Muy bonitos y todo, pero ¿si sabes que contaminan?

Estos objetos decorativos pueden tener un grave impacto en nuestro medioambiente.

Por: GTRESONLINE

Pensar en una celebración es imaginarse rodeados de un ambiente agradable, alegre, con un menú excepcional, buena música y además, una bonita decoración. Dentro de esa decoración los globos podrían tener un papel principal: son sinónimo de ocasión especial y por ello no faltan este tipo de eventos. Sin embargo, cuando la cita llegara a su fin, estos objetos podrían tener una repercusión muy nociva para el medio ambiente

La tendencia actual de lanzar globos de helio al cielo, puede dar como resultado una bonita imagen, pero también puede convertirse en una fuente de contaminaciónsin control. Además de que el gas con el que se hinchan es escaso, algo que supone un gran derroche cuando no se emplea en actividades sanitarias y científicas, existe una problemática mayor si cabe. Al soltar estos adornos al aire, pueden explotar en mil pedazos y esparcirse cayendo en diferentes ubicaciones, o, por el contrario, desincharse y descender enteros. En ambos casos, no solo afectan a la fauna y la flora de esos territorios, sino que pueden causar desperfectos en el equipamiento eléctrico. 

En el fondo de los océanos

Flotando en la atmósfera, estos objetos pueden desplazarse durante 24 horas, a 10 kilómetros de altura y a más de 3.000 kilómetros de distancia en ciertas condiciones ambientales. Aquellos que están fabricados con látex están realizados con savia del árbol del caucho, junto a otras sustancias, por lo que se consideran biodegradables. Sin embargo, su descomposición se produce en un periodo aproximado de seis meses que, si bien puede parecer poco tiempo, es más que suficiente para que los animales, marinos y terrestres, acaben confundiéndolos con comida y los ingieran hasta provocarles la muerte. 

Además, la otra versión de este imprescindible en los cumpleaños, los conocidos como globos metálicos, que se producen con polidamida o poliuretano, tardan mucho más tiempo en desaparecer. Así, independientemente de su material, el 81% de los globos estallan en la atmósfera y acaban cayendo al mar, pues el 70% de la superficie de nuestro planeta es agua, afectando a delfines, ballenas, pájaros marinos y tortugas. Es esta última especie en concreto la que más sufre las consecuencias de esta moda. La basura del mar se convierte en el alimento de las tortugas marinas, que la confunden con algas, peces y medusas, por lo que no pueden desarrollar su vida normal.

Otro de los componentes de este artículo decorativo, las cuerdas y lazos de sujeción, pueden terminar enredadas entre las alas, patas o aletas de los seres vivos que habitan en estas regiones, impidiendo su correcta movilidad o provocándoles numerosas lesiones. 

Fuente: www.mx.hola.com

Cada vez hay menos insectos en el mundo (y esto podría ocasionar un colapso planetario)

La extinción de insectos en las selvas es dramática: tan sólo en una reserva en México, la población se redujo un 80% en menos de medio siglo.

Por: ecoosfera

Rachel Carson, una de las primeras ecologistas, hizo en su libro Silent Spring una funesta predicción: que si no se dejaban de usar indiscriminadamente los pesticidas industriales, un día amaneceríamos para presenciar una “primavera silenciosa”. Esto porque la extinción de insectos conllevaría también a la extinción de los pájaros.

La extinción de insectos es uno de los grandes problemas que trae consigo la crisis ambiental. Y podría ocasionar un auténtico colapso planetario.

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La guacamaya y la mariposa monarca tienen algo en común: ambas están en peligro de extinción. Pero el peligro para la primera tiene mucho que ver con la paulatina desaparición de la segunda, ya que la mariposa, como otros insectos, es esencial para la cadena trófica. Se encarga de polinizar, pero también son alimento de las aves, los reptiles y hasta de los murciélagos –otros polinizadores en peligro de extinción–.

Un estudio que duró 27 años, y que consistía en atrapar insectos en 63 áreas protegidas de Alemania, comprobó que las predicciones de Carson podrían volverse realidad. De 1989 a 2016, la biomasa de incestos declinó un 76%.

Esto está pasando también en Puerto Rico y México

Recientemente, el profesor de biología Brad Lister, del Rensselaer Polythecnic Institute, regresó a la selva puertorriqueña de Luquillo, después de 35 años de ausencia. Ahí encontró que la población de insectos había disminuido en un increíble 98%: la primera pista sobre esta situación se la dieron los pájaros. Porque su canto ya no se oía a través de la selva.

La biomasa de insectos en Puerto Rico ha caído entre 10 y 60 veces.
Lagartijas, ranas y pájaros han desaparecido a un ritmo parecido.

Para Lister, el culpable de esta situación es el cambio climático, al cual contribuye la transformación de las prácticas de la agricultura, que se volvieron mucho más industriales –y dependientes de pesticidas industriales–. No obstante, para los bosques tropicales uno de los factores de riesgo es el aumento de la temperatura, el cual ha llegado a niveles alarmantes en los últimos años y amenaza con aumentar.

Según Lister, las zonas selváticas con temperaturas arriba de los 29 grados han incrementado dramáticamente. Esto ha llevado a lo que este biólogo llama la “reestructuración de la cadena alimenticia de la selva”, y lo lleva a plantear una hipótesis radical:

Si esto se comprueba mediante nuevas investigaciones, el impacto del cambio climático en los ecosistemas tropicales podría ser mucho mayor de lo que se anticipó.

Y es que Lister y su colega Andrés García encontraron la misma situación en la Reserva de la Biósfera Chamela-Cuixmala, en México. Ahí, el número de insectos decreció en 80%, y la temperatura tuvo un aumento de 2.4 grados de 1981 a 2014.

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¿Te imaginas? Quizá en el futuro las selvas estén despobladas de insectos, así como de pájaros, lagartos y anfibios. Quizá en el futuro tengamos que polinizar manualmente. ¿Será que las maquinas nos salvarán? Creemos que no.

Por eso es fundamental contribuir: aunque no parezca nada, es importante que nuestros hábitos también combatan al cambio climático, ya que éste se compone de toda una pequeña cadena de acciones. También es importante consumir los cultivos que hayan sido crecidos de forma orgánica, para los cuales se hayan usado pesticidas naturales –como pueden ser algunas especies de flores. Y si tienes cultivos, no alejes a los insectos con productos industriales. Mejor usa algunas flores y plantas que los ahuyentan naturalmente.

Nada será demasiado esfuerzo para salvar a los insectos: un tesoro biológico de gran importancia social y cultural del cual dependemos para sobrevivir, y que debemos proteger.

Fuente: www.ecoosfera.com