada Oráculo, él terminó con el noviazgo. Lo último que le dijo fue: “Dedícate al arte”.

Luego se hizo pareja de un cubano, pero el romance tampoco fructificó. Y como si el desamor fuera el combustible que necesitaba la creadora que llevaba dentro, la yucateca decidió trabajar en la serie fotográfica en blanco y negro titulada Sardinas, inspirada en su recién terminada relación sentimental, así como en sus viajes a La Habana. Silvia recuerda que luego de separarse del cubano, a manera de despecho tiró el disco duro “con todas las fotografías que había realizado cuando estaba a su lado”. Luego, arrepentida, le dijo a su mejor amiga que había sido una tonta al hacerlo, pues ahora le surgían ideas para trabajar con esas imágenes y presentar una nueva serie, “pero ella me tomó la mano y me dijo: ‘No te preocupes por ese disco duro, yo lo rescaté del bote de basura’, y fue así que armé la serie Sardinas”.

COLORIDOS ESCARABAJOS

Hasta ese momento, la mayor parte del trabajo fotográfico de Silvia Andrade había sido en blanco y negro. Un día descubrió las coloridas imágenes de Dennis Kunkel, quien es considerado el gran maestro de la fotografía microscópica. “Le escribí y le mandé algunas de mis fotos en blanco y negro, y le pedí que me enseñara a colorearlas. Kunkel me respondió y elogió mi trabajo, aunque me dijo tajante: ‘No te voy a enseñar a colorear fotos, pero usa el Photoshop’ ”.

Desde entonces, la artista interviene la mayor parte de sus fotos tomadas en el microscopio electrónico para agregarles color y diseñarlas de manera espectacular, técnica que le ha valido el reconocimiento unánime de críticos y especialistas de todas partes, pues no solo muestra la habilidad adquirida en el manejo de aparato científico, sino que con los diferentes pigmentos utilizados en la computadora reinventa sus imágenes y reconstruye auténticas obras de arte, como es el caso de “Escarabajo Megacerus del Jardín Botánico Roger Orellana”, foto ganadora hace unos meses del Sony World Photography Award, en donde captura la belleza y magnificencia de un insecto de apenas tres milímetros de tamaño.

“El objetivo de mis imágenes –dice Silvia Andrade– ha sido compartir con la gente esta parte oculta e invisible de la naturaleza. Es una invitación a disfrutar de nuestros jardines y parques a través de imágenes científicas que nos ayudarán a respetar y amar la naturaleza”.

Los colores que emplea Silvia rara vez se ajustan a la realidad, ya que casi siempre tienen que ver con su estado de ánimo, su gusto personal o con el recuerdo de algún familiar o amigo. Considera que a pesar de su colorida y cálida esencia latina, tampoco se trata de elaborar un carnaval de colores sin ton ni son, de ahí que se deje llevar por su instinto. Y tal vez ese mismo instinto le ha dicho que debe utilizar la ciencia como un vehículo para mostrar de lo que es capaz como artista. Sin duda tiene mucha razón al afirmar que ella es una mujer que vino a este mundo sin instructivo alguno.

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RECUPERAR LAS AGUAS VIVAS

Recuperar 
las aguas vivas

TEXTO Y FOTO INTERNA: PROMETEO LUCERO

Es un sábado cualquiera alrededor de las aguas del Canal Nacional, al sureste de la Ciudad de México. Las personas pasean tranquilamente. Algunas pescan desde un puente peatonal, otras toman fotografías y hay quienes se sientan a disfrutar un picnic. Se respira calma en el lugar.

Pero no siempre fue así: hace años, era un vertedero de basura. Incluso, era recurrente que en la nota roja de la prensa citadina destacaran los hallazgos de gallinas destazadas en ritos de santería. Para lograr este cambio, dos historias lideradas por jóvenes confluyeron hacia un mismo fin: recuperar las aguas vivas de la gran ciudad.

En el Canal Nacional, entre Calzada de la Virgen y Río Churubusco, viven especies de fauna de humedal, como el pato doméstico, el pato mexicano (de menor tamaño y con un plumaje café con líneas blancas) y algunos insectos, también hay tortugas que conviven con tres especies invasoras: las ardillas, la carpa y la tilapia.

Desde 2004, el Club de Patos, una organización vecinal, se concentraba en limpiar voluntariamente las aguas del canal cada sábado; sin embargo, recientemente la organización Inteligencia y Vanguardia Mexicana (INVAM) –un proyecto juvenil de emprendedores que, además de recuperar espacios, realiza visitas a asilos, apoya talentos culturales juveniles y en noviembre de 2016 donó un millar de libros en el evento “Rola un libro”– se sumó a la recuperación.

Ambas organizaciones se cansaron de esperar respuestas del gobierno, y también de la pasividad ciudadana.

Alejandra Valdés, ingeniera ambiental, se unió con su hermano Miguel como voluntaria para la limpieza de basura con el Club de Patos. Cada vez que limpiaban, volvían a encontrar basura. Tras varios años de esfuerzo, en enero de este año, el Club de Patos estaba decayendo, y uno de sus fundadores le donó los equipos y las lanchas. Alejandra no sabía qué hacer con ello; además, su hermano salió de la ciudad por estudios. “Que me la den a mí es lo mismo que un acta de defunción”, pensó.

+ ACCIÓN − REUNIÓN

De acuerdo con Alan Balderas, abogado e integrante de INVAM, las organizaciones suelen pretextar que no hay recursos, o que no hay voluntarios. Dice que el grupo está enfocado en los resultados, pues las juntas pueden ser una dinámica desgastante. “En lo que fijan fecha para la próxima reunión, ya hicimos el trabajo”. Así es como INVAM rompe con el estereotipo de una organización jerárquica. Durante el recorrido, todos quieren hablar, y al mismo tiempo; no obstante, se respetan la palabra.

Fue justo por ello que Alejandra unió su experiencia en el Club de Patos con la energía de INVAM. “El club era un grupo pequeño que logró mantenerse limpio. Ahora, este grupo grande da valor humano alrededor del canal”. Ella y Alan coinciden en que el modelo del club era rígido y la gente se asustaba por el rigor. “Parecía que firmabas un contrato”.

ECOSISTEMA URBANO

La bióloga Aida Murillo, también voluntaria, explica que el lugar ofrece servicios ambientales porque aporta al ambiente captación de carbono. Y aunque estudiantes de la UNAM y la UAM han llegado de manera individual a fin de realizar diversos estudios, el lugar podría tener potencial, pero no han llegado formalmente las instituciones académicas. Si acaso, han asistido políticos con mariachis y actividades de zumba, que aportan poco a la conservación de este hábitat.

Murillo observa que muchos vecinos creen que este es un canal de aguas negras o grises, sin saber que es un acuífero que se nutre del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex).

Cuando en el agua hay muchos nutrientes, se produce la eutrofización, explica Murillo. Crecen muchas algas y bacterias que dejan anóxica el agua (sin oxígeno). “Esto deja una nata verde”.

Para ella es importante hacer esta distinción, porque corre el riesgo de entubarse, como casi todos los cuerpos de agua y canales actuales. Por ello, en la plataforma naturalista.mx de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), han colocado con geolocalización las fotos y nombres de diversas especies.

La carpa y tilapia representan un nuevo reto. En 2010, estos peces invadieron el canal. Sin embargo, durante mayo de este año, varias decenas aparecieron muertas. La gente lo atribuyó a la contaminación o a algún químico. Esa es la razón por la que entre los vecinos se dividen las opiniones sobre permitir o no la pesca.

Alejandra y Alan coinciden en que no pueden prohibirla sin dar opciones. Así que han pensado en aprovechar la problemática y realizar un concurso de pesca.

Los costos del trabajo de limpieza y mantenimiento los resuelven mediante aportaciones en partes iguales, aunque varios vecinos los han apoyado con mantas, alimentos, impresiones o herramienta.

“Se trata de buscar consenso social, rescatar en la ciudad”, dice Cristian Ugalde, politólogo de la organización, quien cita a Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo”.

Entre los proyectos próximos a resolver, INVAM quiere colocar infografías que expliquen la importancia de las especies locales, sembrar ahuehuetes y plantas para detener la erosión en algunas orillas y un “lancha cinema”, a fin de proyectar películas en el mismo canal. En el recorrido han encontrado papas que crecen a la orilla del canal. Ahora piensan en cómo aprovecharlo con el propósito de cultivar este alimento y luego… pues lo que venga.

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Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/recuperar-%E2%80%A8las-aguas-vivas/

EL INCREÍBLE INSTINTO ANIMAL DE PERROS Y GATOS

EL INCREÍBLE INSTINTO ANIMAL DE PERROS Y GATOS

El instinto animal de los perros y los gatos es realmente asombroso, les hace ser únicos, es lo que desde la antigüedad ha llamado de forma poderosa la atención al ser humano. Esa virtud extraordinaria hace que realicen acciones igualmente extraordinarias, como regresar a casa después de estar perdido muchos meses, cuidar de los recién nacidos o salvar a una familia de un incendio.

¿Cómo es posible? Su naturaleza animal les ayuda a superar situaciones límites de forma sobresaliente. El carácter felino y canino ha jugado un gran papel, pero su resistencia, su capacidad de adaptación o su inteligencia, entre otras cualidades, son las que les ha llevado a ser los mejores compañeros del Hombre.

Ese respeto y confianza mutua ha durado hasta nuestros días y se ven reflejados en la tendencia de los consumidores de buscar alimentos que cuiden del bienestar de sus perros o gatos, considerando que las alternativas naturales son esenciales para su nutrición. Es decir, con alimentos que comerían de forma instintiva en la propia naturaleza. De esta manera, su cuerpo y su mente estarán en perfecto equilibrio para rendir al máximo en su actividad diaria.

Puedes optar por una alimentación natural que incluye dos tendencias: la holística, que le proporciona un equilibrio global a través de una combinación de ingredientes naturales  y la proteica, con carne como base de la alimentación.  Ambas respetan su naturaleza instintiva; lo que se traduce en un bienestar general.

True Instinct, marca de nutrición natural para perros y gatos, ha logrado reunir todas estas características esenciales en una gama de productos que encantarán a todos los perros y gatos por su gran variedad de especialidades, 18 para perros y 8 para gatos; destacando sus distintas gamas: Original, No Grain y High Meat.

Gracias a ingredientes naturales de alta calidad, cuya base es la carne o el pescado, que además introduce otros nutrientes imprescindibles para su metabolismo y su buen estado de salud, como cereales integrales, fuentes alternativas de carbohidratos,  frutas y verduras, semillas de lino y aceite de pescado.

Una buena nutrición, da sus frutos: un sistema inmunitario fuerte, una piel y un pelo sano y brillante, una mayor movilidad de las articulaciones, un bienestar digestivo y una condición física óptima.

Fuente: http://www.concienciaeco.com/2016/06/30/el-increible-instinto-animal-de-perros-y-gatos/

VÍCTIMAS DE UN MURO ANUNCIADO

Víctimas de un muro anunciado

Por Maricela Bastida

Más de 800 especies de vertebrados, entre las que se encuentran, el berrendo, la zorra del desierto, coyotes, aves, tecolotes, jaguares, tortugas, venados y muchos otros animales, podrían intensificar su riesgo de extinción debido a los impactos que conlleva la irrupción de sus rutas migratorias. Expertos en ecología aseguran que el actual muro fronterizo, construido en 1994 durante la gestión del expresidente Bill Clinton, cuya longitud actual es de 650 millas (1 046 km), ha provocado trastornos en por lo menos cinco ecosistemas que abarcan cuatro estados de la frontera norte de México. “ Los ecosistemas afectados son la mayor parte del desierto de Sonora; una tercera parte del desierto de Chihuahua, algunos matorrales tanto de Tamaulipas como del oeste de Baja California y California. La afectación más grave es por división de especies”, asegura Rurik Hermann, investigador en biología de la conservación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Campus Lerma.

Tal afectación que ya existe y ha sido denunciada por los investigadores y ambientalistas, se incrementaría con el nuevo muro que pretende construir Donald Trump pues este abarcaría 2 100 millas (3 379 km) de frontera entre EU y México. Esta muralla comenzaría en California y pasaría por Nevada, Arizona, Nuevo México, Texas y Oklahoma. Con ello, se integraría a los límites fronterizos que ya existen. Aunque se ha hablado poco del tema, la denuncia no es nueva. Desde el año 2007, investigadores del Colegio de la Frontera Norte alertaron de las afectaciones a ecosistemas y a programas de conservación ya existentes para ejemplares como el lobo mexicano, el oso negro, el puma, el jaguar, entre otros, debido a la irrupción de sus rutas migratorias en periodos de reproducción. El foco rojo es que una especie quede dividida, sobre todo si la misma es pequeña, pues esto repercute directamente en su extinción por falta de reproducción. La segmentación de las poblaciones de animales repercute en sus características genéticas, debido a que los apareamientos ocurren entre individuos emparentados y eso provoca caracteres no deseados como malformaciones, cambios en estatura, tallas, entre otros factores que, a la larga, contribuyen a la extinción de las especies.

“Tenemos registros de un tigre que alcanzaba a brincar los tres metros de altura en una parte de Sonora, y este estaba de pronto en ambos lados de la frontera, pero la mayoría de las especies no corren con esa suerte”, asegura el doctor Gerardo Ceballos, experto en extinción de especies e investigador del Instituto de Ecología de la UNAM. Una víctima innegable es el murciélago de Sonora que padece las consecuencias de la invasión de su hábitat entre Chihuahua y Sonora. Esta especie insectívora hoy se ve desplazada por la actividad, y las luces de la patrulla fronteriza. La ausencia de murciélagos en la zona provoca una sobrepoblación de insectos que se vuelve una plaga para las cosechas de toda la región. En el texto Una barrera a nuestro ambiente compartido. El muro fronterizo entre México y Estados Unidos, que fue publicado hace nueve años, Carlos de la Parra y Ana Córdova, investigadores del Colegio de la Frontera Norte, aseguran que ya desde entonces 3 500 especies estaban en riesgo de extinción por efectos del “mal uso de suelo al construir la barrera”, debido a que las especies quedaron divididas.

“Nos internamos en el desierto por la carretera federal número dos, con dirección este, y durante 35 kilómetros el muro es una pared de metal sólido de 4.5 metros de altura, completamente impenetrable para cualquier animal no volador, excepto para los humanos, ya que cada par de kilómetros se ven escaleras improvisadas con tablas, llantas y rocas, indicando que la gente no ha sido detenida por el muro”, describe otra investigación, realizada por Rurik Hermann. Con él coincide Ceballos, que además es integrante de la Academia Estadounidense de Ciencias y Artes. Él califica como “una estupidez” la propuesta de Donald Trump, de continuar la construcción del muro en la frontera entre ambas naciones.

La conclusión de los expertos es que la “catástrofe ambiental” mataría a miles de especies de animales que todavía migran en las partes que no están divididas. ¿Y el Estado mexicano? Gerardo Ceballos también es especialista en macroecología por lo que ha seguido de cerca el diseño de las políticas públicas que impactan el medioambiente y los ecosistemas. Él asegura que el Estado mexicano puede recurrir a la Corte Internacional de Justicia de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en La Haya, para presentar una queja. También puede acercarse al gobierno de Estados Unidos para pedir que en las zonas donde no hay muro se garantice el tránsito de la fauna.

La Conferencia de las Partes (COP 13) a realizarse en Cancún este fin de año, representa una alternativa para los investigadores del Instituto de Ecología de la UNAM y la Alianza para la Conservación del Jaguar, quienes llevarán documentos que entregarán al Ejecutivo Federal y a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en los que exigirán detener lo que califican como “la gran extinción de especies”. “Si permitimos que el actual ritmo elevado de extinción continúe, las personas muy pronto —en el breve espacio de tres vidas humanas— nos veremos privadas de los variables beneficios de la biodiversidad”, sentenció Ceballos antes de explicar que si se altera el equilibrio de la cadena alimentaria de un ecosistema, todos los animales y plantas se verán afectados. Si desaparecen las plantas todos los animales (herbívoros y carnívoros), desaparecen también. Eso incluye a la especie humana.

Afortunadamente, las autoridades ambientales comparten esta postura. Al menos eso manifiesta la Comisión Nacional de Áreas Naturales, cuyo comisionado de Áreas Naturales Protegidas señala: “Es absurda, por no decir otra cosa, la idea de construir un muro en la frontera, debido a que esto traería impactos fuertes a la biodiversidad”. Destaca que están en juego por lo menos cinco de los más destacados programas de conservación para especies que aplican México y Estados Unidos. Los animales de estos programas son el lobo mexicano, el ocelote, jaguar, el oso negro, la mariposa monarca (el insecto busca agua y ante el muro debe alterar sus rutas y conductas). El comisionado Del Mazo promete que México no se quedará con los brazos cruzados, y adelanta que el CONANP trabaja de manera conjunta con investigadores de la UNAM para dar a conocer los riesgos de las medidas “absurdas” que tomaría Donald Trump, los impactos a la biodiversidad, a la salud humana y el desarrollo de los ecosistemas.

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Fuente: www.revistacambio.com.mx/mundo/victimas-de-un-muro-anunciado/

LOS OTROS CHILANGOS

Los otros chilangos

Por Carlos Tomasini

Junto a los condechis, coapos, tepichulos y oficinistas de Santa Fe o Polanco, además de las millones de personas que llegan todos los días a la capital desde Atizapán, Coacalco o Chalco, coexisten otros chilangos. Aunque parece que no están, lo cierto es que miles de animales diversos cohabitan con las familias capitalinas y algunos son simplemente únicos.

No exagero, por ejemplo, está una especie de hormiga endémica del Pedregal de San Ángel o la Rana de Tláloc, así como 14 familias de moluscos terrestres, víboras de cascabel y 32 % de todas las aves que viven en México, entre otros seres vivos de todos tamaños. Ellos también deben ser considerados como “chilangos”, aunque no pidan quesadillas con queso ni coman guajolotas de tamal verde por las mañanas.

Y es que no todo el territorio de la Ciudad de México es urbano, ya que, al menos, tiene otros 10 ecosistemas, como el bosque de coníferas que está rumbo a La Marquesa, los humedales de Xochimilco o los suelos de agricultura de Milpa Alta.

“La entidad tiene un nombre desafortunado, porque lo de ‘ciudad’ genera la impresión de que todo el territorio está urbanizado”, piensa Zenón Cano Santana, uno de los mejores expertos en el tema de la biodiversidad chilanga.

En todos lados

Miles de animales y plantas aprovechan los rincones de la urbe para vivir –o sobrevivir–, como los tlacuaches en Chapultepec o las zorras grises del Bosque de Tlalpan que, a pesar de tener poblaciones que ya son muy pequeñas, se resisten a dejar estos lugares en los que han permanecido durante años.

“En la ciudad hay todo tipo de refugios para los seres vivos, como montañas, cañadas, cuevas, edificios abandonados, macetas, patios, árboles, azoteas verdes y parques”, subraya el profesor Zenón, quien trabaja en un laboratorio del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Es más, si en nuestras casas no hacemos limpieza, los bichos empiezan a colonizarla y encontraremos organismos como ciempiés, pinacates, arañas, tarántulas, alacranes o palomillas. Si le das un espacio a los seres vivos, ellos lo toman”.

En cuanto a flora, la variedad chilanga también es grande, pues según la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), en la capital hay más de 1 607 especies de plantas, como magueyes, ahuehuetes y fresnos.

También hay una especie de malva que sólo se ha visto en Chapultepec y en Xochimilco, una orquídea endémica del Cerro del Judío y unas nochebuenas que sólo existen entre las parcelas de cultivo de la Sierra de Santa Catarina, al oriente de la ciudad.

Ciudad privilegiada

Esta amplia variedad de flora y fauna de la Ciudad de México se debe a las condiciones geográficas y climáticas en las que se encuentra ubicada, y que fueron aprovechadas por sus primeros pobladores.

“El Valle de México es en uno de los valles más especiales del planeta”, subraya el doctor Zenón. “Está en una zona tropical, pero a gran altitud, por lo que en vez de hacer mucho calor, cuenta con un clima templado y constante”.

Estas características también provocan que no haya cambios de estación muy marcados. En realidad, las temporadas de calor y de frío duran poco tiempo y no son tan extremas como en otras regiones del país, además de que la luz del sol ilumina durante más horas. “Los seres vivos son más diversos en donde los días son más largos y los climas son más estables”, describe el académico.

Asimismo, la altitud de la Ciudad de México, que va de los 2 240 metros sobre el nivel del mar hasta los 3 937 de la cumbre del Ajusco, genera condiciones climáticas distintas. “Mientras más se asciende a las montañas, más frío hace y son otras especies las que están ahí”.

De esa manera, las zonas bajas son más secas, y la montaña, como llueve más, es más húmeda, lo cual favorece la presencia de diferentes organismos en cada altitud.

Por si fuera poco, la CDMX se encuentra exactamente en el punto donde convergen los animales del norte que migran al sur y los del sur que viajan al norte, además de que hay una mezcla única de flora. “En algunos paisajes se puede ver cómo conviven cactus de zonas secas con helechos de zonas húmedas, eso es algo que no pueden ver ni los sudamericanos ni los norteamericanos”.

Desde tiempos mexicas

Fue por allá de 1325, cuando fundaron Tenochtitlán en medio del lago de Texcoco (no hay que olvidar que el centro del valle estaba lleno de agua), que los mexicas descubrieron todas las ventajas de asentarse en el Valle de México.

“No es casualidad que hoy sea una de las más grandes megalópolis del mundo. Los mexicas encontraron que en el Valle de México había una biodiversidad que ofrecía una gran variedad de productos que se usan diariamente (alimento, vestido, higiene, etc.), además de que tenía condiciones ideales, como estar lejos de los ciclones”, expone Zenón.

Así que además de grandes conciertos, estadios deportivos, vialidades de dos pisos, rascacielos, centros comerciales, baches, tránsito, ecobicis, carreras atléticas dominicales, bares, restaurantes, galerías, museos, metro, microbuses, cafés literarios, vendedores ambulantes y franeleros, la ciudad tiene una vida natural que ha resistido el crecimiento de la urbe y los fenómenos que eso conlleva, como la contaminación.

Ecoequilibrio

La contaminación tiene un comportamiento “bipolar” en la Ciudad de México debido a ciertos aspectos naturales.

Estar en el centro de un valle causa que la contaminación producida por los autos y la industria no salga de la ciudad y se generen efectos como la antes muy famosa “inversión térmica”; en contraste, las lluvias provocadas por la suma de sus ubicación tropical a gran altitud garantiza que siempre habrá un momento en el que cual pueda “limpiarse” el ambiente.

Las áreas naturales que rodean a la Ciudad de México también cooperan para que sus condiciones ambientales no sean peores. De hecho, la capital cuanta con 23 Áreas Naturales Protegidas y un Área Comunitaria de Conservación Ecológica, que reúnen una superficie total de 26 047 hectáreas.

En realidad, la ciudad está dividida en dos zonas: Suelo Urbano y Suelos de Conservación. La primera es donde habita la mayor parte de la población y es prácticamente toda la zona centro; la segunda, ocupa 60 % del territorio y es, principalmente, la parte rural localizada en la zona montañosa y lacustre del sur poniente, donde sólo habita la cuarta parte de la población.

En el área de Suelo de Conservación se lleva a cabo, por ejemplo, la captura del dióxido de carbono, la generación de oxígeno y la recarga de los depósitos de agua que están en el subsuelo, la cual representa alrededor de 70 % del agua que se consume en la Ciudad de México.

Así, lugares como el Ajusco, el Desierto de los Leones, la Marquesa, el Bosque de Las Lomas, los Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco, la Sierra de Guadalupe y hasta el Cerro de la Estrella, Ciudad Universitaria y el Bosque de Tlalpan ayudan a mantener en equilibrio la ecología de la ciudad gracias a su flora y fauna.

“Para los ecosistemas, la biodiversidad es un gran amortiguador contra los cambios ambientales, por lo que, mientras más especies haya, se podrá defender mejor en el futuro porque así se garantiza que haya agua, aire, alimentos, medicinas y hasta lugares de diversión y bienestar para las personas”, complementa Zenón.

“Los seres vivos se adaptan a las nuevas condiciones, como la contaminación, y las especies que no la toleran, ya han desaparecido”.

¿Cómo los cuidamos?

Todo esto provoca que las personas tengan la obligación de proteger cada pequeña criatura del planeta, ya que todas “trabajan” para la naturaleza.

“Cada ser vivo tiene particularidades y funciones. Por ejemplo, una pequeña araña que captura insectos para bajar la densidad de mosquitos o unos parásitos que reducen los tamaños poblacionales de las ratas”, dice nuestro especialista que recientemente trabajó en la elaboración del Catálogo de Biodiversidad de la Ciudad de México, encargado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad a todas las entidades del país. La CDMX es una de las primeras en completarlo y próximamente se presentará oficialmente, aunque ya se encuentra disponible en línea.

Acciones pequeñas como plantar un árbol, cuidar un área verde, no tirar basura en una visita al Desierto de los Leones y hasta dejar de alimentar a las ardillas de los Viveros de Coyoacán, son acciones que ayudarán a que el equilibrio natural se mantenga saludable durante más de tiempo en la ciudad.

“Es malo que los niños de la Ciudad de México crezcan sin estar en contacto con mariposas, escarabajos, pinacates y ciempiés, porque cuando una ciudad crece tanto y se aleja de la naturaleza, estamos alejando a los pequeños de conocer la maravilla que es cada ser vivo en nuestro entorno”, concluye Zenón para continuar trabajando en su laboratorio después de una mañana de trabajo de campo.

Así, estos chilangos que llevan varios siglos viviendo en el Valle de México son los que más trabajan en beneficio de todos. Ojalá los demás los imiten.

Pequeñas acciones

La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México emite estas recomendaciones para cuidar la biodiversidad de la capital:

No alimentar a los animales silvestres, ya que se acostumbran a la presencia de los humanos y olvidan su función en el ciclo de la biodiversidad.

No tirar basura en lugares como los bosques y recoger la que se encuentre. Muchos animales silvestres mueren por ingerir chicles, bolsas, botellas o colillas.

No comprar animales exóticos ni en peligro de extinción.

Investigar cuáles son las plantas y árboles nativos para elegirlos cuando haya oportunidad de sembrar alguno (por ejemplo, al diseñar el jardín de una casa).

No soltar animales de manera incontrolada, especialmente en entornos diferentes a los suyos, ya que pueden competir con otras especies e incluso provocar que desaparezcan en un determinado entorno.

Sé responsable con tus mascotas y no las dejes sueltas en la calle.

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CHINAMPA EN LA CIUDAD

Chinampa en la ciudad

POR ALEJANDRA DEL CASTILLO

Don Dionisio Eslava está parado de manera firme como un ahuejote frente a la estación Xochimilco del tren ligero; con la mochila al hombro espera a los voluntarios que vendrán este día a trabajar. Cuando el grupo está reunido, avanza por los laberintos de los barrios xochimilcas hasta llegar al embarcadero.

No es un embarcadero turístico y pronto los ojos lo descubrirán. Es un embarcadero de barrio para la gente que se transporta de sus hogares en las chinampas a tierra firme.

Cuando todos están abordo encaja su remo autóctono hasta el fondo y abre camino hacia el canal. Rema y platica. Espera conocer a sus visitantes, quiere saber de dónde vienen y qué esperan de la experiencia del día de voluntariado.

El camino es una estampa de lo que es la vida en las chinampas. Las casitas y la música que emana de cada una de ellas. Las familias que trabajan en sus tierras flotantes y saludan al pasar. La flora y la fauna del lugar.

Todos están ahí por los axolotes, esos seres únicos de esta región que aunque no parezca, todavía es parte de la gran Ciudad de México. Han venido porque saben que estos animalitos están en peligro de extinción, y lo están desde hace mucho tiempo.

Los axolotes son el corazón del proyecto Umbral Axochiatl, la organización que preside don Dionisio, junto con otros campesinos del lugar.

El axolote es una especie endémica exclusiva de la zona lacustre de Xochimilco, lleva información genética de la salamandra pero su característica principal es que se conserva en estado larvario toda su vida. Mantiene su cola y sus branquias, no sale a la tierra porque ha preferido permanecer en el fondo de estos canales.

EFECTO TILAPIA

En el orden del mundo, tal cual lo cuenta el efecto mariposa, basta batir las alas de ese pequeño insecto, para provocar un huracán en otra parte del planeta y justo así sucedió con la tilapia.

Es un pez africano mejor conocido como ‘mojarra’. Su introducción a los canales de Xochimilco sucedió en la década de los 70,  lo cual no tenía una mala intención, por el contrario, se había pensado que su presencia podría contribuir a limpiar los canales. Se creyó que incluirla en el ecosistema tendría beneficios comerciales, sin embargo generó un caos en el orden natural de Xochimilco. Así fue que la paz y el equilibrio ecológico se rompieron.

La tilapia y la carpa se convirtieron en los principales depredadores del axolote. Mientras dichas especies encontraron un gran lugar para vivir, alimentarse y reproducirse en ausencia de su depredador natural, la población de axolotes comenzó a disminuir al formar parte de su alimento.

Sin embargo, no es sólo ese el problema pues la tilapia, en busca de mejores condiciones para su reproducción, ha desgranado y erosionado las paredes de las chinampas al construir cuevas en sus límites, por lo que ya atenta asimismo contra la preservación de la chinampería.

AXOLOTE GUERRERO

Don Dionisio viene de una familia de campesinos hasta donde la memoria le da para recordar, tiene 64 años y en sus recuerdos todavía puede ver cómo corrían los hilos de agua entre los zurcos de la chinampa cuando sembraba junto a su padre. Un poco más atrás escucha las palabras de su abuela quien le decía que lo tenían todo, cuando en las noches salían a cuidar sus tierras. Entonces podía oler la vida y contemplar las chinampas blanqueadas de nube.

Él sabe que era diferente y que volver los pasos atrás requiere tiempo. El mismo tiempo que le da a una semilla para germinar y esperar que ofrezca una respuesta en la tierra. Don Dionisio también siembra conciencia. Quiere compartir la tierra, su magia y el sentido de pertenencia, sabe que el camino para volver es largo, pero como un hombre sabio que rinde tributo a sus ancestros está dispuesto a esperar.

Para que el axolote recupere y regrese a su hábitat no sólo hay que cuidar de él, controlar a la tilapia y la carpa; para devolverle su entorno natural se requiere trabajar la tierra y el agua, y muchas, muchas manos.

Cuando Dionisio atranca en la chinampa de educación ambiental, está listo para compartir que aquella chinampa estaba dormida, pero ya no. Que el trabajo con la tierra empezó cuando retiraron los montones de basura que la cubrían. Que prepararon la tierra con la desintegración de la vegetación acuática para comenzar a sembrar. Que el mejor lodo para sembrar no es ni güero ni muy negro, es cremoso. Que ya tienen un baño seco para generar fertilizante. Que todo crece natural, sin químicos ni fertilizantes externos. Que todo ahí es importante: las lombrices, los caracoles, las abejas y que esas pequeñas plantitas que se ven, pronto darán chile chinampero. Que también hay maíz, cebolla, margaritón, coliflor, brócoli y que trabajan en la conformación de un banco de semillas.

Explicará que la importancia de las chinampas es que sirven de filtros para que el agua llegue al subsuelo y que se convierten en sumideros naturales de carbono y por tanto son liberadoras de oxígeno. Y en todo este proceso, también generan alimento.

Pero la explicación y el conocimiento no bastan: hay que empezar a trabajar.

Nadie se queda sin hacer nada y para cada visita hay una actividad designada: preparar la tierra, sembrar, regar o limpiar el agua del canal a fin de que los axolotes vuelvan a ella en espacios reservados.

Don Dionisio no desperdicia ni un par de manos y aunque sabe que el campesino se siente abandonado en sus procesos, parece que los voluntarios inyectan en él la fuerza para trabajar todavía más duro.

En su labor, no sólo trabaja por el axolote y la chinampa, trabaja porque quiere que los voluntarios se lleven la chinampa a la ciudad. Entonces tiene conciencia de cuando la gente que lo acompaña hace contacto con los elementos: la tierra, el aire, el agua, el sol y a veces los invita a que se quiten los zapatos para que sientan el cosquilleo que produce la tierra cuando la planta de los pies se siembra en la chinampa.

Voluntarios van y vienen. Grupos escolares, activistas, boy scouts, universitarios o personas que se presentan por iniciativa personal. Algunos han hecho del trabajo en la chinampa un hábito, como una familia que vuelve cada quince días y que ha preparado la tierra, sembrado maíz y lo ha cosechado en dos ocasiones. Dice don Dionisio que ha visto cómo se organizan y estrechan un lazo fraterno entre la familia y con la tierra. También sabe que después de que los voluntarios vuelven tres o cuatro veces y comienzan a preguntar, están listos para que la chinampa se vaya a sus jardines, a los árboles de la banqueta o a sus macetas, porque parte del aprendizaje corresponde a la apropiación del conocimiento y a la conciencia de la biodiversidad.

La última parada del voluntariado es la estación biológica, ahí están los axolotes que se preparan para poblar de nuevo los canales. La visita es para conocerlos y hablar de ellos, reconocer su importancia y lo que representan en la identidad de un pueblo xochimilca orgulloso del camino que significa volver a sus raíces.

Parece que la visita al pequeño axolote es para decirle que hay mucho trabajo por hacer con la tierra si queremos que ellos vuelvan a los canales y a vivir de las chinampas.

Sembrar un árbol en la vida no es suficiente, la organización Umbral Axochiatl tiene un ejército de 11 mil ahuejotes para reforestar. Los ahuejotes son los árboles que anclan las chinampas en los bordes del canal.

Se necesitan muchas manos para el voluntariado y la reforestación.

Si estás interesado en participar, llama a don Dionisio: 044 55 6882 0974.

Para mayores informes:
Montes Urales No. 425
Col. Lomas de Chapultepec México
Distrito Federal, C.P. 11000
Teléfono: (55) 30 99 3000

Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/chinampa-en-la-ciudad/

BUSCADOR DE DRAGONCITOS

Buscador de ‘dragoncitos’

Por Miriam Canales  

Hurgando entre lotes baldíos de la colonia capitalina Del Valle en busca de lagartijas, sapos y ranas junto a constantes viajes familiares a Cuyutlán, Colima, fue que desarrolló una afición hacia los reptiles desde la infancia, nutrida con lecturas didácticas. Lo que comenzó como un juego de niños se transformó en una actividad profesional adulta que ha contribuido en proyectos trascendentes. Walter Schmidt, investigador mexicano de origen alemán, es más conocido por su perfil periodístico, por dirigir la revista Sonido y como músico experimental con grupos como Decibel o Size desde hace 40 años; sin embargo, su labor para proteger a los reptiles Abronia es otra de sus facetas destacables.

“Una señora vecina mía era maestra de biología; me invitaba a sus clases y me mostraba libros de animales, me regaló preparaciones para microscopio y otras cosas. A unas cuadras de mi casa había un depósito de materiales para laboratorio y ahí compré tubos de ensayo, bisturí, etcétera, para hacer mis primeras disecciones”, menciona como parte de la génesis de esta labor independiente de investigación que lo ha llevado a colaborar con la UNAM y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP) en estudios más acuciosos. Es tanto su interés hacia estos saurios que tomó su nombre a fin de bautizar un sello musical independiente. De este modo también logró una mayor afinidad con el fallecido cantante Jaime Keller (alias Illy Bleeding y vocalista de Size), quien también se interesaba en ellos y que tuvo en su haber una colección de iguanas.

En México se divulgan otros conflictos ecológicos como incendios forestales, talas inmoderadas o se promueve la protección de otras especies más mediáticas. En cambio, Schmidt ha abogado por el género Abronia –se le ha llamado coloquialmente “escorpiones” o “dragoncitos”– y su preservación. Se trata de un reptil propio de América Central, arborícola, que se encuentra en árboles hasta de 40 metros de alto, a punto de la extinción y codiciado por el tráfico internacional. En México abundan más de veinte especies de “dragoncitos” que no existen en ninguna otra parte del mundo. No hay informes acerca de muchas de ellas, pues se conocen únicamente por uno o dos ejemplares en colecciones científicas. Durante cuatro años participó en varios proyectos de lagartijas como Sceloporus, Gerrhonotus, Xenosaurus, lo cual lo llevó a recorrer todos los estados de la República Mexicana y colaborar con el herpetólogo norteamericano Hobart M. Smith, pionero y padre de la herpetología mexicana poco antes de su muerte en 2013.

“Yo me considero más bien una especie de naturalista a la antigua, aunque trabajo con profesionales de la Herpetología”, revela Schmidt, quien no se define a sí mismo como un “protector de fauna”. No obstante, dentro de su trabajo ha destacado como recolector de ejemplares en el Museo de Zoología de la UNAM, ha contribuido en el hallazgo de diversas especies de lagartijas de géneros como Xenosaurus, Barisia y en la descripción del Xenosaura mendozai durante una expedición en la Sierra Gorda de Querétaro junto a Fernando Mendoza Quijano.

Por otro lado, manifiesta que los esfuerzos en México han sido lentos y que el camino para la protección ambiental ha sido sinuoso: “En México aún falta mucho por explorar. Existen grandes áreas del país que son prácticamente desconocidas para la ciencia como la Sierra Madre del Sur de Guerrero o la región de los Chimalapas en los límites entre Oaxaca y Chiapas. Muy probablemente muchas especies que se han extinguido o desaparecerán sin haber sido descritas, y no sólo reptiles o anfibios, sino toda clase de animales y plantas”.

En México, el mundo de las abronias todavía es un misterio que espera ser revelado. Entre las mayores desventajas que encuentra para la conservación ecológica en general son los presupuestos, y que otras especies han recibido más atención tanto de medios como del Gobierno –el borrego cimarrón, las tortugas y aves como guacamayas y pericos. “Ni siquiera contamos con una protección efectiva de nuestras áreas naturales protegidas por falta de personal y presupuesto. Tampoco conocemos con exactitud su estado de conservación o deterioro. Es muy difícil hacer un programa de conservación que incluya todos los diferentes ecosistemas que están amenazados por la actividad humana. En este sentido el estado de Chiapas merece mención especial por los esfuerzos que realizan por conservar la naturaleza”.

Considera que se requieren más estudios para conocer el tamaño de sus poblaciones y descubrir las nuevas especies que en muchos casos se encuentran en zonas de conflicto o áreas remotas de difícil acceso: “No se conoce el tamaño de las poblaciones de la Abronia. Yo participé en la evaluación de una Abronia gramínea en Puebla-Veracruz y se calcularon diez mil ejemplares, pero muchas especies tienen una distribución restringida a un sólo cerro y además son raras en su hábitat natural”.

Mientras tanto, otros países más pequeños, como Guatemala, han pugnado más por la conservación de los “dragoncitos”. En 2014 se les incluyó en una serie de sellos postales y hasta se les ha llamado “los nuevos embajadores de Guatemala” como una novedosa carta de presentación a nivel mundial, lejos de estereotipos y lugares comunes. México y Guatemala comparten algunas especies, como la venenosa Heloderma o los Coritofánidos. Sus discrepancias radican en diversos factores. “Las políticas y los proyectos de cada país son distintos e independientes”.

Aunque México se desenvuelve entre polémicas políticas y otros escándalos sociales, su vasta biodiversidad no puede soslayarse, un tema a considerar dentro de las agendas electorales y los medios de comunicación. “La riqueza faunística de México es gigantesca, somos un país con una megabiodiversidad. Nosotros tenemos una realidad más compleja y más problemas que atender”.

 

Para mayores informes:
Montes Urales No. 425
Col. Lomas de Chapultepec México
Distrito Federal, C.P. 11000
Teléfono: (55) 30 99 3000

Fuente: www.revistacambio.com.mx/tecno/buscador-de-dragoncitos/

EL PLÁSTICO ¡MATA!

El plástico mata

Cada año se producen en el mundo casi 300 millones de toneladas de plástico. Y la fabricación global de este material crece sin parar. Lo que es a priori un material bueno para el desarrollo de nuestra civilización, se está tornando en una amenaza para la biodiversidad. Porque el plástico mata a muchos animales.

 

Principalmente en forma de envases un ciudadano del primer mundo consume una media de 100 kg al año, lo que nos lleva a que la producción de plásticos de lo que llevamos de siglo supere a la de todo el siglo XX.

Los animales que ingieren plástico suelen morir de hambre debido a la acumulación de contaminantes dentro de su cuerpo. La agonía les lleva a sufrir desnutrición e incluso asfixia debida a los trozos de plástico que se atascan en sus tráqueas.

En Europa únicamente se recicla entre el 20 y el 30% del plástico consumido.

El plástico que no se recicla acaba en el mar, en vertederos o se incinera. La solución pasa por dejar de lado nuestra adicción a consumir objetos de plástico, muchos de ellos de un solo uso y cambiar nuestro estilo de vida. Esto sin duda incidirá en un cambio en el sistema de producción que nos inunda de productos de plástico de bajo costo.

Y es una contaminación que ha llegado para quedarse entre nosotros durante mucho tiempo. Las estimaciones de la degradación de algunos de los plásticos más habituales van desde los centenares a los miles de años. 

Se estima que al menos unas 270 especies diferentes de animales han ingerido grandes cantidades de plásticos, lo que amenaza su existencia y les provoca cambios fisiológicos y de comportamiento.

Unos 100,000 mamíferos marinos y 1 millón de aves acuáticas mueren como consecuencia de esta contaminación. Las actividades pesqueras llevan a arrojar redes y aperos de plástico que terminan ahogando a miles de focas, leones marinos, delfines y tortugas.

Según publicó la revista Science, entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de residuos plásticos llegan a los mares cada año. Las especies marinas son vulnerables a los fragmentos de plástico, tanto a los trozos grandes como a los pequeños y se está estudiando cómo afectan al desarrollo de las larvas de peces.

Las larvas ingieren partículas de plástico de menos de cinco milímetros, que proceden sobre todo de las microesferas de plástico que se usan en la fabricación de productos cosméticos y de aseo. Esta ingestión les causa problemas reproductivos y amenaza su supervivencia. En los experimentos, las larvas de peces expuestas a micropartículas de plástico durante su desarrollo experimentaban cambios en su comportamiento y crecían menos, lo que se traduce en un aumento de su tasa de mortalidad….

Fuente: http://www.ecointeligencia.com/2016/06/plastico-mata-animales/

LEONES RESCATADOS DE CIRCOS

Leones rescatados de circos son liberados en Sudáfrica

Los leones que vivían en países como Perú y Colombia fueron trasladados hasta el santuario de Emoya.

La liberación de 33 leones desde circos sudamericanos ha sido una gran buena nueva para animalistas y defensores de animales en todo el Mundo. Se trató de una cruzada de Animal Defenders International (ADI), la que llegó a buen puerto con el traslado de los leones hasta Johannesburgo en Sudáfrica.

Gracias a la puesta en marcha de un plan de rescate de la ADI y junto a que tanto Perú como Colombia prohibieron el uso de animales en circos, es que fue posible este rescate. Ahora según cálculos ya deben estar en su nuevo hogar, el santuario de Emoya.

Igualmente se trató de un proceso costoso, pues tal como señaló Konbini, para poder trasladar a cada animal se necesitaron USD $10,000 una alta suma si se multiplica por 33, sin embargo el costo sí se pudo asumir gracias a donaciones de dinero.

Si bien estos leones han vivido en cautiverio y pequeñas jaulas, ahora habitarán en un lugar con una capacidad perfecta para ellos, resguardados de los humanos en donde podrán vivir tranquilamente. Para ello estarán un par de días en transición en un espacio acondicionado y luego serán liberados en el santuario.

Fuente: https://www.veoverde.com/2016/05/leones-rescatados-de-circos-son-liberados-en-sudafrica/

Héroe de Cera

Héroe de Cera
Descubrimiento sorprendente
Volviendo el plástico biodegradable
Al 100%
Por: www.elmundo.es

Esta nota parece sacada de una novela de ciencia ficción y es como si el planeta nos lanzara ayuda urgente.

El problema del plástico es mundial y bien conocido, solo basta voltear a nuestro alrededor. Lamentablemente goza de vivir en las calles, bosques, ríos y mares con graves consecuencias al medio ambiente, fauna y nuestra salud. Hoy podríamos estar viendo la luz de lo que sería el descubrimiento del siglo.

Federica Bertocchini, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha encontrado una posible solución natural a la degradación. Bertocchini ha descubierto que los gusanos de cera (Galleria mellonella), que se alimentan habitualmente de miel y cera de los panales de abejas, son también capaces de degradar este plástico.

Observa como de una manera totalmente casual, los gusanos se convierte en grandes héroes y salvadores posiblemente de millones de especies: