5 CURIOSAS MANERAS DE CREAR ENERGÍA ECOLÓGICA

5 CURIOSAS MANERAS DE CREAR ENERGÍA ECOLÓGICA


Cuando se trata de imaginar, los inventos ecológicos suelen llevarse las palmas. No siempre, lógicamente, pero cuando lo hacen llaman poderosamente la atención. Además, tienen el plus de ser una apuesta con un mucho de utopía y otro tanto de realidad.

Y es que, bien pensado, por una parte tienen ese algo mágico que encandila o simplemente nos deja estupefactos. Sea como fuere, de un modo u otro impactan a nivel mediático. La viralidad está asegurada con inventos que parecen sacados de la chistera de un mago, al tiempo que buscan resolver de forma sostenible una necesidad tan básica y cotidiana como la generación de electricidad.

Árboles artificiales que producen energía, baldosas que lo hacen cuando se caminan sobre ellas, ideas tan raras como atrayentes que buscan ese difícil equilibrio entre el respeto ambiental y eficiencia. ¿Cómo no iban a sorprender inventos como éstos? Lo raro sería lo contrario.

En este post te contamos un poquito más sobre éstas y otras locas ideas que, por qué no, con el tiempo podrían resultar revolucionarias. Bien perfeccionándose o encontrando su momento para empezar a prosperar, todas ellas son propuestas que, aunque no lo parezca, van muy en serio.

  1. Pequeños bosques de árboles iluminados

No es tan difícil imaginar que en un futuro los árboles artificiales llenen nuestras calles para producir energía al tiempo que sirvan por las noches para solucionar el problema de la iluminación urbana.

Los primeros pasos ya los han dado desde distintos centros de investigación, como el Massachusetts Institute of Technology (MIT) o la Universidad Estatal de Ohio. En concreto, han sido estos últimos los que han publicado en el Journal of Sound and Vibration (volumen 363) su curioso proyecto, basado en la captura de la energía cinética que se pierde en las ciudades.

Unos dispositivos con forma de árboles absorben parte de esas vibraciones procedentes de edificios o del tráfico rodado, por ejemplo, para capturarlo a través de un material electromecánico denominado polifluoruro de vinilideno. Es así como las estructuras con forma de árbol pueden producir una débil cantidad de electricidad, pero suficiente como para iluminar las calles. Su invento es interesante, según sus creadores, para ubicar allí donde las instalaciones solares o eólicas no sean posibles.

  1. Baldosas que generan electricidad

Una empresa llamada Veranu, ubicada en Cerdeña, Italia, ha creado una baldosa que pide a gritos que la pisen. Su razón de ser es precisamente esa, traducir las pisadas en electricidad.

Su punto fuerte es la flexibilidad y delgadez, además de estar fabricado con material reciclable gracias a una materia prima sostenible basada en plásticos renovables.

Eso sí, se necesita una buena afluencia para poder obtener una cantidad de energía que realmente valga la pena. Por esta razón, desde Veranu no dejan de dar ideas, apuntando lo interesante que sería poder instalar su Smart Energy Floor en lugares como el Centro Rockefeller de Nueva York o, por ejemplo, la pirámide del Louvre, en París.

  1. Producir energía a partir de quesos

La siguiente manera de obtener energía renovable va de quesos. Es la leche, podríamos decir para valorarlo de forma simpática, y no nos faltaría razón, porque una asociación de productores de queso francesa, la Coopérativa laitière de Beaufortain obtiene energía a partir de su producto, un queso local conocido con el nombre de Beaufort.

Se trata de una denominación de origen que tiene una peculiaridad única en el mundo: se utilizan las bacterias que se producen en un proceso de metanización con el fin de producir energía.

El modelo productivo cuenta desde 2015 con una unidad de metanización instalada en la ciudad de Albertville que lo hace posible. Ha sido instalada por la empresa Valvio, especializada en la producción de biogás a partir de productos lácteos. El resultado, convierten el lactosérum (líquido que proviene de la coagulación de la leche) en su fuente de energía.

  1. Energía procedente del espacio

En este proyecto que pretende extraer energía solar gracias a una gran central solar ubicada en el espacio todo es a lo grande. Si el planteamiento de por sí ya resulta fascinante, a la par que imposible, la productividad que se espera de tal invento también es tremenda.

La iniciativa está todavía en mantillas, pero promete. Estamos hablando de un proyecto conjunto entre Caltech (Institut de technologie de Californie) y Northrop Grumman, un grupo dedicado a actividades espaciales y de defensa.

Bautizado con el nombre de Space Solar Power Initiative (SSPI), busca fabricar una inmensa estructura espacial capaz de abastecer con energía solar a todo el planeta. Para ello, sería necesaria la estructura espacial más grande jamás construida. El desafío, por lo tanto, está primero en crear la tecnología capaz de hacerla viable.

  1. Agujeros negros como fuente de energía

Energía verde procedente de agujeros negros. No, no es un juego de palabras ni una idea sin fundamentación científica. Es una idea del célebre físico Stephpen Hawking y tiene su miga.

De acuerdo con Hawking, un mini agujero sería suficiente para que la Tierra tuviera energía más que de sobra, pero sería peligroso. Hasta tal punto que significaría el fin del mundo. Eso, si no supiéramos aprovecharlos, pero hacerlo no es un imposible, al menos en teoría.

La energía que emiten los mini agujeros negros es brutal, sostiene el científico. “Un agujero negro de tamaño de una montaña emitiría rayos X y rayos gamma a una velocidad de unos 10 millones de megavatios, suficiente para alimentar de electricidad a todo el mundo”, afirma.

A su vez, sin cerrar del todo la puerta, advierte de lo peregrina de la idea. “No sería fácil aprovecharlo. No se le podría retener en el interior de una planta de energía, ya que se saldría de ella y terminaría en el centro de la Tierra”, concluye.

Fuente:  http://www.ecologiaverde.com/5-curiosas-maneras-crear-energia-ecologica/#more-17794

¿UN EXCESO DE CO2 NOS DARÍA UN PLANETA MÁS VERDE?

¿Un exceso de CO2 nos daría un planeta más verde?

La hipótesis tiene su aquel, hasta tal punto de que la ciencia se ha ocupado bien a fondo en determinar su grado de realidad. Tal y como plantea el título de este post, se trataba de comprobar si la emisión de CO2 podría dar lugar a una explosión de naturaleza.

 

La lógica parece impecable. Puro sentido común, en realidad. Explicado con brevedad, los científicos se plantean lo siguiente: puesto que las emisiones de gases de efecto invernadero son en buena parte producidas por un exceso de CO2, éste contribuiría a que el planeta reverdeciera

Es decir, con el cambio climático, el planeta habría ganado en verdor y seguiría haciéndolo conforme aumenta el dióxido de carbono. Puesto que las plantas toman el CO2 para realizar su proceso de fotosíntesis, una abundancia de este elemento químico actuaría de fertilizante.

El uso de combustibles fósiles, por lo tanto, estaría aumentando el verdor en el planeta. Se trata de una hipótesis curiosa que, entre otros fines, se utiliza para combatir el efecto negativo del cambio climático. Eso sí, ambas circunstancias, como la cara y la cruz de una moneda, podrían ser compatibles de forma clara, al menos en teoría.

¿Pero, es realmente así? La ciencia ha realizado estudios que afirman una cosa y su contrario, aunque la contextualización de los resultados de las investigaciones sea algo diferente. Hasta tal punto que incluso puede variar su interpretación. Veamos algunas de las principales investigaciones a modo de ejemplo.

Más vegetación que antes

Un estudio publicado en Nature Climate Change concluye que el planeta ha ganado en verdor (greening) a lo largo de los últimos 30 años a consecuencia del incremento del CO2 atmosférico. En concreto, el trabajo encontró más biomasa verde entre 1982 y 2015, en una extensión que afectó a casi la mitad de las regiones del mundo.

Por contra, la pérdida de vegetación fue mucho menor. Si bien se detectó lo hizo sólo en el cuatro por ciento, frente a un 40 por ciento de ganancia significativa. Su conclusión es clara: el reverdecimiento se atribuye al aumento de los niveles de CO2 por el consumo de combustibles fósiles.

El argumento es tan sencillo como atribuir a las plantas la producción de más hojas para capturar ese gas, con lo que el efecto invernadero también se ha conseguido detener en parte, concluye. Una conclusión coherente con estudios anteriores, en los que se atribuye a las plantas la capacidad de almacenar cada vez más CO2, al margen de que .

Pero no todo es bonito, ni mucho menos. A juicio de Josep Peñuelas, uno de los investigadores, este aumento de absorción “puede llegar a cambiar los ciclos del agua y del carbono”. Es decir que, por otro lado, el incremento del CO2 no sería positivo para el clima.

En este estudio, finalmente, llegan a la conclusión de que el “greening” es compatible con un cambio climático cada vez más destructivo. El hecho de que crezcan más hojas en los árboles no significa que no haya eventos extremos, calentamiento global y aumento del nivel del mar.

Experimento que niega el greening

De igual modo que hay estudios que confirman el “greening”, otros lo descartan. Uno de ellos llama la atención por tratarse de una prueba real. Se hizo en las cercanías de la Universidad Stanford, llevada a cabo por científicos de la misma para comprobarlo en vivo.

Para ello cuidaron 132 parcelas en las que se plantaron millones de plantas para concluir que realmente no es así. A lo largo de 17 años se estuvieron cultivando en un ambiente especialmente cálido, rico en dióxido de carbono y nitrógeno….

Fuente: http://www.ecologiaverde.com/exceso-co2-nos-daria-planeta-mas-verde/