El fabricante alemán de automóviles deportivos Porsche invertirá más de 6,000 millones de euros en electromovilidad hasta 2022, de los cuales empleará unos 500 millones en las variantes de su primer modelo 100% eléctrico, el Taycan.
Según detalló la compañía en un comunicado, otros 1,000 millones irán destinados a la electrifcación e hibridación de la gama de la marca, varios cientos de millones a la expansión de sus instalaciones y alrededor de 700 millones a nuevas tecnologías, infraestructura de carga y movilidad inteligente.
“Para una empresa de nuestro tamaño es un gasto considerable. En la sede de Porsche en Zuffenhausen (Alemania) hemos invertido 1,000 millones de euros en la construcción de una nueva planta para coches eléctricos. Este es probablemente el proyecto más ambicioso y arriesgado que hemos emprendido.
Una fábrica dentro de la fábrica, con 1,200 nuevos puestos de trabajo”, señaló el consejero delegado de Porsche, Oliver Blume.
Según explicó Porsche, desde una perspectiva comercial, el Taycan tendrá unos “elevados” volúmenes de producción y supondrá un “alto” porcentaje de las ventas de la gama.
“El Taycan será el primero de una gama de automóviles eléctricos y el abanderado de todos los modelos electrificados de la compañía”, subrayan desde la empresa.
“El Taycan representa la entrada de Porsche en una nueva era y es mucho más que un automóvil, pues su influencia se extiende a todo un ecosistema: infraestructuras, redes de carga, fábrica, trabajadores, proveedores y clientes, que también contribuyen a un mundo más limpio a través de este modelo”.
La contaminación plástica es un problema ya conocido por todos, pero es sorprendente como cada día llegan a nuestros oídos más noticias de lo grave que se está volviendo la cuestión de los plásticos. Sin duda, podríamos decir que tras el cambio climático el tema de los plásticos en el medioambiente es el problema ambiental más serio de nuestros tiempos. Tanto es así, que los científicos ya no dudan en llamar a esta era geológica, la era de los plásticos.
Por: Ariadna García Ecología Verde
Causas de la contaminación plástica
Como ya sabemos, los plásticos se han convertido en el material de fabricación principal en nuestros tiempos. Resulta muy fácil y muy barato producir, pero eso mismo está provocando que nuestro planeta azul se esté convirtiendo en un planeta de plástico. Según organizaciones ecologistas como Greenpeace, han calculado que desde 1950 se han generado 8.000 millones de toneladas de plásticos, un peso equivalente a 10.000 Torre Eiffel u 80 millones de ballenas azules. Sin embargo, el dato más escalofriante es que solo la mitad de esta basura plástica se ha generado en los últimos 13 años, lo que indica que nuestra basura está creciendo exponencialmente. Pero, la pregunta que debemos hacernos aquí es: ¿por qué toda esa basura plástica ha llegado al medio ambiente, incluso a áreas remotas donde los humanos no podemos vivir? A continuación, vamos a explicar algunas de las causas:
Sobreconsumo de plásticos: probablemente sea la causa principal, dado que hoy en día, no es raro ver cómo la mayor parte de los productos que compramos están hechos o contienen plástico. Nuestra comida está envuelta por numerosos plásticos y compramos más plástico para llevarla a nuestras casas, como las bolsas de plástico. A esto hay que sumarle los plásticos de un solo uso, como pajitas, bastoncillos de los oídos, bolsas y botellas de plástico, vasos, platos y cubiertos desechables. Estos productos plásticos son fáciles de fabricar, fáciles de usar, pero muy difíciles de eliminar. El consumo de estos plásticos hace que nuestra basura se incremente día tras día.
Mala gestión de los residuos plásticos: aunque el reciclaje es bueno en sí mismo, pues es una medida correctora y preventiva de la contaminación, no es suficiente para evitar que los plásticos terminen en los océanos, la tierra o los ríos. Según algunos informes, solo el 14% de toda la basura plástica se recicla, por lo que el 86% restante se almacena en vertederos, se quema (lo cual contribuye al efecto invernadero) o directamente se vierte a los océanos y a otros espacios naturales. También hay que añadir que no todos los plásticos se pueden reciclar, es decir, no pueden ser una materia prima otra vez. Desgraciadamente, algunas mezclas plásticas son muy complejas y la tecnología para separarlos es muy cara y escasa. Ante esta realidad, muchos países desarrollados venden la basura plástica a países menos desarrollados donde se deshacen de ella, posiblemente arrojándola al mar o enterrándola en el subsuelo.
Nurdles y microesferas: en muchos casos, los plásticos no se vierten intencionadamente a las aguas, pero llegan de forma indirecta, como es el caso de algunos microplásticos (plásticos de tamaño entre 1 y 5 mm de diámetro). Existen microplásticos creados así a propósito, son los que se conocen como microplásticos primarios y que difieren de los microplásticos secundarios, que son aquellos que proceden de la fragmentación de plásticos más grandes. Este el caso de los nurdles o lágrimas de sirena, pequeñas bolitas de plástico que sirven como materia prima de la industria del plástico. La falta de cuidado al transportarla y manejarla puede hacer que millones de estas bolitas acaben por error en la naturaleza y, debido a su pequeño tamaño y diversos colores, los animales pueden consumirlas al confundirlas con alimento. Lo mismo ocurre con las microesferas que la industria cosmética utiliza en cremas exfoliantes, pastas de dientes y otros productos de belleza.
Ineficacia de las plantas de tratamiento de agua: este apartado está muy ligado con el anterior. En el caso de las depuradoras de agua, los plásticos grandes sí que pueden quedar retenidos en alguna de las fases del tratamiento, sin embargo, es mucho más difícil conseguirlo con los microplásticos. Muchos microplásticos, como fibras textiles sintéticas, nurdles, microesferas, films, microplásticos secundarios o incluso los biosoportes (dispositivos que permiten el anclaje de comunidades bacterianas que depuran las aguas residuales) de las propias depuradoras de agua, no pueden ser eliminados en ellas, pues tienen un tamaño mucho más pequeño que los poros de los filtros usados en ellas. Consecuentemente, estos microplásticos terminan en los ríos y mares incrementando la cantidad de plásticos en el ambiente natural.
Falta de concienciación ciudadana y política: la compra de plásticos, la falta de reciclaje, el vertido de la basura a la naturaleza y la falta de políticas sostenibles y ecologistas hacen que generemos más residuos plásticos y estos no sean desechados como debe ser.
Otras causas: existen otras fuentes de plásticos en el medio ambiente, como la agricultura o las lavadoras. En la agricultura se utilizan los lodos de las plantas de tratamiento de agua como fertilizantes, los cuales pueden contener plásticos. Actualmente, nuestra ropa es mayormente sintética y durante su lavado en lavadoras y otras máquinas, muchas fibras se rompen y se escapan por los sistemas de desagüe. Finalmente, estas fibras llegan a las depuradoras de agua donde normalmente, y como hemos explicado antes, no se pueden eliminar.
Cómo contamina el plástico
Los plásticos pueden contaminar el medio por diversos medios y vías. En primer lugar, los desechos plásticos que genera la sociedad pueden ser reciclados, almacenados en vertederos, quemados o vertidos directamente al medio. Aquellos que permanecen en vertederos o en el medio natural poco a poco se van degradando y transformando en microplásticos que pueden quedar retenidos en el suelo, ser dispersados por el viento o bien llegar a ríos, lagos y mares por la escorrentía superficial o riadas tras fuertes lluvias. También, hay plásticos que acaban directamente en el mar por vertidos intencionados o accidentales, como las redes de pesca o pérdidas de cargamento, y por aguas residuales procedentes de puertos, barcos o industrias pesqueras.
Por otro lado, y como se ha mencionado anteriormente, la contaminación plástica del medio también se debe a la liberación de microplásticos creados como tales a propósito. Estos pueden llegar a los ríos y lagos por los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas o por la erosión de los campos de cultivo donde se hayan aplicado lodos de depuradoras de agua con microplásticos. Los microplásticos también pueden quedar retenidos en el suelo y en los sedimentos de los ríos o bien ser transportados al mar contribuyendo a la contaminación plástica de los océanos.
Consecuencias de la contaminación plástica
Las consecuencias de la contaminación plástica son diversas, pero fundamentalmente afectan a lo seres vivos, incluidos los seres humanos y a la calidad del suelo, el agua y el aire.
Islas gigantes de plásticos: la basura en los océanos ha llegado a crear enormes islas de plástico en los grandes océanos de la Tierra. Actualmente, existen 5 islas que se han formado allí donde confluyen las corrientes oceánicas. La isla más grande es la del Pacífico, que cuenta con un tamaño similar al de España, Francia y Alemania juntas.
Pérdida de biodiversidad: la ingesta de plásticos por los animales les provoca laceraciones, heridas internas e incluso la muerte. Pero los organismos acuáticos no solo mueren por su ingesta, en otros casos mueren por quedar atrapados, por ejemplo, en redes de pesca abandonadas, o sufren la malformación o la amputación de extremidades por la misma razón. También puede afectar a la fisiología de los animales. En algunas tortugas marinas se ha observado que debido a los plásticos que tienen en su estómago e intestinos, flotan y, por tanto, no pueden hundirse para buscar comida y finalmente mueren. De este modo, la existencia de plásticos está conduciendo a una extinción de especies y a la pérdida de biodiversidad.
Amenazas a la salud pública: al igual que otros animales, los humanos también podemos consumir plásticos debido a la bioacumulación en la cadena alimenticia. Pero los humanos y animales no solo estamos expuestos al peligro de los plásticos por su consumición. Durante la fabricación de los plásticos, se utilizan compuestos peligrosos para la salud humana como el Bisfenol A, ftalatos, retardantes de llama, endurecedores, pinturas y otras sustancias, muchas de las cuales son cancerígenas. Estos compuestos también se liberan durante la degradación de los plásticos aumentando así el radio de contaminación de estos.
Contribución al efecto invernadero: los plásticos están formados por carbono y proceden del petróleo, por lo que su quema, a parte de otros compuestos peligrosos, libera gases de efecto invernadero.
Asociación con contaminantes orgánicos peligrosos: los plásticos pueden absorber otros contaminantes que previamente se encuentren en el medio ambiente. De entre estos contaminantes, destacan los peligrosos insecticidas DDT y otros organoclorados y organofosforados, hidrocarburos aromáticos policícliclos como el benceno, dioxinas y metales pesados. La peligrosidad de esto radica en que una vez consumidos, los contaminantes pueden moverse por el cuerpo y provocar enfermedades. Además, estos contaminantes tienen la capacidad de bioacumularse y biomagnificarse en la cadena trófica, por lo que su efecto puede magnificarse y llegar a otras especies, incluidos los humanos.
Soluciones a la contaminación plástica
Como vemos, las consecuencias de la contaminación plástica son muy graves y numerosas, pero afortunadamente, aún estamos a tiempo de revertir la situación. A pesar de lo que podamos pensar, no todo está en manos de los políticos, aunque sí que es cierto que ellos tienen una gran responsabilidad en este asunto.
Tanto es así, que por ejemplo la Unión Europea prohibirá a partir de 2021 los plásticos de un solo uso, por lo que tendremos que decir adiós a las pajitas, vasos, platos, cubiertos y bastoncillos de plástico entre otros. Pero otros países, como Bangladesh o algunos países en África, ya prohibieron hace años el uso de bolsas de plástico por el daño que provocaban en los desagües al quedar atascadas y en la ganadería. Por otro lado, Francia se ha declarado libre de Bisfenol A al prohibir su uso en la fabricación de los plásticos.
Pero el trabajo políticos y gobiernos debe continuar y las medidas deberían incluir restricciones en la cantidad de plástico usado, así como en los componentes que se utilizan para su fabricación, deberían exigir a las industrias más medidas de control y prevención para evitar que haya vertidos accidentales como en el caso de los nurdles, deberían facilitar el reciclaje y crear más plantas de separación de residuos y a la vez se debería fomentar la investigación en técnicas para reciclar todos los tipos de plásticos y crear materiales menos contaminantes y biodegradables.
Pero el ciudadano de a pie también puede frenar la contaminación plástica mediante pequeños gestos. Aquí te dejamos una serie de recomendaciones:
Productos a granel: compra productos a granel, recicla recipientes como tarros de cristal y evita aquellos que estén excesivamente envueltos en plásticos.
Bolsas reutilizables o de tela: a la hora de hacer la compra, lleva bolsas de tela reutilizables y así evitarás la compra de bolsas de plástico. También existen bolsas de tela donde meter las frutas y verduras que nos evitan tener que coger esas pequeñas bolsas de plástico que ofrecen los supermercados. Aquí te contamos más Alternativas para sustituir las bolsas de plástico.
Envoltorios ecológicos: no uses film de plástico para envolver la comida. Actualmente, se han desarrollado alternativas más ecológicas como envoltorios hechos de cera de abeja o envoltorios de silicona que pueden adoptar varias formas y además son reutilizables.
Evita los plásticos de un solo uso: como pajitas, vasos y cubiertos de plástico. Un pequeño gesto como pedir en un bar que no te pongan la bebida con pajita puede ahorrarle toneladas de plástico al planeta cada año.
No compres botellas o táperes de plástico: puedes comprarlos de cristal que son reciclables y además son más saludables, puesto que la temperatura de calentar tu comida hace que el plástico se debilite y libere sus componentes a tu comida y bebida.
Compra ropa de tejidos naturales: como el algodón, el lino o la lana, ya que las fibras textiles sintéticas son uno de los microplásticos más frecuentes en los sistemas naturales.
Recicla y reutiliza: y sobre todo recicla y reutiliza lo que ya no quieras. Puedes donar la ropa que ya no te pongas, los juguetes que ya no usen tus niños o reutilizar los recipientes de plástico como macetas, por ejemplo. Para ello, recuerda las 3R de la ecología: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Finalmente, recuerda que el problema de los plásticos es un problema de todos y como tal, la solución también está en tus manos.
Nuestro planeta necesita que le liberemos de esa carga tan pesada, de ese crecimiento y ese consumo desenfrenado que le está llevando a una agonía a la que todavía podemos ponerle freno. De ahí la obligación de implantar aquí y ahora las seis erres: Reducir, Reutilizar, Reciclar, Reparar, Rechazar y Regalar.
Por: Diana Conciencia Eco
La economía circular que poco a poco va instalándose en la sociedad, está alimentándose de estas mismas acciones para reconstruir y dar vida a una nueva forma de estar en el mundo. Ya no nos vale con el reciclaje únicamente, nos tenemos que involucrar de forma más firme y permanente en intentar salvaguardar nuestro ecosistema que es la Tierra. Eso conlleva una consciencia imprescindible para avanzar y mejorar, y solo se podrá lograr si ese espíritu de capacitación y resistencia frente a las adversidades penetra en nuestras mentes.
Si nuestros recursos son finitos, no podemos vivir como si no lo fueran. Esa capacidad de regeneración de nuestro planeta está llegando a límites extremos, que terminarán siendo insostenibles o insoportables, algo que ya está comenzando a suceder. Por eso, no hay excusa para olvidarse y pensar que nada influye en nuestra vida diaria, si miramos para otro lado, nos cruzamos de brazos y seguimos con nuestra idílica existencia, pronto nos daremos de bruces con una realidad no tan complaciente.
El cambio climático ya ha llamado a nuestra puerta, tenemos que actuar ya si queremos seguir conservando nuestra casa. Cuánto más conocimiento e información tengamos sobre sus consecuencias, más dispuestos estaremos a cambiar nuestros hábitos de reciclaje. ¿Te has parado a pensar en todos lo que consumes y en todo lo que acumulas sin sentido?
REDUCIR
A la hora de adquirir más enseres plantéate si realmente es indispensable tenerlos. Nos han educado en que se es más feliz con más, pero hemos estado equivocados, el bienestar no proviene de lo material, sino de lo inmaterial. Así que reflexiona si necesitas todos esos objetos que inundan tu vivienda. También con lleva evitar la sobreutilización de los recursos disponibles: ahorra en papel de cocina y papel higiénico, por ejemplo, no necesitas medio metro para limpiarte en el baño o usar en la cocina; o no despilfarres los folios en el trabajo o en tu hogar, vuelve a usar esos trozos de papel que tienes sueltos para notas.
REUTILIZAR
Empieza a pensar en dejar de utilizar artículos de un solo uso, asegurándote que en tus celebraciones o fiestas, por ejemplo, no se usen plásticos de «usar y tirar». Es mucho más rentable y mejor para el medio ambiente comprar objetos que duren y sirvan para un largo tiempo. Además, intenta prestar atención de tus acciones cotidianas: desde lavar menos la ropa, a utilizar en la cocina y en la mesa servilletas de tela en vez de de papel, o conseguir un desodorante o un cepillo de dientes o un cosmético que se pueda recargar. ¡Pequeños gestos que con millones de personas en el mundo causan una repercusión enorme!
RECICLAR
Rediseña tu mente e imagina nuevos usos de esos artículos olvidados. Seguramente puedan emplearse de nuevo con una pequeña transformación, investigas la posibilidad de apuntarte a la multitud de talleres que existen para darles otra vida. Y si finalmente, no les sacas ningún provecho, introdúcelos en los contenedores específicos o llévalos a un punto limpio para su correcto reciclaje. Haz presión en tu ciudad o pueblo para que instalen este tipo de lugares, y sobre todo, que se involucren en ir cada vez incluyendo más artículos y materiales.
REPARAR
Parece que se nos había olvidado que se pueden reparar la mayor parte de los objetos que usamos a diario: ropa, zapatos, electrodomésticos, móviles y equipos informáticos, muebles, y un largo etcétera. El problema es que nos hemos acostumbrado a «tirar y comprar» antes que a recapacitar y reflexionar en su daño en el hábitat. Los residuos electrónicos nos invaden y suponen una de las más graves fuentes de contaminación. El último estudio realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones subraya que para el año 2021 los desecho electrónicos excederán los 52 millones de toneladas en el mundo. ¡Reacciona y párale los pies al calentamiento global reparando, no podemos seguir manteniendo una industria que no para de producir! ¿Vamos a acabar con la obsolescencia programada!
RECHAZAR
Aprende a rehusar adquisiciones temporales, para fijarte en aquellas con una prolongación temporal mucho más larga. Así como al uso de plásticos o productos sobre embalados, coches hipercontaminantes, artículos que tengan una impactante huella de carbono, como los que provienen de países muy lejanos, promoviendo el consumo de productos locales y de km 0. El consumo responsable es un arma que puede utilizarse para cambiar la realidad económica y social.
REGALAR
Esta es la más increíble de todas las erres, porque puedes hacer feliz a otra persona sin cargarte el planeta.¡Lo que no ya no quieras, regálalo! Puedes hacer un favor a otro ser sin proponértelo, porque puede ser que no pueda adquirirlo por cuestiones económicas. Se pueden regalar o intercambiar artículos con amigos, familiares o vecinos en tu círculo más próximo. Pero, de cualquier forma, siempre se puede usar Internet o las Redes Sociales para conseguir un nuevo dueño para ellos. ¡No lo dudes!
Las nuevas soluciones que aparecen en las edificaciones cada vez nos sorprenden más, y es que la investigación a este respecto está dando sus frutos. Como los sistemas de impermeabilización bituminosa. Una solución descontaminante fotocatalítica que contribuye a reducir la presencia de partículas de óxido de nitrógeno atmosféricas que emiten los vehículos de combustión y que tanta contaminación generan en las grandes ciudades.
LUCHA CONTRA LAS EMISIONES NOX
Las marcas especialistas en soluciones integrales para las construcciones sostenibles, pretenden luchar contra la contaminación atmosférica y sus efectos en los núcleos urbanos. Pero, más allá de limitar el tráfico o reducir la emisión de gases en la industria, ya es posible tratar este problema a través de los materiales de construcción. De hecho, según datos que se barajan en el sector, una cubierta tipo de 1,000 m2 en la que se incorpore esta solución podría degradar anualmente el NOx emitido por más de 500 vehículos.
Esta lámina de impermeabilización descontaminante absorbe las emisiones NOx –que proceden sobre todo de motores diésel- con ayuda de la luz del sol, para después descomponerlo y eliminarlo con el agua de lluvia. El fotocatalizador de última tecnología que contiene es un agente purificante que se activa por radiación solar, provocando un efecto permanente a lo largo de la vida útil de la impermeabilización.
Asimismo, este tipo de sistemas, diseñados para obra nueva o rehabilitación de edificios industriales y residenciales, posee un acabado blanco, altamente reflectante a la luz solar que disminuye la absorción térmica del edificio y reduce, en definitiva, su demanda energética. Un dato importante, teniendo en cuenta que más de un tercio de las emisiones emitidas a la atmósfera procede de los edificios, sobre todo los más antiguos, que se han convertido en grandes depredadores de energía.
TEJADOS VERDES
Para disminuir los gases de efecto invernadero en la atmósfera hay múltiples remedios, pero uno de los más efectivo y que aporta otras cualidades positivas para la vida en la ciudad, son los tejados verdes.
Ejemplo de ello son las cubiertas ajardinadas, otra solución con efectos descontaminantes y también estéticos que integra vegetación en los edificios y que puede llegar a revalorizar viviendas y hoteles hasta un 12%. En muchas ciudades del mundo sus tejados ya compiten con los jardines.
Estas cubiertas capturan los gases contaminantes y nocivos, estabilizan las condiciones térmicas del edificio, en verano proporcionan frescor y sombra ante la intensa radiación solar, regulan mejor el drenaje y evacuación de aguas pluviales, y también rebajan la cantidad de dióxido de carbono emitida a la atmósfera.
Y es que las cubiertas ajardinadas permiten compensar la falta de zonas verdes en los núcleos urbanos con el impacto positivo que tienen al mejorar la calidad del aire y reducir la contaminación atmosférica, actuando como sumideros de dióxido de carbono, al mismo tiempo que representan una mejora para el edificio en términos de impermeabilización, aislamiento térmico y acústico.
El pasado 8 de junio se celebró el Día Mundial de los Océanos 2019, una ocasión más para llamar la atención de la sociedad hacia el respeto al medio marino y a los seres vivos que lo habitan.
Por: Diana Conciencia Eco
La actividad humana en los mares y océanos ha ido generando a lo largo del último siglo un panorama desolador por la sobreexplotación de los recursos naturales y por la contaminación que ha producido, tanto por la extracción de crudo y gas, como por el uso del agua como lugar de transporte de mercancías y personas, además de los vertidos industriales y residuos urbanos que llegan desde los ríos hasta el océano.
1. INFOGRAFÍA
DESAPARICIÓN DE LA VIDA EN EL MAR
Esta acción ha repercutido en los propios ecosistemas marinos que han sido dañados, en algunos casos de forma irrecuperable. Ese antropocentrismo en el planeta ha condicionado que las temperaturas se elevan, causando ese calentamiento global que está haciendo cambiar muchos patrones de vida en algunas especies, tanto animales como vegetales.
Los corales, es un ejemplo muy claro, gracias a que suelen permanecer estáticos los científicos han podido constatar su desaparición, y en algunos casos, su desnutrición, dando como resultado un blanqueamiento de su estructura.
En otras especies es más difícil observar su evolución, al estar en constante movimiento. La pesca de arrastre es otro de los motivos, junto con la polución, de esa aniquilación. Los grandes buques pesqueros cada vez son más sofisticados y más potentes, y, por ende, más destructivos con la fauna marina y otros organismos.
Según uno de los últimos estudios realizados en el año 2014 por la Global Ocean Commission, las estimaciones del área dañada por la pesca de arrastre en aguas profundas supera los 25 millones de hectáreas (seguramente habrá ya aumentado más).
2. INFOGRAFÍA
Uno de los cambios fundamentales que la población tendría que plantearse es el de consumir pescado sostenible, y reducir su consumo para que nuestros océanos se puedan regenerar y proporcionar ese alimento a otros peces que no pueden consumir otra comida. Nosotros tenemos en nuestra mano poder ingerir una gran variedad de alimentos, pero en muchas especies marinas su único sustento son otros peces que están desapareciendo.
El hecho de que nos estamos quedando con un mar sin peces, es preocupante a unos niveles alarmantes. En menos de un siglo hemos acabado con casi toda la vida que alberga el océano, y eso va a repercutir en la nuestra. Si necesitas comer pescado opta por aquel que lleve certificado de pesca sostenible, o aquel que sepas que ha sido capturado por las artes de pesca tradicionales. De esta manera, el impacto medioambiental no es traumático, porque se respeta el desarrollo de las especies y su ciclo vital, así como el hábitat en el que nacen, crecen y se desarrollan; no como suele ocurrir con la pesca ilegal.
3. INFOGRAFÍA
OCÉANOS DE PLÁSTICO
El plástico se ha convertido con el paso del tiempo en la especie creada por el hombre más fácil de encontrar en el océano. La mayor parte de las especies marinas ya tienen plástico en sus estómagos, algunas en grandes proporciones, lo que les causa la muerte. El plástico al degradarse por distintos fenómenos es confundido en muchas ocasiones con otros animales, y por ello, termina en los cuerpos de peces o aves marinas.
Aunque lo más preocupante es esa sopa de plástico de micropartículas que flota por todos los mares y que la mayoría de los seres vivos que habitan las aguas marinas engullen. Debido a la cadena trófica, los humanos ya poseemos en mayor o menor proporción plástico en nuestro cuerpo. Una sustancia que puede causar multitud de enfermedades, y que se acumula en los tejidos del organismo, con casi nulas posibilidades de desaparecer.
4. INFOGRAFÍA
ESPECIES PESQUERAS EN PELIGRO DE DESAPARECER
Según la Lista Roja de Greenpeace, hay varias especies de peces que habitualmente se pescan, y que se encuentran en vías de desaparecer:
Atún: Atún del Sur {Thunnus maccoyii}, Atún patudo {Thunnus obesus}, Atún rabil {Thunnus albacares}, Atún rojo {Thunnus thynnus} y Bonito del Norte {Thunnus alalunga}.
Mantas y rayas: {Dipturus laevis} (EN), {Leucoraja malitensis} (CR), Noriega {Dipturus batis} (CR), Raya a lunares {Atlantoraja castelnaui} (EN) y Raya picuda {Rostroraja alba} (EN)
Merluzas: Merluccius hubbsi {Merluccius hubbsi}, Merluza austral {Merluccius australis}, Merluza de altura o del Cabo {Merluccius paradoxus}, Merluza del Cabo{Merluccius capensis} y Merluza europea {Merluccius merluccius}.
Pez Espada.
Platija.
Rape: Rape americano {Lophius americanus}, Rape blanco {Lophius piscatorius} y Rape negro {Lophius budegassa}.
Cambiar la forma de pensar acerca de los productos desechables que utilizamos en nuestra vida cotidiana, puede ayudarnos a tomar mejores decisiones como consumidores.
Por: Nancy Monroy
Descubre lo fácil que es reemplazar estos objetos dañinos para nuestro planeta por opciones ecológicas más amigables.
Proteger el medio ambiente es más sencillo de lo que parece.
¿Cómo podemos mejorar la calidad del aire en México?
El aire que respiramos todos los días está conformado
principalmente por nitrógeno y oxígeno, y en pequeñas porciones por vapor de
agua y dióxido de carbono. Sin embargo, diversas actividades humanas como el
uso masivo del transporte viejo e ineficiente ocasionan la emisión a la
atmósfera de gases, polvos, humos y especialmente partículas que alteran su
composición y que además tienen serios impactos en el ambiente y en la salud de
las personas, de los animales e incluso de la vegetación.
Norte del Valle de México tiene
mala calidad de aire
GRADYS (Grupo de Administración y Sistemas S.A. de C.V.), una empresa familiar creada hace más de10 años, distribuye y aplica en la Ciudad de México y otros estados de la República Mexicana el producto ecológico Airlite.
Airlite es
un recubrimiento ecológico foto-catalítico, es decir se activa con la luz
natural o artificial, que libera el oxígeno del aire contaminado, purificándolo,
reduciendo los contaminantes en el aire hasta en un 88.8%
La
combinación de Airlite con la luz crea radicales libres (sustancia química
reactiva que libera oxígeno de contaminantes), convirtiéndolos en sales inertes
(moléculas simples).
Al hacer
esto, el recubrimiento afecta el aire que está cerca, limpiando un área que se
puede comparar al efecto que tienen los árboles al producir oxígeno. Airlite
aplicado en una superficie cubriendo 100 metros cuadrados, equivale a la
eliminación producida por 18 coches, el efecto equivalente a 100 metros
cuadrados de bosque.
Queremos
prevenir la mala calidad de aire en nuestra ciudad pese a factores reales que
contribuyen a esta.
Airlite
tiene certificaciones internacionales que avalan los beneficios que este
recubrimiento ofrece para ti y el medio ambiente.
Descarga nuestro folleto informativo en www.gradys-airlite.com e infórmate sobre nuestros diferentes productos (para exteriores e interiores).
Airlite: Recubrimiento foto-catalítico multitecnológico Dirección: Atenas 56 Tercer Piso, Colonia Juárez, CP 06600 Ciudad de México Teléfono de contacto: 5550-5989 / 55-8184-4852 Contacto: [email protected] Página de Internet: https://gradys-airlite.com/
Los científicos no están seguros de por qué los niveles de metano están aumentando, un elemento que amenaza con hacer inútiles todos los esfuerzos por evitar un cambio climático catastrófico.
Si el mundo estuviera en camino de cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de menos de 2 grados centígrados de calentamiento global, los niveles de metano en la atmósfera en teoría estarían bajando. En cambio, han estado aumentando desde 2007, y se han disparado aún más rápido desde 2014. Una perspectiva publicada en la revista Science analiza las posibles causas y consecuencias del metano fuera de control de nuestro planeta.
El metano se descompone en la atmósfera más rápido que el dióxido de carbono, pero es un gas de efecto invernadero mucho más poderoso. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., una molécula de metano causará entre 28 y 36 veces más calentamiento que una molécula de dióxido de carbono durante un período de 100 años. Los datos recientes muestran que las concentraciones de metano en la atmósfera han aumentado de aproximadamente 1.775 partes por mil millones en 2006 a 1.850 partes en 2017.
Los objetivos de emisiones en el Acuerdo de París se basaron en gran medida en datos de la década de 1990 y principios de la década de 2000, cuando los niveles de metano fueron más planos, dijo Sara Mikaloff Fletcher, científica del clima del Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda en Wellington y primera autora del nuevo artículo.
El único escenario de emisiones que logra los objetivos del Acuerdo de París en los modelos climáticos supone que los niveles de metano han estado disminuyendo desde 2010, cuando en realidad han estado aumentando desde 2007, dijo. Puede haber otras formas de mantener el cambio climático bajo 2 grados centígrados, pero implicarían compensar el aumento de metano con recortes más drásticos a otros gases de efecto invernadero, informa Inside Science.
Si el mundo estuviera en camino de cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de menos de 2 grados centígrados de calentamiento global, los niveles de metano en la atmósfera en teoría estarían bajando.
Los científicos no están seguros de por qué los niveles de metano están aumentando. Un estudio de 2017 atribuye aproximadamente la mitad del aumento a las vacas y otros animales rumiantes, que escupen metano cuando digieren los alimentos. Otro factor que podría contribuir es que la gente está liberando más emisiones de combustibles fósiles mientras quema menos madera y otra biomasa.
En la visión de Mikaloff Fletcher, las posibilidades más alarmantes son aquellas sobre las que tenemos poco control. El aumento de las temperaturas podría provocar que los humedales liberen más metano, y los cambios en la química atmosférica podrían reducir la velocidad a la que se descompone el metano.
Una nueva ola que abraza la frugalidad, la simplicidad voluntaria o el minimalismo como conducta y estética vital parece haber resurgido recientemente.
Por: Crónica Ambiental
“Simplifica, simplifica, simplifica”, escribía extasiado Henry D. Thoreau en Walden o la vida en los bosques (publicado en 1854), texto fundamental de la vida sencilla que relata como el filósofo se retiró un par de años a la contemplación de la naturaleza.
Si bien muchos seguidores de una existencia más sustentable consideran su premisa desde hace tiempo, una nueva ola que abraza la frugalidad, la simplicidad voluntaria o el minimalismo como conducta y estética vital parece haber resurgido recientemente.
Ahora hay deportistas minimalistas (los barefoot runners que correr descalzos o con un calzado muy sencillo alejado de los tenis ultratecnológicos); chef minimalistas que proponen armar platos con dos, tres y hasta cinco ingredientes para que los menús saludables no sean complicados (como Jules Clancy en thestonesoup.com); diseñadores de moda que sugieren regalar todas las prendas del closet y sólo quedarse con 33 piezas combinables (theproject333.com, y diseñadores de muebles e interiores que llevan al extremo el arte de hacer cada pieza expandible, multifuncional y transformable. Uno de ellos es Graham Hill, el joven arquitecto y diseñador artífice del reconocido sitio sobre sustentabilidad treehugger.com y también de lifeedited.org, página que plantea vivir en espacios pequeños pero distribuidos con vanguardia e inteligencia superfuncional.
En una charla reciente, Hill llama la atención acerca de los momentos que las personas solemos recordar como los más felices, la alegría, la libertad y el tiempo que traen los eventos en los que estamos rodeados de menos cosas materiales y posesiones: las aventuras en campamentos, las habitaciones de la universidad o los cuartos de hotel en vacaciones. “Hay que editar sin piedad, limpiar las arterias de nuestras vidas”, expresa.
Otro movimiento que comienza a destacarse en Estados Unidos, Canadá y Europa son las tiny houses, pequeñas viviendas móviles y económicas —tipo cabañas— que apenas cuentan con lo esencial para habitarlas; pueden montarse en jardines y campos abiertos (parecidas a la que construyó Thoreau en el bosque, por cierto). Algunas de estas propuestas arquitectónicas (y de vida) se muestran en el documental sueco Microtopía (Jesper Wachtmeister, 2013), disponible para renta en vimeo.com.
La conexión de la frugalidad con sus beneficios ambientales no necesita demasiada explicación. Es lógica la relación de usar y comprar menos cosas con una menor huella contaminante. El ahorro es claro si se necesitan menos recursos (de espacio y energéticos) para fabricar, mantener, limpiar y luego desechar diversos tipos de objetos.
Los seguidores de esta tendencia, aunque suelen abrazar causas ecologistas, lo hacen sobre todo por razones de tiempo y bienestar. Una encuesta de 2011 hecha por investigadores del Simplicity Institute (organización sin fines de lucro en Australia que difunde alternativas para una sociedad consumista en exceso), indicó que 87% de las personas que eligieron vivir con menos dijo ser más feliz por el hecho de reducir sus compromisos laborales, deudas y posesiones. Los entrevistados aseguraron que tomaron esas decisiones para pasar más tiempo con familia y amigos, ser voluntarios y perseguir metas creativas personales.
La Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual, productora de Boing, decidió cambiar su empaque y decirle adiós a los popotes.
Por: Crónica Ambiental
La Sociedad Cooperativa de Trabajadores de Pascual pone el ejemplo a la industria de bebidas mexicanas, y prevé en un año tener nuevos empaques para limitar el consumo de plástico y eliminar por completo los popotes, que están adheridos a algunos de sus productos.
Pascual, conocida por producir los jugos Boing y el refresco Lulú, anunció ayer que dejará de usar popotes y cambiará el diseño de sus empaques para evitar, en lo posible, el uso de plástico.
Para lograrlo, están evaluando alternativas, Salvador Torres Cisneros, presidente de la cooperativa, dijo en conferencia de prensa, que los nuevos diseños de los productos de medio y un litro ya tienen taparrosca, pero falta perfeccionar los envases pequeños, con un contenido para consumo individual.
Esta compañía es, desde su organización como cooperativa, establecida en 1985 (estructura elegida después de una huelga de trabajadores en 1982), una especie con representación pequeña entre el empresariado mexicano, existen otros ejemplos en la pesca y la agricultura, así como la cementera Cruz Azul. Pascual fue fundada, como sociedad anónima, en la década de los 30 por Rafael Víctor Jiménez Zamudio y comenzó con la venta de paletas congeladas, agua embotellada y, posteriormente, refrescos. En los años 60, creó la marca Boing de jugos frutales, y desde aquel entonces hubo guiños a la modernidad, pues se acercó a la empresa sueca Tetra Pak, para obtener en exclusiva su envasado en cartón.
El medio ambiente es una preocupación de Pascual, por eso creó el programa Mexico, limpio y querido, con el objetivo de aportar a la conservación del patrimonio natural del país. En 2018, sus acciones incluyen programas de reciclaje, reforestación y siembra de árboles frutales en los estados de Morelos, México y Guerrero, campañas de conciencia ambiental sobre la contaminación del agua, su cuidado y aprovechamiento responsable, que se difundirá en varios parques acuáticos; así como acciones de limpieza de 5 playas en Acapulco, durante este verano.
Con la iniciativa presentada ayer, Pascual se une al movimiento por erradicar los popotes del mercado, que desde hace años ha ido ganando fuerza dentro y fuera de México. Los plásticos de un uso, como mencionó la ONU el pasado 5 de junio en el Día Mundial del Medio Ambiente, son causantes de un gran porcentaje de la contaminación del planeta, y es urgente dejar de producirlos y consumirlos. Si seguimos a este paso, en el “2050 habrá alrededor de 12.000 millones de toneladas de basura plástica en los vertederos y espacios naturales”, según su informe El estado de los plásticos.