Las libélulas están desapareciendo en México: ¿cuáles son las implicaciones y cómo podemos evitarlo?

Estos mágicos insectos multicromáticos están en grave peligro, pues 100 de sus especies se encuentran al borde de la extinción en nuestro país.

Por: ecoosfera

Las libélulas o caballitos del diablo surcaban los aires antes de que aparecieran los primeros dinosaurios, hace 320 millones de años. Han sobrevivido durante milenios, pero ahora están en peligro en México a causa de la crisis ambiental que impera en toda Latinoamérica. 

Estos insectos –cuyo nombre viene del latín y significa balanza– son sin duda de los más hermosos y sorprendentes que los vientos pueden traernos. Sus cuatro finísimas alas corrugadas son objeto de estudio para ingenieros aeroespaciales, ya que éstas permiten a la libélula mantener un equilibrio perfecto cuando planean por los cielos de manera veloz, mientras que sus enormes ojos no son sólo hipnóticos, sino muy precisos, gracias a sus 30 mil diminutas facetas hexagonales, mismas que les permiten ver a 360 grados lo que ocurre a su al rededor. 

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El hecho de que una maravilla natural como la libélula esté en peligro en México nos debe poner a todos alertas y en acción, pues además en su extinción se juega el mantenimiento del equilibro ecológico de los ecosistemas e incluso la salud de los seres humanos. Y es que las libélulas no sólo son hermosas criaturas, sino que tienen un importante papel que cumplir en la naturaleza.

¿Por qué son tan importantes?

Las libélulas son habitantes de ríos, lagos, lagunas y de casi cualquier cuerpo de agua no salada. Es en estos ecosistemas donde se han llevado a cabo, desde el año 2000, diversos análisis por parte del Instituto de Ecología de la UNAM, mismos que registran un cambio en la composición de las comunidades de esos insectos. Alejandro Córdoba Aguilar, investigador de la UNAM, junto con su equipo, realizó un estudio a nivel nacional para verificar que a lo largo del tiempo ha cambiado la diversidad y abundancia de las libélulas, en relación con las transformaciones en los cuerpos agua y el uso de suelo. Así han podido ver cuáles especies han sido resistentes a los cambios y cuáles no. Lamentablemente los resultados de estas investigaciones apuntan a que la mayoría de las especies no se adaptan, lo que ocasiona su paulatina desaparición.

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Estos investigadores hacen un llamado a que nos comprometamos a cuidar los ecosistemas y su fauna, pues en el caso de las libélulas su desaparición implica un grave riesgo social, ya que en los hábitats acuáticos transformados “hemos visto que hay menos libélulas y eso hace que su eficiencia para controlar poblaciones de mosquitos disminuya, por lo que la gente se enferma en mayor proporción por los patógenos virales que portan y que originan dengue o zica, por ejemplo”, explica Córdoba.

Es un problema múltiple del que todos somos responsables. Por eso, cuidar los lagos y lagunas de nuestro país es algo que todos podemos y debemos de hacer en lo individual, pero que también debemos exigir a nuestros gobernantes. Hay que vigilar que los grandes megaproyectos relacionados a infraestructura hídrica para las ciudades sean sustentables y no dañen los ecosistemas, y que se generen programas para monitorear las lagunas durante largo plazo para poder actuar con eficacia en el caso de que haya afectaciones a la fauna, como en el caso de las libélulas y sus más de 300 especies que están en riesgo.

Así mismo debe cuidarse el factor de la contaminación, que es de lo que más afecta estos ecosistemas, así como hacer de nuestro consumo de agua uno responsable y cuidar que el acceso y saneamiento de agua se mantenga como un derecho, para evitar así que más recursos sean sacados de estas zonas que están siendo sobreexplotadas, lo que ocasiona su deterioro y el de su fauna.

Fuente: www.ecoosfera.com

Chihuahua construirá pasos de fauna en sus carreteras

Esta es una gran noticia para todo el país. Mira por qué…

Por: ecoosfera

En México existe un territorio tan vasto que es hogar de cientos de especies silvestres. Se trata del estado de Chihuahua, cuya extensión (la más grande del país) abarca ecosistemas tan variados como la pradera, la sierra y el desierto. Ahora, según reporta la organización no gubernamental Wildlands Network, estas especies estarán protegidas, pues se acaba de aprobar una reforma que exige la creación de pasos de fauna en todas las carreteras de Chihuahua.

Pero, ¿qué son los pasos de fauna? Son estructuras construidas sobre o debajo de las carreteras, para que los animales como el jaguar, el oso negro y el venado de cola blanca crucen sin arriesgarse a ser arrollados. Son una medida tremendamente exitosa que ayuda a reducir la pérdida de la biodiversidad. Además, garantiza que los animales permanezcan conectados a su fuente de alimento y refugio.

Esta es una noticia genial porque respeta un precepto básico de la fauna: el movimiento. El instinto de varias especies las lleva a querer cruzar y dispersarse. Las construcciones humanas, como las carreteras y los muros fronterizos, interrumpen el flujo esencial de la naturaleza. Soluciones como las que aprobaron los diputados de Chihuahua deberían repetirse en otros estados de México y el mundo. 

El diputado Alejandro Gloria González, presidente de la Comisión de Ecología del Congreso del Estado, expresó a Wildlands Network su fe en el proyecto:

Los impactos que tienen los caminos y carreteras sobre el medioambiente son innegables. Por lo tanto, es necesario generar estrategias que marquen un cambio sustancial de la política que hemos tenido hasta el momento.

Soluciones como esta revelan un cambio de estrategia política, guiada no sólo hacia el beneficio del progreso, sino al de la conservación. Y es que realmente no hay una cosa sin la otra: el éxito de las sociedades depende de un equilibrio entre ambos. Los cambios positivos que se reflejen en el medioambiente también se verán en las ciudades. Por eso, esta acción es digna de celebrarse. Sólo queda esperar que otras legislaciones sigan con el ejemplo.

Fuente: www.ecoosfera.com