A veces no hacen faltas las palabras para hablar. Ni las manos para acariciar. Tampoco los ojos para poder mirar. Y en muchas ocasiones, los animales demuestran más amor con su silencio y su compañía que muchas de las personas con las que nos cruzamos a lo largo de nuestra vida. Este es el caso de Mimo, un gato de color negro que se queda quieto con sus patas estiradas durante unos segundos para que su dueña, Txus, enferma de Párkinson desde hace 11 años y con evidentes dificultades de movilidad, pueda acariciarle.
Esta historia se ha hecho viral gracias a su hija, ‘Deborah’, que publicó a través de su cuenta de Twitter un vídeo en el que se ve la escena emotiva acompañado de un texto: “Las manos de mi madre tiemblan por el parkinson, siempre que intenta tocar a Mimo él piensa que ella está jugando, por el movimiento rápido. Hoy al final Mimo ha dejado la pata quieta para que ella pudiera cogérsela. Se han dado la mano y la patita y me ha emocionado.”
En declaraciones recogidas por ‘EL ESPAÑOL’, Deborah asegura que le pareció un momento muy emotivo y por eso decidió compartirlo por la red social. “Sentí que había pasado algo especial. Todo esto me ha parecido el colmo del 2.0. No sé cómo explicarlo, me parece curioso. Hay gente que puso el énfasis en el animal, otros en la enfermedad, otros me decían que habían visto a Dios en el vídeo, otros la belleza. Al final, en las imágenes vemos lo que deseamos ver, y en ese vídeo todos han visto algo”.
La historia se difundió en pocos segundos e incluso hubo personas que reconocieron a Txus por la calle. “Iba con mi madre y mi pareja por Vitoria y una mujer la saludó y le preguntó cómo estaba. La había reconocido del vídeo”, aseguró Deborah.
Según informa ‘EL ESPAÑOL’ la joven indica que el tipo de Párkinson que tiene su madre es ‘menos común’ y además tiene un inicio temprano, por ello “acarrea otro tipo de problemas: tiene cero equilibrio, ya no camina sola, usa la silla de ruedas y casi no puede pronunciar palabras”. Sin embargo, es evidente que “con Mimo tiene una relación especial, él es mucho más dócil con ella que con los demás”.En declaraciones recogidas por ‘EL ESPAÑOL’, Deborah asegura que le pareció un momento muy emotivo y por eso decidió compartirlo por la red social. “Sentí que había pasado algo especial.
Además, en China esta flor tiene un significado completamente distinto al que tiene en Japón.
Por: Ecoosfera
Todos asociamos los cerezos con Japón. Pero en China pueden observarse algunos de los más poéticos parajes primaverales, gracias al delicado florecimiento del cerezo en regiones del centro del gigante asiático, así como en algunos de sus parques y espacios públicos, que se pintan de rosa durante la primavera.
En Shanghái se realiza el Shanghai Cherry Blossom Festival en el parque Gucun, en el cual se exhiben mas de 10,000 árboles de cerezo y hasta 82 variedades de esta flor. Pero la vista más hermosa la ofrece la provincia de Guizhou.
Aunque los cerezos se dan naturalmente en China, como en otras partes del este asiático, esta flor también es un recordatorio de la invasión japonesa que ocurrió en la primera mitad del siglo XX. Muchos de los árboles de cerezo llegaron en aquel entonces a los parques de las ciudades, aunque otros cerezos fueron regalos que simbolizaban la amistad entre ambos países. Una curiosa dialéctica, sin duda.
En China, como en Japón, el cerezo posee un fuerte simbolismo.
Pero es muy distinto.
Para los japoneses, el cerezo o sakura –que, por cierto, es un nombre propio también– está ligado a las virtudes de una vida corta, como lo es la de sus propias flores. Esto se encuentra asociado a los ideales budistas sobre los ciclos de la vida y la muerte, así como a la existencia de los samuráis, para quienes la esperanza de vida solía ser corta.
En cambio, en China el cerezo se asocia a la belleza femenina, así como a su poder y fortaleza. Además, en la medicina tradicional se cree que puede potenciar el amor y la pasión, y cuando se regala un cerezo éste simboliza la vida, no en forma cíclica, sino quizá más como un tributo a la vida presente.
Cómo comamos y cuáles son nuestros hábitos alimenticios influyen claramente en nuestra piel. Una alimentación adecuada es la base de la salud y es que, según se ha comprobado, los desequilibrios nutricionales se manifiestan también en pequeñas alteraciones de la piel y del cabello, según asegura la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). “Existen hoy en día estudios en los que se relaciona un consumo mayor o menor de ciertos alimentos con parámetros de la piel, como la hidratación o incluso la presencia de arrugas; aunque una alimentación equilibrada y adaptada al individuo es en sí misma suficiente para aportar todos los nutrientes”, aclara.
En concreto, lo que comemos, los nutrientes que nos aporta la dieta, se asimilan e incorporan en los tejidos del cuerpo, ejerciendo funciones sobre la salud. Asimismo, señala que la alimentación puede modificar el curso de algunas enfermedades como el acné, la psoriasis, o la dermatitis atópica, por ejemplo, de forma que siguiendo una serie de sencillos hábitos se pueden prevenir muchas agresiones sobre la piel.
Así, el jefe de sección de Dermatología pediátrica del Hospital de La Paz (Madrid), Raúl de Lucas, considera, que el cuidado diario de la piel debe consistir en una correcta hidratación, así como en una dieta saludable, preferentemente mediterránea, además de en una correcta protección solar y frente a determinados agentes externos como el frío o el calor extremos. “En invierno, la piel se ve sometida a temperaturas más extremas, al frío, que daña la barrera cutánea y hace que la piel sea más sensible a inflamaciones, escamaciones, se hace más seca, aparece el prurito, o tiene tendencia a la irritación”, explica en una entrevista con Infosalus.
Mientras, indica que en el verano la exposición a la radiación solar hace que la piel se vea agredida porque luz ultravioleta disminuye la actividad de nuestras defensas en la barrera cutánea, lo que genera un daño directo sobre nuestras células, con muerte celular incluida, así como una predisposición a padecer enfermedades malignas, tipo cáncer. En este punto, el doctor De Lucas recuerda que el cáncer de piel está directamente relacionado con el grado de exposición solar de la persona, así como con el número de quemaduras solares que se han sufrido a lo largo de la infancia. Por otro lado, en primavera, dice que son sobre todo las personas alérgicas las que pueden ver más afectada su piel en contacto con los pólenes, por ejemplo. “Es frecuente que pueda haber crisis de eczema o de picor con la alergia al polen”, reconoce.
“Claramente, la piel que forma parte del sistema inmune innato, el que nos defiende de todo lo que nos agrede, cambia en función de la agresión que suponga el medio ambiente y también a partir de los irritantes propios de cada estación. A su vez, nuestros hábitos alimenticios influyen y una nutrición adecuada, variada, rica en alimentos, contará con los suficientes principios activos que luchen contra los radicales libres, sobre todo antioxidantes, como la fruta y la verdura, que favorecen la reparación del daño ejercido por determinados agentes como el sol, la contaminación o las temperaturas extremas”, añade el experto del Hospital de La Paz (Madrid).
En concreto, lo que comemos, los nutrientes que nos aporta la dieta, se asimilan e incorporan en los tejidos del cuerpo, ejerciendo funciones sobre la salud.
Se ve frecuentemente en pacientes con enfermedades graves de la piel, como ampollas o heridas, que la nutrición es fundamental para una adecuada reparación de la misma, aprecia De Lucas. De hecho, subraya que en pacientes con dermatitis, piel seca o sensible, se pierden nutrientes a través de la piel cuando ésta está inflamada. “Para evitar ese tipo de pérdidas es conveniente una correcta alimentación”, insiste.
Alimentos más indicados
Con todo ello, el especialista subraya que para mantener una buena salud de la piel es imprescindible mantener una dieta variada, sobre todo que sea mediterránea, rica en fruta y verdura, legumbres, pescado azul y ácidos grasos omega 3, además de frutos secos. También es fundamental, según recuerda, mantener una correcta hidratación y protección de la piel frente a las agresiones externas, como una exposición solar excesiva, o el frío y el calor extremos.
Por ejemplo, cita que todos aquellos que contienen betacarotenos (zanahorias) son idóneos para reparar el daño solar del verano. En enfermedades como el acné recomienda dieta pobre en hidratos de carbono de absorción rápida, así como moderada en lácteos, y seguir la dieta mediterránea. Mientras, menciona que se ha visto que en los problemas capilares se han encontrado efectos beneficiosos en el consumo de las pipas de calabaza. Desde la Mayo Clinic estadounidense añaden que, aunque hay pocas investigaciones sobre cuáles son los mejores alimentos para mantener la piel sana, sí se sabe que los alimentos ricos en antioxidantes parecen tener un efecto de protección para la piel.
Entre estos menciona en concreto: Zanahorias, albaricoques y otras frutas y vegetales amarillos y anaranjados; espinacas y otros vegetales de hojas verdes; tomates; bayas; legumbres; salmón, caballa y otros pescados azules; nueces o frutos secos. Por otro lado, advierte de que algunos alimentos parecen ser perjudiciales para la piel e indica que algunas investigaciones sugieren que una alimentación con alto contenido de azúcares u otros carbohidratos procesados o refinados, y con muchas grasas no saludables, promueve el envejecimiento de la piel.
“Recuerda que muchos de los mejores alimentos para mantener la piel sana también favorecen la salud en general. En vez de centrarte en alimentos específicos para mantener la piel sana, concéntrate en una dieta saludable en general. Come muchas frutas y vegetales. Escoge lácteos sin grasa o con bajo contenido de grasa. Incluye frutos secos, semillas y legumbres en tus comidas preferidas. Opta por el pan y las pastas integrales. Limita los dulces. Esfuérzate por buscar variedad cuando elijas opciones saludables”, recalca la institución norteamericana, en la misma línea que aconseja la AEDV española.
Los efectos del cambio climático resultan patentes en los datos del satélite GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment), lanzado en 2002 para seguir cambios en la gravedad terrestre.
Una revisión de los datos de GRACE publicada en Nature Climate Change, liderada por científicos del Helmholtz Centre Postdam, determina que, entre abril de 2002 y junio de 2017, Groenlandia perdió alrededor de 260 mil millones de toneladas de hielo por año, y la Antártida alrededor de 140 mil millones de toneladas. Además de las tendencias a largo plazo, los datos del campo de gravedad también proporcionan evidencia de los efectos directos de los fenómenos climáticos globales como ‘El Niño’ en las capas de hielo y los glaciares de todo el mundo.
Los datos de GRACE también ayudan a analizar y evaluar el nivel del mar con mayor precisión, ya que el almacenamiento de agua dulce en tierra está vinculado al nivel del mar por varios mecanismos. Los análisis de los datos de GRACE han permitido las primeras estimaciones de los cambios de almacenamiento de agua subterránea desde el espacio. Confirman tasas excesivas de agotamiento de las aguas subterráneas de acuíferos individuales en todo el mundo. Los datos sobre el almacenamiento de agua terrestre también han contribuido a la validación y calibración de varios modelos climáticos.
Según un comunicado referente al estudio, en este siglo, el aumento del nivel del mar podría acelerarse a 10 milímetros por año, una tasa sin precedentes durante los últimos 5.000 años y una consecuencia profunda y directa del calentamiento del clima. Las mediciones de alta precisión del nivel del mar han estado disponibles desde principios de la década de 1990, pero solo muestran el cambio absoluto del nivel del mar.
En los 25 años entre 1993 y 2017, el nivel del mar aumentó en un promedio de 3,1 milímetros por año. Para averiguar cómo la expansión térmica, el hielo derretido y la afluencia continental de agua afectan el nivel del mar, es necesario estudiar la distribución de masa del agua.
Una revisión de los datos de GRACE publicada en Nature Climate Change, liderada por científicos del Helmholtz Centre Postdam, determina que, entre abril de 2002 y junio de 2017.
GRACE ha demostrado que 2,5 milímetros del aumento promedio anual del nivel del mar de 3,8 milímetros entre 2005 y 2017 se deben a la entrada de agua u otra masa y 1,1 milímetros a la expansión térmica del agua. Resolver esta composición es importante para las proyecciones del nivel del mar. Los datos de GRACE suponen una restricción en el cambio de masa oceánica y, por lo tanto, indirectamente en el desequilibrio energético de la Tierra, que es una métrica global fundamental del cambio climático.
De acuerdo con este nevo estudio, GRACE ha demostrado que la mayor parte del calentamientogenerado por el aumento de la temperatura se produce en los 2.000 metros superiores de los océanos, que son los sumideros energéticos más importantes del cambio climático. GRACE también contribuye a una mejor comprensión de la dinámica y el impacto de las corrientes oceánicas, en particular para el Océano Ártico.
Trepar árboles, correr en arroyos, incluso correr riesgos, son indicadores de buena salud neurológica en la infancia.
Por: Ecoosfera
Los bosques no solo son indispensables para mantener las condiciones climáticas y limpiar la contaminación de las grandes ciudades: según un estudio reciente, también podrían mejorar las capacidades cognitivas de los niños y niñas en edad escolar.
Un estudio del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona reveló una asociación entre el rendimiento académico y el contacto con la naturalezaen estudiantes de nivel básico.
Los resultados, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences, aseguran que “los ambientes naturales, incluyendo las areas verdes, le dan a los niños oportunidades únicas para aventurarse, correr riesgos, descubrir, ser creativos, dominio y control de sí, fortalecimiento del sentido del yo, inspiran estados emocionales básicos tales como el sentido del asombro, y mejoran la restauración psicológica.
Los investigadores trabajaron junto a 2,593 niños y niñas de 36 escuelas de Barcelonadurante un año, durante los cuales realizaron pruebas de memoria, pensamiento abstracto, razonamiento, identificación de patrones y solución de problemas, entre otras variables cognitivas.
La cercanía del bosque también se ha asociado a una disminución de los síntomas de estrés y ansiedad.
A la vez, los investigadores calcularon las áreas verdes alrededor de las casas y escuelas a las que asistían los niños, tomando en cuenta las rutas de traslado, así como los niveles de contaminación de aire al que se exponían diariamente.
Luego de un año de llevar este registro, la investigación concluyó que los niños con mayor cercanía a las áreas verdes habían incrementado sus capacidades cognitivas con respecto al año previo, en promedio, y comparados con sus compañeros que no tenían acceso estas áreas.
Existen varias causas probables para explicar esta relación. Por un lado, el ejercicio físico realizado en la naturaleza se ha asociado con mejorías en la función cognitiva, especialmente en niños; por otro lado, existen indicios que sugieren que los microbios a los que se someten los niños en ambientes naturales podrían promover el desarrollo neuronal.
Otra de las causas de esta relación entre naturaleza y función cognitiva podría ser que las áreas boscosas suelen tener menores niveles de contaminación ambiental. La contaminación, de hecho, está relacionada con el envejecimiento neuronal e incluso con enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
Si para la mayoría es difícil vivir en las cercanías del bosque, al menos haríamos bien en adoptar la cercanía del bosque como una escuela de la naturaleza, especialmente si convivimos con niños pequeños.
La campaña ‘Uno menos en el mar’, impulsada por la marca de cepillos de dientes biodegradables Brushboo y la Asociación Ambiente Europeo, en colaboración con TerraCycle, ha recuperado un total de 7,383 cepillos de dientes con el objetivo de convertirlos de nuevo en materia prima y evitar que acaben en el mar tras ser depositados en un contenedor erróneo.
Esta iniciativa tiene como objetivo lograr el reciclaje de 10,000 cepillos de dientes para evitar que estos objetos sigan llegando a mares y campos, por lo que Brushboo realiza un 20 por ciento de descuento en sus productos a aquellas personas que participen activamente en la recolección de cepillos de dientes, entregando aquellos de los que se va a deshacer en uno de los puntos de recogida repartidos por España, según ha informado en un comunicado.
Así, la compañía ha explicado que algunas de las partes de los cepillos de dientes de plástico están compuestos por polímeros distintos a los empleados en la fabricación de los envases de plástico que se depositan en el contenedor amarillo, un hecho que dificulta su correcto reciclado.
En este sentido, Brushboo ha destacado la gravedad del uso e incorrecto reciclaje de los cepillos de dientes de plástico debido a que se trata de un artículo cotidiano y de uso popular, por lo que la iniciativa tiene como fin concienciar acerca de este hecho, así como impulsar la sustitución de los mismos por otros fabricados con materiales biodegradables.
Las personas interesadas en participar en la retirada de 10,000 cepillos de plástico de la circulación, así como en evitar que se reciclen de forma errónea ocasionando que acaben en el mar, pueden consultar su punto de recogida más cercano en la web de la campaña y compartir su experiencia en las redes sociales mediantes el uso del hashtag ‘#UnoMenosEnElMar’.
Esta iniciativa tiene como objetivo lograr el reciclaje de 10,000 cepillos de dientes para evitar que estos objetos sigan llegando a mares y campos.
Si queremos saber cómo vivir sin plástico, debemos voltear al pasado.
Por: Ecoosfera
El plástico sintético lleva mucho tiempo entre nosotros. O por lo menos eso aparenta, ya que su presencia es tan omnipresente que pareciera haber estado ahí desde siempre. No obstante, a mitades del siglo XX este material era visto todavía como toda una novedad, y la gente ―nuestros padres y abuelos― se las arreglaban para vivir sin plástico.
Ahora, el plástico es un material cualquiera. Es, sin duda, muy poco estético: tan feo y corriente que ya sólo lo asociamos con la basura ―ya que el uso que más se le da a este material es para la fabricación de objetos desechables que terminan, la mayoría, en el mar―.
Pero no podemos imaginarnos vivir sin plástico, ¿cierto?
¿Cómo reemplazar bolsas, envases, piezas de motores, materiales de construcción, fibras textiles, muebles y todo lo que se hace con este feo material?
Muchas veces, buscamos soluciones a nuestros problemas viendo hacia el futuro. En el caso del problema de la contaminación plástica, existen muchos esfuerzos por crear sustitutos del plástico, innovando con tecnología y mucha creatividad ―incluso existen cubiertos comestibles y otros objetos biodegradables por el estilo―.
Pero, ¿y si la solución está mirando hacia atrás, al pasado?
Nuestros padres ―y sus padres antes que ellos― sabían vivir sin plástico. ¿Cómo lo hacían? No necesitaban de mucha tecnología, ni de grandilocuentes inventos. Así que podríamos aprender mucho de quienes supieron vivir sin plástico toda su vida ―y también, de los que ya están viviendo sin plástico en el presente―.
El autor Mark Blackburn, del blog One Brown Planet, pensó en esto, y por eso le preguntó a su madre cómo era su vida sin plástico. Ella le contó cómo eran algunos de sus hábitos en 1950, cuando vivía con una familia de siete en Blackpool, Reino Unido, y el plástico apenas estaba usándose en algunos tejidos y muebles.
De este diálogo pueden surgirte, sin duda, muchas ideas para sustituir objetos de uso diario:
¿Qué tipo de alimentos estaban disponibles y cómo se empaquetaban?
La mayoría de los alimentos frescos, como papas, zanahorias, guisantes y demás, fueron cultivados localmente y estaban disponibles por temporada. También se podía obtener plátano y otras frutas del extranjero durante la mayor parte del año. Cuando un vegetal no estaba en temporada, teníamos que comprarlo en una lata o sustituirlo. También había una gran cantidad de alimentos secos disponibles, generalmente vendidos en grandes recipientes. Lo que sea que necesitaras, lo pesabas en una bolsa de papel marrón. Los artículos de ultramar, como el arroz y la pasta, también eran pesados y luego empacados en una bolsa de papel.
Para las bebidas, la leche era entregada a la casa en una botella de vidrio. El lechero recogía la botella vacía al día siguiente y la reutilizaba. Las botellas de cerveza y las botellas de refrescos también estaban hechas de vidrio y cuando las devolvías a la tienda obtenías algo de dinero. ¡Siempre andábamos buscando botellas para devolver!
También había un hombre de carne que venía con carnes frescas, una vez más, envueltas en papel.
En cuanto a los bocadillos y los postres, no había tanta disponibilidad como hoy, pero había papas fritas, galletas y dulces. Nuevamente, venían en grandes recipientes: podías tomarlos y ponerlos en una bolsa de papel o envolverlos en papel de aluminio. También comprábamos conservas y mermeladas en recipientes de vidrio, pero nos asegurábamos de guardarlas para luego usarlas para hacer nuestras propias mermeladas.
¿Había “comida rápida” disponible?
Donde vivíamos sólo estaba el pub y la tienda Fish & Chips. Todo en la tienda de pescado y papas fritas estaba envuelto en papel a prueba de grasa con periódico en el exterior. Recuerdo que, si guardabas todo el periódico de la semana y lo llevabas a Fish & Chips, ¡te daban una bolsa de papas gratis! ¡Era grandioso!
¿Hacían muchas cosas en casa o lo compraban todo en la tienda?
Hacíamos mucho nosotros mismos. Comida, obviamente, pero también ropa. De hecho, tenía casi 13 años cuando mi madre compró mi primer vestido nuevo en una tienda. Antes de esto, toda nuestra ropa y ropa interior se fabricaban en casa, con el material comprado en la tienda. También tejíamos bufandas y jumpers y sombreros. Las únicas cosas nuevas que comprábamos todos los años eran los zapatos. Tenía un par de zapatos escolares, un par de botas y un par de zapatos deportivos para deportes. Si las suelas se desgastaban, papá las reparaba para que yo pudiera seguir usándolas hasta el próximo año.
Mamá también hacía sus propias mermeladas y conservas, con frutas como moras y ciruelas recolectadas de todo el pueblo. Las mermeladas se almacenaban en los frascos de vidrio que habíamos recolectado durante todo el año.
¿Y la limpieza de la casa y personal?
En aquel entonces, todos los productos de limpieza venían en cajas de cartón o botellas de vidrio. Usábamos barras de jabón para limpiarnos y el champú venía en baquelita o botella de vidrio. ¡Teníamos que tener cuidado de no romperlos! Recuerdo que incluso nuestra laca para el cabello venía en una botella recargable que llenábamos en la tienda local.
Entonces, ¿qué pasa con el desperdicio, a dónde se iba todo eso? ¿Y cuánto había?
Bueno, todo el papel de la comida se colocaba en la chimenea y se quemaba para mantener la casa caliente en el invierno o para calentar la caldera de agua para los baños. En ese entonces, solíamos tomar sólo un baño a la semana y, por supuesto, ¡teníamos que luchar para conseguir el agua limpia!
Como mencioné anteriormente, todas las botellas de vidrio se devolvían por dinero en efectivo y teníamos nuestras propias bolsas de compras que reutilizábamos cada semana.
Nuestras sobras de alimentos nunca se desperdiciaron, se usaban principalmente para hacer caldos de verduras o carne. Todos los huesos sobrantes se los dábamos al perro o los quemábamos en el fuego.
Las latas se aplastaban y se ponían en el contenedor, porque no podíamos reciclarlas. Recuerdo que el papel, que originalmente envolvía el pan, se usaba para envolver los sándwiches. Luego lo quemábamos, pero con las cenizas del fuego solíamos hacer senderos, o en el invierno lo usábamos como arenilla para evitar derrapes.
Una familia como la nuestra, de siete personas, tiraría alrededor de la mitad de un contenedor por semana de cosas que no podían usarse o devolverse.
Muchos estados ya han implementado políticas sustentables que apuntan a que dejemos atrás nuestra dependencia al plástico.
Por: Ecoosfera
Ya no podemos seguir produciendo y consumiendo plástico tal como lo hacemos en la actualidad. Por más que existan proyectos científicos que están encontrando originales formas para reutilizarlo, lo cierto es que estamos usando demasiado de este feo material, a tal grado que no podemos reciclarlo todo.
Además, solemos olvidar que hace pocas décadas nadie dependía del plástico. Nuestros padres crecieron sin necesidad de este material tóxico. ¿Cómo organizaban su vida sin necesidad de bolsas, empaques y envases de plástico? Es lo que hoy nos toca pensar y repensar colectivamente.
Y es que, en promedio, cada persona utiliza 650 bolsas de plástico al año en México.
Afortunadamente, en este país ya se ha empezado a avanzar rumbo a una sociedad libre de plástico. Muchos estados de México ya han prohibido el uso de todo tipo de productos plásticos, desde bolsas hasta popotes, lo que nos orilla a ingeniárnoslas para sustituir un montón de productos. Lo cual, por cierto, no es tan difícil: en Guatemala sustituyeron las bolsas de plástico con hojas de plátano, y en muchas comunidades indígenas que han dejado el plástico voluntariamente han encontrado otras soluciones igual de originales.
Y ni hablar de iniciativas tan novedosas como la de Nueva Zelanda, donde todos los alimentos frescos serán vendidos sin bolsas de plástico. Ejemplos hay muchos: seguirlos depende de nuestra voluntad para contribuir a la salud de la naturaleza.
¿Cuáles son los estados de México donde se ha prohibido el plástico?
Hasta ahora son 11
¿Cuándo entrarán en vigor los reglamentos?
La mayoría de las leyes ya han sido reformadas. Pero será hasta enero de 2020 que se comenzarán a levantar multas… ¡Así que cuidado!
El objetivo es plantar 150 árboles de hasta 5 años de vida: jacarandas, liquidámbares, encinos, pinos azules y ocotes.
Por: Ecoosfera
Últimamente el Bosque de Chapultepec está en boga, y no es casualidad, pues no es cualquier parque. Este espacio verde representa más de la mitad de todas las áreas naturales de toda CDMX: es decir, es el principal pulmón para más de 20 millones de personas diariamente.
El Bosque tiene un rol primordial en la regulación del clima de la ciudad, la filtración de agua al subsuelo y el oxígeno para los habitantes. Y por eso desde hace más de 16 años nació el Fideicomiso Pro Bosque Chapultepec, que ha rehabilitado y hecho más de 50 mejoras a la Primera y Segunda Sección del Bosque, recaudando un presupuesto de de más de 500 millones de pesos.
Ahora este organismo quiere reforestar el Parque Lomas de la Segunda Sección y necesita de la ayuda de la ciudadanía para costear el traslado, plantación y cuidado de 150 árboles (de una altura de entre 4 y 6 metros) entre jacarandas, liquidámbares, encinos, pinos azules y ocotes.
Este proceso es muy costoso y será supervisado por especialistas del Inifap.
Darío Yazbek, el protagonista de la Casa de las Flores es el vocero de esta campaña para este proyecto que también contempla una nueva estructura peatonal – ciclista, zonas de convivencia, canchas de fútbol y de usos múltiples, entre otras.
Cada árbol, absorbe hasta 20kg de carbono al año y retiene contaminantes cancerígenos; también reduce el calor hasta grados. Así, las áreas verdes en las ciudades representan mucho, muchísimo de la calidad de vida de sus habitantes.
Poniendo en práctica algunos hacks, puedes evitar el consumo de pesticidas sin dejar de consumir frutas y verduras.
Por: Ecoosfera
No hay nada más inocente a simple vista que una fruta o una verdura. Incluso, muchas de ellas gozan de una belleza particular, con formas impredecibles y colores plenamente hipnotizantes.
Pero estos alimentos no sólo son visualmente estimulantes: añadirlos a la dieta es una manera de deleitar el paladar sin padecer las graves consecuencias que otros alimentos, como los procesados, pueden tener para la salud. Al contrario: consumir frutas y verduras le aporta vitaminas, minerales y fibra a nuestro cuerpo, y ayuda a rehidratarlo. No obstante, hay un pequeño problema: los pesticidas. Todos los cultivos los tienen. Pero hay frutas y verduras con más pesticidas que otras.
¿Por qué las frutas y verduras tienen pesticidas?
Los pesticidas son necesarios para evitar las plagas que, según la Food and Alimentation Organization (FAO), afectan entre un 25 y un 35% de la cosecha mundial. El problema es que los químicos de los pesticidas se adhieren a las frutas y verduras que comemos e, ingeridos en grandes cantidades, pueden ser muy dañinos para la salud. Dependiendo la dosis que consumamos podemos presentar una intoxicación crónica, que produce irritación de piel y mucosas, o alteraciones del sistema hormonal o nervioso.
El problema es que no sólo las frutas y verduras contienen pesticidas; también los cereales y los productos animales, ya que tanto los cereales como los forrajes de los que se alimenta el ganado son cultivos sobre los cuales se utilizan químicos.
Pero no todo está perdido: lo importante de saber qué frutas y verduras tienen más pesticidas es que podemos tomar el problema en nuestras manos. Aquí te mostramos una lista elaborada por el Environmental Working Group (EWG), que año con año realiza este pertinente listado (y que tiene buenas noticias… ¡el aguacate es el alimento con menos pesticidas!).
Frutas y verduras con más pesticidas: la docena contaminada
Fresa
Espinaca
Nectarina
Manzana
Uva
Durazno
Cereza
Pera
Tomate
Apio
Papa
Pimiento morrón
Frutas y verduras con menos pesticidas: las 15 limpias
Aguacate
Maíz dulce
Piña
Col
Cebolla
Chícharo congelado
Papaya
Espárrago
Mango
Berenjena
Melón gota de miel
Kiwi
Melón cantalupo
Coliflor
Brócoli
Una guía práctica para consumir menos pesticidas en frutas y verduras
Es importante notar que, si bien no es una opción dejar de consumir frutas y verduras, podemos hacerlo conscientes de la cantidad de pesticidas que tienen para limitar el consumo de éstos lo más posible. Por supuesto, a ello hay que agregar buenos hábitos.
Lavar las frutas y verduras es un must, ya sea que las comamos crudas o cocidas.
De hecho, un estudio reciente demostró que lavarlas con bicarbonato de sodio es una mejor solución contra los pesticidas que el cloro. Sólo debes sumergir las frutas y verduras en una solución de bicarbonato y agua durante 15 minutos, para dejarlas lo más libres de pesticidas.
Ocasionalmente, podemos también pelar las frutas y verduras.
La papa o la zanahoria, por ejemplo, o frutas como la manzana. También se recomienda no consumir las hojas exteriores de lechugas u otras hortalizas. Lo bueno es que nada de esto tienes que desecharlo: puedes usarlo para hacer composta fácilmente.
También es de vital importancia consumir productos orgánicos.
Además de evitar pesticidas, nos libramos de semillas genéticamente modificadas, que son de las que más se usan en los cultivos de Estados Unidos (cuya fruta llega en grandes cantidades a países como México).
En ese sentido, optar por consumir local es lo mejor.
Por ejemplo, en México puedes optar por las manzanas cultivadas en Chihuahua, en vez de la famosa manzana Washington que ha invadido el mercado en este país, y que a juzgar por la lista de EWG contiene muchos pesticidas.
O incluso, consumir nuestros propios cultivos.
Tener tu propio huerto urbano es más fácil de lo que crees. Y existe una cantidad de cultivos que son muy fáciles de mantener y que podemos tener en casa. ¿Lo mejor? No tienes que usar pesticidas: puedes hacer tus propios insecticidas caseros.
Con estos hacks y evitando el consumo excesivo de cereales o productos de origen animal, puedes bajar drásticamente el consmo de pesticidas. Sin duda, tu cuerpo te lo agradecerá.