España es el país más sano del mundo

Por: Ecoticias

España supera a Italia y se convierte en el país más sano del mundo, según la edición de 2019 del Bloomberg Healthiest Country Index, que clasifica 169 economías según los factores que contribuyen a la salud en general. De este modo pasa del sexto lugar, que ocupaba en la última edición de este estudio publicada en 2017, a la primera con una puntuación global de 92,8 sobre 100, España adelanta seis posiciones con respecto a la última edición, de 2017, y supera a Italia, hasta ahora en primer puesto, que pasa a segunda posición; les siguen Islandia, Japón, Suiza, Suecia, Australia, Singapur, Noruega e Israel.

España es el país más sano del mundo

El índice clasifica a las naciones según las variables que incluyen la esperanza de vida, mientras que impone sanciones a riesgos como el consumo de tabaco y la obesidad. También tiene en cuenta los factores ambientales, incluido el acceso a agua potable y saneamiento. De este modo, España muestra la mayor esperanza de vida al nacer entre las naciones de la Unión Europea, y solo se extiende por Japón y Suiza a nivel mundial, según muestran los datos de las Naciones Unidas.

El estudio destaca que en España para el año 2040 se prevé que tendrá la más alta esperanza de vida, en casi 86 años, seguido por Japón, Singapur y Suiza, de acuerdo con la Universidad de Washington Instituto para la Métrica de Salud y Evaluación. “La Atención Primaria es esencialmente proporcionada por proveedores públicos, médicos de familia especializados y personal de enfermería, que brindan servicios preventivos a niños, mujeres y ancianos, y atención aguda y crónica”, según señala el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud 2018 sobre España, donde observa una disminución en la última década en enfermedades cardiovasculares y muertes por cáncer.

La alimentación, clave en la buena salud de los españoles

Los investigadores dicen que los hábitos alimenticios pueden proporcionar pistas sobre los niveles de salud que disfrutan España e Italia, ya que una “dieta mediterránea, complementada con aceite de oliva virgen extra o nueces, tuvo una tasa más baja de eventos cardiovasculares mayores que las asignadas a una dieta baja en grasas”, según un estudio dirigido por la Universidad de la Escuela de Medicina de Navarra, del que se hace eco Bloomberg. Mientras tanto, en América del Norte, el puesto número 16 de Canadá superó con creces a EEUU, y México, ambos cayeron ligeramente a 35 y 53. La esperanza de vida en los Estados Unidos ha sido más baja debido a las muertes por sobredosis de drogas y suicidios.

Por otro lado, Cuba se ubicó en cinco lugares por encima de los EEUU, lo que la convierte en la única nación que no está clasificada como “de altos ingresos” por el Banco Mundial en tener una calificación tan alta. Según explican, una de las razones del éxito de la nación isleña puede ser su énfasis en la atención preventiva sobre el enfoque de los EEUU en el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades, según la Sección de Leyes de Salud de la Asociación Americana de Abogados en un informe el año pasado luego de visitar Cuba. Por otra parte, Corea del Sur mejoró siete puestos al 17, mientras que China, donde viven 1,4 mil millones de personas, subió tres lugares hasta el 52.

El índice clasifica a las naciones según las variables que incluyen la esperanza de vida, mientras que impone sanciones a riesgos como el consumo de tabaco y la obesidad.

La expectativa de vida en China está en camino de superar a los EEUU en 2040, según el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud. Finalmente, las economías subsaharianas representaron 27 de las 30 naciones más insalubres en el ranking. Haití, Afganistán y Yemen fueron los otros. Mauricio fue el más saludable en el Sub-Sahara, ubicándose en el número 74 a nivel mundial, ya que tenía la tasa de mortalidad más baja por enfermedades transmisibles en una región aún afectada por la mortalidad infecciosa.

Fuente: www.ecoticias.com

En Siberia cae nieve negra (y es tan bella como perturbadora)

¿A qué se debe este oscuro fenómeno?

Por: Ecoosfera

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Ver el negro –la ausencia de todos los colores, que sin embargo es percibida– siempre nos confronta. Entre las muchas sensaciones de las que nos provee observar el negro, sin duda una de ellas entraña un goce estético, ya que la oscuridad encierra una belleza pura, y por eso se le puede ver sacralizada en el arte.

En la naturaleza también tenemos muchos ejemplos de encantadora oscuridad. Algunos son azares genéticos, que proveen de pelaje negro a animales como el leopardo. Pero, ¿puede haber azares naturales que hagan de lo más blanco, lo más negro?

Algunas fotos de este extraño fenómeno son poesía pura. Pero, ¿qué ocasiono esta nieve negra en Siberia?

Lamentablemente se trata de un evento no precisamente natural. Al parecer, la nieve originalmente blanca se contaminó debido a los residuos que arroja a la atmósfera la actividad minera en la región de Kemerovo, que es el centro minero más importante de Rusia y donde se encuentran la mayoría de las minas de carbón.

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Así que la nieve negra de Siberia –un fenómeno que también fue visto en 2018 en Kazakhstan– es más bien una muestra más de la irresponsabilidad de las industrias que tanto han contaminado –y siguen contaminando– el medio ambiente.

Afortunadamente, la nieve negra es tan bella como perturbadora, y eso obligará al gobierno ruso y a sus industrias a tomar acción contra esta contaminación, haciendo caso al llamado de diversas organizaciones ambientalistas en este país que ya se han pronunciado contra la minería y sus consecuencias para la naturaleza.

Fuente: www.ecoosfera.com

Siete hábitos cotidianos que dañan el medio ambiente y cómo evitarlos

Costumbres diarias como fumar, conducir o tirar basura al retrete provocan más daños ambientales de lo que se piensa

Por: Alex Fernández Muerza

Fumar, consumir con frecuencia productos con aceite de palmao utilizar el coche privado, además de ser hábitos nocivos para la salud, lo son también para el medio ambiente. Y no son las únicas costumbres cotidianas con impactos ambientales. Los consumidores pueden realizar diversas acciones a diario, como las famosas tres erres del ecologismo (reducir, reutilizar y reciclar) para evitarlas.

Este post señala siete hábitos diarios que provocan daños al medio ambiente y que pueden evitarse con varios consejos.

1. Fumar

El tabaco causa la muerte de cientos de miles de personas en todo el mundo y provoca considerables impactos ambientales: contaminación, pérdida de biodiversidad, incendios forestales, deforestación de bosques y selvas, aumento del cambio climático, etc. Especialmente preocupantes son las consecuencias de las colillas: son el principal residuo recogido en el medio ambiente mundial, con millones de kilos diseminados por todo el planeta. Ningún otro producto de consumo masivo causa tanto daño desde su cultivo, producción, uso y desecho como el tabaco, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por tanto, dejar de fumar salva vidas y evita daños ambientes. Y si no se abandona dicho hábito, resulta esencial no arrojar las colillas al entorno, ya sea natural o urbano, ni tampoco al inodoro.

2. Consumir alimentos con aceite de palma

El tabaco es el producto de consumo masivo que más daño ambiental produce, según la OMS

El aceite de palma se utiliza en gran cantidad de alimentos. Su consumo no es recomendable para la salud por su alto contenido en grasas saturadas, ni tampoco para el medio ambiente. Su cultivo intensivo en Indonesia o Malasia ha destruido grandes bosques tropicales, ha puesto en peligro de extinción a gran cantidad de especies, como el orangután, ha incrementado las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), implicadas en el cambio climático, y ha dañado los hábitats de las zonas de cultivo.

Los consumidores pueden evitar estos productos fijándose en la información de sus etiquetas y buscando otras alternativas, preguntar en caso de duda y reclamar productos que no lo empleen.

3. Ir en coche para todo

El 94% de los españoles respira un aire con elementos contaminantes que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un informe de Ecologistas en Acción. La polución causa más de 400.000 muertes prematuras en Europa cada año y su principal responsable son las emisiones del tráfico urbano, concluyen los informes más recientes de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

Los ciudadanos pueden usar y reclamar una movilidad más sostenible: viajar en transporte público, ir a pie o en bicicleta y combinar cualquiera de dichos sistemas. Y si no queda otra que emplear el vehículo privado, elegir un modelo menos contaminante, realizar una conducción eficiente o compartirlo con otras personas.

4. Tirar residuos al retrete

Toallitas, tampones, lejía, medicamentos, pinturas, restos de comida, etc. La lista de residuos que acaban en el inodoro y no deberían arrojarse es cada vez mayor y, con ello, su impacto ambiental y económico. La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) asegura que generan mayores costes, un mayor consumo energético y diversos daños ambientales, como problemas en ríos y mares.

Los ciudadanos deben evitar tirar dichos residuos por el váter y buscar alternativas para deshacerse de ellos, como el cubo de la basura o sistemas de reciclaje de residuos propicios para ello.

5. Depositar toda la basura doméstica en una sola bolsa

Separar los residuos domésticos y depositarlos en su contenedor para su posterior reciclado puede parecer un esfuerzo inútil, si no se conocen sus beneficios ambientales. Cada vez que se recicla, se evita llenar los vertederos y la extracción de nuevas materias primas, además de reducir el consumo de energía y la emisión de GEI. Una vez que los ciudadanos tienen claro cómo reciclar bien, se convierte en un hábito diario sencillo de realizar.

6. Usar productos de usar y tirar

El sistema de consumo actual del “usar y tirar” es insostenible en un planeta de recursos finitos. Además, sus impactos son cada vez más evidentes: crecimiento global de la huella ecológica, agotamiento de recursos naturales, aumento de los residuos, la contaminación y el cambio climático, etc. Los consumidores pueden asumir en su día a día las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), de manera que los impactos ambientales se minimizan.

7. Beber agua embotellada

El consumo de agua embotellada ha crecido de manera espectacular en los últimos años, incluso en lugares como España donde el suministro público garantiza agua potable de calidad. La extracción, envasado, transporte y su posterior eliminación genera toneladas de residuos y un gasto innecesario de recursos. Por ello, se puede disminuir su uso con envases reutilizables para el agua de grifo. También se ayuda solicitando agua corriente en los bares o restaurantes; sus responsables no deberían poner pegas, ya que se puede consumir con otro producto.

Fuente: www.consumer.es

Diez acciones para reducir nuestras emisiones de CO2

Los ciudadanos pueden hacer más de lo que creen para luchar contra el cambio climático

Por: Alex Fernández Muerza
EROSKI Consumer

Las excesivas emisiones de dióxido de carbono (CO2) que todos producimos están causando el cambio climático, una de las amenazas ambientales más importantes a las que se enfrenta el planeta de aquí a los próximos años. No obstante, los ciudadanos pueden hacer más de lo que piensan para reducir estas emisiones, y de paso ahorrar dinero y volverse más ecológicos.

Este post señala diez ideas para reducir nuestras emisiones de CO2.

1. Concienciarse del impacto de las emisiones de CO2

La comunidad científica subraya que el cambio climático es una realidad: vivimos en un calentamiento global causado por el dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por los seres humanos desde la revolución industrial. Los científicos advierten, además, de que el aumento global de temperaturas no debería superar los 2 ºC a final de este siglo en comparación con la época preindustrial. Dos grados pueden parecer insignificantes, pero a nivel terrestre supondrían consecuencias catastróficas. El Acuerdo de la Cumbre del Clima de París (COP 21), firmado por 195 países más la Unión Europea (UE), pretende ser el arranque definitivo para concienciar a la comunidad internacional y a los ciudadanos de que hay que tomar medidas.

2. Dejar el coche privado

Diversas medidas ayudan a reducir nuestras emisiones de CO2 y de paso ahorrar dinero

El uso masivo de combustibles fósiles es el principal responsable de las emisiones de CO2. Uno de sus mayores causantes es el transporte por carretera: en España produce el 25% de las emisiones domésticas totales (en Europa, el 20%). Por si fuera poco, el fraude de varias compañías automovilísticas en las emisiones de CO2 de sus modelos hace que el problema sea peor de lo que se pensaba. La ecuación es sencilla: a menos uso del coche, menos emisiones. Si no queda otra que utilizarlo, al menos aprovecharlo al máximo, compartiendo su espacio con otros ocupantes, y practicar un estilo de conducción “ecológico”.

3. Practicar una movilidad sostenible

Frente al empleo del automóvil, la opción pasa por usar el transporte público y exigir que haya más y que sea más ecológico. Siempre que sea posible, es preferible ir a pie o en bicicleta en todos los desplazamientos, tanto de ocio como para ir al trabajo e, incluso, la opción de no desplazarse gracias al teletrabajo.

4. Aumentar nuestra eficiencia energética

Mantener el confort y nuestras necesidades cubiertas, a la vez que reducimos el gasto en energía y, con ello, las emisiones de CO2. Esta acción es posible gracias a la eficiencia energética. Diversas medidas pueden conseguir esta mejora, como la rehabilitación de la envolvente térmica del edificio o el empleo de electrodomésticos de alta eficiencia (A+ y superiores).

5. Consumir energía renovable

Una de las ventajas ambientales de las energías renovables es que no emiten CO2. Los consumidores pueden hacer uso de ellas al instalar en su casa un sistema de autoconsumo con paneles solares o al contratar alguna de las cada vez más numerosas empresas comercializadoras de electricidad renovable.

6. Seguir una dieta con baja huella de carbono

Los alimentos son responsables de, al menos, el 20% de los GEI. Este porcentaje podría ser incluso mayor si se tuvieran en cuenta las fuentes de emisión indirectas, según diversos estudios. Seguir una dieta baja en carbono no solo beneficia a la salud, sino también al medio ambiente. Para ello, hay que evitar los productos que necesitan más energía o recursos naturales, se transportan desde lejos o requieren de un complejo envasado.

7. Convertirse en un consumidor sostenible

Los consumidores sostenibles ahorran dinero y son respetuosos con el medio ambiente y, por ello, también son importantes en la lucha contra el cambio climático. Una regla sencilla para convertirse en uno de ellos es asumir las tres erres: usar la menor cantidad posible de productos (reducción) y aprovecharlos más de una vez (reutilización) antes de depositarlos en el contenedor adecuado (reciclaje).

8. Plantar árboles

Los árboles actúan como “sumideros de carbono”, es decir, retienen el CO2. Por ello, apoyar medidas que eviten la deforestación de los bosques y los incendios forestales o impulsen la plantación de nuevos árboles, en especial de especies autóctonas, contribuye a reducir el exceso de CO2 en la atmósfera. Los ciudadanos pueden participar en las cada vez más diversas iniciativas para plantar árboles.

9. Apostar por productos de kilómetro cero

Los productos de “kilómetro cero”, también conocidos como de “proximidad” o de “cadena corta”, se elaboran y comercializan de forma local. Por ello, reducen las emisiones de CO2 y otros impactos ambientales del transporte internacional, a la vez que son más frescos y favorecen la economía y los alimentos cercanos al consumidor.

10. Reclamar más implicación institucional en la lucha contra el cambio climático

Los ciudadanos pueden -y deben- tener una participación activa en las actividades que influyen en su vida cotidiana, y el cambio climático es una de ellas. Las líneas de acción para exigir actuaciones que contribuyan a ello son muy diversas: reclamar a las instituciones más medidas para reducir las emisiones de CO2, pedir más infraestructuras para aumentar la sostenibilidad, solicitar más información, etc.

Fuente: www.consumer.es

China planea producir energía solar en el espacio y enviarla a la Tierra

Por: Ecoticias

China desarrolla un plan para construir la primera planta espacial productora de energía solar. Ubicada en órbita geosíncrona, podrá aprovechar la luz solar sin la limitación de la atmósfera o la noche. La energía solar se convertiría en electricidad y un rayo de microondas o láser transmitiría la energía a la Tierra. En la superficie una estación recibiría ese haz y la convertiría en energía eléctrica que pudiera tranferirse a la red.

Como primer paso, el proyecto construir y lanzar estaciones de energía solar de tamaño pequeño a mediano que se lanzarán a la estratosfera para generar electricidad, entre 2021 y 2025. El siguiente paso será una estación de energía solar espacial a escala de megavatios, programada para su construcción en 2030. La construcción de los elementos de estas plantas de energía ha comenzado en la ciudad de Chongqing, según informa Science and Technology Daily, un medio especializado local.

China planea producir energía solar en el espacio y enviarla a la Tierra

Un investigador de la China Academy of Space Technology Corporation, Pang Zhihao, dijo que una estación de energía solar espacial supone proporcionar “una fuente inagotable de energía limpia para los humanos”. Podrá suministrar energía prácticamente sin limitadcios a una intensidad seis veces mayor que la de las plantas solares en la tierra, dijo. El vicepresidente de la Academia de Tecnología Espacial de China, Li Ming, fue citado diciendo que se espera que China se convierta en el primer país en construir una estación de energía solar espacial con valor práctico.

Pang dijo que los desafíos técnicos que deben superarse incluyen el peso de una central eléctrica, que se espera sea de 1.000 toneladas, mucho mayor que las 400 toneladas de la Estación Espacial Internacional. Los investigadores están examinando si una fábrica espacial que utiliza robots y tecnología de impresión 3D podría construir la central eléctrica en el espacio, evitando la necesidad de lanzar una estructura pesada desde la Tierra.

Los investigadores señalaron que el impacto a largo plazo en la seguridad de la radiación de microondas de una estación de energía espacial en la atmósfera y la ecología de la Tierra también debería estudiarse. Además de superar los problemas de la contaminación de los combustibles fósiles en la tierra, una estación de energía solar podría ayudar al programa de exploración del espacio profundo de China al proporcionar un suministro de energía, señaló el informe.

Un investigador de la China Academy of Space Technology Corporation, Pang Zhihao, dijo que una estación de energía solar espacial supone proporcionar “una fuente inagotable de energía limpia para los humanos”

Fuente: www.ecoticias.com

Gobierno de Finlandia y SEMARNAT, por una inversión sustentable en México

Finlandia tiene mucho interés en fortalecer los vínculos comerciales y de cooperación con México.

Por: Crónica ambiental

El subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental, Sergio Sánchez, la subsecretaria de Planeación y Política Ambiental, Katya Puga Corenjo, en conjunto con la titular de la Unidad Coordinadora de Asuntos Internacionales, Norma Munguía Aldarca, establecieron un diálogo con la ministra de Comercio Exterior y Desarrollo de Finlandia, Anne Mari Virolainen, en el que acordaron que la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), y el gobierno de Finlandia fortalecerán los vínculos de cooperación e inversión comercial sustentable, con el objetivo de crear una mejor gobernanza ambiental.

Finlandia tiene mucho interés en fortalecer los vínculos comerciales y de cooperación con México, destacó la ministra Virolainen.

México es un aliado estratégico para Finlandia debido a que comparten intereses de atención en común en materia ambiental, tales como el combate al cambio climático, desarrollo y uso de energías renovables, agua y saneamiento, basura cero y el uso sustentable de los recursos naturales.

Una de las prioridades de México es honrar el cumplimiento a la implementación efectiva del Acuerdo de París y de la Agenda 2030; bajo este contexto, la Gestión de la Protección Ambiental trabaja en las líneas de acción a seguir en el sexenio para combatir la pobreza extrema y reducir desigualdades.

Para lograr lo anterior es importante fortalecer las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.

Al finalizar la reunión, la delegación finlandesa mostró las diferentes experiencias en cuanto a desarrollo de tecnologías sustentables, y cómo han ayudado a varios países a encontrar mejores soluciones para combatir sus retos ambientales.

Fuente: www.cronicaambiental.com.mx

Convertirse en árbol: la nueva experiencia en realidad virtual

¿Qué se siente ser un árbol? Esta experiencia en realidad virtual te permitirá saberlo

Por: Ecoosfera

a realidad virtual ha abierto las puertas a nuestras capacidades cognitivas para experimentar otros mundos, y hasta otros cuerpos. Así, la tecnología puede ser una mediación entre nosotros y el mundo que potencie nuestra empatía –en lugar de aletargarnos y escindirnos del mundo–.

Mediante la realidad virtual podemos ser testigos de la muerte de una estrella, o incluso tecnologizar nuestra conciencia para experimentar un desdoblamiento corporal.

Ahora, el proyecto “Tree” te permitirá saber qué se siente ser un árbol.

Los artistas neoyorkinos Milica Zec y Winslow Porter crearon una plataforma inmersiva en 3D. Con ella buscan expandir la empatía y revelar los impactos del cambio climático sobre los bosques, desde la más primordial empatía.

Con “Tree”, estos artistas visuales esperan despertar algunas conciencias, a través de la experiencia personal y lo que ésta llegue a perturbar en las emociones de los jugadores.

Y es que no cabe duda que el cambio climático tiene también sus repercusiones emocionales. A raíz de esta reflexión, el filósofo Glenn Albrecht inventó un término para el dolor psíquico que experimentamos debido al cambio climático. “Solstagia” es un término que conjuga palabras en griego y latín cuyo significado combina las emociones de la desolación y el sufrimiento. Según Albrecht, la “solstagia” es el resultado de una erosión de nuestro sentimiento de pertenencia, y de nuestro desarraigo de la naturaleza.

Así, el dolor psíquico que nos puede ocasionar el cambio climático puede ser nombrado como “solstagia”

El proyecto inmersivo “Tree” hará sentir a los usuarios la solstagia mediante la tecnología, colocando el índice en lo personal que se vuelve el problema de la deforestación.

En “Tree” empiezas siendo una semilla y terminas siendo un frondoso árbol. 
Pero en algún punto tendrás que enfrentarte a los leñadores industriales.

Con ayuda del Lab Media del MIT, los artistas pudieron llevar su realidad virtual un paso más allá. Y es que “Tree” no sólo provee de estímulos visuales y auditivos, sino que incorpora también efectos de viento, vibraciones, temperaturas y aromas.

Gracias a estos efectos, los jugadores experimentar con todos los sentidos el ciclo de vida de uno de los seres más majestuosos que pueblan la tierra: el árbol kapok.

Durante los últimos momentos de la experiencia, variosjugadores lloraron o se quitaron el equipo, e incluso más individuos nos dijeron que la pieza les hizo sentir el cambio climático como algo personal por primera vez.

“Tree” estará disponible para su descarga esta semana, y será compatible con VIVE, VIVE Pro y Oculus Rift

Fuente: www.ecoosfera.com

Ir de compras sin usar plástico es posible (y muy fácil)

Además, es menos tóxico para ti y para el planeta.

Por: Ecoosfera

Dependemos del plástico. O eso creemos, porque estamos tan repletos de este material tóxico que ya no podemos imaginarnos una vida sin él –aunque nuestros padres y abuelos vivían perfectamente sin plástico–.

Afortunadamente cada vez más iniciativas globales, gubernamentales, comunales e individuales promueven una vida sin plástico, y demuestran que no dependemos de las bolsas y empaques hechos de este material. El estilo de vida zero waste (cero desperdicio) va todavía más allá, proponiendo una cotidianidad en la cual nada se desperdicie, sino que todo se transforme.

Pero vayamos paso por paso…

¿Cómo podemos empezar a no usar plástico al comprar y guardar?

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Algunas ideas del zero waste pueden ayudar, aunque quizá no quieras llevar a un punto tan radical tu iniciativa personal para combatir la contaminación. La clave para irradiar la conciencia contemporánea y ser un agente de cambio contra la crisis climática está en ir paso por paso.

Primero debemos dejar de ser dependientes del plástico. El secreto para ello está en utilizar tela, papel y materiales orgánicos al comprar y guardar tu comida.

A la hora de comprar…

Carga con bolsas reutilizables de todos tamaños

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  • Bolsas grandes de tela con asa

Estas pueden servir para transportar la compra total.

  • Bolsas de tela más pequeñas con cordones, o de malla
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Si vas a comprar frutas y verduras, procura no guardarlas en bolsa si no es necesario –si sólo llevas un par de cada fruta o verdura, o si tomas un manojo de espinaca, no es necesaria una bolsa–. Pero si vas a comprar una cantidad considerable y necesitas bolsa, usa bolsas reutilizables. Las puedes encontrar en tiendas en línea, y son elaboradas a partir de distintos materiales.

Aunque en ocasiones estas bolsas sean de materiales sintéticos –como las de malla–, por lo menos sabrás que puedes utilizarlas hasta que acabe su vida útil, la cual puede ser de años.

Además, estas bolsas también pueden servir para comprar a granel, lo cual es mejor porque se trata de alimentos más frescos, y porque te estarás ahorrando el envase en el que suelen venir las semillas, los cereales y otros productos semejantes.

  • Como última opción, utiliza bolsas de papel
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No son reutilizables, pero se degradan en 1 año, mientras que las bolsas de plástico tardan hasta más de 100 años. Aunque su producción y transporte es muy contaminante, por eso no te recomendamos usarlas.

¿Y las carnes?

Bolsas herméticas de silicón

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Puedes utilizarlas tanto para transportar –pidiéndole al carnicero que empaque ahí tu pedido– como para almacenar porciones. Lo mejor es que son reutilizables y muy resistentes. Puedes usarlas también para jamón y queso a granel.

A la hora de guardar…

Papel de cera de abeja

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Lo encuentras en línea, y es ideal para guardar todo tipo de alimentos: desde frutas y verduras hasta carnes, pan o comida preparada, como sándwiches. Está elaborada con algodón orgánico, cera de abeja, aceite de jojoba orgánico y resina de árbol. ¿Lo mejor? Es reutilizable y compostable –por si le quieres entrar a la fácil tarea de hacer composta casera–. Puedes conseguirla en línea buscándola como “bees wrap”.

Hojas de plátano

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Si vives en Latinoamérica, seguro estás familiarizado con las hojas en las cuales se envuelven algunos platillos tradicionales, como en México los tamales. Esta hoja la puedes encontrar en los mercados, y es una gran opción para almacenar todo tipo de alimentos. La puedes utilizar también para transportar carne o como recipiente para comer. Y lo mejor es que, al ser 100% orgánica, es 100% biodegradable.

Celofán

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No es tan buena opción como el papel de cera o las hojas de plátano, porque es difícil garantizar su procedencia. Pero es biodegradable, ya que es un polímero natural derivado de celulosa de fibras de madera y algodón. Además es a prueba de agua, permeable al vapor y está disponible en forma elástica.

Frascos de vidrio

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Éstos sirven para productos a granel, como semillas, cereales, nueces, azúcar, sal, especias y otros productos en polvo. También puedes almacenar pasta, arroz o frijol.

Tela

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También es una opción. Sobre todo si es de algodón y lo bastante delgada para que la verdura y la fruta puedan oxigenarse.

Guarda tus frutas y verduras con orden

Cuida de no apelmazar las frutas y verduras una con otras. Sepáralas según sean de hoja verde, coles, tubérculos o frutos. Algunas, como las de hoja verde, pueden guardarse envueltas en un poco de papel de cera. Esto también aplica para las frutas y verduras que puedan oxidarse, como el aguacate. También puedes ponerlas sobre una cama de papel de cera para que se absorba la humedad, sobre todo a las que sean más pequeñas, como los chícharos.

Otras verduras necesitan que perfores un poco su envoltura para poder respirar, como las coles y las judías.

Los ajos y las cebollas puedes conservarlos fuera del refrigerador, en una canasta de mimbre. Sólo envuélvelos con papel de cera si los cortaste y entonces sí, guárdalos en el refrigerador.

La clave…

Evita a toda costa comprar frutas, verduras, semillas, especias o carnes que ya vengan empacadas, porque no es necesario. Mejor apoya la economía local y asiste a mercados que vendan todo a granel.

Fuente: www.ecoosfera.com

ESTOS SON LOS ALIMENTOS DEL FUTURO, SEGÚN KNORR Y WWF

Knorr y WWF quieren diversificar el consumo alimenticio del ser humano, además de frenar el impacto ambiental

Por: Edna Odette González

PARIS, Francia.- En busca de promover una alimentación más diversa y saludable, la marca de alimentos Knorr, en alianza con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y expertos en nutrición, agricultura y sustentabilidad lanzaron el informe Los 50 Alimentos del Futuro, una serie de cultivos seleccionados debido a su valor nutrimental, accesibilidad, sabor y bajo impacto ambiental.

Actualmente, el 75% del consumo humano proviene solamente de 12 plantas y cinco especies animales, situación que tiene un fuerte impacto ambiental.

En México tenemos Jícama, nopales y amaranto

La jícama, el amaranto, los nopales, la linaza, el ajonjolí, destacan entre 17 de los 50 cultivos en México. Esta iniciativa busca fomentar en las personas el consumo de alimentos que beneficien su salud y al planeta y propone una preparación de platillos basándose en cuatro principios:

Más vegetales, más color, menos desperdicios y más de lo bueno, es decir menos sal, azúcar y grasas dañinas.

Aquí te compartimos la lista completa de los 50 alimentos del futuro

Alga:

  1. Alga marina de Laver
  2. Alga Wakame

Cactus:

  • Nopales

Hortalizas de frutas:

  • Flor de calabaza
  •  Okra
  • Tomates anaranjados

Setas:

  • Setas Enoki
  • Setas Maitake
  • Níscalos

Raíces:

  1. Salsifí negro
  2. Raíz de perejil
  3. Rábano de carámbano blanco

Tubérculos:

  1. Raíz de loto
  2. UBE
  3. Jícama
  4. Camote

Frijoles y legumbres:

  1. Frijoles negros
  2. Adzuki
  3. Marama
  4. Mung
  5. De soja
  6. Habas
  7. Lentejas
  8. Vigna subterránea
  9. Vigna unguiculata.

Cereales y granos:

  • Amaranto
  • Quinoa
  • Arroz integral
  • Trigo sarraceno
  • Trigo Khorasan
  • Trigo espelta
  • Mijo africano
  • Mijo Fonio
  • Teff

Hojas verdes:

  • Hojas de remolacha
  • Grelo
  • Col verde
  • Moringa
  • Pak-choi
  • Hojas de calabaza
  • Col morada
  • Espinacas
  • Berros

Nueces y semillas:

  • Linaza
  • Semillas de cáñamo
  • Ajonjolí  
  • Junglans

Fuente: www.m.mundoejecutivo.com.mx

Al trabajo en bicicleta, por tu bien y el de tu ciudad

Nos encanta movernos en coche. Así lo refleja un sondeo de la Fundación PONS sobre los españoles ante la nueva movilidad de 2018, en la que el 71 % de los encuestados escogió el automóvil como su principal modo de transporte para acudir al trabajo y el 52 % lo nombró como alternativa favorita a su medio de movilidad habitual.

Por: ecoticias

Aunque se empiezan a observar nuevas tendencias como el ‘carsharing’, el uso de la bicicleta o los vehículos de movilidad personal, el vehículo privado motorizado, continúa encabezando la lista de medios usados en España para trasladarse de la vivienda a la oficina. Como indican los datos del Observatorio de Movilidad Metropolitana (OMM), más de 60 % de los trabajadores de 22 áreas españolas decide subirse al coche y moto cada mañana. Esta pasión por el motor ha hecho de nuestras ciudades grandes paisajes de asfalto congestionados por un tráfico constante.

Al trabajo en bicicleta, por tu bien y el de tu ciudad

Tanto la OMS como la Comisión Europea consideran ya que el transporte urbano y su impacto en la salud suponen un problema de primer orden mundial. Nuestro país ha sido señalado en numerosas ocasiones por seguir vulnerando los límites de contaminación durante los últimos años, pero se nos ha dado una última oportunidad para tomar las decisiones adecuadas y sufragar el daño causado por las emisiones.

Durante el último año, nos hemos dado por aludidos y algunas de nuestras ciudades han puesto en marcha ordenanzas algo más restrictivas para limitar el tráfico y gestionar los picos de contaminación. Sin embargo, resulta contradictorio que, mientras se comienzan a implementar estas nuevas políticas, no haya síntomas de de que la ciudadanía quiera superar la dependencia diaria del coche.

Teniendo a disposición alternativas más recomendadas como el transporte público o la bicicleta, ¿por qué nos seguimos aferrando al uso del automóvil a la hora de ir a trabajar?

Tanto la OMS como la Comisión Europea consideran ya que el transporte urbano y su impacto en la salud suponen un problema de primer orden mundial.

Una mala costumbre

“Cada día se compran más coches y quien compra uno no asume los costes reales que tiene su uso, por lo que, ya que lo tiene, se va a trabajar en él”, comenta a Sinc Carlos Cristóbal-Pinto, experto de la Asociación Profesional de Técnicos en Movilidad Urbana Sostenible. Efectivamente, pese a haber estado inmersos en una profunda crisis económica, las matriculaciones no han parado de subir desde 2013, según la DGT.

A su vez, la venta de alternativas eléctricas también se ha disparado. El Observatorio Europeo de Energías Alternativas revela que la flota total de turismos de combustible eléctrico incrementó en un 30 % solo entre 2017 y 2018. Aun así, los datos no son comparables a los obtenidos anualmente por el combustible, pues el coche eléctrico supone todavía una opción insatisfactoria para muchos y resulta inalcanzable para una parte importante de la población. Menor autonomía, precios más altos y falta de puntos de carga son algunas desventajas, según las respuestas recogidas por la Fundación PONS.

Ahora bien, priorizar el transporte eléctrico en las ciudades sin duda conseguiría mejorar la calidad del aire, pero “no debemos ignorar que la contaminación generada por las baterías, el ruido y el rozamiento de los neumáticos, al igual que las congestiones, la ocupación del espacio público y los accidentes seguirían existiendo”, matiza Cristóbal-Pinto.

Del mismo modo, el protagonismo del transporte público aún está lejos de alcanzar los índices de popularidad del coche. Como indica el OMM, únicamente el 14 % de los trabajadores utiliza estos medios cada día para ir al trabajo. Según una encuesta del IDAE sobre hábitos y actitudes de los no usuarios habituales hacia el transporte público colectivo, tres millones de personas rechazan ir en metro o autobús por el bajo número de frecuencias, la lentitud del desplazamiento y el precio elevado del abono.

La mayoría de las distancias recorridas son de menos de cinco kilómetros, por lo que muchos de estos trayectos podrían hacerse a pie o en bicicleta. Así lo demostraron expertos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de su centro de Investigación del Transporte (TRANSyT), quienes determinaron en 2018 que entre un 30 y un 40 % de los viajes en automóvil podrían hacerse en bicicleta. ¿Y por qué esto no sucede? Seguridad personal, falta de aparcamientos adaptados y de carriles bici, así como la propia condición física fueron las respuestas que recibieron en las encuestas.

A pesar de la lista de argumentos que empujan a los trabajadores hacia el coche, Cristóbal-Pinto muestra una opinión contraria: “Cada día hay un transporte público de mayor calidad, de uso más fácil y con vehículos más accesibles” señala el experto, y añade que, en cuanto al ciudadano, “falta concienciación de los efectos negativos del coche y de los efectos positivos en su salud de moverse a pie o en bicicleta”.

Ciudades que asfixian

La evidencia ha demostrado que la contaminación atmosférica nos afecta incluso antes de nacer. “Se sabe que las embarazadas más expuestas tienen mayor probabilidad de un parto prematuro y de dar a luz a niños con bajo peso”, explica a Sinc la Bénédicte Jacquemin, que investiga los efectos de la polución en la salud en el ISGlobal. Acorde con Jacquemin, su compañera Natalie Mueller señala que “las personas más susceptibles de sufrir las consecuencias del aire contaminado son las de mayor y menor edad”.

Niños y ancianos padecen más enfermedades cardiovasculares y respiratorias, déficit en el desarrollo cognitivo y cánceres por culpa de los picos de contaminación y con mayor intensidad por culpa de una mala calidad del aire constante. El efecto es devastador y se refleja en la cifra de fallecimientos atribuidos, que asciende a un total de 44.154 muertes al año en España en 2015, según el último informe de calidad del aire en Europa.

Algo parecido ocurre con el ruido del tráfico. “Los niveles constantes de contaminación acústica se asocian con estrés, molestias, trastornos del sueño, alteraciones cognitivas y enfermedades cardiovasculares”, constata María Foraster, especialista en ruido y salud del ISGlobal. Según las estimaciones de su instituto, el ruido en las urbes es culpable de unas 72.000 hospitalizaciones y 16.600 muertes prematuras anuales en Europa.

Las tres investigadoras insisten en que gran parte de estos problemas se ven, además, agravados por la ausencia de espacios naturales y la falta de actividad física, ambos factores beneficiosos para la salud mental y física. “La cantidad de infraestructuras que precisa el tráfico –añade Mueller– no deja lugar a zonas verdes y azules (lagos, ríos y costas)”. Según la experta, la carga de enfermedad en las ciudades se debe principalmente a la relación que tenemos con el transporte y el trabajo, que ha dado lugar a un estilo de vida sedentario.

Naciones Unidas, ante la situación de alarma, comunicó hace unos meses el estado de alerta por alta contaminación en diversos centros urbanos. Advirtió de que se prevé que las ciudades sigan creciendo y, con ellas, las consecuencias de un sistema urbano y de transporte deficitarios. En definitiva, según resume a Sinc Isabel Marín, presidenta de la Sociedad Española de Sanidad Ambiental, “si lo que queremos es un futuro con ciudades más saludables, ha llegado el momento de tomar medidas efectivas para la reducción del tráfico”.

Salvemos las distancias

¿Quién debe hacerse responsable de dirigir al trabajador hacia un medio de transporte más sostenible: administraciones, empresas o individuos? Marín cree que “la decisión última recae sobre el ciudadano”. Sin embargo, varios de los expertos consultados coinciden en que, por desgracia, la buena voluntad individual no siempre se ve apoyada por el entorno. Un gran defecto de las recientes políticas ha sido separar los lugares de residencia de los parques empresariales, creando áreas dónde el espacio de tránsito del peatón se ha reducido al mínimo.

Cerca del 40 % de los centros profesionales se encuentran en un municipio distinto al de la vivienda de sus empleados, un porcentaje que es aún más alto para los habitantes de las áreas metropolitanas, según los datos de la última encuesta Movilia del Ministerio de Fomento.

Isabelle Anguelovski, investigadora en justicia ambiental urbana de la Universidad Autónoma de Barcelona, insiste en que se deberían tener más en cuenta fenómenos como la gentrificación. “Familias enteras –explica– no pueden acceder financieramente a la vivienda y se ven obligadas a vivir en el extrarradio, alejadas de los núcleos de trabajo”. La experta culpa de este problema a malas políticas y sugiere que estas áreas deberían estar apoyadas por un sistema de transporte público más denso.

La experta en urbanismo de la Escuela Superior de Arquitectura de la UPM Sonia De Gregorio coincide con Anguelovski en que se debería incentivar más el uso del transporte común y la bicicleta. Sin embargo, considera que “el camino hacia la sostenibilidad urbana es una ciudad de proximidad que localice a distancias razonables la residencia de los servicios”.

“El protagonismo que ha tenido el coche en las últimas décadas –añade– tanto en la planificación de la movilidad como su presencia en el espacio público, está siendo revisado en la mayor parte de las ciudades”.

Por ello, se han puesto en marcha iniciativas como el Plan A de la Ciudad de Madrid que priorizan la peatonalización de los centros urbanos e impone regulaciones más restrictivas al aparcamiento y protocolos frente a los picos de contaminación. El problema es que aun habiendo llevado a cabo estas medidas, pocas han resultado de gran calado en la tendencia del uso del automóvil para ir a trabajar.

El responsable de transportes del IDAE, Ángel Cediel, considera que esta falta de implicación se debe a que “no existe obligatoriedad ni alicientes para hacerlo en las empresas”. Sencillamente, se recomienda a las compañías tener un plan de movilidad al trabajo y un coordinador que gestione este eje a partir de los 400 empleados. El experto insiste en que parte de la responsabilidad recae sobre estas entidades, quienes no están dando el suficiente apoyo a los empleados para escoger el medio de transporte más sostenible a la hora de acudir a la oficina.

Aunque se empiezan a tener en cuenta propuestas como el teletrabajo, el incentivo al uso de la bicicleta y el coche compartido, esta realidad se reduce a una minoría. “Es un problema de desconocimiento”, señala Cristóbal-Pinto. “Ahora, son las administraciones las que tienen que liderar y, con el paso del tiempo, las empresas deberán integrar este aspecto en su responsabilidad social”.

El dilema de los patinetes eléctricos. ¿Por acera o asfalto?

La llegada de los patinetes eléctricos ha supuesto un desafío emergente en muchas ciudades, que no están adaptadas para su circulación. Según responde a Sinc Samir Awad Núñez, doctor ingeniero de caminos de la Universidad Europea, “la falta de espacios para el estacionamiento de este vehículo de tan reciente eclosión ha supuesto que invadieran las aceras, resultando una incomodidad para los peatones, especialmente para los más vulnerables como los invidentes y personas con movilidad reducida”. Este riesgo ha sido el motivo de su retirada en ciudades como Valencia y Madrid.

Ante la falta de regulación, lo suyo sería asimilar estos vehículos a los peatones cuando sean patinetes convencionales y a los ciclos cuando sean eléctricos. Esto se debe a que un patinete normal no es mucho más rápido que un peatón, pero uno eléctrico puede llegar a los 20 o 25 kilómetros por hora. Además, “circular a esa velocidad por la acera es también peligroso, pues el ángulo de visión en los cruces es peor que si circularan por la calzada”, explica.

Para el ingeniero, el patinete supone una ventaja si este hace cambiar a algún conductor su decisión de usar únicamente el coche. “Sin embargo, no sería tan sostenible si este captase trabajadores que antes realizaban el trayecto caminando o en bicicleta”, concluye.

Fuente: www.ecoticias.com