RECICLAJE DEL AGUA

Reciclaje del agua

Sólo el 2.5% del agua del planeta es apta para el consumo, la industria o la agricultura. Ante este dato y la vital dependencia del agua, es necesario saber cómo tratar y reciclar agua ya que es un bien cada día más escaso. Una de las formas más fáciles y eficaces de reciclaje del agua, es recuperar el agua de la lluvia. Es importante decir, que estas aguas que podemos recuperar, no son aptas para el consumo humano si no las potabilizamos, pero sí perfectamente útiles para regar, la limpieza del hogar y otro tipo de tareas que requieran agua.

Reciclaje con pozos

Para ello, la opción más común es la construcción de un aljibe o pozo, que serviría de depósito para el agua. El agua suele recuperarse de los techados de las casas y mediante una serie de canalizaciones se lleva el agua hasta el depósito. Una vez allí y con la ayuda de un mecanismo de extracción, como puede ser una bomba, podríamos utilizarla. Esta práctica es bastante común en chalets y fincas rurales y suponen un ahorro importante de agua en riegos de los jardines y plantas.

Fuente:  http://www.inforeciclaje.com/reciclaje-agua.php

TU BASURA VALE ORO

Tu basura vale oro

POR GABRIELA GUTIÉRREZ M.

¿Sabías que para producir un kilogramo de plástico a partir del reciclado, se emiten a la atmósfera 1.7 kilogramos de CO2?, es decir, la mitad de lo que se expulsa por fabricar la misma cantidad de plástico nuevo y virgen. Esto significa que, cada vez que una botella de PET es reciclada, se disminuye a la mitad su huella de carbono, por tanto, si separas tus desechos y los entregas de manera adecuada para que puedan ser reciclados, tu propia huella también disminuirá. Sin embargo, además de eso, tratar bien tu propia basura tiene más valor de lo que pensabas.

Si en el año 2000 la basura hubiera cotizado en la Bolsa, los pepenadores hoy serían ricos. Por cada peso invertido en oro, en ese entonces, hoy recuperarían nueve. En cambio, por el mismo peso invertido en plástico para reciclar, hoy rescatarían mil.

La floreciente industria del reciclaje en México ha dado lugar a la creación de nuevas empresas, la mayoría de ellas creadas apenas en los últimos 15 años, que encontraron en los cerros de basura de los tiraderos auténticas minas de materiales preciados.

“En los 50 nadie veía en la basura un negocio. Nosotros lo hicimos primero”, dice con aire triunfador Pablo Tellez, dirigente del Frente Único de Pepenadores (FUP) y líder de 1 500 pepenadores, en el Bordo Poniente.

En el pasado, él mismo debía recoger en promedio 33 botellas de plástico para completar apenas un kilo, por el cual le pagaban 20 centavos. Sin embargo, el precio no ha bajado de 2 pesos en la última década, y llega a alcanzar picos de hasta 12 pesos.

Si se considera que en México se deponen 4.6 millones de toneladas de residuos plásticos al año –el equivalente a que cada persona tire 39 kilogramos de plástico anualmente–, de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), es  fácil ver el éxito comercial de reciclar.

El mercado del reciclaje en México tiene un valor de 4 000 millones de pesos, según estimaciones de la Asociación Nacional de Plásticos (Anipac), que se reparte apenas entre unas 180 empresas.

De entre todos los tipos de plástico, el PET es el que ha levantado más interés por parte de los recicladores. Sin embargo, de las 722 000 toneladas de PET que se recuperan al año en México, sólo la mitad se recicla en el país y la otra parte se exporta, principalmente a China y Estados Unidos, de acuerdo con información de Ecoce.

Santiago García, director de la Asociación para Promover el Reciclado del PET, considera que el material reciclado debería aprovecharse en México, no obstante, los mercados extranjeros suelen pagar hasta 30 % más el PET foraneo que el nacional.

La Ley de Residuos Sólidos de la Ciudad de México representó un gran avance en materia de reciclaje, pues desde los hogares ahora se separan los materiales, esto ha conseguido que los propios empleados de los recolectores aparten los materiales reciclables y los vendan por su parte. Sin embargo, también ha ido en detrimento de los grupos organizados de pepenadores, quienes se quejan de que a los basureros llega la basura “ya escogida”, dice Téllez. “Cada vez llega menos material reciclable. Tenemos que rascar más y más para sacar algo”.

ECONOMÍA VERDE

El negocio del reciclaje es uno de los considerados “nobles”, porque además de que es productivo, también ayuda al medio ambiente. Por ejemplo, para generar un kilogramo de plástico a partir del reciclado, se emiten a la atmósfera 1.7 kilogramos de CO2, la mitad de lo que se expulsa por elaborar la misma cantidad de plástico “virgen”. Además, por cada tonelada de PET que se recicla, se ahorran 40 000 litros de agua.

El crecimiento en la industria del reciclaje del PET avanza a pasos agigantados en todo el mundo, y actualmente alcanza un valor estimado de 410 000 millones de dólares. China y Estados Unidos son dos de los principales exponentes, tanto por su crecimiento acelerado, como su enorme consumo del material.

Mientras que el primero importa 40 % de su requerimiento de plástico reciclado, el cual tiene, entre otras aplicaciones, la elaboración de ropa, Estados Unidos duplicó su reciclaje de 346 000 a 706 333 toneladas, entre los años 2000 y 2010, lo cual le representó una recuperación de alrededor de 30 % sobre el total de los residuos.

Por cada tonelada 
de PET reciclado 
se ahorran:

4.44 barriles

de petróleo.

25 a 35 m3

de espacio para rellenos 
sanitarios o tiraderos.

3.3 toneladas

de CO2 no emitidas.

EL RECICLAJE 
EN EL MUNDO

12 millones

de personas son empleadas 
por la industria, tan sólo en Brasil, 
China y Estados Unidos.

410 000 mdd

valor del mercado global.

25 %

de los residuos sólidos 
son reciclados.

13 000 millones

de toneladas de basura se generarán 
para el año 2050.

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Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/tu-basura-vale-oro/

ROPA QUE IMPACTA

Ropa que impacta

Por Gabriela Guitérrez M.

La cadena de producción de los textiles es una de las más largas. Por ejemplo, para fabricar un par de jeans, el proceso comienza en los campos agricultores donde se siembra el algodón, en los cuales se emplea agua y fertilizante.

También hay que considerar el combustible empleado en transportar esa materia prima a las áreas de transformación y maquila (que pueden ser varias: donde se corta, se trama, se dan los acabados). De nueva cuenta se sube a un transporte para llegar a los puntos de distribución y después a los de venta. Todo este largo viaje para que, al final, los jeans terminen un año más tarde –si bien nos va– en el basurero.

El Departamento de Ecodiseño y Desarrollo Sustentable de la Agencia Ambiental de Francia estima que cada par de jeans genera dos kilogramos de dióxido de carbono, desde el inicio de su producción hasta el final de su vida útil. Mientras que en el mismo lapso se estima que emplea 10 000 litros de agua, de acuerdo con el Global Leadership Award in Sustainable Apparel (GLASA). Desde esa perspectiva, quizá valdría la pena comenzar a ver nuestro ropero más como un estacionamiento humeante o un río de aguas negras.

Hace tan solo dos generaciones, las familias invertían en ropa de calidad que les duraría varios años. Las prendas se heredaban de hermanos mayores a menores, e incluso a otros familiares. Actualmente, se compra el doble de artículos que hace 20 años y el triple que hace 50, de acuerdo con la investigación “Plenitud: La nueva economía de la verdadera riqueza”, de Juliet B. Schor. El ciudadano estadounidense promedio compraba 34 prendas en 1991, para 2007, adquiría 67, “lo que implica una nueva prenda cada cuatro o cinco días”, apunta la autora.

Hoy en día, la ropa es de mala calidad y se vende a bajos precios, pues no se pretende que tenga una vida útil larga. Por el contrario, entre más rápido el consumidor prescinda de ella, más pronto querrá comprar la siguente. Lo que lleva a las empresas a producir grandes cantidades para satisfacer esa demanda. El círculo vicioso del consumo, sin embargo, tiene una factura alta y quien la paga es el medio ambiente.

La vorágine de la fast fashion ha convertido a la industria de la moda en la segunda más contaminante del mundo –sólo detrás de la petrolera. Cada año se producen alrededor de 80 000 millones de prendas de vestir, que eventualmente terminarán en la basura.

En México, cada persona genera alrededor de 50 kilogramos de residuos textiles al año. El incremento de este tipo de desperdicio pasó de 458 000 toneladas, en el año 2000, a 613 800 toneladas en 2013, de acuerdo con información oficial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Alternativas

No, no es necesario entregarse al nudismo para disminuir la huella de carbono, pero sí es urgente que los consumidores adquieran más conciencia al momento de escoger un producto nuevo, explica Claire Perez-Tejedor, consultora en innovación social en empresas de la organización social francesa MakeSense.

“En Europa ya existe más conciencia sobre las repercusiones de nuestras compras y por ello hay consumidores más responsables. México está en ese camino, pero trae unos 15 años de rezago”, explica Perez-Tejedor, quien a través de MakeSense ha asesorado varios proyectos de moda sustentable en la Ciudad de México.

Uno de ellos es Manosanta, un proyecto basado en comprar ropa en buen estado para después venderla en un bazar itinerante conocido como Pop-up Store: “Nuestro lema es: ‘No nos traigas nada que tú no te pondrías’ ”, advierte Mónica Dubost, una de las fundadoras.

Cada seis semanas, Dubost y su socia, Emilia Alonzo, instalan los racks en algún punto de la Ciudad de México donde el Pop-up Store está abierto durante un fin de semana. En el primero de este año, celebrado en la colonia Roma, decenas de prendas, entre vestidos, blusas, pantalones y bolsas fueron ofrecidas desde 50 pesos, como por ejemplo un vestido marca Tommy Hilfiger, blusas Zara, entre otras.

Otro caso es el de Marina Boido, con su marca Monona Piezas Únicas, y Laura Pírez Torres, con Llamarada. Ambas –amigas, diseñadoras y emprendedoras– se especializan en reutilizar prendas usadas para diseños nuevos. Uno de los programas más exitosos es el “Trueque de Mezclilla”, que en su primera edición en mayo del año pasado congregó a cerca de 300 personas.

Durante el trueque, los asistentes deben entregar hasta cinco piezas de mezclilla que ya no utilicen, las organizadoras les asignan un valor en puntos y pueden canjearlos por piezas vinculadas al arte, como pinturas, fotografías, libros, películas. En la segunda edición recibieron más de 500 prendas de mezclilla, que muy pronto tendrán una segunda vida convertidas en tenis, bolsos, vestidos y otras piezas.

“México ya está preparado para escuchar de manera seria las propuestas de moda sustentable, aunque sigue siendo un nicho, ahora es una tendencia a nivel mundial y es irreversible. Las empresas grandes comienzan a darse cuenta que no es económicamente sostenible, no ser sostenible ecológicamente”, dice Boido.

Sin embargo, los diseñadores de moda sustentable tienen diferentes retos, la mayoría de ellos basados en un cambio cultural: desde reutilizar la ropa de otros, comprar de manera menos compulsiva y valorar las prendas hechas de manera artesanal o con materias primas menos contaminantes.

“Lo primero que necesitamos comprender como consumidores es que necesitamos pagar un precio justo por estas prendas, porque estamos seguros de que su impacto ambiental es bajo y que las marcas pagan lo justo a sus trabajadores y proveedores, no como los escándalos de explotación laboral en los que otras empresas se han visto inmiscuidos”, explica Pérez-Tejedor.

El 80 % de la población no está consciente de la moda ética, asegura Mireille Acquart, directora de Ethical Fashion Space, una consultoría especializada en moda ética dirigida a capacitar a los emprendedores de este sector para que adopten procesos más eficientes.

“Es todo un proceso. No se trata de ser hippie, sino de pensar a futuro”, explica Acquart.

Jean Verdier, director de Fashion Green Mx, una plataforma de proyección de los diseñadores y sus propuestas sustentables desde hace siete años, asegura que el mercado se ha expandido y cada vez notan más interés, sin embargo, reconoce que aún se trata de un nicho.

“Todos los días estoy luchando contra la cultura, posicionar una moda que sea usable, aterrizada, que no se trate de solo conceptos, para que se convierta en una filosofía que trascienda la pasarela”, dice Verdier.

Verde por fuera

Verdier alerta sobre el greenwashing −un tratamiento de comunicación que algunas empresas dan a sus productos para hacerlos ver amigables con el medio ambiente, sin realmente serlo de fondo.

“Se trata de marcas muy conocidas, que aseguran invertir en medio ambiente y van por la vida con la bandera ecológica, pero vas a las tiendas y el discurso no concuerda”.

Las empresas líderes de la fast fashion en el mundo son: H&M, C&A e Inditex (dueña de las marcas Zara, Pull&Bear y otras), cuentan con programas “eco” (ecológicos), como líneas de ropa producidas con algodón orgánico o reciclada, sin embargo, continúan alimentando un consumismo devastador para el medio ambiente.

Livia Firth, directora de Eco Age, una firma consultora ubicada en Londres, y una de las voces más reconocidas a nivel mundial en temas de moda ética, valora los esfuerzos de las grandes marcas por ser más sustentables, pero advierte que mientras no cambien su modelo de negocio (producción en masa a bajísimos costos), todos estos esfuerzos formarán parte del greenwashing, de acuerdo con una entrevista para la cadena árabe Al-Jazeera.

Al final del día, la ropa que menos contamina es la que no se produce y no se compra, expone Gema Gómez, fundadora de la plataforma Fast Fashion en España. No se puede demandar moda ética a las marcas, si los consumidores mismos no son responsables con lo que adquieren. La voz más fuerte es la que se respalda con el bolsillo.

Los 7 básicos del consumidor responsable

No compres por impulso. Cada prenda debe tener un propó06sito.

-Investiga la reputación de las marcas que adquieras, si alguna ha caído en malas prácticas (como explotación laboral, contaminación del medio ambiente u otras), respalda tu desacuerdo no comprando sus productos.

-Asegúrate de que tus prendas ya no sean remendables o no puedan tener un nuevo ciclo de vida antes de desecharlas.

-Compra local, impulsarás la economía de tu región y además disminuirás la emisión de gases de efecto invernadero derivada de la transportación de las prendas.

-Conoce proyectos de diseñadores locales que crean líneas de moda sustentable.

-Atrévete a intercambiar prendas con tus conocidos y familiares.

-Mantente dispuesto a pagar más por prendas de mayor valor social.

-Los jeans son de las prendas con mayor rastro de contaminación y la mayoría de la gente tiene más de un par en el ropero. ¿Por qué contaminan tanto?

*Tierra. El cultivo de algodón (materia prima de los jeans) es uno de los que más demanda agua y fertilizantes. Para producir un par se requiere alrededor de un kilogramo de algodón.

*La huella de agua. Desde su producción hasta el final de su vida útil, se estima en 10 000 litros.

*Colorantes. Contaminan los ríos y mantos acuíferos.

*Dióxido de carbono. Debido a la transportación necesaria para todos sus procesos, desde el cultivo hasta los diferentes puntos de maquila. Se estima que algunas prendas visitan hasta cinco países antes de llegar al consumidor final.

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Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/ropa-que-impacta/

RECUPERACIÓN DE MATERIALES RECICLABES

Ligntec está orientada a la recuperación de materiales reciclables y a la transformación del plástico recuperado, dando como resultado un amplio catálogo de productos.

Fabricamos perfiles de plastimadera con las características mecánicas, físicas y químicas necesarias para sustituir a la madera natural. Evitando la tala descontrolada de árboles y bosques.

Entre las características y beneficios de este producto podemos destacar:

 

Ecológica: Su uso evita la tala de árboles al reciclar la madera, se reincorporan al ciclo de vida residuos plásticos que de otro modo terminarían convertidos en contaminantes potenciales.

Mantenimiento mínimo: Debido a su constitución plástica no se descompone, no necesita sellantes, su color es integral, no la atacan termitas ni plagas, no se pudre por contacto con el agua pues es impermeable.

Resistencia: Debido a sus componentes ofrece una larga duración y excelente resistencia frente al impacto, compresión y tracción. Además su peso no incrementa ante la humedad ni precipitación pluvial.

Higiénica: No almacena hongos ni bacterias evitando olores desagradables. Puede lavarse con cualquier detergente. No es tóxica.

 

NO SEAS COMO TRUMP

No seas como Trump

POR ALEITHYA M.

¡Todos estamos muy tristes! ¿Cómo pudo Trump salirse del Acuerdo de París?, ¿ahora qué va a pasar?, ¿nos vamos a morir? La respuesta es sí. Nos vamos a morir si tú (y cada uno de nosotros) no eres diferente a él (léase con un poco de entonación dramática). Si todo queda en compartir la triste noticia y no cambias tus acciones diarias, pones en riesgo el futuro, igual que lo ha hecho él.

Pretextos hay muchos. Trump nos dijo ya sus “argumentos” favoritos, por ejemplo, el crecimiento económico. “Ser verde no es rentable, se van a perder empleos, las empresas van a cerrar” y será el fin del mundo. ¡Ajá!, ¿te suena? Sí, eso justo va a pasar si hacemos lo que él pide. Sólo cambiar nos garantiza un futuro.

¿Aceptas ponerte metas diarias, semanales o mensuales para reducir un poquito tu impacto negativo en el medio ambiente y no ser como Trump?

No es fácil, te lo digo. Por más que trabajo en estos temas, salir del esquema tradicional es complicado, pero todos podemos ir “…des-pa-cito, pasito a pasito…”, exacto, así como la canción. Aquí te voy a dejar unos breves tips (¡ups, creo que ya soy una señora!), bueno algunas acciones sencillas con las que generarás un gran cambio.

¡No pidas agua embotellada en el Uber!

(Claro, si puedes mejor camina)

El plástico es un problema, así nos digan que es biodegradable, así nos digan que se recicla, nos digan lo que nos digan, es basura y punto. Son residuos sin uso cuando se termina su vida útil. ¿Cuánto tiempo tardas en tomar esa botella de agua?, ¿cinco minutos? Te lo aseguro, el envase durará mucho más. Compra uno que puedas reciclar.

Pide tu bebida en TAZA

Me ha pasado que tengo reuniones en esos cafés famosos donde sin preguntarte nada te sirven en desechables tu bebida. Muchos de nosotros no sabíamos que en lugar de pedir un vaso de cartón, con tapa de plástico y aparte una manguita, podemos simplemente pedir una taza de cerámica. La próxima vez, si vas a sentarte a leer, a platicar o a cerrar un trato, pide taza. Si te dicen que no hay o se acabaron, haz cara de enojado o enojada y pide que tengan más. ¡Más tazas! Sí, te hablo a ti, Starbucks.

No más bolsas de plástico para tu despensa

Suena muy común. Es algo que escuchamos aunque siempre se nos olvida. Llegamos a la tienda y pues, ni modo, terminamos diciendo con cara de pena “sí, en bolsita, igual luego la uso para la popó de mi perro.” Es cierto, las bolsas las podemos reusar, pero es mejor reducir su consumo para que se fabriquen menos. Compra una bolsa de tela bonita, con alguna frase motivacional o alguna letra de canción hipster. ¡Ayudarás mucho!

No más desechables

Cada fiesta me digo lo mismo, no más desechables y caigo en la tentación. Les dije, no es sencillo. A nadie le gusta lavar platos, pero podemos generar empleo si contratamos algún servicio de limpieza al día siguiente. Seguro nos costará un poco más caro que un paquete de 100 piezas de vasos rojos pero, ¿lo intentarías?

Reduce tu consumo eléctrico

A esto me dedico, así que me toca decirte la verdad. Consumir luz, cargar tu teléfono, cocinar, ver Netflix, usar tu computadora, toda esa electricidad que empleas en tu día a día contamina, y mucho. En México, la energía que utilizamos se genera en un 80 % por combustibles fósiles, lo cual produce emisiones, contaminación pues. Si moderas el uso de lo que conocemos como luz, puedes reducir el desperdicio, ser más eficiente y ¡salvar al mundo!

No compres ropa sólo por comprar

Hay muchas marcas que nos ofrecen ropa a muy bajo precio, misma que luego vamos a tirar o a intentar regalar porque ya no la usamos. Esta tela, porque al final sin importar quien la diseña, eso es, se convierte en basura. Todo lo que usamos día a día será basura, serán residuos. El problema con la industria textil es muy complejo, principalmente el de la mezclilla porque tiene un impacto muy fuerte en la contaminación del agua. Debido a eso, comprar menos ayuda. Adquirir prendas de marcas que nos prometan durabilidad también garantiza un menor impacto.

Recupera el hábito de reparar

Nuestros papás y abuelitos tenían ese hábito muy bien desarrollado. Algo se descomponía y buscaban la forma de que volviera a su estado funcional. Actualmente nos hemos convertido en unos seres que aman remplazar. Se rompe, se va a la basura, compramos otro. ¡Ya no podemos continuar con esto! ¡Generamos un chingo de basura! Muchas de las partes pueden volver a ser utilizadas, pero como consumidores no exigimos a las empresas un reuso. Por ello, es necesario leer y aprender sobre economía circular.

Come menos carne roja

A principios de año, intenté ser vegetariana. Fue un intento. No pude. Cambiar nuestros hábitos después de tantos años no es simple. Entonces decidí dejar de comer carne algunos días. Se volvió más sencillo. La cruda verdad, más allá de la crueldad con los animales, es que producir carne, contamina, y mucho. No quiero contarles detalles, prefiero no arruinar su cena, por hoy. Pueden creerme o investigar más. Pero, por lo menos, únanse al #NoMeatMonday (#LunesSinCarne).

Si critican la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, por favor, al menos ustedes intenten ser parte de este equipo que quiere hacer algo. Ni los líderes políticos solos van a poder, ni nosotros sin ellos. Necesitamos unificar esfuerzos para detenerlo porque diga lo que diga míster Trump, ¡el cambio climático es real!

*Aleithya M. es economista, comprometida con el desarrollo sostenible. Energy  Researcher en Ethos Laboratorio de Políticas Públicas. Puedes contactarla por twitter: @aleithya_md

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AHORA RECICLAR ES NUESTRO ESTILO DE VIDA

ECOCE: 15 años de promover una cultura de reciclaje de envases.

En ECOCE, celebramos 15 años de existencia, reafirmando nuestro compromiso de trabajar por un México más limpio y sustentable, ECOCE es una iniciativa de la industria de bebidas y alimentos, y es el primer organismo en México, en proponer acciones concretas sobre el manejo adecuado de los residuos de envases y empaques. ECOCE impulsa una cultura ecológica al promover el acopio masivo de envases y empaques para sensibilizar sobre la importancia del reciclaje.

Ahora, en México, seguimos siendo líderes de América en la recuperación de envases de PET post-consumo para su reciclaje. Por quinto año consecutivo, el acopio de PET post-consumo ha sido el más alto del continente. Durante 2016, se recuperaron 425 mil toneladas, lo que representa el 57% del consumo aparente nacional, un porcentaje similar de recuperación al de la Unión Europea y que está por encima de países como Estados Unidos, Canadá y Brasil. Ahora, somos multimaterial, trabajando ya en la recuperación de otros materiales como aluminio y polietileno de alta densidad, entre otros.

Ahora, separar y reciclar los residuos de envases, forma parte del estilo de vida de muchos mexicanos. Y ahora también, más familias viven del reciclaje. Por eso, ahora, estamos viendo el crecimiento y consolidación de una industria nacional del reciclaje, con beneficios ambientales, generadora de empleos, desarrollo económico y bienestar social.  Ahora, podemos decir con orgullo que ECOCE es un caso de éxito y nuestro modelo de manejo integral de residuos sólidos urbanos es un ejemplo a seguir por otros países.

En 15 años, ECOCE ha fomentado y desarrollado diversas actividades, mostrando la acción de la industria de bebidas y alimentos, donde destacan 5 objetivos principales:

  • Promover la recuperación de los residuos de envases post- consumo de PET y otros materiales
  • Desarrollar campañas y programas de educación cívica ecológica
  • Llevar a cabo sinergias con los tres niveles de niveles de gobierno, para analizar y atender áreas críticas a través de la educación y cambio de hábitos en las comunidades
  • Participar en la creación de legislación y normatividad relacionada con el manejo de residuos, para tener certidumbre jurídica
  • Promover una nueva industria de reciclaje que genere un mercado nacional y genere empleos de preferencia a través de la economía circular

LO NEGRO DE LO VERDE

Lo negro de lo verde

Por Gabriela Gutiérrez M.

La tierra tuvo fiebre. De acuerdo con lo publicado por el exclimatólogo de la NASA James Hansen, y otros expertos, en el Earth Systems Dynamics Journal, la temperatura en la superficie terrestre alcanzó el punto más alto en los últimos 115 mil años.

El mismo documento afirma que el planeta se ha calentado gradualmente a una media de 0.18 grados Celsius por década durante los últimos 45 años, en particular por las emisiones de gases de efecto invernadero.

Lo cierto es que la temperatura promedio global se mantiene en aumento y los científicos afirman que, para el año 2050, el planeta será un lugar peligroso para vivir. Una de las principales apuestas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero es el uso de biocombustibles, sin embargo, cada vez más voces alertan que, después de todo, estos no son tan amigables con el medio ambiente.

¿Remedio o enfermedad?

Los biocombustibles –fabricados a partir de materia orgánica, principalmente jatrofa, maíz y caña de azúcar– reducen más de 30  por ciento la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, en comparación con los combustibles fósiles. Sin embargo, esta bondad ambiental queda neutralizada –y muchas veces rebasada– cuando se analiza su balance energético global, es decir, los aspectos negativos contaminantes, inherentes a su producción.

La Alianza Global de Combustibles Renovables, establecida en Canadá, estima que la sustitución de combustibles fósiles por biocombustibles evitó el envío de 169 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo que representa la emisión total del mismo año de República Checa o la mitad de la de España. No obstante, el reporte no considera las emisiones generadas en la producción y distribución de los biocarburantes, es decir, solo contempla los puntos positivos, sin restar a ellos los negativos.

Para tener un análisis objetivo, es necesario poner en la balanza tanto las emisiones evitadas o reducidas, como los detrimentos provocados por la misma producción del biocombustible. A esto se le llama balance energético. Por ejemplo: la extensión de tierra destinada a su producción, el uso de agua y otros recursos, así como el combustible fósil utilizado para su producción y distribución.

Y es que para producir los biocombustibles se requieren grandes extensiones de tierra para siembra y cultivo de los insumos. Joe Fargione, científico de la organización Nature Conservancy, publicó a principios de este año en la revista Science, un informe donde anota que la conversión de hábitats naturales –como bosques y selvas– en campos de sembradío para biocombustibles libera más carbono a la atmósfera que lo que el uso de biocombustibles evita: “Si se trata de mitigar el calentamiento global, simplemente no tiene ningún sentido dedicar tierras vírgenes a la producción de biocombustibles”, explica.

La Amazonia, en Brasil, advierte Fargione, ha sido una de las zonas más dañadas en este sentido, pues el gigante sudamericano es uno de los líderes en la producción de biocombustible y ha transformado vastas regiones de tierra selvática en terreno para cultivo de caña de azúcar, el insumo principal del etanol.

A esto hay que sumar la contaminación del proceso de siembra (tractores, fertilizantes, agua), la liberación de carbono a la atmósfera al cosechar y el uso de energéticos en la distribución.

Al final, los biocombustibles son menos eficientes que los combustibles fósiles, explica Fernanda Figueroa Díaz Escobar, especialista en Recursos Naturales de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Para que los biocombustibles sean realmente benéficos para el medio ambiente, deben arrojar un balance energético positivo, es decir, que después de calcular el ahorro de emisiones contaminantes, se le resten los impactos negativos (energía gastada en su producción y distribución, deforestación provocada, principalmente), y su uso reporte ganancias medioambientales.

El reporte Biocombustibles: Perspectivas, riesgos y oportunidades, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), reconoce que si bien “el maíz destinado a la producción de etanol puede generar un ahorro de gases de efecto invernadero de 1.8 toneladas de dióxido de carbono por hectárea al año, la conversión de pastizales para producir estos cultivos puede emitir unas 300 toneladas por hectárea y la conversión de tierras forestales puede emitir entre 600 y 1 000 toneladas por hectárea”.

En ese mismo sentido, un estudio hecho por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, sobre 26 biocombustibles de los líderes en el campo (Estados Unidos, Brasil, Unión Europea y Malasia), descubrió que aunque 21 de ellos efectivamente reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con la gasolina, 12 tienen mayores impactos ambientales agregados que los combustibles fósiles.

Los gobiernos del mundo comienzan a prestar oídos a las alarmas de los científicos y la producción de biocombustibles comienza a estancarse. Mientras que en 1990 solo dos países (Estados Unidos y Brasil) produjeron siete millones de barriles, para 2010 unos 30 países producían ya 61 millones de barriles al año. Entre 2014 y 2015, la producción de biocombustibles creció apenas 0.86 %, de acuerdo con estadísticas de la empresa BP Global.

Basura, la solución

El consenso internacional aboga por reducir paulatinamente el uso de combustibles fósiles. México es responsable de 1.4 % del total de las emisiones del carbono en el mundo –417 millones de toneladas de dióxido de carbono–, de acuerdo con un reporte de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

Algunas opciones han volteado la mirada hacia los desechos, ya que “los biocombustibles producidos a partir de productos residuales, como desechos orgánicos o reciclado de aceite de cocina son más eficientes”, agrega el análisis de la FAO.

Erick Villagómez fundó en 2014 Green Energy Development, una empresa dedicada a convertir llantas desechadas en combustible. “Conocía la alta demanda del combustible y que constantemente está subiendo. Vi los biocombustibles con jatrofa, etanol y algas, pero no son tan redituables y casi debía convertirme en agrónomo. Además, no son tan convenientes porque hay que mezclarlos con diésel normal. A veces sale más caro producir el biocombustible que combustible fósil”, explica.

Entonces alguien le habló de la pirólisis, un procedimiento que a través de la incineración sin oxígeno podía ayudarle a convertir llantas desechadas y aceite quemado de motor, en combustible. En la planta piloto, fundada en Tijuana, Baja California, ya producen cerca de un millón de litros de biodiesel al año.

Aunque los métodos son variados, el consenso es uno: sustituir por completo el uso de combustibles fósiles. Algunas ciudades ya dan el ejemplo y los han eliminado de su vida o lo conseguirán durante los próximos 30 años: Estocolmo, Oslo, Berlín y Copenhague. Para México también vendrá el turno. ¿Cuándo?, es la pregunta.

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Fuente: www.revistacambio.com.mx/mundo/lo-negro-de-lo-verde/

CÓMO HACER UN APARATO DE AIRE ACONDICIONADO

Cómo hacer un “aparato” de aire acondicionado con un tetrabrik

Con un ventilador de un ordenador o fuente de alimentación, un tetrabrik y unos cubitos de hielo, podremos hacer un “aparato” de aire acondicionado casero.

 

En el siguiente video tienen las instrucciones completas para hacer este proyecto. No esperen milagros, pero sí que pueden esperar algún grado menos para espacios pequeños:

Fuente: http://ecoinventos.com/como-hacer-un-aparato-de-aire-acondicionado-con-un-tetrabrik/

1… 2… 3… PASOS QUE REDUCEN TU HUELLA DE CARBONO

1… 2… 3…  pasos que reducen tu huella de carbono

POR LUZ MORENO*

Llegamos justo al momento que temimos desde que llegó Donald Trump a la casa Casa Blanca. Poco a poco comenzaremos a vivir tiempos aún más revueltos tras la salida de Estados Unidos de los Acuerdos de París. Pero más allá de pensar en esto como un resultado fatal, podemos verlo como una oportunidad para la acción y la unión enfocada a un sólo objetivo: combatir el cambio climático.

Vamos por partes. ¿Por qué habría de importarnos hablar de cambio climático? Si ha causado un gran revuelo entre las naciones, los líderes y por supuesto entre nosotros, debe haber algo realmente importante y además en lo que tengamos que ver todos, y sí, así es.

A partir de 1890, encontramos los registros modernos sobre las temperaturas, los cuales muestran incrementos significativos que coinciden con el inicio de la Revolución Industrial. Esto significa que la rapidez con la que la temperatura en el planeta ha aumentado no es normal, sino causada directamente por la acción del ser humano, lo que provoca que los ecosistemas cambien y se rompa su equilibrio.

Se teme llegar a un incremento de 2 °C, pero las proyecciones nos sitúan en el grave riesgo de llegar hasta los 4 °C, lo cual sería totalmente catastrófico para el planeta. Esta es la urgencia que nos llama a actuar y la razón por que el Acuerdo de París fue firmado por 197 países que se comprometieron con la reducción de los gases efecto invernadero, como el metano o el dióxido de carbono (CO2), todo esto porque necesitamos encontrar, como humanidad y naciones, el camino a fin de que el aumento en la temperatura no supere los 2 grados Celsius.

No podemos seguir ignorando que estamos interconectados. Sin importar dónde nos encontremos,  lo que hagamos siempre tendrá un impacto en el medio ambiente, y la decisión de Estados Unidos de abondonar los Acuerdos de París debe impulzarnos a tomar acción directa. A veces no lo hacemos porque pensamos que no hay forma de involucrarnos o que alguien más ya lo está haciendo, pero en realidad el cambio climático tiene que ver con todos nosotros.

¿De qué forma podemos ayudar? Empezar a involucrarte tiene que ver con las acciones más sencillas. Es importante informarse porque la información es poder y te sensibiliza ante los cambios en el planeta.

Si en la mañana hace frío, al medio día mucho calor y en la tarde llueve, no basta con quejarse por no saber qué ponerte. Esto no es normal, las estaciones ya no están marcadas como hace tiempo y estos cambios afectarán cada vez más y más tu propia vida aunque, como siempre, los primeros y más afectados son los más vulnerable, es decir, las personas más pobres. No esperes a que el impacto te toque en carne propia, las pequeñas acciones diarias cuentan y, a la larga, son las que realmente trascenderán. Por ello, los tres consejos básicos que puedo darte para mitigar el cambio climático desde tu trinchera son:

  1. USA LA ENERGÍA DE MANERA EFICIENTE

La forma en la que usamos la energía es determinante. Debemos modificar nuestro estilo de vida y enfocarlo hacia la eficiencia energética,  es decir, cambiar todos los focos incandescentes por luminarias de tecnología led, desconectar siempre los aparatos que no se usen, actualizar los electrodomésticos y cambiarlos por modelos más eficientes en uso de energía, o cosas tan simples como apagar la luz de las habitaciones donde no se utilice. La energía eléctrica es uno de los principales contribuyentes para los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático, por ello es tan importante disminuir el uso intensivo y hasta muchas veces absurdo de la electricidad.

Por supuesto, un paso importante es comenzar a emplear la energía solar como fuente de electricidad. México está dentro del cinturón solar, recibe más kilovatios que otras partes del mundo, por tanto tenemos un potencial enorme si usamos la energía solar como opción para mitigar el cambio climático.

  1. ANALIZA TUS DECISIONES DE CONSUMO

Reducir/Reusar/Reciclar: Aplica las tres “r” cuando vayas a tomar una decisión de consumo, es decir, al comprar lo que sea. Primero intenta reducir, es decir, fíjate bien qué cantidades de cada cosa realmente necesitas, no compres de más ni objetos innecesarios que terminarán en la basura. Debemos cambiar la perspectiva de que se necesitan grandes cantidades de todo. Recuerda que cada cosa ha tenido un proceso de producción y transporte para llegar hasta a ti y ya tuvo su propia aportación de gases de efecto invernadero. Después, analiza bien tus desechos con la finalidad encontrar la forma de reutilizarlos y que no se conviertan en basura, hay que darles otra oportunidad. Al reusar los objetos prolongamos su tiempo de vida. Por último, cuando concluye la vida útil de algo, hay que reciclarlo. Sin embargo, hay que pensar en este paso desde el momento que lo adquirimos. Considera, desde que esté en la tienda, de qué forma podrás reciclarlo y convierte este factor en algo significativo que tomarás en cuenta al momento de decidir si lo adquieres o no.

  1. MUÉVETE SIN EMISIONES

El primer paso para mitigar tu impacto sobre el medio ambiente es reducir al máximo el uso del automóvil. En trayectos cortos no lo uses, muévete en el transporte público. También puedes combinar la forma en la que te desplazas, sobre todo en los trayectos largos: comparte el automóvil con amigos, familiares y vecinos; viaja en taxis en modo pool, redes de bicicletas compartidas o utiliza aplicaciones como Blablacar cuando tengas que viajar a otra ciudad.

Estas son apenas las formas básicas con las que puedes empezar a involucrarte, entrar en acción y ayudar a mitigar el cambio climático, de uno en uno para cambiar al mundo, ¿te unes?

*Luz Moreno es firme creyente de que de uno en uno se puede cambiar al mundo. Esta comprometida con ayudar a mitigar el cambio climático. Es fundadora de Cadena Renovable, parte de la oficina en México de Climate Reality Project y Citizens´ Climate Lobby, así como de 54 Climate Change Global Quest Project for Africa (Team 54 project).

Para mayores informes:
Montes Urales No. 425
Col. Lomas de Chapultepec Mexico
Distrito Federal, C.P. 11000
Teléfono: (55) 30 99 3000

Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/1-2-3-pasos-que-reducen-tu-huella-de-carbono/

ESTAS GENIALES LÁMPARAS ESTÁN HECHAS CON CALABAZAS

Estas geniales lámparas están hechas con calabazas

Porque el material reciclado sí puede tener un gran uso, estas lámparas de escritorio y velador serán perfectas para innovar en los artículos caseros.

Si creías que una calabaza no podría tener más uso que para la comida, entonces estás equivocado porque estas lámparas están hecha en base de calabaza y son simplemente geniales.

Kuia es el nombre de este genial emprendimiento, el que utiliza la calabaza para crear lámparas de escritorio, velador y de pie. Se trata de un trabajo basado en el cuidado por la naturaleza que demora un total de 6 meses aproximadamente.

La idea de un joven español tarda 6 meses porque el proceso comienza plantando una semilla que más tarde se convierte en calabaza y una vez que se seca se comienza a dibujar para luego tallar y así conseguir los efectos luminosos deseados.

Luego de todo este proceso se incluye la base de la lámpara y ya estaría lista para su comercialización.

El arte de este joven busca trabajar elementos de la naturaleza que no son explotados en su total capacidad y así también saber que por muy avanzada que esté la tecnología, aún hay oportunidades para tener una vida más sustentable con un elemento tan esencial como una lámpara.

Así que si te animas a apoyar un emprendimiento verde que busca ser sustentable en el tiempo, no dejes de ver cómo en redes sociales las lámparas y los portavelas son un total éxito.

Fuente: https://www.veoverde.com/2016/06/estas-geniales-lamparas-estan-hechas-con-calabazas/