Por su alta densidad poblacional, las grandes ciudades tienen el reto de aprender a vivir sin acabar con los recursos naturales y evitar el uso de combustibles fósiles para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, así como los altos índices de contaminación que actualmente se presentan.

Cada vez somos más las personas interesadas en cuidar el medio ambiente, respetar la naturaleza y vivir en equilibrio con nuestro entorno.

Esto nos lleva a sugerir cambios que reduzcan las emisiones contaminantes y que a la vez nos brinden beneficios económicos en cuanto a la reducción de costos, como es el caso del consumo de energía eléctrica.

Como opción, tenemos el uso de las energías renovables, que son limpias, inagotables y competitivas.

Mientras los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural incrementan su precio, las energías limpias lo están reduciendo.

Una de ellas es la energía solar fotovoltaica que transforma de manera directa la luz del sol en electricidad, es inagotable, no contamina y está disponible en todo el mundo. Es una opción viable tanto para las grandes urbes como para zonas rurales o aisladas, en donde no hay tendido de cableado eléctrico.

En el caso de las ciudades, podría solucionar la gran demanda de este servicio y abaratar los costos del consumo de energía en casas, mercados, pequeñas y medianas empresas, así como sitios recreativos.

Esta tecnología requiere de una inversión inicial en la adquisición e instalación de los paneles solares que tienen una vida de 30 años aproximadamente. La gran ventaja es que el servicio es gratuito de por vida.

Jalisco ocupa el primer lugar en la compra de paneles solares, mismos que son implementados en hogares de alto consumo de energía eléctrica.

La energía solar fotovoltaica también está transformando los sistemas de calentamiento y bombeo de agua para casas, albercas, industrias, hospitales y centros deportivos. Se puede utilizar también para el abastecimiento de luminarias solares para empresas y alumbrado público.

Actualmente ya es posible suplir los refrigeradores convencionales que generan un gasto oneroso por aparatos solares que enfrían y congelan los alimentos sin el uso de la energía eléctrica.

Se requiere que la iniciativa privada invierta en este tipo de energía renovable para reducir significativamente el impacto en la generación de carbonos, serán los sustanciales ahorros a mediano y largo plazo que registrarán será la retribución.

La energía solar es todavía un recurso subutilizado que tiene muchas bondades, una de ellas es que, en caso de producir más energía de la necesaria, se puede almacenar y aprovechar en otras áreas o compartirla con vecinos.

Ayudar a la conservación de nuestro planeta es tarea de todos, es también una forma de marcar la diferencia y pensar en el futuro.