¿Pensamos en el impacto al medioambiente al comprar ropa de moda?
Por: Eco Maxei
¿Pensamos en el impacto al medioambiente al comprar alguna prenda de vestir de “temporada”? ¿O estamos comprando compulsivamente ante la tendencia estacional dictada por la globalización?
Mientras que hace algunas décadas las estaciones del año (verano, primavera, otoño e invierno) dictaban cambios en los ciclos de vida y estaban asociadas a las lluvias, la florescencia y el trinar de las aves, la caída de las hojas y el tiempo del frío, hoy por hoy, estas estaciones dan la tendencia en los cambios del vestuario, en la actualización de los colores, las texturas y las tendencias de moda, y como personas, somos presas de la mercadotecnia.
Pero, ¿cuándo seremos presas del ambiente? ¡Esto es urgente!
Quizá en el colectivo citadino no somos conscientes de que la producción excesiva de prendas de vestir tiene un alto impacto en los recursos naturales disponibles en el planeta. Se requieren grandes cantidades de energía para movilizar las máquinas que trazan, cortan y zurcen las prendas de la temporada. La elaboración de tinturas para el teñido tradicional de ropa ha quedado en el franco olvido. Por el contrario, el uso de sustancias químicas peligrosas para estampar colores brillantes es una de las principales causas de cáncer y otras enfermedades.
Además, con frecuencia recibimos noticias sobre que la producción de prendas de vestir se lleva a cabo en condiciones precarias y de mínima seguridad laboral y social para quienes trabajan en este sector. En muchos casos la explotación laboral está presente, incluyendo fuerza de trabajo infante y femenina en jornadas extenuantes.
El patrimonio biocultural plasmado en la gran variedad de prendas artesanales que elaboran nuestras poblaciones originarias enfrenta un plagio en el trazo de los bordados y el uso de los colores. Las grandes cadenas que controlan la producción y comercialización de prendas de vestir denominadas como outfit aparentan que son ellas quienes diseñan y ponen en tendencia este patrimonio, con un nulo reconocimiento al patrimonio cultural inmaterial que ha trascendido por generaciones.
Los invito a que, cada vez que estemos por adquirir una nueva prenda de vestir:
Identifiquemos dónde fue fabricada.
Revisemos cuál o cuáles son los materiales con los que está elaborada.
Investiguemos qué tan sustentable ha sido su producción.
Pensemos cómo cada una de estas prendas puede estar perjudicando o ayudando a nuestro ambiente.
¿Qué tan natural es el material del cual está elaborada una de las prendas con las que vistes hoy? Algodón, lana, manta u alguna otra fibra natural. ¿Sabes que las telas sintéticas se elaboran a partir de derivados del petróleo? Éstas contienen una gran cantidad de elementos tóxicos que son altamente dañinos para la salud humana. Las fibras naturales son altamente térmicas y nos permiten una mejor adaptación a los cambios estacionales entre el verano y el otoño o entre la primavera y el verano.
Repensemos nuestro guardarropa, y por el bien de la naturaleza, desarrollemos u ajustemos nuevos hábitos de consumo. ¿Realmente necesitamos usar únicamente tres veces la blusa del modelo de moda, o la camisa formal que sólo vestiremos en dos ocasiones?
Las estaciones del año nos permiten mirar la diversidad, utilicemos los colores y materiales naturales: el rojizo otoñal o los brillantes colores de las flores en la primavera. Recuerda que: ¡si quieres el ambiente cuidar, la moda del vestir debes repensar!
¿Te has imaginado que sonido producen estos preciosos insectos? Un explorador no se quiso quedar con la duda…
Por: Ecoosfera
No hay mejores sinfonías que las que ofrece la naturaleza. En ese sentido, un bosque puede ser la mejor caja de resonancia. Ahí podemos escuchar exquisitas melodías, como el canto de los pájaros, acompañadas de brillantes percusiones, como las del fluir del río sobre las rocas. Y en el medio de todo esto otra infinidad de sonidos que son armonizados por el viento entre las hojas… o por el batir de alas de cientos de mariposas monarca. ¿Te imaginas cómo suena eso?
Phil Torres –explorador, científico y presentador en el canal de YouTube, The Jungle Diaries– no se quiso quedar con la duda. Por eso fue al Santuario de la Mariposa Monarca, en México, donde cada año se reúnen más de 100 millones de estos preciosos insectos. Ahí, Torres grabó el sonido producido por las mariposas al desplazarse por el bosque, justo cuando el sol las despierta. El sonido de este masivo aleteo de alas es similar al de una cascada. Simplemente hermoso.
Este bello sonido que remite a la vida –pues es parte del ritual anual para su reproducción– forma parte de los muchos sonidos que nos brinda la naturaleza, y de los cuáles a veces ni siquiera sabemos de su existencia. Afortunadamente la mariposa monarca seguirá deleitándonos audiovisualmente, pues es una de las aguerridas especies que está superando su extinción paulatinamente.
El sector agrícola es responsable del 24% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y el 14.5% del total proceden de la ganadería, tanto como el transporte mundial. El 80% de la deforestación mundial es resultado de la expansión agrícola, y la mayor parte se destina ya a alimentar animales, en lugar de personas. España es el segundo país de Europa con mayor consumo de carne y el cuarto productor mundial de porcino. El gobierno de España debe casi triplicar la ambición climática y frenar la expansión de la ganadería industrial.
Greenpeace lanza hoy su campaña #PlanetaEnCarneViva con la que denunciará, durante las dos próximas semanas, las graves consecuencias que la ganadería industrial supone para el medioambiente, la salud de las personas y el bienestar animal. La campaña, enmarcada en el mes de Resistencia a la Ganadería Industrial establecido por la Coordinadora Estatal ‘Stop Ganadería Industrial’, quiere denunciar la insostenibilidad del actual sistema agroalimentario, basado en dietas con exceso de carne y otros derivados animales.
Nos encontramos en una crisis ambiental planetaria sin precedentes y, por eso, Greenpeace exige al gobierno español, a los gobiernos locales y a las empresas medidas urgentes y contundentes para revertirla. El informe ‘Alimentos en el antropoceno. Dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles’ de la Comisión EAT-Lancet es así de tajante: “La producción global de alimentos es la mayor presión causada por los seres humanos a la Tierra”.
Deforestación
Se atribuye a la expansión agrícola mundial el 80% de la deforestación de bosques, algunos tan importantes como la Amazonía. Entre el 75% y 80% de la superficie agrícola mundial se destina a producir alimentos para animales en lugar de personas, lo que supone casi el 30% de la superficie total terrestre.
Cambio climático
El sector agrícola es ya responsable del 24% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y las estimaciones indican que seguirán aumentando. De éstas, el 14.5% del total son provocadas por la ganadería, tantas como las de todo el transporte mundial junto.
Greenpeace lanza hoy su campaña #PlanetaEnCarneViva con la que denunciará, durante las dos próximas semanas, las graves consecuencias que la ganadería industrial supone para el medioambiente, la salud de las personas y el bienestar animal.
Contaminación de la tierra y el agua
Los nitratos derivados del uso masivo de fertilizantes sintéticos y de la ingente cantidad de excrementos generados por la ganadería industrial se filtran en el terreno envenenando la tierra y sus acuíferos. Según la FAO, nos encontramos ya en una “crisis global de la calidad del agua”.
Calidad del aire
En España, la ganadería industrial es la principal responsable de las emisiones de sustancias nocivas como el amoniaco a la atmósfera.
Salud humana
El excesivo consumo de carne aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Además, la ganadería industrial también contribuye de forma muy significativa al desarrollo de la resistencia a los antibióticos.
Maltrato animal
De media, cada minuto, en España sacrificamos 1,700 animales para consumo humano, muchos sin haber visto la luz del sol. La ganadería industrial hacina, aplasta y mutila animales. “Estamos a tiempo de revertir estas cifras si cambiamos nuestra dieta y el modelo productivo. En España deberíamos reducir alrededor de un 80% nuestra ingesta de carne y lácteos de aquí a 2050, lo que se traduciría en un consumo máximo semanal de 300g de carne y 630g de lácteos”, ha manifestado Luis Ferreirim, responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace.
En España, actualmente se concentra en grandes explotaciones industriales el 93.7% de la producción de carne de cerdo, el 94.2% de la carne de aves y el 80.6% de la leche de vacuno y el 66% de las tierras cultivadas se destinan a producir alimentos para el ganado. La contribución del modelo español de agricultura y ganadería industriales es enorme, ya que somos, entre otras cosas:
El principal país importador de soja, tras Holanda, para la fabricación de piensos y líderes en la fabricación de piensos para alimentación animal
El segundo país europeo con el mayor consumo de carne
El cuarto productor mundial de carne de cerdo
Por todo ello, Greenpeace exige al Gobierno estatal que eleve su ambición climática comprometiéndose a:
Reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 respecto a las de 1990
Vetar la importación de soja procedente de la deforestación
Frenar la expansión de la ganadería industrial estableciendo una moratoria estatal
Apoyar la agricultura y ganadería de base agroecológica y de pequeña escala
Promover la adopción de la “dieta de salud planetaria” tal como pide la comunidad científica
Si no se toman medidas, el impacto medioambiental del sector crecerá de forma exponencial, comprometiendo el cumplimiento del Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible e incluso los poco ambiciosos objetivos nacionales planteados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
El Día Mundial de los Océanos que se celebró este sábado pasado está dedicado a una de las principales amenazas para la salud del ecosistema marino: la contaminación de los plásticos. La ONU ha calificado ya este tipo de contaminación de “catástrofe ambiental mundial” y ha hecho un llamamiento para acabar con el “uso excesivo y el aumento del consumo de plásticos de un solo uso”.
Analizamos el impacto de este tipo de contaminación en cinco datos.
13,000,000 toneladas
Ese es la cantidad de plástico que se filtra al océano cada año, según los cálculos de la ONU. Aproximadamente el 80% de esa basura plástica llega desde la tierra, mientras que el 20% restante proviene de fuentes marinas, como los trozos de redes y otros aparejos abandonados en el agua por las flotas de barcos pesqueros, según la agencia de Medio Ambiente de la ONU.
Entre 1.1 y 2.4 millones de toneladas
Hay múltiples rutas a través de las que los plásticos viajan de la tierra al mar, incluyendo los vertidos al agua directamente desde zonas costeras y la polución que viaja por las aguas de los ríos y acaba desembocando en el mar. Investigadores de la fundación holandesa The Ocean Cleanup calcularon en 2017 que cada año los ríos de todo el mundo transportan al mar entre 1.15 y 2.41 millones de toneladas métricas de residuos plásticos en los océanos.
Ese es la cantidad de plástico que se filtra al océano cada año, según los cálculos de la ONU. Aproximadamente el 80% de esa basura plástica llega desde la tierra.
Dos tercios de este aporte proviene de los 20 ríos más contaminantes, la mayoría de los cuales están ubicados en el continente asiático. Concretamente, los ríos más contaminantes en materia de plástico son el Yangtsé, el Ganges, el Xi y el Huangpu.
269,000 toneladas
Alrededor de 269,000 toneladas es la cifra de plásticos que flota en los océanos, según el cálculo de un estudio publicado en ‘Plos One’ por Marcus Eriksen del ‘Five Gyres Institute’ y sus colegas en 2014. Pero si cada año se filtran al mar más de 10 millones de toneladas y la cantidad visible en la superficie ronda los 200,000, ¿qué está ocurriendo con el resto? Esta discrepancia se conoce como ‘el misterio del plástico perdido’.
Los científicos estiman que una gran parte termina en el fondo del mar después de degradarse por la acción del agua, el sol y las bacterias y convertirse en microplásticos mucho más difíciles de rastrear. Lo que nos lleva a la siguiente cifra.
100.000 especies
La presencia de plásticos en los océanos, ya sea en su versión íntegra o en forma de microplásticos, provoca cada año la muerte de alrededor de 100,000 especies marinas, según los cálculos de la ONU. A pesar de que la mayoría de los plásticos se supone que quedan intactos durante décadas o siglos después de su uso, los que se deterioran acaban convirtiéndose en microplásticos, y los peces y otros animales marinos acaban consumiéndolos; pasando de esta manera a la cadena alimentaria mundial.
7,800 millones de toneladas
Ante esta amenaza para el Medio Ambiente la ONU ha hecho un llamamiento para acabar con el “uso excesivo y el aumento del consumo de plásticos de un solo uso“. Entre 1950 y 2015 se han producido alrededor de 7,800 millones de toneladas de plástico, según otro estudio publicado en la revista ‘Science Advances’ por el ecologista industrial Roland Geyer, de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, y sus colegas.
Como muestra el gráfico, el volumen de plásticos producido no ha dejado de aumentar. Sólo en 2015, los investigadores estimaron que en todo el mundo se habían producido 8,300 millones de toneladas. De ellos, alrededor de 6,300 millones son ya residuos y el 79% no se ha reciclado.
La tendencia podría cambiar el los próximos años, o al menos ese es el objetivo de algunas iniciativas impulsadas por instituciones de todo el mundo. La Unión Europea está ultimando la aprobación de una la normativa que prohibirá a partir de 2021 los artículos de plástico de usar y tirar más populares, como platos, cubiertos, pajitas para beber, bastoncillos de algodón y envases de polietireno para alimentos, con el objetivo de reducir su impacto en el medio ambiente.
Los gobiernos del bloque comunitario han dado luz verde a esta legislación a nivel de embajadores, que ya obtuvo el visto bueno del Parlamento Europeo a finales de marzo. Estos plásticos, según cálculos de la Unión Europea, representan cerca del 70 por ciento de los deshechos plásticos que contaminan las aguas y las playas del territorio comunitario y el objetivo de la medidas es erradicar el uso de artículos de plástico para los que existen ya alternativas en materiales que no dañan el entorno.
Ya es tiempo de poner de nuestra parte para ayudar al planeta, por eso te traemos 10 utensilios ecológicos que puedes usar para reducir los plásticos.
Por: Jocelyn Martínez Castillo
Nuestro planeta se encuentra en un estado crítico y es momento de disminuir las acciones que han causado los altos niveles de contaminación.
Una de las grandes problemáticas es el uso de deshechables que generan grandes cantidades de basura, pero ya existen varios productos reutilizables y biodegradables que puedes usar para actividades que realizas regularmente.
Si estás interesado en poner tu granito de arena para ayudar al planeta, estos utensilios te pueden interesar.
10 utensilios ecológicos
1.- Bolsas reutilizables para el súper
2.- Bolsas para fruta o verdura
3.- Bolsas para meter al congelador o microondas
4.- Envolturas reutilizables
5.- Cepillos de bambú
6.- Shampoo en barra
7.- Bolsas biodegradables para los deshechos de tu perro
Nuestro país enfrenta un grave problema: generamos demasiada basura. Limpiemos México te invita a ser hoy parte de la solución.
Por: Ecoosfera
Ya no es un secreto: la basura es uno de los problemas más grandes que enfrenta hoy el planeta. Pero ¿sabías que una buena parte de la solución está en tus manos, en las de todos nosotros? ¡Por eso tenemos que actuar ya!
¿Tú también quieres un México sin basura? Pues es tiempo de demostrarlo con acciones: ciudadanos, gobierno y empresas, todos debemos unirnos por el bien de nuestro país. Y obviamente esto tiene que ver con cambiar hábitos para no generar tanto basura, pero también para recoger lo mucho que ya se generó…
¿Por dónde empezar?
Lo primero es informarnos. Según un reporte del Banco Mundial, somos el país que más basura genera en América Latina. Este dato te ayudará a dimensionar el nivel de reto que tenemos por delante.
Tan sólo los habitantes de la CDMX generamos alrededor de 13 mil toneladas diarias de basura: ¡eso es muchísimo!
Limpiemos México, impulsada por Fundación Azteca y apoyada por muchísimas empresas del país, especialmente por Banco Azteca, propone que todos nos involucremos para limpiar nuestros espacios públicos. Se trata de acciones simples en tu día a día, pero que terminarán por convertirte en un héroe y ¡dejar impecable cada rincón del territorio mexicano!
Un movimiento para transformar un país
Limpiemos México no es simplemente un buen deseo, es una realidad contundente. Hasta ahora + de 5 millones de mexicanos han participado en + de 100 mil brigadas para limpiar calles, plazas, parques, monumentos históricos, playas y bosques de todo México. ¿Y sabes cuánta basura ha recogido Limpiemos México?
¡¡¡+ 25,000 toneladas!!!
Gracias a esta iniciativa, que el pasado 19 de mayo celebró una más de sus mega jornadas de limpieza, hoy hemos comprobado algo muy importante:
No tenemos que seguir siendo parte del problema de la basura, podemos convertirnos en parte de la solución…
¡Ya es hora!
Limpiemos México te invita hoy a convertirte en un Héroe por el planeta,y que cultives el mismo espíritu en tu vida diaria, empezando por tu hogar, escuela, trabajo, y todos los espacios que formen parte de tu vida.
Hace mucho que las palabras dejaron de ser suficientes. México, y el planeta, te necesitan ahora más que nunca…
El aire contaminado afecta nuestra salud, nuestro clima, nuestra seguridad alimentaria y más.
Por: Jessica Seddon, Seth Contreras y Beth Elliott
La creciente atención mundial a la contaminación del aire se centra en los impactos que el ozono, las partículas y otros contaminantes tienen en la salud humana. Es natural, los números que nos muestran los titulares de los diarios son alarmantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la contaminación del aire dentro y fuera del hogar es causa de aproximadamente 7 millones de muertes prematuras en todo el mundo. La mayoría de estas muertes, 4.2 millones, están asociadas a la contaminación exterior, un importante factor de riesgo ambiental que afecta a las poblaciones urbanas y rurales de todo el mundo.
Es alentador el aumento de conciencia pública sobre las consecuencias de la contaminación del aire en la salud, pero debemos tener una visión más amplia sobre lo que provoca en nuestro planeta y en nosotros mismos. Los costos sociales de la contaminación del aire, y los beneficios sociales de reducirla, se extienden mucho más allá de la salud, pues tienen un impacto en el clima, el agua, las energías renovables y la agricultura.
Salud
La mayoría de las personas saben cuánta agua deben beber: ocho vasos por día o aproximadamente 2 litros. ¿Pero sabes cuánto aire respiras? Un adulto promedio inhala y exhala alrededor de 7 a 8 litros de aire por minuto mientras está en reposo. Eso es un mínimo de aproximadamente 11,000 litros de aire al día.
Respirar aire sucio afecta más que sólo a los pulmones y causa más que muertes prematuras. La contaminación del aire afecta a casi todos los órganos del cuerpo. Un estudio reciente realizado por el Foro de Sociedades Respiratorias Internacionales muestra que la contaminación del aire contribuye a muchos males, desde a la diabetes y la demencia hasta a problemas de fertilidad y leucemia infantil.
El aire sucio contiene material invisible. La inhalación de hollín o humo con material particulado, a menudo referido por su tamaño en micrómetros, PM10, PM2.5 y PM1, ennegrece los pulmones, provoca problemas respiratorios y cardíacos, y enfermedades como asma y cáncer. Puede llegar a observarse PM10 a simple vista, pero se necesita de un microscopio para ver PM2.5 y de un microscopio electrónico para detectar material particulado ultrafino. Cuanto más pequeña es la partícula, más profundo puede llegar en los pulmones, junto con los productos químicos de los que está compuesta. Este tipo de contaminación del aire surge de la combustión incompleta de madera y plantas, así como del combustible fósil, del polvo, y de combinaciones de otros contaminantes de diversas fuentes, incluida la agricultura.
El ozono, un gas formado por combinaciones de otros contaminantes del tráfico, vertederos de residuos, la agricultura y otras fuentes, también es invisible y contribuyó a que en 2017 ocurrieran 500,000 muertes en todo el mundo, y hasta 23 millones de visitas a la salas de urgencias en 2015. La exposición al dióxido de nitrógeno (NO2), uno de los precursores del ozono que proviene en gran parte de la combustión de combustibles fósiles, también puede causar enfermedades respiratorias y cardiovasculares, así como tener impactos en cuanto a la reproducción y el desarrollo de los niños.
Calentamiento global
Con frecuencia llamados contaminantes climáticos de corta duración (SLCP), el carbono negro (un componente de material particulado), el ozono troposférico y el metano, contribuyen tanto al calentamiento global como a la contaminación del aire. Según la Coalición de Clima y Aire Limpio, estos tres contaminantes altamente potentes son responsables de entre el 30% y el 40% del calentamiento global, por lo que deben reducirse junto con el dióxido de carbono (CO2) para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5℃ y evitar impactos climáticos catastróficos como el aumento del nivel del mar y la escasez de agua.
El carbono negro y el ozono persisten en la atmósfera durante días y el metano durante décadas; el planeta tarda más de 100 años en eliminar el CO2. Esto significa que las acciones para mitigar SLCP pueden producir reducciones casi inmediatas en sus concentraciones, con beneficios para el clima y la salud humana. Es importante destacar que algunas partículas también pueden tener un efecto de enfriamiento al bloquear la radiación solar, pero siempre será preferible que haya un beneficio para la salud al reducir la materia particulada del aire. Los tomadores de decisiones deben considerar esta interacción al diseñar estrategias para reducir contaminantes climáticos de corta duración.
Agua y clima
Desde los patrones de lluvia hasta la intensidad del monzón, la contaminación del aire puede afectar significativamente el ciclo del agua. La materia particulada puede reducir la cantidad de radiación solar que llega a la superficie de la tierra, afectando la velocidad a la que el agua se evapora y sube hacia la atmósfera, la formación de nubes y su capacidad de almacenar agua.
Por ejemplo, los cambios en la intensidad y la distribución de las precipitaciones en la India y China, están relacionados con la contaminación por partículas. Algunas áreas experimentan más lluvia de lo habitual, a menudo con ráfagas concentradas, mientras que otras experimentan menos. El material particulado afecta la trayectoria y la intensidad de los monzones en Asia y ha intensificado las sequías en China, América del Norte y el sur de Asia. La contaminación europea y norteamericana afecta las lluvias y la sequía en el Sahel, la zona ecoclimática y biogeográfica de transición entre el desierto del Sahara al norte y la sabana sudanesa. Para el observador casual, estos impactos parecen manifestarse con una variabilidad ambiental general, pero sus impactos en la agricultura, las reservas de agua y la biodiversidad son significativos.
Energía renovable
El rendimiento de la energía solar también disminuye en áreas con una importante contaminación por partículas. Eliminar el polvo en los paneles solares resuelve parte del problema, pero el resto es más complicado: la luz solar no puede penetrar completamente a través del esmog, lo que reduce la producción de energía de los paneles solares. Diversos estudios realizados en la India y China han encontrado pérdidas de hasta el 25% del rendimiento potencial en las áreas más afectadas. Esto puede reducir los impactos finales de los generadores de energía solar y tiene importantes implicaciones para las ciudades y los países que desean promover una transición rápida y rentable hacia las energías renovables. En general, la contaminación le cuesta a China aproximadamente 11 gigawatts (GW) de energía al año, por ejemplo.
Alimentación y vegetación
El ozono puede dañar las células de las plantas y afectar negativamente la fotosíntesis, mientras que las partículas pueden reducir la cantidad de luz solar que llega a las plantas y los cultivos alimentarios. En el año 2000, las pérdidas en el rendimiento mundial debido al ozono ascendieron a 79-121 millones de toneladas, con un valor de 16-26 mil millones de dólares a los precios de hoy. Esto incluyó pérdidas de rendimiento de hasta un 15% para la soya y el trigo, y un 5% para el maíz. A medida que aumenta el ozono, las pérdidas también aumentan. Este tipo de contaminación causó daños masivos a los cultivos alimenticios en la India, de 2000 a 2010, y la cantidad de cultivos de trigo, arroz y soya que se pierden anualmente podría alimentar a cerca de 94 millones de personas, es decir casi toda la población de Alemania. Hallazgos similares en México mostraron pérdidas de rendimiento estimadas de 3% para el maíz, 26% para la avena, 14% para los frijoles y 15% para el sorgo.
El ozono y la lluvia ácida, creados por la contaminación por sulfato y NO2 (en gran parte por la quema de combustibles fósiles), también afectan a otros tipos de vegetación, bosques e incluso a la polinización.
Tener aire limpio es fundamental
Si bien sus numerosos y variados impactos pueden ser desalentadores, sabemos cómo reducir la contaminación del aire y mejorar significativamente su calidad. Los beneficios de reducir la contaminación del aire superan con creces los costos, y el aire puede mejorar mucho más rápido de lo que la mayoría de las personas creen, si ponemos nuestra capacidad intelectual y nuestros recursos en ello. Estos costos poco conocidos pero bien documentados sólo se suman a la cantidad de razones por las que debemos actuar de manera rápida y decisiva para limpiar el aire.
Existen soluciones de las que todos podemos aprender. Por ejemplo, los expertos dicen que si reducimos hoy los contaminantes climáticos de corta duración, podríamos frenar el aumento del calentamiento global a corto plazo hasta en 0.6℃para 2050. Las evaluaciones globales han delineado una agenda clara para lograr este objetivo al expandir el acceso a energía limpia, mejorando los combustibles del transporte, reduciendo las emisiones de los vehículos y controlando las fugas de metano de la producción de combustibles fósiles y la agricultura, entre otras acciones.
A nivel local, también tenemos casos de éxito de los cuales aprender. La contaminación del aire en Pekín ha disminuido considerablemente en los últimos 20 años gracias a una mayor eficiencia energética y mejores controles de emisiones de vehículos y de carbono. Una combinación de inversiones en monitoreo, innovación política y colaboración entre las instancias regulatorias y científicas en la Ciudad de México, ayudó a diagnosticar la contaminación del área metropolitana y a reducirla desde sus altos niveles en la década de 1990. La Ley de Aire Limpio de los Estados Unidos provocó la reducción de ozono en un 22% y de PM2.5 en un 40% entre 1990 y 2017, lo que demuestra que los esfuerzos sostenidos para combatir la contaminación producen un aire significativamente más limpio.
La pregunta, entonces, es: ¿qué nos detiene? Podemos limpiar el aire, y todos deberíamos abocarnos a ello. El aire limpio es un recurso que afecta nuestra salud, nuestro clima, nuestra seguridad alimentaria y más. Necesitamos abordar este problema con urgencia y eficacia. En el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) México, estamos desarrollando varias líneas de acción de las que pronto haremos importantes anuncios. Estén atentos.
Los efectos del cambio climático generados por la contaminación del aire amenazan con colapsar la civilización humana para el 2050.
Por: Ecoosfera
La civilización humana como la conocemos peligra. Los efectos del cambio climático generados por la contaminación del aire amenazan con colapsar el mundo como lo conocemos. La ONU ya advirtió que tenemos hasta el 2030 para evitar una catástrofe global. Ahora, un nuevo reporte afirma que la civilización podría colapsar en 2050 si el aumento de temperatura no se detiene. Sin embargo, aun hay formas de eludir el colapso. Solo hay que actuar rápido.
¿Cuál es el origen de este reporte? Los integrantes del Centro Nacional de Restauración del Clima “Breakthrough”, con sede en Australia, lanzaron un análisis en el que describen las condiciones humanas en el futuro si la crisis climática no para. Sus planteamientos se basan en eventos actuales y verdaderos. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados recién informó la crisis de sequía que los habitantes de Somalia viven diario por el aumento de temperatura. Esta es una de las naciones que la gente se verá obligada a abandonar en el 2050 por el cambio climático. México no se queda atrás.
De acuerdo a un análisis del Banco Mundial, para el 2050, 1.7 millones de mexicanos podrían dejar las áreas costeras y concentrarse en la capital y ciudades aledañas por el cambio climático.
No cabe duda de que los refugiados son los protagonistas de un verdadero Éxodo de nuestro tiempo. La temperatura global podría reflejar un aumento de 3 grados Celsius a este ritmo, lo cual cambiaría la configuración de la civilización actual. Mil millones de personas en el Oeste de África y el Medio Oriente también podrían abandonar sus países para el 2050, huyendo de sequías y calor extremo. ¿Estamos listos para acoger a todos esos refugiados climáticos? Claramente no. Por eso urge el cambio.
Lo que es cierto es que aunque hay peligro, no todo son malas noticias. Así como la civilización podría colapsar en el 2050, se prevee que el 100% del planeta utilice energías completamente renovables para ese mismo año. Es evidente que estas visiones a futuro recaen absolutamente en las decisiones que tomemos hoy mismo. No hay de otra: el cambio es en el día a día y el futuro de todos está en juego.
Hoy, #DíaMundialDelMedioAmbiente, se presentó este prometedor plan para transitar a modelos más resilientes.
Por: Ecoosfera
Son pocos los días en la Ciudad de México (CDMX) en los que podemos respirar aire limpio. De hecho, en 2018 fueron sólo 15. A juzgar por la última contingencia ambiental que vivimos –y que de hecho se trató de dos contingencias simultáneas, potenciadas por el efecto de los incendios–, es probable que el número de días con aire limpio para este año sea aún menor.
Esto no sólo afecta significativamente nuestra salud, a tal grado que la mala calidad del aire se cobra la vida de 17 mil personas al año en el país, sino que demuestra el desprecio que los gobiernos en México han tenido por el medio ambiente, incluido los de la CDMX.
Con este historial de cifras, hoy la CDMX estrena su nuevo Programa Ambiental 2019-2024
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presentó hoy el Programa Ambiental y de Cambio Climático para la capital. Con éste se pretende, entre otras medidas, detener 4 millones de autos y 35 mil industrias, así como plantar 15 millones de árboles, todo esto para limpiar el aire y apoyar en los esfuerzos para frenar el cambio climático. Otro de los puntos clave será la transición energética, para la cual se pretende invertir en la instalación de paneles solares en la capital.
Después de leer esto verás por qué es buena idea tomar sol.
Por: Ecoosfera
Tras un largo rodeo, la medicina contemporánea ha vuelto a su base primordial: la naturaleza. Muchos estudios e investigaciones científicas han comprobado que reencontrarnos con el mundo natural puede ser la mejor medicina, a tal grado que en Escocia los doctores ya recetan actividades al aire libre a sus pacientes para potenciar su salud y prevenir enfermedades.
Entre las mejores medicinas que nos otorga la naturaleza, una proviene del cosmos: los rayos del sol.
Esto se debe a que tomar el sol es casi la única manera que tiene nuestro cuerpo de conseguir vitamina D, cuya deficiencia, se ha comprobado, está relacionada a un gran abanico de trastornos psíquicos, entre ellos la depresión. Todos estos trastornos suelen ser desencadenados por más una multiplicidad de factores pero siempre hay algunos con más peso que otros.
Es así que algunos estudios, como el realizado por la Loyola University Chicago y publicado en NCBI, han buscado la correlación entre deficiencia de vitamina D y falta de sol en los tratamientos experimentales que se han hecho sobre pacientes con trastorno afectivo emocional (SAD, por sus siglas en inglés). La mayoría de los experimentos han comprobado que recibir mayores dosis de sol disipa los síntomas depresivos cuando se padecen condiciones como el SAD.
Nuestra relación con la luz ha cambiado
La deficiencia de vitamina D explica trastornos como el SAD, así como la persistente depresión en los habitantes de ciudades predominantemente nubladas. En los países nórdicos, por ejemplo, se suelen recetar dosis más altas de vitamina D durante el invierno. Pero, en general, la falta de vitamina D es un mal contemporáneo. Según la bióloga y periodista Linda Geddes, el común de la gente en occidente pasa el 90% de su vida en interiores.
Esto tiene su explicación en nuestro estilo de vida actual, que ha cambiado nuestra relación con la luz. Como explica esta experta:
Antes de la invención del alumbrado de gas a principios del siglo XIX, la única luz artificial en la que podíamos confiar era la de las luces encendidas, las velas o las lámparas de aceite de ballena. La gente también pasaba muchas más de sus horas de vigilia afuera.
Diversas investigaciones científicas han mostrado lo vital que resulta el sol para nosotros y cómo una falta de éste puede estar afectando profundamente nuestra biología. Incluso, como asegura Geddes, es probable que la falta de luz solar esté provocando estragos en nuestro sistema inmune y cardiovascular, lo que, dicho sea de paso, también estaría involucrado con el desarrollo de trastornos psíquicos.
¿Cómo obtener la dosis de sol correcta?
La buena noticia es que todas estas investigaciones también echan luz –literalmente– sobre cómo deben de ser los tratamientos antidepresivos en el futuro, y más aún: sobre cómo prevenir la depresión y ser más felices –algo que sin duda nos hace falta–. Y no es tan complicado: sólo tenemos que salir a tomar el sol. Pero antes hay que tomar en cuenta cómo se produce la vitamina D y no olvidar que, debido a los cambios en la atmósfera, tomar el sol no es algo que podamos hacer a la ligera.
La vitamina D se sintetiza de manera curiosa. Y es que es casi imposible generarla a partir de la ingesta de alimentos, pues se encuentra en muy pocos. No obstante, puede producirse fotoquímicamente en la piel. Se trata de una obtención vitamínica peculiar pero contundentemente eficaz, ya que con sólo media hora de sol podemos producir hasta 20 mil unidades internacionales de vitamina D.
Tomar el sol puede cubrir el 90% de la dosis diaria necesaria de vitamina D
Ahora, te preguntarás cómo tomar tu dosis de sol sin tener efectos secundarios indeseados, ya que exponerse excesivamente a rayos ultravioleta puede producir, desde envejecimiento prematuro, hasta cáncer en la piel. No obstante, para obtener las dosis de vitamina D necesaria –y producir, de paso, un poco de endorfinas–, sólo necesitamos de 10 a 20 minutos en días soleados, y de 30 a 45 en días nublados.
Para prevenir efectos secundarios no tomes tu dosis de sol poniéndote directamente sobre un sol abrazador. Hazlo sobre la sombra de un árbol o dejando que los rayos impacten sólo las extremidades de tu cuerpo. Y no uses bloqueador solar hasta terminar tu sesión, pues esto bloquea la producción de vitamina D. También puedes obtener la dosis necesaria al andar en bici o saliendo a caminar con un sombrero.