Los efectos y beneficios para tu cuerpo y mente de tener plantas en el hogar

Tener plantas en espacios interiores no sólo los embellece; también beneficia tu salud física y mental.

Por: Ecoosfera

Lo sabemos: no sólo se trata de decorar nuestro espacio. Tener plantas en tu hogar o en tu oficina aporta algo más que la belleza implícita en ellas. Hay algo de frescura y acompañamiento, de calma y vitalidad, que las plantas proveen a nuestro espacio físico –y que se traduce en cómo nos sentimos–.

Los beneficios mentales de estar en contacto con plantas en interiores ya han sido documentados. Por ejemplo, sabemos que aumentan la satisfacción y mejoran el ánimo. Pero también ya se ha confirmado, gracias a un estudio publicado en 2015 en el Journal of Physiological Anthropology, que las plantas impactan positivamente en nuestro sistema cardiovascular y sistema nervioso. Es decir, tener plantas en interiores tiene beneficios específicos para tu salud. Los autores del mencionado estudio señalan que:

Nuestros resultados sugieren que la interacción activa con plantas de interior puede reducir el estrés físico y psicológico. Esto ocurre a través de la supresión de actividad en el sistema nervioso simpático y la presión arterial diastólica, además de promover sentimientos confortables y de alivio.

Rodearte de plantas cotidianamente, en tu casa o tu lugar de trabajo, es especialmente importante si consideras que tal vez pases buena parte de tu existencia en interiores. En el mismo estudio se estima que el estilo de vida promedio entre la población urbana incluye pasar un 85% de tu vida en espacios cerrados.

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Obviamente, esta información nos remite a la noción fundamental de que la naturaleza es, literalmente, medicina para los seres humanos. Y si, tristemente, como sociedad decidimos distanciarnos de la naturaleza, ahora debemos procurar un reacercamiento con ella, para lo cual, entre otras cosas, traerla a nuestros espacios cotidianos sin duda ayuda. 

Fuente: www.ecoosfera.com

The Kitchen Connection

Consumir una pizza comprada requiere el doble de consumo de energía que comer una hecha en casa.

Por: Crónica ambiental

Hoy, más que nunca, existen productos comestibles precocinados y precondimentados listos para comer. La industria alimentaria ofrece constantemente nuevas soluciones prácticas para las personas y familias modernas: platos congelados, pastas y arroces de sólo-agregue-agua, etcétera. Como caso extremo, pocos días atrás un joven emprendedor norteamericano presentó Soylentun polvo que según él contiene todos los macro y micronutrientes necesarios para la supervivencia humana, y les ahorraría a sus consumidores el tiempo que gastan en preparar sus comidas diarias (ésa es su principal proclama).

¿Por qué deberíamos cocinar en la actualidad  con todos los adelantos tecnológicos a nuestro alcance? ¿Por qué no hacer lo que sabemos hacer mejor, nuestro oficio particular, y dejamos la comida —o los suplementos sintéticos que la reemplacen— a los profesionales? Estas preguntas, entre otras, intenta responder Michael Pollan, uno de los más influyentes investigadores en nutrición, profesor en Berkeley y autor best seller, en su libro Cocinar, una historia natural de la transformación (Debate). Pollan, que es uno de los referentes más notables del Food Movement, la tendencia que llama a la población a recuperar, consumir y concientizar sobre la comida real (los alimentos naturales, orgánicos y no procesados) escribe que el acto de cocinar tiene consecuencias positivas que deberían considerarse en pro de una vida más sostenible. “Cocinar nos introduce en una red de relaciones sociales y ecológicas con las plantas, con los animales, la tierra, los horticultores, los microbios que hay dentro y fuera de nuestro organismo, y por supuesto, con las personas a las que nutren y deleitan nuestros platos.”

Pollan, por supuesto, no es el único que ha puesto la atención en este tema. Ya el célebre antropólogo de origen belga Claude Levy Strauss en Lo crudo y lo cocidohabía dicho que cocinar era “una metáfora de la transformación humana de naturaleza cruda a la cultura cocida”.

Más recientemente, el primatólogo y antropólogo de Harvard Richard Wrangham en Catching Fire: How Cooking Made Us Human, asegura que fue el hallazgo de la cocina, más que la fabricación de herramientas o el lenguaje, lo que influyó en que la especie se diferenciara de los primates. Su “hipótesis de la cocina” señala que fue el acto de consumir alimentos cocidos lo que cambió el curso de la evolución (una mayor cantidad de energía y una dieta más fácil de digerir aumentó el tamaño  nuestro cerebro). Según estas teorías, el acto de cocinar reunió a los humanos para comer a una hora y en un lugar determinados (antes se comía lo que se recolectaba o cazaba sobre la marcha) y esto, también, facilitó la socialización.

¿Cambiará la cultura tal como la conocemos ahora que cada vez más personas eligen engullir en soledad alimentos chatarra frente al televisor? Tal vez ciertas consecuencias se agudicen en Estados Unidos donde esas conductas son más frecuentes, pero es poco probable que se extiendan por completo en México donde las comidas complejas compartidas en familia son tan esenciales en la idiosincrasia nacional. Sin embargo, en tiempos en los que puede predominar la elección por lo práctico y ya preparado a pesar de que sea más caro o insalubre (según la encuestadora GFK cuatro de cada 10 mexicanos comen fuera de su casa al menos una vez por semana, en puestos ambulantes y de comida rápida, por ejemplo), la propuesta de Pollan de asumir y celebrar la preparación  de alimentos con las propias manos no debería descartarse.

La comida hecha en casa es más saludable (máxime en un país con altos índices de obesidad, como el nuestro). Y el gasto de energía, menor. Además, cocinar en casa tiene un efecto “concientizador” en el cocinero. Aunque éste sea amateur, dice el autor del libro.

Contrario a cuando delegamos el trabajo en la industria u otras personas (lo que, según Pollan, socava el sentido de responsabilidad, fomenta la dependencia y la ignorancia), el acto de cocinar trae consigo una experiencia sensorial más cercana con los ingredientes (la carne de los animales, los vegetales, por ejemplo). “Conectamos” con éstos, con su origen y con su ruta a nuestra mesa. En esta interacción, los alimentos dejan de ser meros productos y se vuelven naturaleza; el entorno deja de ser algo lejano. Es más factible entonces percatarse de que la crisis del medio ambiente es una crisis de estilo de vida, por lo que es la suma de decisiones cotidianas lo que puede, finalmente, sanarlo.

Fuente: www.cronicaambiental.com.mx

COMERCIO JUSTO: UNA APUESTA POR EL CONSUMO CONSCIENTE

Por. Diana
Conciencia Eco

Comercio Justo, una jornada para pensar en la importancia que tiene nuestra decisión de compra de un producto u otro. Simplemente con este gesto puedes beneficiar a pequeños productores, repercutiendo de forma directa en su bienestar y en conseguir un mundo más justo para todos.

Día Mundial del Comercio Justo
Deben resonar todas estas palabras en el Comercio Justo.

TRABAJO DIGNO

Adquirir artículos de Comercio Justo es una forma de trabajar para que la igualdad y las condiciones laborales sean una realidad presente en nuestra sociedad, que cada vez se encuentra más deteriorada por abusos de poder que ejercen las grandes compañías hacia los pequeños trabajadores, cerrándoles el acceso al mercado; además de estar promoviendo salarios precarios e indignos con trabajos eventuales y un exceso de trabajo que hace imposible conciliar una vida familiar.

Si no quieres esto para ti, ni para nadie de tu alrededor, no lo promuevas. Evita comprar en esas empresas que consideran a las personas como una mercancía que se puede tratar a su antojo y con libre albedrío, incluso explotando a niños. Es una manera de hacer presión y construir un nuevo escenario en el que todos tengamos nuestro espacio. Si las condiciones mejoran para ellos, mejorarán para todos. ¡No perpetúes aquello que nos ha hecho retroceder!

Día Mundial del Comercio Justo
Alianzas y redes para conseguir una economía solidaria.

CONSUMO CONSCIENTE

Un mundo más justo y solidario se alimenta de cada persona que lo impulsa. Tú puedes ayudar a ese cambio y formar parte del mismo, aunque no te lo creas. Tu pensamiento y tus acciones pueden evitar que numerosas familias salgan de la pobreza y puedan vivir de forma digna. Solamente tienes que proponértelo. ¡Si das, recibirás. La vida es como el eco! 

Muchos de los productos de Comercio Justo son además ecológicos u orgánicos, por lo que estás ayudando al medio ambiente: conservando los recursos naturales, evitando los productos químicos que envenenan el planeta y luchando contra el cambio climático. Nuestra huella de carbono puede dejar un gran impacto según como consumimos, por eso es importante pensar antes de adquirir cualquier artículo. ¿Puedo comprarlo de km 0 a un productor local?, ¿ me fijo solamente en el precio o veo lo que hay detrás de esa marca? ¿realmente me he parado a pensar en qué manos estoy poniendo mi dinero?Este es el consumo consciente.

Día Mundial del Comercio Justo
Las artesanías de Comercio Justo son uno de los productos que más pueden ayudar a mejorar la vida de las personas.

No sé si en algún momento de tu vida te diste cuenta de ello, pero estaría bien que meditases cuáles son los valores importantes en la vida. El Comercio Justo se fija en los valores que hay en la producción de ese objeto o producto (en su trazabilidad), no en el precio que tiene. Está claro que si quieres algo barato y de mala calidad, ya sabes dónde poder comprarlo. Pero si lo que buscas es un cambio de paradigma, tu opción es el Comercio Justo.

Está extendida la idea de que todos los artículos de Comercio Justo provienen de países en vías de desarrollo, pero no es así. Cada vez existen más procedentes del «Primer Mundo» o de esos países que se han «autollamado» o autodenominado desarrollados, la paradoja es que son en esos en los que cada vez está creciendo más la pobreza. Entre ellos nuestro país, España. 

Día Mundial del Comercio Justo
Regala productos de Comercio Justo.

ECONOMÍA SOLIDARIA

El Comercio Justo puedes hacerlo desde tu propio hogar y tu propio entorno, no hace falta que lleve un sello de Comercio Justo, porque es aquel que mejora la calidad de vida de las personas y del planeta (aunque no quita que si no encuentras algo similar, no lo adquieras con el sello); es decir, si conoces a personas a tu alrededor que se dedican de forma artesana y respetuosa a realizar cualquier tipo de trabajos, no dudes en reclamar sus servicios. De esta forma, beneficias a toda la sociedad, no a unos pocos.

Fuente: www.concienciaeco.com

LOS 4 JINETES DEL APOCALIPSIS: ADITIVOS, SAL, AZÚCAR Y GRASA.

Por: Diana
Conciencia Eco

La industrialización nos ha pasado factura. Hemos cambiado nuestras costumbres de tomar una dieta rica, variada y de calidad a encontrarnos en las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, con que la mayoría de los alimentos que hay en sus hogares son ultraprocesados (en países desarrollados y en vías de desarrollo).

Día Nacional de la Nutrición
Aditivos, sal, azúcar y grasa están presentes en la mayoría de las comidas ultraprocesadas.

VIVIMOS MÁS, PERO ESTAMOS MÁS ENFERMOS

Esto nos lleva a observar las cifras de enfermedades relacionadas con esos malos hábitos que hemos ido adquiriendo. Entre ellas, enfermedades del corazón, incluyendo tensión arterial alta, por el exceso de sal que suelen llevar muchos de esos productos; además de hipercolesterolemia y diabetes en edades cada vez más tempranas.

A esto se le une el bombardeo de conservantes, colorantes, potenciadores del sabor, estabilizantes, modificadores de la textura…un sinfín de aditivos, que se sabe de su relación directa con múltiples enfermedades, desde alergias hasta cáncer. Solamente hay que leer algunos estudios científicos para informarnos de las consecuencias de esta pésima elección a la hora de alimentarse.

Otra cuestión a la que le debemos dar una mayor importancia es al tema de la obesidad, que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2.8 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso, según los datos de la Organización Mundial de la Salud en el año 2017.

Aunque lo más desalentador es que la población infantil es la que está sufriendo las peores consecuencias, ya que los primeros años de vida son esenciales para la formación del organismo, si en esos momentos le proporcionamos una dieta pobre desde el punto de vista nutricional, su futuro puede estar en riesgo.

Día Nacional de la Nutrición
Día Nacional de la Nutrición 2019: Infografía para acabar con la obesidad infantil de la OMS.

El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2016, más de 41 millones de niños menores de cinco años en todo el mundo tenían sobrepeso o eran obesos. Cerca de la mitad de los niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad vivían en Asia y una cuarta parte vivían en África.

LA CLAVE ESTÁ EN LA CALIDAD Y VARIEDAD  DE LOS ALIMENTOS

Dietas mal balanceadas o desequilibradas con exceso de grasas, sal y azúcar suelen desembocar en consecuencias para la salud. Por eso, es urgente tomar medidas desde las instituciones públicas como colegios, hospitales o centros de salud; y desde los propios hogares, en sensibilizar e informar a la sociedad del valor de los alimentos.

Tenemos que tener presente una frase que cobra cada vez más sentido, y que un célebre escritor chino, Lin Yutang, la pronunció alguna vez: “Nuestras vidas no están en manos de los dioses, sino en manos de nuestros cocineros.” 

Día Nacional de la Nutrición
Los dulces industriales tienen mucha azúcar refinada, siempre es mejor elaborarlos en casa con azúcar de caña o miel.

Debemos ser consecuentes con nuestros actos, si tenemos como hábito comer cualquier cosa, deprisa y sin leer los ingredientes que lleva el producto; no nos llevemos las manos a la cabeza cuando nuestro cuerpo empiece a resentirse. Necesitamos apreciarnos a nosotros mismos: la comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno. Esta frase lo resume todo.

De ahí la importancia de comenzar a cuidarnos, ¡cualquier momento es bueno y cuánto antes mejor! Hay que saber elegir entre todo lo que nos ofrece el mercado: siempre productos de temporada, de proximidad y en mayor medida ecológicos, sin productos químicos (ni antes, ni después).

Para los que aborrecen la fruta y la verdura, hay opciones menos drásticas como empezar a incorporarla de manera progresiva, optando por aquellas variedades que más gustan y alternarlas o salpicarlas con cereales, pastas o arroces.

Así, poco a poco, se puede pasar de una dieta aburrida y poco nutritiva; a un menú delicioso, colmado de sabor y, sobre todo, que alimenta.

Fuente: www.concienciaeco.com

La enorme importancia de hidratarse

Por: Ecoticias

Si vas a tu ordenador, abres tu buscador y tecleas “cuánto se puede vivir”, la primera respuesta sugerida acompañará esa frase de un “sin agua”. La preocupación por el agua es habitual, ya que es básica para la supervivencia de los seres humanos aunque la gran mayoría del mundo no repara en su importancia precisamente por tenerla asegurada. La Organización Mundial de la Salud (OMS) especifica que el 71 por ciento de la población mundial, unos 5,200 millones de personas, utilizaba un servicio de suministro de agua potable gestionado de forma segura en 2015.

Sin embargo, también según el organismo, 844 millones de personas carecen de un servicio de agua potable, una cifra que incluye a 159 millones de personas que dependen de aguas superficiales. La respuesta a cuánto tiempo se puede vivir sin agua es, en el caso de una persona normal, de tres a cinco días, y la especialista del Servicio de Nutrición y Endocrinología del Hospital Universitario Infanta Elena (Valdemoro), la doctora Teresa Montoya, recuerda en una entrevista con Infosalus que el cuerpo humano está formado por agua en un 60 por ciento. Se entiende, pues, que la hidratación es básica para el buen funcionamiento del mismo.

La enorme importancia de hidratarse

El agua que compone el cuerpo está distribuida por partes. “El agua está presente en todas nuestras células que conforman nuestros órganos: supone el 90 por ciento de la masa cerebral, el 80 por ciento de la masa muscular y el 25 por ciento de la masa ósea”, explica la doctora Montoya. También es importante mantener un nivel adecuado de agua en el cuerpo porque “distribuye nutrientes, elimina toxinas y regula la temperatura corporal”, continúa la experta.

Sin embargo, una persona pierde agua constantemente, lo que convierte a la hidratación en una balanza que debe estar siempre equilibrada. “Eliminamos agua con la orina, las heces, la sudoración o la respiración”, indica la doctora Montoya. Esta circunstancia hace calcular que las necesidades diarias de líquidos, “en una persona sana, sin cardiopatía”, puntualiza la experta, son de aproximadamente dos litros. No tiene por qué ser siempre agua. “Contabilizamos en ellos las bebidas, líquidos, infusiones, purés, frutas…”, agrega la especialista.

Por otra parte, también se elimina agua con el sudor, y el sudor suele producirse al hacer ejercicio físico. Aunque “existe una variación individual en la sudoración”, reconoce la doctora Montoya, “durante el ejercicio físico se recomienda aumentar el aporte de líquidos, también antes y después”. Así se equilibra la balanza entre ganado y perdido.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) especifica que el 71 por ciento de la población mundial, unos 5,200 millones de personas, utilizaba un servicio de suministro de agua potable gestionado de forma segura en 2015.

Cuando la balanza se descompensa

La descompensación entre agua que entra y que sale se denomina deshidratación y, en casos agudos, puede tener un desenlace fatal. La OMS la define como “el estado resultante de una pérdida excesiva de agua del organismo” y suele tener su razón en una ingesta de líquidos insuficiente a lo largo del día. “Puede aparecer por causas no patológicas, por ejemplo, una excesiva sudoración por actividad física o por el calor, o bien por causas patológicas, como un cuadro de gastroenteritis”, apunta la doctora Montoya.

Mención aparte merece sufrir diarrea, que también es una fuente de deshidratación, sobre todo el niños. Ingerir agua y alimentos contaminados, además de la falta de higiene provoca enfermedad diarreica. Cada año se producen 2,000 millones de casos de enfermedad diarreica en todo el mundo y aproximadamente un millón y medio de niños mueren por esta causa, agrega el organismo.

La deshidratación leve o moderada, según la OMS, se caracteriza por sed, inquietud o irritabilidad, ojos anormales o ligeramente hundidos y, en los lactantes, depresión de la fontanela. Por su parte, la deshidratación grave comporta letargo o pérdida del conocimiento, escasa ingestión de líquido o incapacidad de beber, ausencia de diuresis, extremidades frías y húmedas, tensión arterial baja o indetectable y pulso rápido y débil. Según la doctora Montoya, que también menciona mareo y cansancio, especifica que también pueden observarse “contracturas, calambres y, en situaciones extremas, convulsiones y coma”.

Deshidratación ante una ola de calor

Ante una ola de calor y ante la falta de hidratación el riesgo más grave es el golpe de calor, pero existen otras situaciones de agotamiento por calor y aparición de calambres que requieren también de cuidados de rehidratación.

Asimismo, aconsejan beber con frecuencia bastante agua, zumos de frutas, refrescos o bebidas isotónicas (al menos 2 litros diarios) aunque no sienta sed; no abusar de bebidas con alcohol, con mucha cafeína o muy azucaradas, pues pueden hacerle perder más líquido corporal. Y, sobre todo, se debe beber y hacer beber líquidos con frecuencia a las personas a su cuidado (niños, ancianos, enfermos crónicos, discapacitados, etc.) para conseguir una buena hidratación.

Fuente: www.ecoticias.com

La soja: tu gran aliada para combatir el colesterol

Por: Ecoticias

El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá), y publicado en ‘JAHA: Journal of the American Heart Association’, cuestiona la propuesta realizada recientemente por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) de revocar la declaración de propiedades saludables de la soja.

La soja: tu gran aliada para combatir el colesterol

Y es que, según han observado los científicos, la soja reduce tanto el colesterol total como el de lipoproteínas de baja intensidad, las cuales pueden dañar al corazón.

“Este efecto es constante en los 46 ensayos que la FDA citó en 2017 cuando propuso eliminar la declaración de propiedades saludables de la soja”, han asegurado.

En este punto, los investigadores han destacado la importancia de que si bien la reducción del colesterol fue inferior al cinco por ciento, si se suman a otros alimentos de origen vegetal en una cartera, se puede obtener un efecto “mucho más fuerte”.

“Nos estamos mudando a una era de proteínas basadas en plantas, y sería una pena ver que ese cambio se vea afectado.

Un reciente estudio confirma que la soja, además de aportar grandes beneficios al corazón, puede reducir el colesterol.

Los productores de alimentos de origen vegetal, la industria y los minoristas necesitan toda la ayuda que puedan obtener para que sus productos sean accesibles“, han zanjado los expertos.

Fuente: www.ecoticias.com

La ONU destaca que el yoga “puede ayudar a hacer frente al cambio climático”

Por: Ecoticias

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha destacado, con motivo del Día Internacional del Yoga, que se celebró este pasado viernes 21 de junio, que esta práctica es “más que un ejercicio físico”, y que “puede ayudar a proteger el entorno y a hacer frente al cambio climático”.

“El árbol es la postura de yoga más conocida con un nombre alusivo a la naturaleza. Yoga es una palabra en sánscrito que significa unión, la unión del cuerpo y la mente, la unión del ser humano y su entorno, la unión de la persona y el universo. El solo hecho de hacer a las personas conscientes de su respiración es una manera de vincularlas con su propia naturaleza y con su medio. De alguna forma, hacer yoga ha tenido siempre una dimensión ecológica”, reivindican desde la ONU.

La ONU destaca que el yoga

Así, defienden que es una disciplina que “ayuda a cambiar el estilo de vida de quien la practica y sus beneficios trascienden el cuerpo y la salud de la persona, alcanzando a su entorno”. “Más aún, el yoga puede ayudar a proteger ese entorno y a hacer frente al cambio climático que amenaza al planeta”, añaden.

“Globalmente, hay una mayor conciencia del impacto que el cambio climático está teniendo en nuestras vidas y de la necesidad de hacer algo al respecto. Desde nuestra perspectiva, el enfoque sostenible que tiene el yoga es clave para un estilo de vida que puede ayudar en la respuesta al cambio climático”, reivindica en el mismo sentido el embajador de India ante Naciones Unidas, Syed Akbaruddin. Ante el avance del cambio climático, el biólogo y científico del medio ambiente Ahmed Soliman lamenta que “gran parte de la humanidad se empeña en frenar el fenómeno para evitar una catástrofe que podría acabar con el planeta”. Es en esta batalla donde el yoga puede ser útil, insiste.

“¿Qué nos hace responder al cambio climático? Preguntémonos eso antes que nada. El fenómeno es el resultado de haber llevado nuestras prácticas al extremo. En este momento, la principal causa del calentamiento global es el incremento de los gases de efecto invernadero. Esto se debe a la industrialización, al esmog, a la contaminación. Y en conjunto responde a prácticas excesivas que van a un extremo u otro sin ningún equilibrio. El yoga nos enseña cómo encontrar el equilibrio. El equilibrio dentro de nosotros, dentro de nuestra comunidad tanto humana como medioambiental”, argumenta el experto.

El árbol es la postura de yoga más conocida con un nombre alusivo a la naturaleza. Yoga es una palabra en sánscrito que significa unión, la unión del cuerpo y la mente, la unión del ser humano y su entorno, la unión de la persona y el universo.

El embajador Akbaruddin coincide con el científico. “El cambio climático avanza y la necesidad de mitigarlo es urgente. Las sequías, los incendios, los tifones, los tornados son la nueva normalidad. Como seres humanos tenemos que fijar metas más altas para que nuestras actividades y estilos de vida sean más sostenibles, ya sea no utilizando plásticos desechables, no usando agua de forma indiscriminada o con pequeñas acciones para hacer nuestro estilo de vida más sostenible, todos podemos contribuir. Como habitantes del planeta, todos debemos contribuir porque éste es el único planeta que tenemos”, concluye.

Fuente: www.ecoticias.com

El boom del minimalismo: menos es más verde

Una nueva ola que abraza la frugalidad, la simplicidad voluntaria o el minimalismo como conducta y estética vital parece haber resurgido recientemente.

Por: Crónica Ambiental

“Simplifica, simplifica, simplifica”escribía extasiado Henry D. Thoreau en Walden o la vida en los bosques (publicado en 1854), texto fundamental de la vida sencilla que relata como el filósofo se retiró un par de años a la contemplación de la naturaleza.

Si bien muchos seguidores de una existencia más sustentable consideran su premisa desde hace tiempo, una nueva ola que abraza la frugalidad, la simplicidad voluntaria o el minimalismo como conducta y estética vital parece haber resurgido recientemente.

Ahora hay deportistas minimalistas (los barefoot runners que correr descalzos o con un calzado muy sencillo alejado de los tenis ultratecnológicos); chef minimalistas que proponen armar platos con dos, tres y hasta cinco ingredientes para que los menús saludables no sean complicados (como Jules Clancy en thestonesoup.com); diseñadores de moda que sugieren regalar todas las prendas del closet y sólo quedarse con 33 piezas combinables (theproject333.com, y diseñadores de muebles e interiores que llevan al extremo el arte de hacer cada pieza expandible, multifuncional y transformable. Uno de ellos es Graham Hill, el joven arquitecto y diseñador artífice del reconocido sitio sobre sustentabilidad treehugger.com y también de lifeedited.org, página que plantea vivir en espacios pequeños pero distribuidos con vanguardia e inteligencia superfuncional.

En una charla reciente, Hill llama la atención acerca de los momentos que las personas solemos recordar como los más felices, la alegría, la libertad y el tiempo que traen los eventos en los que estamos rodeados de menos cosas materiales y posesiones: las aventuras en campamentos, las habitaciones de la universidad o los cuartos de hotel en vacaciones. “Hay que editar sin piedad, limpiar las arterias de nuestras vidas”, expresa.

Otro movimiento que comienza a destacarse en Estados Unidos, Canadá y Europa son las tiny houses, pequeñas viviendas móviles y económicas —tipo cabañas— que apenas cuentan con lo esencial para habitarlas; pueden montarse en jardines y campos abiertos (parecidas a la que construyó Thoreau en el bosque, por cierto). Algunas de estas propuestas arquitectónicas (y de vida) se muestran en el documental sueco Microtopía (Jesper Wachtmeister, 2013), disponible para renta en vimeo.com.

La conexión de la frugalidad con sus beneficios ambientales no necesita demasiada explicación. Es lógica la relación de usar y comprar menos cosas con una menor huella contaminante. El ahorro es claro si se necesitan menos recursos (de espacio y energéticos) para fabricar, mantener, limpiar y luego desechar diversos tipos de objetos.

Los seguidores de esta tendencia, aunque suelen abrazar causas ecologistas, lo hacen sobre todo por razones de tiempo y bienestar. Una encuesta de 2011 hecha por investigadores del Simplicity Institute (organización sin fines de lucro en Australia que difunde alternativas para una sociedad consumista en exceso), indicó que 87% de las personas que eligieron vivir con menos dijo ser más feliz por el hecho de reducir sus compromisos laborales, deudas y posesiones. Los entrevistados aseguraron que tomaron esas decisiones para pasar más tiempo con familia y amigos, ser voluntarios y perseguir metas creativas personales.

Fuente: www.cronicaambiental.com.mx

¿Qué comer cuando estás enfermo del estómago? (y qué alimentos debes evitar)

Quizá no tengas apetito, pero tienes que saber qué puedes comer cuando estás enfermo del estómago (porque no comer no es una opción).

Por: Ecoosfera

No hay nada más terrible que enfermarse del estómago. Porque no sólo experimentamos dolor, espasmos, náuseas y, en ocasiones, hasta diarrea. También porque no podemos disfrutar de la comida que tanto nos gusta. Es normal, incluso, que se nos quite el apetito. Pero no comer no es una opción, por lo cual debes saber qué comer cuando estás enfermo del estómago, e igual de importante es saber qué alimentos no comer.

Por eso, aquí te mostramos una lista de alimentos que puedes comer cuando estás enfermo del estómago, y otra de qué alimentos debes evitar. Consúltala siempre que tengas duda, pero sobre todo recuerda no dejar de alimentarte, pues eso puede repercutir en una condición estomacal crónica, como la gastritis. Además, no comer nada o comer sólo comida blanda puede ser demasiado restrictivo y causarte un déficit de vitaminas o calórico, así como daño a tus intestinos.

De hecho, comer –pero bien– es parte de lo que tienes que hacer para sanar naturalmente tu sistema digestivo. Eso recomienda la doctora Barbara Bolen, quien además nos da algunos hacks de qué comer cuando tenemos diarrea, una dieta útil también para cuando estas enfermo del estómago, que nosotros complementamos con algunas recomendaciones… ¡Mira!

¿Qué SÍ comer cuando estás enfermo del estómago?

Plátano

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El plátano es la única fruta que se recomienda cruda. Contiene mucho potasio que te ayudará a recuperar electrolitos. Además tiene un tipo de fibra, la pectina, que ayudará a absorber el líquido en los intestinos, contribuyendo a que trabajen mejor.

Arroz blanco

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Es alto en carbohidratos y es de fácil digestión. Además, puede ayudarte con la diarrea, en caso de tenerla, pues tiene un efecto astringente –es decir que, en casos normales, estriñe, ya que ralentiza el movimiento del estómago–.

Manzana

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La manzana puede ser laxante o astringente –estreñir– según cómo se consuma. En general facilita la digestión, pero es un alimento que puedes comer cuando estás enfermo del estómago sólo si la pelas, ya que así obtendrás la pectina –la misma fibra soluble presente en el plátano– y evitarás la fibra regular. Puedes comerla cocida pero, ojo, sin endulzantes: sólo con canela. Así le evitarás al estómago parte del proceso de digestión de esta fruta.

Pan blanco

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Si es industrial, el pan blanco no es una gran fuente de nutrientes, pero es el único tipo de pan que no te caerá pesado. Básicamente te servirá para complementar comidas y cubrir necesidades alimenticias. Será mejor si lo consigues artesanal –en forma de baguette, por ejemplo– y si lo comes tostado.

Pasta

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Como el pan blanco, la pasta es un alimento de fácil digestión que te puede servir para cubrir necesidades alimenticias y complementar platillos con verduras y carnes blandas como pollo o pavo.

Papa cocida

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Un clásico alimento para comer cuando estás enfermo del estómago. No obstante, algunos la comen con cáscara, lo cual es un error, pues tiene demasiada fibra, misma que es de difícil digestión. Lo mejor de la papa es que está llena de potasio.

Zanahoria

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La zanahoria cocida es un alimento blando y dulzón que puedes comer con tranquilidad aunque estés enfermo del estómago, y que te aportará muchas vitaminas. Sólo quítale la cascara, pues como pasa con la papa, es donde se aloja la fibra. Cómela en rebanadas o haz un puré con ella.

Pollo cocido o asado

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El pollo es la carne perfecta para comer cuando estás enfermo del estómago, ya que es de fácil digestión y es una gran fuente de proteína. Prepáralo sólo con sal.

Yogurt

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El yogurt es un superalimento y es la única excepción a la estricta restricción de lácteos que debes tener durante tu convalecencia estomacal. Y es que no sólo es ligero, sino que tiene lactobacilos que pueden ayudarte a lidiar con las bacterias que estén repercutiendo en la salud de tu estómago. Sólo escoge uno sin azúcar.

Caldo de pollo

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Puedes prepararte un caldo de pollo: todos sus ingredientes serán buenos para ti, desde la sal hasta el pollo. Pero cuida que las verduras estén peladas, pues la cáscara es la que tiene fibra y puede caerte pesada. Y de preferencia usa sólo verduras ligeras como zanahoria, papa o calabaza; nada de brócoli o coliflor, porque inflaman mucho el estómago.

Avena cocida con leche de arroz

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La avena cocida es un alimento blando pero muy alimenticio que es ideal en estos momentos. Sólo debes evitar endulzarla o hacerla con cualquier tipo de leche que no sea leche de arroz –que es de fácil digestión–. Si quieres, le puedes poner plátano y canela para endulzar.

Pretzels

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Si quieres botanear algo, los preztels son una gran opción. No te caerán pesados al estómago, pues no están fritos ni tienen fibra. Y si tienes diarrea, te ayudarán a recuperar el sodio perdido.

Suero

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Cuando tenemos diarrea también es buena idea tomar bebidas deportivas para recuperar electrolitos. Pero tienen mucha azúcar, la cual no es recomendable cuando estamos enfermos del estómago. Puedes optar por hacerte un suero casero. Sólo necesitas un vaso de agua, la punta de una cucharadita de sal, una cucharadita de miel, media cucharadita de bicarbonato de sodio y el jugo de un limón. Esto te ayudará a cubrir necesidades calóricas y evitará que se te baje la presión.

Té de canela

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La canela ayuda al sistema digestivo, tiene propiedades carminativas –es decir, reduce los gases en el estómago–, previene las úlceras y, lo mejor: evita vómitos y náuseas. Además suprime el antojo por azúcar, lo que puede ser de ayuda en momentos en los que debemos restringir todo tipo de endulzante.

¿Qué NO comer cuando estás enfermo del estómago?

Debes evitar a toda costa:

Picante y condimentos

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Debes evitar todo tipo de chiles, salsas o especias, así como comidas que los incluyan.

Grasas saturadas

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Presentes en alimentos procesados y alimentos de origen animal. Ralentizan el movimiento intestinal y pueden inflamar.

Alcohol

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Ni siquiera los supuestamente digestivos, porque el alcohol es irritante y puede alterar el equilibrio de la flora intestinal.

Cafeína

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Esto incluye la cafeína del té negro, de los refrescos de cola y del chocolate oscuro. Te puede irritar el estómago.

Lácteos

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Tienen mucha grasa saturada y son de difícil digestión.

Azúcar

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Afecta la actividad metabólica, interfiriendo en los procesos digestivos.

Brócoli, coliflor, lechuga, kale y repollo

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Son verduras con refinosa, una azúcar de difícil digestión. Por eso ocasionan inflamación.

Frutas y verduras con cáscara

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Es en la cáscara donde está la fibra, que para el estómago es difícil procesar y puede empeorar la diarrea.

Proteínas pesadas

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Como el salmón, el cerdo, la carne de vaca o el huevo –sobre todo la yema cocida– Son de difícil digestión, pues además suelen tener gran cantidad de grasa. Sólo el salmón tiene más grasa polinsaturada, pero ésta también puede caer pesada al estómago.

Frijoles, lentejas y garbanzos

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Provocan gases debido a que contienen oligosacáridos, esto es, carbohidratos no digeribles por el intestino.

Fuente: www.ecoosfera.com

Alimentos que favorecen el bronceado, ecológicos y saludables

Por: Ecoticias

Son pocos los que se han resistido a ir algún día a la playa o la piscina desde que empezara el buen tiempo. Y es que es innegable que nos vemos más guapos cuando nuestra piel coge un poquito de color. Pero, ¿sabíais que existen alimentos que favorecen la creación de melanina, que es la sustancia que pigmenta la piel?. Los melanocitos son las células que absorben los rayos UVB y UVA que provienen del sol. Cuando estas células se activan, se oscurecen, y por eso nuestra piel luce bronceada.

Los alimentos que favorecen esta activación, además de ser muy sanos y positivos para cualquier dieta, van a preparar nuestra piel para cuando la expongamos al sol. Eso sí, recordamos la importancia de protegernos con cremas solares para evitar quemaduras y futuras enfermedades cutáneas.

Alimentos «bronceadores»

Alimentos que favorecen el bronceado, ecológicos y saludables

El primer alimento del que hablaremos es la zanahoria. Esta hortaliza es rica en carotenoides, unos pigmentos orgánicos presentes también en frutas de color naranja, rojo y amarillo. Estos pigmentos estimulan la melanina y neutralizan la acción de los radicales libres que causan el envejecimiento de la piel. Por eso, os recomendamos un zumo de zanahoria y naranja antes de la sesión de solarium o buen zumo de tomate que, si además es de origen ecológico, nos dará un sabor excepcional.

La vitamina C también es buena aliada del moreno porque ayuda en la formación del colágeno y mantiene elástica la piel. Los cítricos, el pimiento, el kiwi y las fresas son los alimentos en donde esta vitamina está presente en mayor medida. Y si lo que queremos es fortalecer las células y protegerlas ante posibles quemaduras solares, tenemos que valernos de la vitamina E, presente en aguacate y aceite de oliva.

Y si nos quemamos…

¿Y qué ocurre cuando nos hemos expuesto en exceso al sol y nuestra piel está incandescente? En estas situaciones también contamos con alimentos que nos ayudarán a sobrellevar las lesiones solares. El más conocido y valorado es el aloe vera, a ser posible extraído directamente desde la planta. El gel interior es calmante, antiinflamatorio y cicatrizante. Además de evitar la aparición de ampollas, mantiene la piel hidratada. Si lo que buscamos el alivio a la quemazón, el té frío aplicado en gasas o el yogurt natural entero (es importante que sea entero para que contenga ácidos grasos), serán la mejor mascarilla para el área afectada.

Los alimentos que favorecen esta activación, además de ser muy sanos y positivos para cualquier dieta, van a preparar nuestra piel para cuando la expongamos al sol.

También nos podemos ayudar de rodajas de pepino y tomate, que además de absorber el calor, actuarán como antinflamatorios de la zona. Por último, si necesitamos un extra de hidratación recurriremos al aceite de oliva y si necesitamos algo de desinfección, nos decantaremos por vinagre de vino o manzana. Como podéis ver, los buenos alimentos no sólo son excelentes en una dieta, también aportan la solución a problemas como las quemaduras solares.

Así que antes de salir de casa, recordad que el mejor remedio es siempre la prevención ¡Nada de salir sin crema!

Fuente: www.ecoticias.com