EL PLANETA ENTRA EN NÚMEROS ROJOS

El planeta entra en números rojos

Australia empezó a ser colonizada por los europeos hace apenas dos siglos. Cuando llegaron allí los europeos vivían allí unos pocos miles de aborígenes. Actualmente el consumo de sus 23 millones de habitantes es tan brutal que si la suya fuera la población mundial necesitarían 5.4 planetas para para satisfacer su demanda de recursos naturales. 4.8 planetas los Estados Unidos. Y 3.3 planetas la idílica Confederación Helvética, alias Suiza. En España 2.1 planetas. Y la Tierra, vista como una entidad única, necesitaría 1.6 planetas.

Desgraciadamente y a pesar de las buenas intenciones de Stephen Hawking por colonizar cuanto antes el Cosmos, sólo tenemos un planeta.

Agosto es el mes que marca el punto de inflexión entre lo que consumimos y lo que es capaz de regenerar el Planeta cada año, según datos de la Global Footprint Network (GFN). A partir de ahora y hasta fin de año (2016) viviremos hipotecados. Entramos en déficit ecológico por nuestro consumo desmedido. España contribuye a este superávit negativo, al consumir casi el triple de lo que nuestro país es capaz de regenerar.

En solo ocho meses la humanidad ha agotado el presupuesto anual del planeta. El Día de la Sobrecapacidad de la Tierra cada año llega más pronto. Este año (2016) ha sido el 8 de agosto, fecha en la que la demanda anual de recursos naturales de la población mundial excede lo que la tierra puede regenerar en ese año.

Según una nota de prensa de WWF, este “déficit ecológico” se debe a que emitimos más dióxido de carbono a la atmósfera de lo que los océanos y bosques pueden absorber, y a que agotamos las pesquerías y talamos los bosques más rápido de lo que se pueden regenerar y mantener.

WWF denuncia que las emisiones de CO2 son el causante más importante del exceso ecológico, con una huella de carbono que representa el 60% de la demanda mundial sobre la naturaleza, que es lo que conocemos como huella ecológica.

Según Mar Asunción, Responsable del Programa de Clima y Energía de WWF España, “si queremos cumplir los objetivos establecidos por el Acuerdo de París adoptado por casi 200 países en diciembre de 2015, la huella de carbono tendrá que reducirse hasta cero en 2050”. Y añade: “Para conseguirlo, es urgente un cambio en nuestra forma de vida”.

“Este nuevo modelo tiene muchas ventajas, pero también requiere un esfuerzo”, afirma Mathis Wackernagel, cofundador y director de la Global Footprint Network. “La buena noticia es que es posible con la tecnología actual y tiene más beneficios que costes, ya que se potenciarán sectores emergentes como las energías renovables, al tiempo que se reducen los riesgos y costes asociados con el impacto del cambio climático. El único recurso que todavía necesitamos potenciar es la voluntad política”….

Fuente:  http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/2016/08/17/el-planeta-entra-en-numeros-rojos/#more-11247

CÓMO LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA DAÑA A LOS NIÑOS

Cómo la contaminación acústica daña a los niños

A causa de la proximidad de las torres a la autopista, el ruido del tráfico retumbaba en los pasillos de los edificios.

Una tarde de julio en 1972, un equipo de psicólogos instaló fonómetros en Bridge Apartments, un conjunto de cuatro edificios de gran altura a ambos lados de la Interestatal 95 en Manhattan. A causa de la proximidad de las torres a la autopista, el ruido del tráfico retumbaba en los pasillos de los edificios. Incluso en el octavo piso, el nivel de decibelios era de 66, ligeramente más bajo que una aspiradora en funcionamiento. Sin embargo, el ruido disminuía a medida que los investigadores subían las escaleras. En el piso 32, la lectura era de 55 decibelios, aproximadamente al mismo nivel que la conversación en un restaurante. Los decibelios son exponenciales, así que esto implicaba que los pisos inferiores eran aproximadamente de seis a 12 veces más ruidosos que los pisos superiores, como explica Colleen Moore, profesora de psicología de la Universidad de Wisconsin, en su libro, Silent Scourge (El Azote Silencioso). Los investigadores, encabezados por Sheldon Cohen de la Universidad de Oregon descubrieron algo interesante sobre los hijos de las familias que vivían en esos edificios. Los niños en edad escolar que vivían en los pisos inferiores y más ruidosos tenían más problemas para escuchar la diferencia entre dos palabras similares, como thick y sick, que los de las plantas superiores y menos ruidosas.

Los niños que vivían en los pisos más ruidosos también eran peores en la lectura. La relación entre las calificaciones de los niños y el piso donde vivían era mayor para los niños que habían vivido en el edificio durante más tiempo. En su estudio, Cohen y sus colegas especularon que los niños de los pisos inferiores podrían haber aprendido a filtrar el ruido de fondo, pero su capacidad para diferenciar entre palabras quedó afectada en ese proceso. “Gradualmente están surgiendo ejemplos del impacto del ruido estresante sobre el comportamiento”, escribieron en 1973. Esto se ha visto reafirmado por algunos estudios recientes que demuestran que los niños a quienes se les enseñaron nuevas palabras en entornos silenciosos posteriormente pudieron repetirlas de forma más precisa. De forma similar, un estudio publicado en Child Development hace unas semanas por las investigadoras de la Universidad de Wisconsin Brianna T. M. McMillan y Jenny R. Saffran, reveló que el ruido de fondo les dificulta a los niños aprender nuevas palabras. En los tres experimentos del estudio participaron 106 niños de edades comprendidas entre 22 y 30 meses. En primer lugar, a un grupo de niños de dos años de edad se les enseñaron dos palabras sin sentido (como “tursey” y “blicket”), en presencia de ruido de fondo que era 5 ó 10 decibelios más bajo que la voz de la maestra. Los niños aprendieron bien las palabras cuando el ruido de fondo era bajo, pero no cuando era muy alto. Lo mismo ocurrió cuando los investigadores pusieron a prueba un grupo de niños un poco mayores. En un tercer experimento, McMillan y Saffran descubrieron que los niños pequeños podían aprender el significado de nuevas palabras en un entorno ruidoso, pero sólo si ya habían conocido previamente esas palabras en un ambiente tranquilo. “Escuchar nuevas palabras en un lenguaje fluido y sin mucho ruido de fondo antes de intentar aprender a qué objetos corresponden las nuevas palabras podría ayudar a los niños muy pequeños a dominar el vocabulario nuevo,” dijo Saffran en una declaración.

Eso es un consejo útil para padres y profesores, pero en general, el estudio resalta otro obstáculo cognitivo que enfrentan los niños de bajos ingresos. No sólo los niños pobres oyen menos palabras que los ricos —se estima que la brecha es de 30 millones de palabras a la edad de 3 años— sino que son más propensos a vivir en entornos ruidosos, como escribieron McMillan y Saffran. Sus hogares están más llenos de gente, sus escuelas están más cerca de las carreteras y pasan más tiempo viendo televisión (este fenómeno ayudaría a explicar por qué los niños que viven en la pobreza urbana tienen calificaciones más bajas en memoria verbal en tiempo real que aquellos en los entornos rurales). Si la relación entre el ruido y el aprendizaje se confirma en estudios futuros, esto contribuirá a mostrar otra forma en que ser pobre afecta al cuerpo y a la mente.

Fuente: www.ecoticias.com/eco-america/125506/Como-contaminacion-acustica-dana-ninos-

EL RUIDO, UNA MIRADA HACIA LO DESCONOCIDO

El ruido, una mirada hacia lo desconocido

El tráfico, las obras públicas, la gente gritando…no nos damos cuenta del daño que nos puede causar al sistema inmunológico, desde simple pérdida de concentración hasta problemas cardiovasculares. Esto se conoce como contaminación acústica, la cual se encuentra en nuestra vida cotidiana siendo una amenaza invisible.

España es el segundo país con mayor nivel de contaminación acústica del mundo (después de Japón), siendo el 50% de los españoles los que soportan niveles de ruidos superiores a los 65 dB (recomendados por la OMS).

Según el estudio  “La contaminación acústica en nuestras ciudades“ los vehículos a motor causan el 80% siendo la mayor fuente de contaminación acústica y el ruido más molesto para la población. La actividad industrial representa un 10%, el tráfico del ferrocarril un 6% y el ocio alrededor de un 4%. Otros ruidos que afectan negativamente a nuestra calidad de vida son los gritos de la calle (37% de los encuestados) y los ronquidos de la pareja (16.7%), afectando a la capacidad de dormir.

El ruido es uno de los principales problemas ambientales al que nos enfrentamos hoy en día según ha concluido un estudio elaborado por Oi2 (centro auditivo). Su riesgo depende de la frecuencia y de la duración, aparte del volumen. Cuando hay exceso de ruido durante un breve periodo se puede producir fatiga auditiva, una pérdida temporal de la capacidad auditiva con un periodo de recuperación variable (entre una hora y varios días). Si ese exceso de ruido se produce en un periodo prolongado el daño que se produce puede ser permanente, y también si se produce un sonido intenso (por encima de 165 dB), como el de una explosión, puede producir lesiones irreversibles, como por ejemplo la rotura de tímpano….

Fuente: http://genteyhogaressostenibles.info/post/133459776349/el-ruido-una-mirada-hacia-lo-desconocido