CÓMO LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA DAÑA A LOS NIÑOS

Cómo la contaminación acústica daña a los niños

A causa de la proximidad de las torres a la autopista, el ruido del tráfico retumbaba en los pasillos de los edificios.

Una tarde de julio en 1972, un equipo de psicólogos instaló fonómetros en Bridge Apartments, un conjunto de cuatro edificios de gran altura a ambos lados de la Interestatal 95 en Manhattan. A causa de la proximidad de las torres a la autopista, el ruido del tráfico retumbaba en los pasillos de los edificios. Incluso en el octavo piso, el nivel de decibelios era de 66, ligeramente más bajo que una aspiradora en funcionamiento. Sin embargo, el ruido disminuía a medida que los investigadores subían las escaleras. En el piso 32, la lectura era de 55 decibelios, aproximadamente al mismo nivel que la conversación en un restaurante. Los decibelios son exponenciales, así que esto implicaba que los pisos inferiores eran aproximadamente de seis a 12 veces más ruidosos que los pisos superiores, como explica Colleen Moore, profesora de psicología de la Universidad de Wisconsin, en su libro, Silent Scourge (El Azote Silencioso). Los investigadores, encabezados por Sheldon Cohen de la Universidad de Oregon descubrieron algo interesante sobre los hijos de las familias que vivían en esos edificios. Los niños en edad escolar que vivían en los pisos inferiores y más ruidosos tenían más problemas para escuchar la diferencia entre dos palabras similares, como thick y sick, que los de las plantas superiores y menos ruidosas.

Los niños que vivían en los pisos más ruidosos también eran peores en la lectura. La relación entre las calificaciones de los niños y el piso donde vivían era mayor para los niños que habían vivido en el edificio durante más tiempo. En su estudio, Cohen y sus colegas especularon que los niños de los pisos inferiores podrían haber aprendido a filtrar el ruido de fondo, pero su capacidad para diferenciar entre palabras quedó afectada en ese proceso. “Gradualmente están surgiendo ejemplos del impacto del ruido estresante sobre el comportamiento”, escribieron en 1973. Esto se ha visto reafirmado por algunos estudios recientes que demuestran que los niños a quienes se les enseñaron nuevas palabras en entornos silenciosos posteriormente pudieron repetirlas de forma más precisa. De forma similar, un estudio publicado en Child Development hace unas semanas por las investigadoras de la Universidad de Wisconsin Brianna T. M. McMillan y Jenny R. Saffran, reveló que el ruido de fondo les dificulta a los niños aprender nuevas palabras. En los tres experimentos del estudio participaron 106 niños de edades comprendidas entre 22 y 30 meses. En primer lugar, a un grupo de niños de dos años de edad se les enseñaron dos palabras sin sentido (como “tursey” y “blicket”), en presencia de ruido de fondo que era 5 ó 10 decibelios más bajo que la voz de la maestra. Los niños aprendieron bien las palabras cuando el ruido de fondo era bajo, pero no cuando era muy alto. Lo mismo ocurrió cuando los investigadores pusieron a prueba un grupo de niños un poco mayores. En un tercer experimento, McMillan y Saffran descubrieron que los niños pequeños podían aprender el significado de nuevas palabras en un entorno ruidoso, pero sólo si ya habían conocido previamente esas palabras en un ambiente tranquilo. “Escuchar nuevas palabras en un lenguaje fluido y sin mucho ruido de fondo antes de intentar aprender a qué objetos corresponden las nuevas palabras podría ayudar a los niños muy pequeños a dominar el vocabulario nuevo,” dijo Saffran en una declaración.

Eso es un consejo útil para padres y profesores, pero en general, el estudio resalta otro obstáculo cognitivo que enfrentan los niños de bajos ingresos. No sólo los niños pobres oyen menos palabras que los ricos —se estima que la brecha es de 30 millones de palabras a la edad de 3 años— sino que son más propensos a vivir en entornos ruidosos, como escribieron McMillan y Saffran. Sus hogares están más llenos de gente, sus escuelas están más cerca de las carreteras y pasan más tiempo viendo televisión (este fenómeno ayudaría a explicar por qué los niños que viven en la pobreza urbana tienen calificaciones más bajas en memoria verbal en tiempo real que aquellos en los entornos rurales). Si la relación entre el ruido y el aprendizaje se confirma en estudios futuros, esto contribuirá a mostrar otra forma en que ser pobre afecta al cuerpo y a la mente.

Fuente: www.ecoticias.com/eco-america/125506/Como-contaminacion-acustica-dana-ninos-

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