México ha perdido 62% de sus humedales, de los cuales 142 son considerados de importancia internacional
Por: Crónica ambiental
El pasado 2 de febrero de 2019, durante el Día Mundial de los Humedales, el investigador Roberto Lindig Cisneros de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), alertó que, en los últimos 100 años, México ha perdido 62% de sus humedales, de los cuales 142 son considerados de importancia internacional. Hay que recordar que estas extensiones de tierra cubiertas con agua son capaces de captar gigantescas cantidades de dióxido de carbono.
Los humedales que se encuentran en el norte del país son los que corren mayor riesgo al ubicarse en zonas áridas o semiáridas. Entre ellos se encuentra Cuatro Ciénegas en Coahuila; sin embargo, también corren peligro humedales ubicados en las costas.
Entre los problemas que enfrentan, se encuentran la degradación directa de los humedales, que han sido drenados y se destruye la vegetación que se encuentra en ellos; en otros se ha introducido ganado, y en varios más no hay drenaje y las aguas negras los contaminan.
A estos problemas se suma el cambio climático. La disminución de lluvias en México impacta negativamente la disponibilidad de agua tanto para las personas como para estos ecosistemas. Por otro lado, la mayoría de los peces —explotados comercialmente en los mares— se reproduce en humedales costeros, y si éstos no existieran, disminuirá potencialmente este sustento humano.
Por lo tanto, desde hace 15 años la UNAM estudia los humedales buscando la manera de contrarrestar estos problema. Los humedales siguen en declive por la introducción de ganado y de especies invasoras; por la desecación, además de incendios inducidos y la contaminación por exceso de fertilizantes.
Tokio 2020 será sede de las olimpiadas más ecológicas de la historia.
Por: Ecoosfera
Los Juegos Olímpicos más ecológicos de la historia tendrán lugar en Tokio en el 2020. El comité organizador ha revelado que las medallas otorgadas a los ganadores serán 100% recicladas. El metal de las preseas se hará con residuos de aparatos electrónicos, material que también se conoce como e-waste. La idea ha recibido el apoyo del público y los atletas.
El innovador proyecto presenta una solución ecológica a un problema que tiende a ignorarse: ¿qué hacer con la basura electrónica? Los residuos de los teléfonos, tablets y demás gadgets son muy tóxicos y se acumulan de forma impactante. Tan sólo para este plan, Japón reciclará 47, 488 toneladas de e-waste. Esta cantidad logró recolectarse gracias a una iniciativa que incluyó a todos los habitantes del país.
La operadora japonesa NTT Docomo recibió donaciones de más de 5 millones de smartphones desechados. Además de abrir sus oficinas a empresas y atletas de renombre, se colocaron basureros especializados en las principales avenidas para que la gente depositara ahí sus residuos electrónicos. La eficiencia del plan es arrolladora: se extrajeron 2,700 kg de bronce desde junio del año pasado. Según el sitio oficial de las olimpiadas, las metas para el oro y la plata están a punto de lograrse.
El 90% de las autoridades municipales del país participaron en esta campaña masiva de reciclaje. Este nivel de compromiso es francamente admirable, considerando que muy pocos países tienen regulaciones para controlar este problema. No ayuda que los desechos de este tipo tienden a ser difíciles de reciclar. El fenómeno de la obsolescencia programada presiona a los consumidores para cambiar sus electrónicos cada 2 años y así seguir” en tendencia”.
En México se producen aproximadamente 350 mil toneladas de e-waste, y sólo el 10% se recicla. Potencias mundiales como Estados Unidos y Canadá apenas consiguen reciclar un 20% de su basura electrónica. Ante estos hechos, el esfuerzo del comité organizador de Tokio 2020 es un enorme ejemplo de creatividad. Las estrategias de reciclaje deben adecuarse, como en este caso, a los usos cada vez más impredecibles de la tecnología.
Además, el costo ambiental de la producción de estas hamburguesas es, en promedio, 90% menor.
Por: Ecoosfera
Para muchos es imposible dejar de comer carne, por una poderosa razón: no se sienten satisfechos sin ella. Y es que está comprobado que la proteína es el elemento nutricional clave para sentirnos llenos; aunque más allá de la sensación de satisfacción, poco se sabe de los porqués físicos de estos efectos de la proteína en el organismo.
Lo cierto es que también podría haber mucho de psicológico en esa sensación, pues hace 50 o 100 años no se consumían las mismas cantidades de carne por persona que hoy se ingieren.
Ahora, un estudio comprobó que las hamburguesas veganas de tofu llenan más que las hamburguesas de carne, lo que hace aún más difícil saber cuáles son los factores decisivos que contribuyen a sentirnos satisfechos tras una comida.
Para el estudio, publicado en la revista Nutrients, los investigadores registraron las respuestas fisiológicas de un grupo de participantes que comieron ambos tipos de hamburguesa, una un día y la otra al día siguiente. El grupo estaba compuesto por 60 hombres: 20 de ellos sanos, 20 obesos y 20 con diabetes tipo 2.
Todos los participantes coincidieron: la hamburguesa vegana les satisfizo más que la hamburguesa de carne.
Los investigadores aún no saben el porqué de este efecto en los participantes, pero tienen una hipótesis: que las comidas veganas producen niveles más altos de hormonas gastrointestinales beneficiosas, mismas que están involucradas en la regulación del metabolismo de la glucosa, la homeostasis energética, la saciedad y el control del peso.
Esto nos hace pensar que, definitivamente, las dietas con poca proteína animal son el futuro de la humanidad. No sólo por estos beneficios a nuestro organismo, sino porque comer menos carne realmente salva al planeta. Y es que la producción intensiva de carne está detrás de la deforestación, la extinción de especies y una altísima emisión de gases de efecto invernadero.
El imperativo de comer carne no siempre estuvo ahí
De 1960 a 1990 el consumo anual de carne por persona aumentó 10 kilogramos, según una investigación coordinada por Andrés Barreda y Ana Esther Ceceña.
En el mismo período, el consumo anual de cereales por persona aumentó 31 kilogramos; sin embargo, hay que tomar en cuenta que los cereales han sido progresivamente ocupados para alimentar al ganado, y este tipo de estadísticas toman en cuenta ese “consumo indirecto”.
Además, el consumo no ha sido igual en todo el mundo: es en Occidente donde más se ha elevado el consumo de carne. Y esto no es casualidad, ya que esta tendencia fue exportada de Estados Unidos, pues fue en este país donde se vio el primer incremento en el consumo de carne durante la década de 1950, tras la comercialización de los frigoríficos que permitían congelar este alimento.
Pero antes de todos estos cambios estructurales, nuestros ancestros no comían tanta carne. En México, por ejemplo, la alimentación se basaba más en el consumo del maíz, el frijol y el chile, así como de semillas como el amaranto, la chía y el ajonjolí –que, por suerte, hoy forman parte de la canasta básica–. Incluso se tiene registro de que los aztecas producían y comían superalimentos como la espirulina.
¿Será que nuestros ancestros tenían otro metabolismo? ¿Necesitaban menos energía? ¿O la carne no es tan necesaria como nos han hecho creer?
A estas dudas habría que añadir que quizá los antiguos tenían otra concepción de la alimentación y –como Confucio enseñaba– preferían practicar el arte de la moderación, evitando la saciedad para eludir los excesos.
Una cosa es segura: queda mucho por hacer para evolucionar nuestra alimentación. Pero iremos por buen camino si comenzamos a optar colectivamente por los platillos veganos: más ricos, más sanos y más ecológicos. Para producir una hamburguesa vegana se utiliza 99% menos agua, se ocupa 93% menos territorio y se emiten 90% menos gases de efecto invernadero.
La 60 Legislatura del Estado de México aprobó un incremento de 76.9% al presupuesto otorgado a la Secretaría de Medio Ambiente.
Por: Crónica Ambiental
La noticia se dio a conocer durante el Tercer Foro Frente al Cambio Climático. La 60 Legislatura del Estado de México aprobó para este 2019 un incremento del 76.9% al presupuesto otorgado a la Secretaría de Medio Ambiente, el cual equivale a mil 412 millones 937 mil pesos.
Se espera que el presupuesto se destine al manejo y control de recursos hídricos, al aprovechamiento del agua y al manejo y conservación de los ecosistemas y la biodiversidad.
Durante el foro se llevo a cabo la firma del Pacto hacia una Economía Circular, entre la Unión Social de Empresarios Mexicanos, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción y el Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México; el objetivo principal es favorecer el desarrollo sostenible promoviendo un flujo en la extracción, transformación, distribución, uso y recuperación de materiales y energía de los productos y servicios disponibles en el mercado; en otras palabras, busca que los productos y recursos mantengan su utilidad y valor en todo momento. Se destaca la participación de agentes económicos y representantes de la sociedad civil y del gobierno en la firma del pacto.
David Pérez Castillo, de Negocios Verdes y uno de los conferencistas del Foro Frente al Cambio Climático, hizo ver que, en el sistema económico actual, hace falta cambiar el paradigma que propone la economía circular, con el fin de que el producto en lugar de ser desechado pueda ser reutilizado; para lograr el cambio sugirió a consumir productos de empresas socioambientales y rediseñar los productos para evitar que se vayan a la basura.
Por su parte, representantes de la empresa Eco Urban propusieron la creación de una recicladora de cascajo, como una alternativa de economía circular, con el propósito de darle un segundo uso a los materiales de construcción y así, generar un nuevo ladrillo ecológico. Los beneficios serían disminuir el impacto ambiental y generar fuentes de empleo.
En contra de todo pronóstico, México sigue luchando para salvar esta especie.
Por: Crónica ambiental
A mediados del año 2018, se pensaba que la vaquita marina tenía los días contados en México; sin embargo, en contra de todo pronóstico, México sigue luchando para salvar esta especie.
Debemos ser claros: la situación sigue siendo extremadamente complicada. Los pescadores se han vuelto más agresivos, al grado de atacar aún a los cuidadores de la vaquita marina.
Por su parte, la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), y la SADER (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural), anunciaron que pondrán en marcha un programa integral de atención, que buscará solucionar éste y otros conflictos a favor de la vaquita marina.
En comunicado oficial la SEMARNAT menciona que el programa buscará mejorar la protección de la biodiversidad. Se buscará establecer metas a corto, mediano y largo plaza, planteando sobre todo el fortalecimiento de prácticas de pesca sustentable, así como la preservación de la biodiversidad. También se buscará actualizar los esquemas de vigilancia y protección a la vaquita marina, el combate de la pesca furtiva y el tráfico ilegal de totoaba.
La estrategia propuesta tiene como prioridad proteger la vaquita marina, pero no sólo a ella: buscará centrarse en toda la biodiversidad de la zona del Alto Golfo. Se enfocará a restablecer la dinámica social y económica de la región.
El Alto Golfo alberga una reserva de la biósfera que consta de 9,348 kilómetros cuadrados, incluyendo ambientes marinos y terrestres, la cual fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 2005.
El consumo de agua embotellada es uno de los hábitos más dañinos para el medio ambiente.
Por: Ecoosfera
Hay una falsedad implícita en la típica imagen publicitaria de una niña ataviada con outfit deptortivo que bebe plácidamente una botella de agua, como si realmente le importara su salud personal y el bienestar del medio ambiente. Sin embargo, se ha comprobado que el consumo de agua embotellada es uno de los peores hábitos para la salud del planeta.
Esta industria, además de ser altamente nociva para el medio ambiente, vende su producto a un costo promedio que rebasa en un 200% el costo real del agua potable, ya incluido un margen razonable de ganancia.
Se ha comprobado que la industria del agua embotellada, en su mayoría ligada a las transnacionales refresqueras, consume millones de barriles de petróleo en la producción de los envases, esto sin considerar los costos ambientales de la transportación regional de estos productos. Además, muchas de estas compañías se han distinguido por comprar miles de manantiales alrededor del mundo para proveerse del líquido vital, marginando a las comunidades locales de diversos países de poder aprovechar estas fuentes de agua que, por antigüedad y sentido común, les pertenecen. Tal es el caso de Coca Cola Company, la cual para abastecer su marca de agua Ciel en México y algunos países de centroamérica, ha adquirido decenas de manantiales en la zona del sureste mexicano, en los estados de Chiapas, Yucatán, y Quintana Roo.
Por si no fueran suficientes los anteriores argumentos, las botellas de plástico desechadas contribuyen significativamente a la acumulación de basura en el mundo.De hecho, una buena parte de ellas termina alimentando el bizarro vórtice de plástico en el Oceáno Pacífico. A pesar de todos estos factores, las grandes compañías proyectan al público, en un gesto bastante cínico, la imagen de que beber su agua embotellada representa uno de los hábitos más saludables y ecológicamente comprometidos.
De acuerdo con la investigación de Annie Leonard plasmada en el micro documental La historia del agua embotellada, pieza que incluimos al final de este artículo, el 30% del agua que se vende dentro de botellas de plástico, con etiquetas vistosas y millonarias campañas de marketing, proviene del grifo. En otras ocasiones se ha comprobado que la verdadera calidad del agua “industrial” resulta menor al agua que proviene del sistema de tuberías. De acuerdo con la misma fuente, el 80% de los envases terminan en rellenos sanitarios y no sólo no serán reciclados, sino que tardarán siglos en desintegrarse.
Afortunadamente, en los últimos tres años han cobrado fuerza diversas campañas e iniciativas que denuncian los verdaderos efectos del consumo de agua embotellada.
En Canadá se organiza anualmente el “Día sin tomar agua en botella”, movimiento dedicado a concientizar a la población sobre las consecuencias de esta práctica. En una ciudad de Australia, se ha prohibido por completo el consumo de este producto luego de comprobarse los costos medioambientales que ocasionaba.
En París, el gobierno local instaló una fuente de agua con gas en el que las personas pueden ir a abastecerse de manera gratuita para incentivar la cultura de reutilizar envases y evitar la compra cotidiana de agua embotellada. En San Francisco, el propio alcalde Gavin Newsom decretó una prohibición para adquirir este producto con dinero público por considerarlo un gasto innecesario y perjudicial para el ambiente.
En Ecoosfera te sugerimos que, si vives en un país en el que el agua de grifo es aceptable, recurras a esta fuente para abastecerte durante el día. En caso contrario, puedes recurrir a diversos métodos naturales de purificación de agua: desde hervirla hasta alternativas como la purificación utilizando nopal. Esperamos que este sea un frente más en la lucha por desplastificar nuestra polimérica sociedad.
Es una pregunta cuya respuesta puede parecer obvia pero no lo es: ¿son las bolsas de papel menos contaminantes que las de plástico?
Por: Tom Edgington BBC Reality Check
La cadena de supermercados Morrisons, en Reino Unido, está haciendo un experimento: hace poco aumentó el precio de las bolsas de plástico reutilizables a 15 a 20 centavos, e introdujo una de papel que cuesta 20 centavos.
La prueba de dos meses en algunas de sus tiendas busca incentivar a los consumidores a reducir el uso de las bolsas plásticas en un esfuerzo por ayudar al medioambiente.
Pero ¿realmente las bolsas de plástico son más contaminantes?
Para responderlo, hay que considerar otras cuatro preguntas:
¿Cuánta energía se utiliza para hacer la bolsa durante la fabricación?
¿Qué tan duradera es la bolsa?, ¿cuántas veces puede reutilizarse?
¿Qué tan fácil es reciclar?
¿Qué tan rápido se descompone tras ser tirada a la basura?
Aquí hay algunas respuestas a esto.
“Cuatro veces más energía”
Un documento de investigación elaborado por la Asamblea de Irlanda del Norte en 2011 indicó que “se necesita cuatro veces más energía para fabricar una bolsa de papel que para una bolsa de plástico”.
A diferencia de las bolsas de plástico (que según el informe se producen a partir de los productos de desecho de la refinación de petróleo), el papel requiere que los bosques sean talados para producir las bolsas.
El proceso de fabricación, según la investigación, también produce una mayor concentración de productos químicos tóxicos en comparación con la fabricación de bolsas de plástico de un solo uso.
Las bolsas de papel también pesan más que el plástico, lo cual significa que el transporte requiere más energía, lo que se suma a su huella de carbono, agrega el estudio.
La compañía Morrisons, sin embargo, asegura que el material utilizado para hacer sus bolsas de papel se obtiene en un 100% de los bosques que se manejan de manera responsable.
Y si se cultivan nuevos bosques para reemplazar los árboles perdidos, esto ayudará a compensar el impacto del cambio climático.
Reutilizar es la clave
La Agencia de Medio Ambiente británica examinó en 2006 una gama de bolsas fabricadas con diferentes materiales para averiguar cuántas veces deben reutilizarse para ayudar al ambiente, en lugar de solo usarla una vez.
El estudio encontró que las bolsas de papel debían reutilizarse al menos tres veces, una menos que las bolsas de plástico reutilizables, es decir, las más resistentes que se conocen como “bolsas verdes”.
En el otro extremo del espectro, la misma agencia encontró que las bolsas hechas de algodón requerían la mayor cantidad de reutilizaciones: 131.
Eso se debía a la alta cantidad de energía utilizada para producir y fertilizar el hilo de algodón.
Pero incluso si una bolsa de papel requiere la menor cantidad de veces para ser reutilizada, hay una consideración práctica: ¿la bolsa durará lo suficiente para aguantar al menos tres viajes al supermercado?
Las bolsas de papel no son tan duraderas como las bolsas reutilizables de plástico, ya que es más probable que se rasguen o se rompan, especialmente si se mojan.
En su conclusión, la Agencia de Medio Ambiente dice que “en general es poco probable que la bolsa de papel pueda reutilizarse el número de veces requerido debido a su baja durabilidad”.
Morrisons insiste en que no hay razón para que su bolsa de papel no pueda reutilizarse tantas veces como la bolsa de plástico que reemplaza, pero depende de cómo se trate la bolsa.
Las bolsas de algodón, a pesar de que su fabricación deja una huella de carbono mayor, son las más duraderas y tendrán una vida mucho más larga.
A pesar de su baja durabilidad, una ventaja del papel es que se descompone mucho más rápidamente que el plástico y, por lo tanto, es menos probable que sea una fuente de basura y suponga un riesgo para la vida silvestre.
El papel también es más reciclable, mientras que las bolsas de plástico pueden demorar entre 400 y 1.000 años en descomponerse.
Entonces, ¿qué es lo mejor?
Las bolsas de papel requieren un poco más de reutilización que las bolsas de plástico reutilizables para que sean más ecológicas que las bolsas de plástico de un solo uso.
Por otro lado, las bolsas de papel son menos duraderas que otros tipos de bolsas.
Entonces, si los compradores tienen que reemplazar las de papel con mayor frecuencia, tendrá un mayor efecto ambiental.
Pero la clave para reducir el impacto ambiental de las bolsas, sin importar de qué estén hechas, es reutilizarlas tanto como sea posible, dice Margaret Bates, profesora de gestión sostenible de residuos en la Universidad de Northampton, Reino Unido.
Muchas personas olvidan llevar sus bolsas reutilizables en su viaje al supermercado y terminan por consumir más en la caja de pago.
Esto tendrá un impacto ambiental mucho mayor en comparación con la simple elección de usar papel, plástico o algodón.
¿A qué se debe el cambio en el color de los océanos? ¿Y qué podemos hacer para detenerlo?
Por: Ecoosfera
El mar no sólo es azul. Todos los océanos del mundo se disputan un cromatismo que depende de muchos factores, tanto físicos como biológicos. No obstante, el cambio climático alterará el color de más de la mitad del agua total que forma los océanos, según un estudio reciente del Massachusetts Institute for Technology (MIT).
Se trata de un efecto imprevisto que tendrá el cambio de temperatura sobre los océanos, y que podría hacer variar el color del más del 50% de la superficie marina para 2100.
Pero en primer lugar: ¿por qué el mar es azul?
En un precioso texto llamado The sea around us, la bióloga y activista Rachel Carson explicaba lúcidamente por qué el mar es azul.
El mar es azul porque la luz del sol se refleja en nuestros ojos desde las moléculas de agua o desde diminutas partículas suspendidas en el mar. En el viaje de los rayos de luz hacia el agua profunda, todos los rayos rojos y la mayoría de los rayos amarillos del espectro han sido absorbidos, de modo que cuando la luz vuelve a nuestros ojos, son principalmente los fríos rayos azules lo que vemos.
Es por eso que en las zonas océanicas más áridas, como las subtropicales, el mar es de un azul más profundo. Por otro lado, los océanos que presentan tonalidades de verde deben su color al fitoplancton que crece en sus profundidades, que no absorben las tonalidades azules del espectro de luz, y que liberan un pigmento verde llamado clorofila para realizar la fotosíntesis.
De qué color será el mar si sube aún más la temperatura
Los océanos son los que están absorbiendo la mayor parte de las radiaciones provocadas por el debilitamiento de la capa de ozono. Es por ello que, si hacemos caso omiso a las advertencias de la ONU, y no reducimos cuanto antes las emisiones de CO2, la temperatura media global de la superficie marina subirá 3 grados.
La vida microscópica, según la investigadora Stephanie Dutkiewics del MIT, será amenazada por el calentamiento global, lo que alterará toda la cadena alimenticia de las especies marinas, la composición orgánica en las profundidades de los océanos, y su color.
Según explicó para el País esta investigadora:
El calentamiento de los océanos altera la circulación oceánica y la porción [de aguas] del océano profundo que emerge a la superficie. El fitoplancton necesita la luz (su fuente de energía) y nutrientes. Y la mayor parte de esos nutrientes viene de las profundidades.
Los cambios inducidos por el calentamiento están provocando que lleguen menos nutrientes a la capa superficial, por lo que lo más probable es que el fitoplancton disminuya en muchas partes del océano.
Así que, básicamente, el color de los océanos cambiará para hacerse más profundo: ahí donde es azul será más azul, ya que el color azul del mar se acentúa más conforme más radiaciones absorbe el mar, y además habrá menos fitoplancton para tornarlo en colores turquesa.
Aunque en otras regiones, y debido a que algunas especies de fitoplancton se alimentan de los nutrientes promovidos por la calidez del océano, es probable que el agua se torne más verde. Y es que en estas zonas se espera el aumento en la cantidad de microorganismos vegetales.
No obstante, esto no es positivo: el crecimiento de fitoplancton en algunas zonas no compensará a aquellas en donde este microorganismo deje de crecer, lo que alterará inevitablemente a la cadena alimenticia en este ecosistema.
Quizá el cambio en el color de los océanos sería un agasaje visual, ya que su color se tornará más profundo. Pero debemos evitar a toda costa esta alteracióncombatiendo el cambio climático, por lo menos a partir de la modificación de nuestros hábitos. Si no sabes por dónde empezar, puedes consultar la guía de la ONU para hacerte un agente de cambio paso a paso, sin prisas pero sí con toda la convicción de ayudar a la causa.
Un aumento de la temperatura de 2 grados centígrados podría derretir la mitad de los glaciares de la región Hindu Kush del Himalaya, lo que desestabilizaría los ríos de Asia, según advierte un informe sin precedentes elaborado por 210 expertos, que señala que un cuarto de la población mundial se enfrenta a riesgos crecientes provocados por el cambio climático debido al aumento del calor en el hielo en el ‘Techo del mundo’.
El estudio analiza de una forma sin precedentes el conocido como el ‘Tercer polo’, es decir la región Hindu Kush del Himalaya, un basto territorio de hielo donde se ubica el Monte Everest, el K2 y otros de los mayores picos del planeta. Así, el informe concluye que incluso con la mayor ambición prevista en el Acuerdo del Clima de París, que aspira a detener el calentamiento de la temperatura global del planeta en 1,5 grados centígrados a final de siglo, llevaría a la región de los glaciares a alcanzar un pico de temperaturas de 2,1 ºC más y esto conllevaría el derretimiento de un tercio de la región de los glaciares.
Los glaciares son una fuente crítica de agua para unos 250 millones de habitantes de las montañas y para 1.065 millones de habitantes que habitan en los valles de los ríos por debajo de estas. Si los esfuerzos contra el cambio climático global fallan, el estudio advierte de que las actuales emisiones podrían conducir a la región a aumentos de 5ºC y a una pérdida de dos tercios de los glaciares del Himalaya en 2100. El investigador director del informe, Philippus Wester, del International Centre for Integrated Mountain Development (ICIMOD), ha asegurado que esta es la mayor crisis climática que nadie ha conocido antes.
“El calentamiento global va camino de transformar las frías montañas cubiertas de glaciares en el HKH que cruzan ocho países hasta quedarse como rocas desnudas en menos de un siglo. Los impactos para los habitantes de la región, en la actualidad una de las más frágiles y propensas a los mayores riesgos zonas de montaña, aumentarán, algo que podría empeorar a consecuencia de la contaminación del aire e incrementar los eventos meteorológicos extremos”, expone.
El director del estudio añade que las reducciones previstas en los flujos de ríos premonzónicos y los cambios en los monzones lo que provocará impactos más duros y derribará los sistemas de agua urbana y desbaratará los sistemas de producción alimentaria y de energía. El informe sobre el ‘Hindu Kush Himalaya’ se ha realizado al estilo de los estudios del Grupo de Expertos de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) y se trata del primer estudio y con mayor autoridad de su clase de cara a proporcionar un conocimiento exhaustivo, significativo sobre las regiones de montaña.
El estudio analiza de una forma sin precedentes el conocido como el ‘Tercer polo’, es decir la región Hindu Kush del Himalaya, un basto territorio de hielo donde se ubica el Monte Everest, el K2 y otros de los mayores picos del planeta.
El documento se ha realizado a lo largo de cinco años e incluye la participación de más de 350 investigadores y expertos de 22 países y 185 organizaciones. En total, han participado 210 autores, 20 editores de revisión, 125 revisores externos y proporciona una radiografía sin precedentes sobre esta región respecto al medio ambiente, la población y la biodiversidad.
La región del Himalaya tiene una extensión de 3.500 kilómetros que atraviesan Afghanistan, Bangladesh, Bhutan, China, India, Myanmar, Nepal y Paquistán y que acoge el mayor récord de picos y glaciares que alimentan a diez de los mayores e importantes sistemas fluviales entre los que figuran el Ganges, el Indo, el Río Amarillo o el Mekong, de los que se abastecen directa o indirectamente miles de millones de personas, para alimentarse, producir energía o mantener el aire limpio. Adicionalmente, la región concentra cuatro de los ‘puntos calientes’ de la biodiversidad mundial.
La directora del ICIMOD Eklabya Sharma ha subrayado que el futuro no tiene por qué ser lóbrego o desolador si los Gobiernos trabajan juntos para revertir esta tendencia contra el derretimiento de los glaciares y evitar que los innumerables impactos se desencadenen.
El informe hace también un llamamiento para aumentar el reconocimiento de las áreas de montaña HKH en los esfuerzos climáticos globales. El miembro del consejo del ICIMOD de Bhtan Dasho Rinzin Dorji, ha advertido de que no solo los ocupantes de las islas del mundo están sufriendo (por el cambio climático). “Debemos empezar a pensar en las regiones de montaña como puntos calientes de atención urgente, inversiones y soluciones contra el calentamiento”, ha sentenciado.
La mayoría de las mascotas mexicanas no tienen hogar.
Por: Ecoosfera
En México, casi todas las mascotas se encuentran en la calle. Esta es una noticia grave para un país donde el número de habitantes casi iguala al de perros y gatos. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hay 23 millones de mascotas en México. Estos animales podrían repartirse en los hogares de los 24.4 millones de mexicanos, pero no es así. El 70% de los perros y gatos se encuentran abandonados.
Eso significa que sólo 5.4 millones de las mascotas mexicanas tienen hogar; el resto son callejeras. Así, México se ha convertido en el país con más abandono de animales en toda América Latina. Si se añade que 60 mil de estos animales fallecen al año debido al maltrato, queda claro que tenemos un grave problema en este aspecto.
Estas cifras figuran en un comunicado del Senado Mexicano que exhorta a tomar medidas ante la problemática. Se estima que la gran tasa de abandonos se relaciona con que no la esterilización canina aún no es una práctica generalizada. Pero no es la única razón: la falta de conciencia sobre las necesidades de los perros y gatos también entra en juego. PUBLICIDAD
En entrevista con EFE, la asociación civil Defensoría Animal declaró que el número de mascotas abandonadas aumenta durante las festividades. ¿La razón? Los perros y gatos son vistos como un regalo estético. Una vez que los cachorros crecen, la gente tiende a retractarse del compromiso que implica cuidarlos. Cuidar una mascota siempre implica adquirir una responsabilidad.
Una posible solución se halla en preferir la adopción a la compra de mascotas. Sin embargo, se requiere un cambio más profundo. La decisión de tener una mascota debe ser tomada con seriedad. Antes de adoptar un perro o un gato, es recomendable considerar si mantenerlo está dentro de nuestras posibilidades económicas y si contamos con el tiempo suficiente para darle una buena vida. Ésa es la manera de quebrar con el ciclo de maltrato y abandono.