ESCRITURA CON MUCHA VIDA

Escritura con mucha vida

Lápizdavida alarga el uso de los lapiceros con semillas listas para ser plantadas

Cuando uno se empeña en sacar adelante su proyecto, no basta con que sea una buena idea, hace falta valor y mucho empeño para ponerla en marcha. Es el caso de Herminio Caro, el creador de Lapizdavida, la persona que ha alargado la vida de un instrumento de escritura tan común y entrañable como el lapicero, para convertirlo en un objeto que a la vez porta semillas.

El lápiz, la herramienta que nos ha ayudado siempre a expresarnos de una u otra manera, que ha estado permanentemente en nuestras vidas, ha adquirido otro uso más allá de la simple misión de escribir gracias a la feliz ocurrencia de Herminio. La conexión con la naturaleza, el estar trabajando con las viñas encauzó la idea y apareció el concepto: agregar al final de los lápices una cápsula portadora de semillas. Una vez que el lápiz ha dejado de ser útil, se planta en la tierra y en semanas aparecerá una planta gracias a sus semillas certificadas eco.

Algo tan sencillo y educativo ha requerido de un proceso en el que el resultado es un producto biodegradable y ecológico y que se fabrica en Madrid gracias a un pequeño equipo de 4 personas. El contenedor de semillas se disuelve en la tierra y aporta los primeros nutrientes para dar impulso a las semillas. Lapizdavida se convierte en un “gadget” ideal para iniciarse o tener tu pequeño huerto urbano en la repisa de tu ventana o en tu balcón.

Los lápices se presentan tres grandes familias de semillas, huerto (tomate, pimiento y lechuga), aromáticas (albahaca, menta y perejil) y flor (pensamientos, tajetes y siempreviva)….

Fuente: http://www.elmundoecologico.es/lapizdavida-lapiz-con-semillas/

5 CURIOSAS MANERAS DE CREAR ENERGÍA ECOLÓGICA

5 CURIOSAS MANERAS DE CREAR ENERGÍA ECOLÓGICA


Cuando se trata de imaginar, los inventos ecológicos suelen llevarse las palmas. No siempre, lógicamente, pero cuando lo hacen llaman poderosamente la atención. Además, tienen el plus de ser una apuesta con un mucho de utopía y otro tanto de realidad.

Y es que, bien pensado, por una parte tienen ese algo mágico que encandila o simplemente nos deja estupefactos. Sea como fuere, de un modo u otro impactan a nivel mediático. La viralidad está asegurada con inventos que parecen sacados de la chistera de un mago, al tiempo que buscan resolver de forma sostenible una necesidad tan básica y cotidiana como la generación de electricidad.

Árboles artificiales que producen energía, baldosas que lo hacen cuando se caminan sobre ellas, ideas tan raras como atrayentes que buscan ese difícil equilibrio entre el respeto ambiental y eficiencia. ¿Cómo no iban a sorprender inventos como éstos? Lo raro sería lo contrario.

En este post te contamos un poquito más sobre éstas y otras locas ideas que, por qué no, con el tiempo podrían resultar revolucionarias. Bien perfeccionándose o encontrando su momento para empezar a prosperar, todas ellas son propuestas que, aunque no lo parezca, van muy en serio.

  1. Pequeños bosques de árboles iluminados

No es tan difícil imaginar que en un futuro los árboles artificiales llenen nuestras calles para producir energía al tiempo que sirvan por las noches para solucionar el problema de la iluminación urbana.

Los primeros pasos ya los han dado desde distintos centros de investigación, como el Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad Estatal de Ohio. En concreto, han sido estos últimos los que han publicado en el Journal of Sound and Vibration (volumen 363) su curioso proyecto, basado en la captura de la energía cinética que se pierde en las ciudades.

Unos dispositivos con forma de árboles absorben parte de esas vibraciones procedentes de edificios o del tráfico rodado, por ejemplo, para capturarlo a través de un material electromecánico denominado polifluoruro de vinilideno. Es así como las estructuras con forma de árbol pueden producir una débil cantidad de electricidad, pero suficiente como para iluminar las calles. Su invento es interesante, según sus creadores, para ubicar allí donde las instalaciones solares o eólicas no sean posibles.

  1. Baldosas que generan electricidad

Una empresa llamada Veranu, ubicada en Cerdeña, Italia, ha creado una baldosa que pide a gritos que la pisen. Su razón de ser es precisamente esa, traducir las pisadas en electricidad.

Su punto fuerte es la flexibilidad y delgadez, además de estar fabricado con material reciclable gracias a una materia prima sostenible basada en plásticos renovables.

Eso sí, se necesita una buena afluencia para poder obtener una cantidad de energía que realmente valga la pena. Por esta razón, desde Veranu no dejan de dar ideas, apuntando lo interesante que sería poder instalar su Smart Energy Floor en lugares como el Centro Rockefeller de Nueva York o, por ejemplo, la pirámide del Louvre, en París.

  1. Producir energía a partir de quesos

La siguiente manera de obtener energía renovable va de quesos. Es la leche, podríamos decir para valorarlo de forma simpática, y no nos faltaría razón, porque una asociación de productores de queso francesa, la Coopérativa laitière de Beaufortain obtiene energía a partir de su producto, un queso local conocido con el nombre de Beaufort.

Se trata de una denominación de origen que tiene una peculiaridad única en el mundo: se utilizan las bacterias que se producen en un proceso de metanización con el fin de producir energía.

El modelo productivo cuenta desde 2015 con una unidad de metanización instalada en la ciudad de Albertville que lo hace posible. Ha sido instalada por la empresa Valvio, especializada en la producción de biogás a partir de productos lácteos. El resultado, convierten el lactosérum (líquido que proviene de la coagulación de la leche) en su fuente de energía.

  1. Energía procedente del espacio

En este proyecto que pretende extraer energía solar gracias a una gran central solar ubicada en el espacio todo es a lo grande. Si el planteamiento de por sí ya resulta fascinante, a la par que imposible, la productividad que se espera de tal invento también es tremenda.

La iniciativa está todavía en mantillas, pero promete. Estamos hablando de un proyecto conjunto entre Caltech (Institut de technologie de Californie) y Northrop Grumman, un grupo dedicado a actividades espaciales y de defensa.

Bautizado con el nombre de Space Solar Power Initiative (SSPI), busca fabricar una inmensa estructura espacial capaz de abastecer con energía solar a todo el planeta. Para ello, sería necesaria la estructura espacial más grande jamás construida. El desafío, por lo tanto, está primero en crear la tecnología capaz de hacerla viable.

  1. Agujeros negros como fuente de energía

Energía verde procedente de agujeros negros. No, no es un juego de palabras ni una idea sin fundamentación científica. Es una idea del célebre físico Stephpen Hawking y tiene su miga.

De acuerdo con Hawking, un mini agujero sería suficiente para que la Tierra tuviera energía más que de sobra, pero sería peligroso. Hasta tal punto que significaría el fin del mundo. Eso, si no supiéramos aprovecharlos, pero hacerlo no es un imposible, al menos en teoría.

La energía que emiten los mini agujeros negros es brutal, sostiene el científico. “Un agujero negro de tamaño de una montaña emitiría rayos X y rayos gamma a una velocidad de unos 10 millones de megavatios, suficiente para alimentar de electricidad a todo el mundo”, afirma.

A su vez, sin cerrar del todo la puerta, advierte de lo peregrina de la idea. “No sería fácil aprovecharlo. No se le podría retener en el interior de una planta de energía, ya que se saldría de ella y terminaría en el centro de la Tierra”, concluye.

Fuente:  http://www.ecologiaverde.com/5-curiosas-maneras-crear-energia-ecologica/#more-17794

MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN ECO-FRIENDLY

MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN ECO-FRIENDLY

A nivel mundial los edificios son responsables del 40% del consumo anual de energía y hasta un 30% de todos los gases de efecto invernadero.  El sector de la construcción, sólo en la generación de hormigón genera cerca de 15 millones de toneladas de dióxido de carbono.

 

En relación con lo anterior, según el informe realizado por la UNEP, “Edificios y cambio climático“, la explotación de los edificios generan el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, debido al consumo de energía derivada del uso de la calefacción, refrigeración, iluminación, consumo de aparatos eléctricos, etc.

En conjunto el sector de la construcción es responsable de un tercio del consumo de recursos de la humanidad, incluyendo el 12% del consumo total de agua dulce y produce hasta un 40% de nuestros residuos sólidos.

Con la creciente y rápida urbanización en los países más poblados del mundo, la construcción sostenible es esencial para lograr el desarrollo sostenible.

Si la naturaleza ha tardado 3.8 millones de años para desarrollar los mejores diseños eficientes para diversos ecosistemas, ¿por qué no copiarlos?

IMITANDO A LA MADRE NATURALEZA

Los animales y las plantas saben muy bien cómo gestionar su energía porque lo hacen de manera natural, por eso es importante que aprendamos de ellos.

La Biomímesis, también conocida como biomimética o biomimetismo, es la ciencia que estudia a la naturaleza como fuente de inspiración de nuevas tecnologías innovadoras.

Por qué no pueden nuestros edificios obtener toda su energía del sol y el agua del cielo y a la vez servir de hábitat para las aves y los animales y una vez finalizado su ciclo de vida útil, poder reciclar sus materiales para abastecer los futuros edificios.

CONSTRUCCIÓN ECO-FRIENDLY

Gracias a la innovación tecnológica, empresas y startups están creando nuevos materiales y soluciones amigables con la naturaleza.

La empresa cementera LafargeHolcim ha creado un nuevo material de construcción que limina la contaminación del tráfico hasta en un 60%. Este material es capaz de neutralizar los contaminantes del aire como los NOx, por el simple contacto del aire con la superficie cementosa tratada.

La empresa bioMason pretende revolucionar el mundo de la construcción mediante la presentación del primer ladrillo de cemento biológico creado mediante bacterias.

Fuente:  http://www.concienciaeco.com/2016/08/11/materiales-construccion-eco-friendly/

BAMBÚ: EXÓTICO, SALUDABLE, ECONÓMICO Y ECOLÓGICO

Bambú: exótico, saludable, económico y ecológico

¿Te has planteado alguna vez usar el bambú para reformar y decorar tu casa? Seguro que más de una vez has oído a algún conocido decir aquello de: “me encantaría tener un parquet natural macizo pero es demasiado caro…”o “no me gustan las maderas tropicales porque la traen de bosques protegidos…” Pues ambas opiniones son falsas: podemos tener un parquet macizo de bambú a buen precio y no tener remordimientos ecológicos, dado que el bambú crece fácilmente en cualquier entorno.

En este artículo te contamos las claves de la madera de bambú: sus características, acabados, aplicaciones y el por qué está considerada una madera ecológica.

¿Dónde y cómo crece el bambú?

El bambú es una herbácea, lo que significa que cada año brota de nuevo, incluso si se tala. El bambú crece en varios puntos del planeta, pero sus mayores extensiones se encuentran en Asia y concretamente, en China.

Tan resistente como el metal

El bambú tiene una característica que lo hace casi único: su composición fibrada le da una resistencia comparable al metal y una dureza mayor que el roble o el iroko. En China se han construido puentes enteros con bambú. Por esta razón, el bambú puede ser utilizado en cualquier tipo de elemento: suelos, puertas, ventanas, muebles. Incluso en exteriores.

Tipos de acabados

La madera de bambú se fabrica, principalmente, con 4 acabados diferentes:

Vertical natural: el color natural es pálido, un color cercano al pino español, aunque más suave. El acabado vertical, se refiere a la orientación del nudo de la madera.

Vertical tostado: el proceso de tostado le confiere a la madera un color más exótico, que puede incluso llegar a adquirir la tonalidad caoba.

Horizontal natural: el nudo se dispone en horizontal y el acabado del color es natural.

Horizontal tostado: nudo en disposición horizontal y madera tostada.

Fuente: www.elmueble.com/ideas/decoterapia/bambu-exotico-saludable-economico-y-ecologico_158

GIGANTESCOS LIBROS DE HIELO

Gigantescos libros de hielo llenos de semillas para repoblar las riberas

La artista Basia Irland es la culpable de este fantástico proyecto artístico y aleccionador, alimento para el alma y para la conciencia sobre problemas globales como la escasez del agua potable, la polución, el cambio climático y el deterioro de los ecosistemas.

Su ingeniosa manera de alertar sobre ello es mediante proyectos creativos que suelen convertirse en virales. Uno de los más conocidos consiste en realizar esculturas en forma de libro, grandes bloques de agua de río congelada que, además de buscar concienciar sobre el calentamiento global al derretirse, guardan un secreto lleno de vida.

Llenar las orillas de plantas

Ese secreto son las miles de semillas que la artista encierra en el libro, toda una lección para un mundo que aniquila los entornos naturales y una oportunidad de regeneración para las riberas, ya que su función no es otra que ayudar a repoblarlas con la vida vegetal cuando el libro se derrite en pleno cauce y va liberando las semillas.

En efecto, además de alertar sobre el deshielo provocado por el cambio climático, se centra en la importancia de los ríos y en su biodiversidad única. Desde el año 2007 comenzó este proyecto sumergiendo sus libros en los ríos para llenarlos de semillas de plantas autóctonas que selecciona en cada uno de los ecosistemas.

Llenar sus orillas de plantas es su manera de conectar a la gente con la naturaleza, en especial a los ríos. Pero no se queda ahí, también convoca a las comunidades cercanas a los ríos a la suelta de sus libros de hielo, todo un acontecimiento, invitándolos a participar en la siembra de semillas en las cuencas de los ríos.

Fuente: http://www.ecologiaverde.com/gigantescos-libros-de-hielo-llenos-de-semillas-para-repoblar-las-riberas/

UN BANCO PARA EL APOCALIPSIS

Un banco para el Apocalipsis

POR LUCÍA BURBANO / LONDRES, REINO UNIDO

A dos horas de Londres, en el corazón de Wakehurst Place –un área protegida con el calificativo de Extraordinaria Belleza Natural– hay un edificio donde se resguardan millones de semillas de las plantas y árboles que nos alimentan, sanan o embellecen. Es el Millennium Seed Bank (MSB) o Banco de Semillas del Milenio, el centro más importante del mundo en el ámbito de la conservación.

No hay que esperar hasta el apocalipsis para comprobar la función trascendental que cumple el banco de semillas de Royal Botanic Gardens, Kew, gracias al cual ya se han reintroducido varios especímenes a su hábitat natural. Es el caso de una planta autóctona de Sudáfrica, Cylindrophyllum hallii, de la cual apenas quedaban unas doscientas en 2002 debido a la degradación de su entorno, que lograron propagar con éxito.

Seleccionar qué semillas se preservan no es una elección aleatoria, es consecuencia de una serie de criterios establecidos de antemano que priorizan las especies que son endémicas, extremadamente útiles o que se encuentren en riesgo de extinción.

En la actualidad, Kew tiene 80 000 colecciones de semillas conservadas a -20 ºC, los cuales representan más de 37 600 especies. Cada colección contiene aproximadamente 20 000, ya que se recolecta una muestra de 1 000 semillas por cada especie para lograr la máxima diversidad genética. Este año, celebra el décimo aniversario de la llegada al banco de la semilla un billón –una clase de bambú que procede de África– almacenada desde 2007. Su objetivo para 2020 es custodiar el 25 % de las especies conocidas por el ser humano.

El MSB es el proyecto estrella de Kew, que tras comenzar a recopilar semillas de forma mucho más modesta en 1974, inaugura en el año 2000 este espacio de 5 500 m2 diseñado por Stanton Williams y galardonado con importantes premios arquitectónicos. Su forma de bóveda de cañón se integra a la perfección en la naturaleza que lo rodea, que en primavera es exuberante en colores y aromas.

Michael Way, coordinador de Alianzas en el Ámbito de Conservación para las Américas, forma parte del equipo de cincuenta personas que trabajan en el MSB. Es además el guía que nos descubre los entresijos de esta arca de Noé contemporánea y quien nos platica sobre la labor que Kew lleva a cabo con la colaboración de sus socios internacionales.

DEL CAMPO AL BANCO

El Crop Wild Relative Project (Proyecto de Parientes Silvestres de Cultivos) es el manual que viaja con los equipos encargados de recoger muestras de todo el mundo. Es el documento donde se establecen los criterios, prioridades y objetivos, y donde se anotan las zonas de recolección o la temporada de floración de las diferentes especies que salen a buscar.

La recolección se realiza manualmente, sin embargo la forma depende de las características de cada semilla. Por ejemplo, algunas se dispersan con el viento y requieren técnicas específicas. Pero en general, se obtienen con métodos bastante tradicionales, como sacudir los árboles o estirando el tronco con una cuerda. En el caso de los herbáceos, pueden recolectarse de la misma forma que la fruta, en barreños. “Somos gente práctica”, define Way, quien explica que recoger muestras de los cientos de árboles y plantas que luego regresan a Inglaterra implica caminar una media de cinco kilómetros diarios.

A su llegada al banco, se guardan durante casi dos meses en una sala denominada Habitación seca, donde permanecen clasificadas en sacos o bolsas de papel –habitualmente los mismos recipientes empleados en su colecta– con los siguientes datos escritos a mano: nombre de la persona que las recolectó, de qué semilla se trata, el lugar, y por último la fecha. Way muestra un ejemplo de México donde puede leerse, escrito en bolígrafo negro, “RAE-131 (el código de Ricardo, miembro del equipo), Cedrela odorata (de la familia del cedro), Paso de Ovejas, Veracruz, 20/04/2016”.

El objetivo de esta sala –ambientada con un equipo de aire acondicionado colocado encima de la puerta– es que la humedad relativa de las muestras baje hasta 15 % y frenar su envejecimiento. Las semillas que acaban de llegar se sitúan al final de la sala, donde reciben un mayor flujo de corriente. A medida que van secándose, se trasladan a posiciones más cercanas a la puerta.

El siguiente paso es limpiarlas en el laboratorio, un espacio que, por cierto, satisface la curiosidad de los visitantes al centro, ya que puede observarse, a través de un vidrio, como trabajan los científicos. Una pequeña parte de las instalaciones está abierta al público, ahí se realizan, además, exposiciones relacionadas con la naturaleza y la conservación.

“Primero debemos entender la semilla”, dice Way. Esto significa abrirla para observar su contenido en los microscopios binoculares y confirmar, primero, que se trata de la semilla correcta y, segundo, para averiguar si tiene embrión y almacenamiento de tejidos.

Después, se separa el fruto del cascarón en un filtro de tela metálica de diferentes medidas milimétricas. Una vez obtenido, se coloca en un contenedor que gracias a un sistema de aspiración acaba por dividir las partes vacías y las llenas. El porcentaje de la parte llena se verifica después con el microscopio. “Si el contenido se halla, por ejemplo, al 50 %, necesitaríamos cuarenta semillas para que crezcan veinte plantas”, explica Way.

Una vez listas, pasan al congelador, que permite conservarlas durante la increíble cifra de 500 años. Programado a una temperatura de -20 ºC, se encuentra soterrado bajo concreto reforzado. Las semillas se organizan en subsalas aisladas por páneles, pero como Kew está realizando obras para ampliar su capacidad, el congelador no formó parte, desafortunadamente, del itinerario. Way lo describe afirmando que su interior equivale al espacio que ocuparían veinticinco autobuses de dos plantas. Para tener una idea, los icónicos camiones de color rojo de Londres miden unos 15 metros de longitud y 4.38 metros de altura.

Al preguntar si esta temperatura garantiza por igual la preservación de todas las especies, Way responde que acomodar cada una bajo unos parámetros individuales es prácticamente imposible, por ello trabajan con categorías genéricas de cada especie. Aun así, existe una sala pequeña donde las especies más complicadas encuentran acomodo.

“Las orquídeas, por ejemplo, son un grupo que no sobrevive más de diez años a esta temperatura”, explica el científico. La solución es depositarlas en contenedores de nitrógeno líquido, que se encuentran a una temperatura de -196 ºC. No hacen lo mismo con todas las especies porque los retos de salud y seguridad son mayores, y por las características específicas del empaque empleado para resistir estas temperaturas.

El ciclo no termina aquí. “Hay que testear la viabilidad de las semillas”, continúa Way. Para ello, extraen del congelador un muestra de cincuenta semillas y la colocan a temperatura ambiente. Después, siguiendo las instrucciones de la base de datos World Clim (Climas del Mundo), las introducen en diferentes incubadoras que reproducen las condiciones autóctonas y favorecen la germinación.

“Contamos con 35 ambientes diferentes y cada incubadora puede programarse para combinar diferentes temperaturas y una mayor o menor cantidad de luz”, explica Way. Muestra un ejemplo en el cual los parámetros están fijados para reproducir condiciones típicas de un clima subtropical; doce horas de luz a 25 ºC y doce de oscuridad a 10 ºC. Las semillas se colocan en “agar”, un extracto de alga con gran cantidad de agua, la cual crea una gelatina que facilita la germinación. Una vez por semana, comprueban cuales han germinado y cuáles no. Pasados dos meses, se descartan aquellas que no lo han hecho.

TESORO MEXICANO

“México es de los primeros países con el que establecimos un acuerdo de colaboración, hace veinte años”, comenta Way. El país es interesante para Kew por “su biodiversidad, variados ecosistemas, flora y microclimas, que lo convierten en un lugar muy interesante”, agrega el científico.

Michael Way es responsable de los proyectos de conservación de semillas que se llevan a cabo en el país, y su trabajo incluye gestionar los esfuerzos técnicos que permiten identificar cuáles son los lugares donde hay que recolectar. Kew custodia la mitad de lo que se recolecta en México y la otra mitad se conserva en el banco de semillas de sus socios de FESI-UNAM. Entre ambos acumulan en la actualidad un 7 % de la flora mexicana.

Tres son las líneas de actuación que se llevan a cabo gracias esta colaboración, supervisada por la Comisión Nacional para la Biodiversidad (Conabio) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales  (Semarnat). La primera es un proyecto de recolección y conservación de semillas en Baja California; la segunda un estudio del uso tradicional de plantas útiles; y la tercera es un programa de recolección de semillas de árboles.

En uno de los invernaderos situado en las instalaciones, Way señala una especie útil mexicana, una Candelilla, de la que obtiene la cera. “Es la planta natural más importante de toda la región desértica de Chihuahua”, la define el científico. Se exporta a EU para ser empleada en el sector de la alimentación y en productos como el pintalabios.

Kew trabaja en 24 de los 32 estados mexicanos, y junto con sus socios ya ha identificado más de 3 000 especies de árboles. La siguiente tarea, adelanta Way, es seleccionar las 100 semillas que cumplen los criterios establecidos para ser trasladadas y preservadas en su banco.

“Tenemos muchas metas en México”, comparte. Entre ellas, recolectar alrededor del 20 % de la flora. “Si cada año conservamos un 0.5 % de esa flora, la colección mexicana crecerá hasta convertirse en una de las más importantes”, dice Way para finalizar.

Para mayores informes:
Montes Urales No. 425
Col. Lomas de Chapultepec México
Distrito Federal, C.P. 11000
Teléfono: (55) 30 99 3000

Fuente: www.revistacambio.com.mx/mundo/un-banco-para-el-apocalipsis/

RECUPERACIÓN DE MATERIALES RECICLABES

Ligntec está orientada a la recuperación de materiales reciclables y a la transformación del plástico recuperado, dando como resultado un amplio catálogo de productos.

Fabricamos perfiles de plastimadera con las características mecánicas, físicas y químicas necesarias para sustituir a la madera natural. Evitando la tala descontrolada de árboles y bosques.

Entre las características y beneficios de este producto podemos destacar:

 

Ecológica: Su uso evita la tala de árboles al reciclar la madera, se reincorporan al ciclo de vida residuos plásticos que de otro modo terminarían convertidos en contaminantes potenciales.

Mantenimiento mínimo: Debido a su constitución plástica no se descompone, no necesita sellantes, su color es integral, no la atacan termitas ni plagas, no se pudre por contacto con el agua pues es impermeable.

Resistencia: Debido a sus componentes ofrece una larga duración y excelente resistencia frente al impacto, compresión y tracción. Además su peso no incrementa ante la humedad ni precipitación pluvial.

Higiénica: No almacena hongos ni bacterias evitando olores desagradables. Puede lavarse con cualquier detergente. No es tóxica.

 

RECUPERAR LAS AGUAS VIVAS

Recuperar 
las aguas vivas

TEXTO Y FOTO INTERNA: PROMETEO LUCERO

Es un sábado cualquiera alrededor de las aguas del Canal Nacional, al sureste de la Ciudad de México. Las personas pasean tranquilamente. Algunas pescan desde un puente peatonal, otras toman fotografías y hay quienes se sientan a disfrutar un picnic. Se respira calma en el lugar.

Pero no siempre fue así: hace años, era un vertedero de basura. Incluso, era recurrente que en la nota roja de la prensa citadina destacaran los hallazgos de gallinas destazadas en ritos de santería. Para lograr este cambio, dos historias lideradas por jóvenes confluyeron hacia un mismo fin: recuperar las aguas vivas de la gran ciudad.

En el Canal Nacional, entre Calzada de la Virgen y Río Churubusco, viven especies de fauna de humedal, como el pato doméstico, el pato mexicano (de menor tamaño y con un plumaje café con líneas blancas) y algunos insectos, también hay tortugas que conviven con tres especies invasoras: las ardillas, la carpa y la tilapia.

Desde 2004, el Club de Patos, una organización vecinal, se concentraba en limpiar voluntariamente las aguas del canal cada sábado; sin embargo, recientemente la organización Inteligencia y Vanguardia Mexicana (INVAM) –un proyecto juvenil de emprendedores que, además de recuperar espacios, realiza visitas a asilos, apoya talentos culturales juveniles y en noviembre de 2016 donó un millar de libros en el evento “Rola un libro”– se sumó a la recuperación.

Ambas organizaciones se cansaron de esperar respuestas del gobierno, y también de la pasividad ciudadana.

Alejandra Valdés, ingeniera ambiental, se unió con su hermano Miguel como voluntaria para la limpieza de basura con el Club de Patos. Cada vez que limpiaban, volvían a encontrar basura. Tras varios años de esfuerzo, en enero de este año, el Club de Patos estaba decayendo, y uno de sus fundadores le donó los equipos y las lanchas. Alejandra no sabía qué hacer con ello; además, su hermano salió de la ciudad por estudios. “Que me la den a mí es lo mismo que un acta de defunción”, pensó.

+ ACCIÓN − REUNIÓN

De acuerdo con Alan Balderas, abogado e integrante de INVAM, las organizaciones suelen pretextar que no hay recursos, o que no hay voluntarios. Dice que el grupo está enfocado en los resultados, pues las juntas pueden ser una dinámica desgastante. “En lo que fijan fecha para la próxima reunión, ya hicimos el trabajo”. Así es como INVAM rompe con el estereotipo de una organización jerárquica. Durante el recorrido, todos quieren hablar, y al mismo tiempo; no obstante, se respetan la palabra.

Fue justo por ello que Alejandra unió su experiencia en el Club de Patos con la energía de INVAM. “El club era un grupo pequeño que logró mantenerse limpio. Ahora, este grupo grande da valor humano alrededor del canal”. Ella y Alan coinciden en que el modelo del club era rígido y la gente se asustaba por el rigor. “Parecía que firmabas un contrato”.

ECOSISTEMA URBANO

La bióloga Aida Murillo, también voluntaria, explica que el lugar ofrece servicios ambientales porque aporta al ambiente captación de carbono. Y aunque estudiantes de la UNAM y la UAM han llegado de manera individual a fin de realizar diversos estudios, el lugar podría tener potencial, pero no han llegado formalmente las instituciones académicas. Si acaso, han asistido políticos con mariachis y actividades de zumba, que aportan poco a la conservación de este hábitat.

Murillo observa que muchos vecinos creen que este es un canal de aguas negras o grises, sin saber que es un acuífero que se nutre del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex).

Cuando en el agua hay muchos nutrientes, se produce la eutrofización, explica Murillo. Crecen muchas algas y bacterias que dejan anóxica el agua (sin oxígeno). “Esto deja una nata verde”.

Para ella es importante hacer esta distinción, porque corre el riesgo de entubarse, como casi todos los cuerpos de agua y canales actuales. Por ello, en la plataforma naturalista.mx de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), han colocado con geolocalización las fotos y nombres de diversas especies.

La carpa y tilapia representan un nuevo reto. En 2010, estos peces invadieron el canal. Sin embargo, durante mayo de este año, varias decenas aparecieron muertas. La gente lo atribuyó a la contaminación o a algún químico. Esa es la razón por la que entre los vecinos se dividen las opiniones sobre permitir o no la pesca.

Alejandra y Alan coinciden en que no pueden prohibirla sin dar opciones. Así que han pensado en aprovechar la problemática y realizar un concurso de pesca.

Los costos del trabajo de limpieza y mantenimiento los resuelven mediante aportaciones en partes iguales, aunque varios vecinos los han apoyado con mantas, alimentos, impresiones o herramienta.

“Se trata de buscar consenso social, rescatar en la ciudad”, dice Cristian Ugalde, politólogo de la organización, quien cita a Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo”.

Entre los proyectos próximos a resolver, INVAM quiere colocar infografías que expliquen la importancia de las especies locales, sembrar ahuehuetes y plantas para detener la erosión en algunas orillas y un “lancha cinema”, a fin de proyectar películas en el mismo canal. En el recorrido han encontrado papas que crecen a la orilla del canal. Ahora piensan en cómo aprovecharlo con el propósito de cultivar este alimento y luego… pues lo que venga.

Para mayores informes:
Montes Urales No. 425
Col. Lomas de Chapultepec México
Distrito Federal, C.P. 11000
Teléfono: (55) 30 99 3000

Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/recuperar-%E2%80%A8las-aguas-vivas/

5 PASOS PARA CREAR UNA CASA SOSTENIBLE

5 pasos para crear una casa sostenible

La sostenibilidad en su forma más verdadera es la capacidad de perdurar. En los debates actuales en torno al cambio climático y las energías limpias el enfoque de las construcciones nuevas y reurbanización de viviendas existentes se ha desplazado hacia la forma de ser más sostenibles.

No tienes  que ser un fanático verde recalcitrante para crear un hogar sostenible, ya que en el fondo, todo el mundo quiere crear un ambiente seguro y sostenible. Para ello, sólo tienes que ser un poco más consciente de cómo ciertos materiales y diseños pueden afectar el uso de energía.

Aquí destacamos 5 pasos para crear un hogar sostenible:

  1. Naturaleza y uso de energía

La energía se utiliza en tu hogar de muchas formas y en aparatos diferentes, así que asegúrate de pensar en la calefacción, aire acondicionado, iluminación y agua caliente. Saber cuándo es el momento  de utilizar la naturaleza para ayudarte a ser sostenible es el primer paso. La primavera y el verano deben permitirte que no uses ningún tipo de calefacción y puedas tomar ventaja de las horas estacionales prolongadas de la luz del día, para no usar la electricidad. Esto puede reducir el consumo anual en aproximadamente un 25%.

  1. Administra  tu consumo de agua

De acuerdo con el AWWA (American Water Works Association) el consumo diario de agua per cápita dentro de una casa es de 69,3 litros. Si esta cifra se combina junto con el resto de la población entonces sumará una cantidad considerable. Opta por la instalación de inodoros de bajo flujo. Si lo prefieres, puedes recoger y reciclar el agua lluvia a través de los tanques de agua aptos para esto, ya que pueden ayudar a la autosuficiencia y el abastecimiento en caso de restricciones de agua.

  1. Ser “materialista” es a veces bueno

Saber acerca de los materiales pueden ayudarte a reducir la energía utilizada en la construcción o reforma de tu casa. Los materiales como la paja se han utilizado como material de construcción desde hace siglos, pero no mucha gente sabe que es barato y que se puede utilizar para aislar tu propiedad, lo cual puede aumentar la retención de calor, pudiendo ser posiblemente el aislamiento térmico más económico disponible.

  1. No es sólo un diseño bonito

El diseño real de tu casa puede tener un impacto significativo en la forma en que pueda ser sostenible a largo plazo. No mucha gente sabe que la zona climática específica en la que estás, puede ser utilizada para la aplicación de elementos de diseño adecuados a la condición y el calor del hogar. Si estas en la etapa de pre-construcción (la construcción de tu casa en la dirección correcta) aumentas la eficiencia energética de un hogar hasta en un 40%. Si tu casa ya está construida, implementa nuevas características tales como tragaluces, los cuales pueden ser muy efectivos. Los tragaluces pueden recibir tres veces más luz que una ventana vertical y sirven para climatizar una casa.

  1. Exterior – Interior

El exterior de tu hogar es una extensión de tu interior y qué mejor manera de hacer que funcione para ti que un jardín hidropónico. La hidroponía es un sistema que hace crecer cualquier producto en espacios pequeños, como en los alféizares de las ventanas y espacios cerca de una fuente de luz. Si puedes cultivar tus propias verduras y hierbas entonces estarás un paso más cerca de convertirte en sostenible.

Fuente: vidamasverde.com/2016/5-pasos-para-crear-una-casa-sostenible/

LOS OTROS CHILANGOS

Los otros chilangos

Por Carlos Tomasini

Junto a los condechis, coapos, tepichulos y oficinistas de Santa Fe o Polanco, además de las millones de personas que llegan todos los días a la capital desde Atizapán, Coacalco o Chalco, coexisten otros chilangos. Aunque parece que no están, lo cierto es que miles de animales diversos cohabitan con las familias capitalinas y algunos son simplemente únicos.

No exagero, por ejemplo, está una especie de hormiga endémica del Pedregal de San Ángel o la Rana de Tláloc, así como 14 familias de moluscos terrestres, víboras de cascabel y 32 % de todas las aves que viven en México, entre otros seres vivos de todos tamaños. Ellos también deben ser considerados como “chilangos”, aunque no pidan quesadillas con queso ni coman guajolotas de tamal verde por las mañanas.

Y es que no todo el territorio de la Ciudad de México es urbano, ya que, al menos, tiene otros 10 ecosistemas, como el bosque de coníferas que está rumbo a La Marquesa, los humedales de Xochimilco o los suelos de agricultura de Milpa Alta.

“La entidad tiene un nombre desafortunado, porque lo de ‘ciudad’ genera la impresión de que todo el territorio está urbanizado”, piensa Zenón Cano Santana, uno de los mejores expertos en el tema de la biodiversidad chilanga.

En todos lados

Miles de animales y plantas aprovechan los rincones de la urbe para vivir –o sobrevivir–, como los tlacuaches en Chapultepec o las zorras grises del Bosque de Tlalpan que, a pesar de tener poblaciones que ya son muy pequeñas, se resisten a dejar estos lugares en los que han permanecido durante años.

“En la ciudad hay todo tipo de refugios para los seres vivos, como montañas, cañadas, cuevas, edificios abandonados, macetas, patios, árboles, azoteas verdes y parques”, subraya el profesor Zenón, quien trabaja en un laboratorio del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Es más, si en nuestras casas no hacemos limpieza, los bichos empiezan a colonizarla y encontraremos organismos como ciempiés, pinacates, arañas, tarántulas, alacranes o palomillas. Si le das un espacio a los seres vivos, ellos lo toman”.

En cuanto a flora, la variedad chilanga también es grande, pues según la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema), en la capital hay más de 1 607 especies de plantas, como magueyes, ahuehuetes y fresnos.

También hay una especie de malva que sólo se ha visto en Chapultepec y en Xochimilco, una orquídea endémica del Cerro del Judío y unas nochebuenas que sólo existen entre las parcelas de cultivo de la Sierra de Santa Catarina, al oriente de la ciudad.

Ciudad privilegiada

Esta amplia variedad de flora y fauna de la Ciudad de México se debe a las condiciones geográficas y climáticas en las que se encuentra ubicada, y que fueron aprovechadas por sus primeros pobladores.

“El Valle de México es en uno de los valles más especiales del planeta”, subraya el doctor Zenón. “Está en una zona tropical, pero a gran altitud, por lo que en vez de hacer mucho calor, cuenta con un clima templado y constante”.

Estas características también provocan que no haya cambios de estación muy marcados. En realidad, las temporadas de calor y de frío duran poco tiempo y no son tan extremas como en otras regiones del país, además de que la luz del sol ilumina durante más horas. “Los seres vivos son más diversos en donde los días son más largos y los climas son más estables”, describe el académico.

Asimismo, la altitud de la Ciudad de México, que va de los 2 240 metros sobre el nivel del mar hasta los 3 937 de la cumbre del Ajusco, genera condiciones climáticas distintas. “Mientras más se asciende a las montañas, más frío hace y son otras especies las que están ahí”.

De esa manera, las zonas bajas son más secas, y la montaña, como llueve más, es más húmeda, lo cual favorece la presencia de diferentes organismos en cada altitud.

Por si fuera poco, la CDMX se encuentra exactamente en el punto donde convergen los animales del norte que migran al sur y los del sur que viajan al norte, además de que hay una mezcla única de flora. “En algunos paisajes se puede ver cómo conviven cactus de zonas secas con helechos de zonas húmedas, eso es algo que no pueden ver ni los sudamericanos ni los norteamericanos”.

Desde tiempos mexicas

Fue por allá de 1325, cuando fundaron Tenochtitlán en medio del lago de Texcoco (no hay que olvidar que el centro del valle estaba lleno de agua), que los mexicas descubrieron todas las ventajas de asentarse en el Valle de México.

“No es casualidad que hoy sea una de las más grandes megalópolis del mundo. Los mexicas encontraron que en el Valle de México había una biodiversidad que ofrecía una gran variedad de productos que se usan diariamente (alimento, vestido, higiene, etc.), además de que tenía condiciones ideales, como estar lejos de los ciclones”, expone Zenón.

Así que además de grandes conciertos, estadios deportivos, vialidades de dos pisos, rascacielos, centros comerciales, baches, tránsito, ecobicis, carreras atléticas dominicales, bares, restaurantes, galerías, museos, metro, microbuses, cafés literarios, vendedores ambulantes y franeleros, la ciudad tiene una vida natural que ha resistido el crecimiento de la urbe y los fenómenos que eso conlleva, como la contaminación.

Ecoequilibrio

La contaminación tiene un comportamiento “bipolar” en la Ciudad de México debido a ciertos aspectos naturales.

Estar en el centro de un valle causa que la contaminación producida por los autos y la industria no salga de la ciudad y se generen efectos como la antes muy famosa “inversión térmica”; en contraste, las lluvias provocadas por la suma de sus ubicación tropical a gran altitud garantiza que siempre habrá un momento en el que cual pueda “limpiarse” el ambiente.

Las áreas naturales que rodean a la Ciudad de México también cooperan para que sus condiciones ambientales no sean peores. De hecho, la capital cuanta con 23 Áreas Naturales Protegidas y un Área Comunitaria de Conservación Ecológica, que reúnen una superficie total de 26 047 hectáreas.

En realidad, la ciudad está dividida en dos zonas: Suelo Urbano y Suelos de Conservación. La primera es donde habita la mayor parte de la población y es prácticamente toda la zona centro; la segunda, ocupa 60 % del territorio y es, principalmente, la parte rural localizada en la zona montañosa y lacustre del sur poniente, donde sólo habita la cuarta parte de la población.

En el área de Suelo de Conservación se lleva a cabo, por ejemplo, la captura del dióxido de carbono, la generación de oxígeno y la recarga de los depósitos de agua que están en el subsuelo, la cual representa alrededor de 70 % del agua que se consume en la Ciudad de México.

Así, lugares como el Ajusco, el Desierto de los Leones, la Marquesa, el Bosque de Las Lomas, los Ejidos de Xochimilco y San Gregorio Atlapulco, la Sierra de Guadalupe y hasta el Cerro de la Estrella, Ciudad Universitaria y el Bosque de Tlalpan ayudan a mantener en equilibrio la ecología de la ciudad gracias a su flora y fauna.

“Para los ecosistemas, la biodiversidad es un gran amortiguador contra los cambios ambientales, por lo que, mientras más especies haya, se podrá defender mejor en el futuro porque así se garantiza que haya agua, aire, alimentos, medicinas y hasta lugares de diversión y bienestar para las personas”, complementa Zenón.

“Los seres vivos se adaptan a las nuevas condiciones, como la contaminación, y las especies que no la toleran, ya han desaparecido”.

¿Cómo los cuidamos?

Todo esto provoca que las personas tengan la obligación de proteger cada pequeña criatura del planeta, ya que todas “trabajan” para la naturaleza.

“Cada ser vivo tiene particularidades y funciones. Por ejemplo, una pequeña araña que captura insectos para bajar la densidad de mosquitos o unos parásitos que reducen los tamaños poblacionales de las ratas”, dice nuestro especialista que recientemente trabajó en la elaboración del Catálogo de Biodiversidad de la Ciudad de México, encargado por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad a todas las entidades del país. La CDMX es una de las primeras en completarlo y próximamente se presentará oficialmente, aunque ya se encuentra disponible en línea.

Acciones pequeñas como plantar un árbol, cuidar un área verde, no tirar basura en una visita al Desierto de los Leones y hasta dejar de alimentar a las ardillas de los Viveros de Coyoacán, son acciones que ayudarán a que el equilibrio natural se mantenga saludable durante más de tiempo en la ciudad.

“Es malo que los niños de la Ciudad de México crezcan sin estar en contacto con mariposas, escarabajos, pinacates y ciempiés, porque cuando una ciudad crece tanto y se aleja de la naturaleza, estamos alejando a los pequeños de conocer la maravilla que es cada ser vivo en nuestro entorno”, concluye Zenón para continuar trabajando en su laboratorio después de una mañana de trabajo de campo.

Así, estos chilangos que llevan varios siglos viviendo en el Valle de México son los que más trabajan en beneficio de todos. Ojalá los demás los imiten.

Pequeñas acciones

La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México emite estas recomendaciones para cuidar la biodiversidad de la capital:

No alimentar a los animales silvestres, ya que se acostumbran a la presencia de los humanos y olvidan su función en el ciclo de la biodiversidad.

No tirar basura en lugares como los bosques y recoger la que se encuentre. Muchos animales silvestres mueren por ingerir chicles, bolsas, botellas o colillas.

No comprar animales exóticos ni en peligro de extinción.

Investigar cuáles son las plantas y árboles nativos para elegirlos cuando haya oportunidad de sembrar alguno (por ejemplo, al diseñar el jardín de una casa).

No soltar animales de manera incontrolada, especialmente en entornos diferentes a los suyos, ya que pueden competir con otras especies e incluso provocar que desaparezcan en un determinado entorno.

Sé responsable con tus mascotas y no las dejes sueltas en la calle.

Para mayores informes:
Montes Urales No. 425
Col. Lomas de Chapultepec México
Distrito Federal, C.P. 11000
Teléfono: (55) 30 99 3000

Fuente: www.revistacambio.com.mx/nacion/los-otros-chilangos