LOS INCAS Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL

Los incas y el calentamiento global

Un período de calentamiento global estuvo presente en la época el imperio inca, de acuerdo los resultados de investigaciones realizadas durante quince años por científicos de Francia, Reino Unido y Estados Unidos.

 

Los expertos han analizado muestras de polen, semillas y capas de suelo provenientes de la región peruana de Cusco y concluyen que a partir del año 1100 d.C y hasta la llegada de los españoles a esas tierras hubo un gran aumento de las temperaturas. Lo más curioso es que el fenómeno climático ayudó al desarrollo del imperio inca.

El agua del deshielo de glaciares, que como en nuestros días es una consecuencia del calentamiento global, fue usada para el riego de los cultivos de los incas. Este imperio utilizó un sistema de terrazas para cultivar principalmente maíz y patatas, las principales fuentes de alimentación del pueblo, aprovechando las características ambientales para mejorar sus cultivos.

Los ingeniosos incas también trasladaron especies de árboles hacia sitios montañosos para reducir la erosión del suelo. Estas y otras sabias lecciones son objeto del estudio de los investigadores, para evaluar su aplicación en la época actual.

El imperio inca, cuyos avances en conocimientos técnicos y científicos le permitieron la creación de una estructura como el Macchu Picchu, una de las más sorprendentes de la historia, supo aprovechar tanto las particulares características del clima que le tocó vivir como las de su biodiversidad, en un equilibrio que resulta tan costoso conseguir quinientos años después.

Fuente: http://www.ocio.net/estilo-de-vida/ecologismo/los-incas-y-el-calentamiento-global/

RIQUEZA, POBREZA Y DESARROLLO SUSTENTABLE

Riqueza, Pobreza y Desarrollo Sustentable

Desde su consagración universal en la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, el concepto de sustentabilidad y/o de desarrollo sustentable ha sido adoptado y adaptado, por tal cantidad y variedad de autores, intérpretes y promotores que hoy en día el término se percibe como una propuesta banal y confusa o al menos multifacético. No obstante lo anterior, el término sigue siendo, paradójicamente, el “signo vital” de un número creciente (sino es que explosivo) de iniciativas locales, nacionales, regionales y globales, promovidas por toda una gama de instituciones: desde el Banco Mundial y los gobiernos nacionales, hasta las fundaciones internacionales, las organizaciones conservacionistas y ambientalistas e instituciones sociales de toda índole. En la esfera académica, el desarrollo sustentable ha sido tema de cientos de artículos y de decenas de libros, además de innumerables foros de discusión. ¿Qué hacer entonces con el desarrollo sustentable? ¿Es aún un concepto rescatable? ¿Vale la pena intentar generar una versión legítima?

Para fortuna de los pensadores serios y comprometidos, más allá de la intrincada selva de publicaciones continúa desarrollándose, de manera sigilosa, una reflexión teórica con “los pies en la tierra” acerca del desarrollo sustentable. Esta reflexión, que pasa muchas veces desapercibida, me parece que viene a confirmar la idea de que es posible generar una versión realmente transformadora o “subversiva” del concepto de sustentabilidad, con un enorme potencial para las movilizaciones sociales y las luchas políticas de nuevo cuño. Esta reflexión teórica, consistente y profunda, ha sido especialmente una ardua tarea de decantación conceptual sobre varias dimensiones: por ejemplo la construcción de una nueva teoría económica (H. Daly), la definición de sus fundamentos ecológicos (R. Goodland), su perspectiva sistémica (G. Gallopin), o sus relaciones con lo global (E.Goldsmith), para solo citar algunos de los varios esfuerzos notables que hoy existen.

Es en este contexto donde debemos situar el ensayo de David Barkin, quién explícitamente o no, acepta la idea de intentar una definición adecuada del desarrollo sustentable, antes de que ese se convierta, irreversiblemente, en una nueva pieza de “utilería ideológica” del sistema dominante. El mayor mérito del ensayo de Barkin es que se atreve a concentrar su análisis en torno al problema de la pobreza, un aspecto que ha quedado fuera, o al menos marginado, de la mayor parte de las propuestas sobre la sustentabilidad. Con ello se sitúa en una perspectiva del “Sur” que, como ha señalado Smith (1997), ofrece ya de los autores del “Norte”.

Aunque dejó al lector la tarea de seleccionar por sí mismo lo que considere las principales contribuciones de este ensayo, no puedo dejar de señalar varias revelaciones realmente importantes que el autor hace, especialmente en la segunda parte del ensayo, que es la porción que reúne un conjunto de nuevas propuestas. Partiendo de la idea de que “La sustentabilidad es un proceso más que un conjunto de metas bien específicas”, Barkin apunta varias líneas prometedoras para el análisis concienzudo.

Coincidiendo con otros autores (entre los que me incluyo), Barkin reconoce en la diversidad, la autosuficiencia, el control y la participación local, la democracia de base y la autonomía, preceptos básicos de todo verdadero desarrollo sustentable. De especial interés es el tema del control social y particularmente del control de los individuos y la sociedad sobre el proceso productivo (producción, circulación, consumo), un tópico que he tomado para proponer la idea de un desarrollo sustentable de escala comunitario y cuyo ejercicio existe ya, independientemente de las teorizaciones académicas, en especialmente México….

Barkin, David. (1998) Riqueza, pobreza y desarrollo sustentable. México: Editorial Jus y Centro de Ecología y Desarrollo. ISBN: 9687671041; versión electrónica.

Fuente: http://www.mexicoambiental.com/v2/riqueza-pobreza-desarrollo-sustentable/