El fabricante alemán de automóviles deportivos Porsche invertirá más de 6,000 millones de euros en electromovilidad hasta 2022, de los cuales empleará unos 500 millones en las variantes de su primer modelo 100% eléctrico, el Taycan.
Según detalló la compañía en un comunicado, otros 1,000 millones irán destinados a la electrifcación e hibridación de la gama de la marca, varios cientos de millones a la expansión de sus instalaciones y alrededor de 700 millones a nuevas tecnologías, infraestructura de carga y movilidad inteligente.
“Para una empresa de nuestro tamaño es un gasto considerable. En la sede de Porsche en Zuffenhausen (Alemania) hemos invertido 1,000 millones de euros en la construcción de una nueva planta para coches eléctricos. Este es probablemente el proyecto más ambicioso y arriesgado que hemos emprendido.
Una fábrica dentro de la fábrica, con 1,200 nuevos puestos de trabajo”, señaló el consejero delegado de Porsche, Oliver Blume.
Según explicó Porsche, desde una perspectiva comercial, el Taycan tendrá unos “elevados” volúmenes de producción y supondrá un “alto” porcentaje de las ventas de la gama.
“El Taycan será el primero de una gama de automóviles eléctricos y el abanderado de todos los modelos electrificados de la compañía”, subrayan desde la empresa.
“El Taycan representa la entrada de Porsche en una nueva era y es mucho más que un automóvil, pues su influencia se extiende a todo un ecosistema: infraestructuras, redes de carga, fábrica, trabajadores, proveedores y clientes, que también contribuyen a un mundo más limpio a través de este modelo”.
Como los humanos, los animales también sienten, ríen, lloran.
Por: Ecoosfera
Hace apenas unas décadas, los hombres aún se consideraban el centro del reino animal. La superioridad de la mente humana, en comparación con el resto de las criaturas, era incuestionable. Estas ideas estaban tan arraigadas que incluso se pensaba que los animales no tenían la capacidad de sentir. Hoy en día sabemos que esto es rotundamente falso: los animales sienten como nosotros. Además, muchos tienen conciencia de sí mismos. La evidencia científica para demostrarlo es amplia y abarca un centenar de especies.
Los animales ríen, lloran, llaman a sus seres queridos. Los elefantes, una de las especies más estudiadas, demuestran una conciencia desarrollada. Además de ser extremadamente inteligentes y contar con capacidades de cálculo matemático, forman lazos familiares duraderos. También pueden sufrir heridas psicológicas y una especie de estrés postraumático. Si esto no es suficiente para afirmar que la conciencia animal es extremadamente similar a la nuestra, hay todavía más casos que mencionar.
Los animales también sienten
Si nos adentramos más en el ámbito de la conciencia, quizá lo primero que venga a nuestras mentes son las emociones, sobre todo, la capacidad de expresarlas. Los humanos podemos reír a carcajadas o sentir enojo, pero no somos los únicos. Las ratas se ríen cuando les hacen cosquillas. Además, en un estudio publicado en ScienceMag, se demostró que estos roedores prefieren salvar a un compañero en apuros que comer su comida favorita. ¿Qué significa esto? Que las ratas, como muchos otros animales, sienten empatía por sus congéneres.
La empatía es un rasgo crucial de la conciencia, porque lleva a la formación de lazos fuertes, como la amistad. En otro estudio, se demostró que las ovejas reconocen las caras de sus compañeras, incluso después de años de no verlas. Esto nos lleva a un punto todavía más profundo: la idea de que los animales de una misma especie son todos iguales también es falsa.
La personalidad es un rasgo que los animales también expresan. En otra investigación exhasutiva, publicada en ScienceDirect, se tomó la personalidad optimista y pesimista como variables medibles. Los científicos encontraron que los niveles de ansiedad y síntomas depresivos en ciertos animales llevaban a una personalidad más pesimista, aspecto que se notaba cuando algunos sujetos expresaban menos expectativas antes de recibir un premio que otros.
Las pruebas no se reducen al comportamiento, también son biológicas. Algunos mamíferos marinos, como las ballenas y los delfines, poseen un sistema límbico cuatro veces mayor al nuestro. Este sistema abarca áreas del cerebro relacionadas con las capacidades sociales y los sentimientos. Si dichas zonas han evolucionado de tal manera en estos animales, es por una razón: son habilidades que utilizan todo el tiempo.
La cantidad de estudios que podríamos seguir enumerando es gigantesca. No hay lugar a dudas: en gran medida, todos los animales presentan la capacidad de sentir. ¿Cómo es que nos ha tomado tanto tiempo considerarlo? Hay un sinfín de razones detrás de esto, pero todos podemos ponernos de acuerdo en una cosa. Si los animales sienten emociones humanas, ¿no deberían de ser nuestros iguales?